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"A 3 años del bicentenario 2013" Xabier Ezeizabarrena

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Abuztua 31 | 2010 |
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Xabier Ezeizabarrena

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El Diario Vasco


Restan tres años para que el bicentenario de aquel 31 de agosto de 1813 que dejó tan infausto recuerdo de sangre y llamas en nuestra ciudad. La providencial determinación de los donostiarras en 1813 catalizó una auténtica reconstrucción de San Sebastián desde una Parte Vieja devastada, hacia su primer ensanche y en la superación de los viejos muros y conceptos de plaza militar y amurallada.

En una escala y en una época muy diferentes, la efeméride de 2013 debe servirnos para transformar en positivo nuestro capital social, histórico y urbano abriendo la ciudad al exterior y mostrando sus diversas caras al mundo. Resultaría más que bienvenido garantizar un papel a la sociedad civil en esta tarea; sin el papel activo de la ciudadanía la empresa se antoja imposible y nacería vacía de contenido. Hay que contagiar a cada uno de los donostiarras el entusiasmo ante este reto colectivo. Todos deberíamos ser copartícipes del proceso para que Donostia en 2013 sea una auténtica exposición universal de valores, cultura, paz y sociedad en movimiento.

 

Además, el bicentenario tiene que trascender más allá del municipio. Es un reto que hay que compartir con el territorio. Gipuzkoa atesora historia, pujanza económica, patrimonio urbano y marítimo, etc.; ingredientes muy válidos para que la celebración de 2013 gane en contenidos, en coherencia y en un bicentenario más fuerte y atractivo.

 

Pero deberíamos mirar más lejos. Es un objetivo para todo el País, que en el caso de Donostia debe aprovechar la proximidad y los lazos que existen con Iparralde y la Eurociudad Baiona-San Sebastián. Nuestra situación geográfica en una UE abierta y en un marco de tres y más lenguas que conviven, es una singularidad que podría marcar nuestro bicentenario 2013.

 

Y Donostia tiene buenos mimbres para proyectarse. Una riqueza cultural asentada. Una apuesta tecnológica y de innovación creciente en Miramón. Una cultura gastronómica que, en parámetros de calidad y variedad, sitúan a la ciudad en la cima mundial, etc. Más allá de los contenidos exportables que atesora San Sebastián, su proyección al exterior debe asentarse en unas bases sólidas. Y esas bases pueden también ayudarnos a ganar la Capitalidad Cultural Europea en 2016. En todo ello la sociedad donostiarra está llamada a jugar un papel central aportando, criticando, generando nuevas ideas.

 

Es preciso, por tanto, hacer una apuesta colectiva por la innovación en las ideas y proyectos, sin perder de vista nuestra rica historia en valores y personas. Chillida, Oteiza, Cortazar, Elkano, Urdaneta, Usandizaga, Sorozabal, Bilintx, Zipitria, los hermanos Elhuyar, Munibe, Etxaide, Lasala, Baroja,... y tantos otros nombres singulares deben tener su protagonismo de cara al bicentenario. Tanto como nuestro rico patrimonio urbano, marítimo, social, natural, cultural y de valores. Sería bueno, sin duda, que para antes del bicentenario de 2013 la paz se hubiera instalado ya entre nosotros. Sería el mejor homenaje a quienes murieron y sufrieron el saqueo bélico de aquel 31 de agosto de 1813. Quedan tres años de trabajo colectivo.

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