Josu Erkoreka, portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, hace un balance demoledor de los primeros 100 días de Gobierno de Patxi López. «Inactivo», «sin ideas» y dotado de «teatralidad» son algunas de las señas que, a su juicio, identifican al primer lehendakari socialista. A pesar de ello, el dirigente jeltzale considera imprescindible llegar a un acuerdo presupuestario global entre su formación y el PSOE ante la magnitud de la crisis económica.
-¿Cómo valora los primeros 100 días del Gobierno de Patxi López?
-Con preocupación porque constatamos que está sumido en la mayor inactividad. Y lo grave es que ésta procede de la falta de ideas. Además, tenemos un Gobierno tan sobreprotegido que apenas cabe la esperanza razonable de que vaya a corregir su trayectoria. Los niños que empiezan a caminar, si se encuentran con la sobreprotección general, difícilmente encuentran motivos para superar las dificultades.
-¿Sobreprotegido?
-El hecho de que el Parlamento haya estado cerrado durante practicamente todo el verano pone de manifiesto que quienes sustentan este Gobierno han querido protegerlo de las incómodas iniciativas que siempre tiene la oposición. Podríamos hacer también una referencia al amparo casi incondicional que tienen por gran parte de la prensa. Le hacen la ola como decían que se la hacían a Luis XIV, al que aplaudían hasta cuando se sentaba en el orinal.
-¿No están siendo demasiado duros? No les han dado ni los 100 días de cortesía.
-Usted me ha preguntado por lo que opino tras los 100 días y éstos se han cumplido ya. Veremos cuando se cumplan los 200 si ratifico mi diagnóstico. Espero poder rectificarlo porque sería bueno para todos los vascos.
-¿No hubo demasiada teatralidad en la reacción de su partido tras constatar que se quedaba fuera de Ajuria Enea?
-¿Teatralidad? ¿Por qué?
-Parece un poco exagerado pasar en unos meses de apoyar los Presupuestos de Zapatero o aceptar los votos del PSE en Vitora a hablar de «golpe institucional».
-Bueno, yo no daría mucha importancia a lo que se dijo e hizo en los momentos posteriores a la formación del Gobierno vasco. Nos encontramos ante una situación novedosa. Era evidente que el PSE incumplía rotundamente sus promesas y sus compromisos de campaña electoral, y eso provocó reacciones que quizá, con el paso del tiempo, no se ratificarían en todos sus puntos.
-¿Sintieron que les quitaban algo suyo cuando López entró en Ajuria Enea?
-Que históricamente ha sido nuestro, es innegable; que pensásemos que por esencia nos perteneciese, en absoluto. Teníamos asumido que alguna vez podría ocurrir. No pensamos que por mandato divino nos corresponda ocupar la Lehendakaritza.
-¿Ha hecho algo bueno el lehendakari en estos 100 días?
-Es posible, pero no acabo de encontrar algo netamente positivo que se le pueda tener en cuenta.
-¿Todo negativo?
-Pero no es que lo diga el PNV, que está en la oposición; es que el PP acaba de poner un cero redondo a su gestión económica. Si el PP lo dice, a mí me exime de justificar mis críticas. Es que Basagoiti ha llegado a calificar a López de 'azapaterado', que creo que es una de las peores descalificaciones que puede escucharse en boca popular.
A partir de septiembre
-¿Y los 100 días del PNV en la oposición?
-El PNV está haciendo un esfuerzo importante para resituarse. Es una experiencia que en el Parlamento vasco no se había vivido. Queremos formular y construir un discurso que sea capaz de conciliar la expresión del descontento que existe con este Ejecutivo con la imagen de un partido con vocación de Gobierno que aspira a recuperar esas responsabilidades. Será a partir de septiembre cuando este esfuerzo se reflejará con bastante claridad.
-¿A través de un documento o un posicionamiento político?
-Hemos hecho un planteamiento de responsabilidad en lo que se refiere a la estabilidad presupuestaria y de las instituciones del país, que todavía necesita concreción. La primera ronda apenas fue un sondeo previo. Tras el verano habrá ideas concretas, tanto para Euskadi como para Madrid, porque la estabilidad económico-presupuestaria es necesaria en ambos sitios. Estamos en un momento decisivo: de lo que hagamos o dejemos de hacer en este momento y en los próximos cinco años dependerá la suerte de las próximas generaciones.
-¿Se han dado cuenta de que es más rentable ofrecer la imagen de partido responsable que la de una formación molesta por perder el poder?
-Le aseguro que el planteamiento que subyace bajo nuestra fórmula de acuerdo no es el de la rentabilidad política. Estamos actuando con responsabilidad porque este momento exige altura de miras y nos obliga a arrimar el hombro.
-¿Es factible que su formación se sume al acuerdo PSE-PP?
-La expresión 'nunca jamás' no hay que utilizarla ni en su totalidad ni fragmentada. Pero resulta muy complicado porque se trata de un pacto cuyo ánimo es 'anti-PNV'. Nadie nos puede pedir que nos sumemos a una alianza que fue concebida contra nosotros.
-Decir como hizo Iñigo Urkullu tras acabar la ronda de partidos que el hecho de que todos los grupos hubiesen pasado por Sabin Etxea era una demostración de liderazgo del PNV, ¿no es ir de sobrado?
-No me parece desmesurado ese comentario. El PNV sigue siendo la formación más votada, la que ocupa una posición institucional más preminente y la que tiene un liderazgo social y político que es innegable.
-A pesar de estas críticas, ¿ve factible un acuerdo presupuestario global con los socialistas, tanto en Madrid como en Vitoria y en las diputaciones?
-Es posible y sería un excelente escenario. Significaría que hay consensos importantes en materia económica. Sería un buen indicador.
-El hecho de que el PNV gobierne las tres diputaciones en minoría y que, previsiblemente, estas instituciones figuren entre las principales perjudicadas por la crisis debido a la caída de los ingresos, ¿les ha hecho ver las ventajas de un gran acuerdo presupuestario?
-Aquí hay un llamamiento a la responsabilidad de todos. Si cada partido opera sobre la base de compartimentos estancos, que si 'esta institución la gobierno yo y aquella otra tú, y si tú me apoyas yo te apoyaré', estaremos contribuyendo muy poco a lo que el país necesita.
-¿Es posible un acuerdo fiscal entre el PNV y el PP al margen del PSE?
-Esto requiere muchas conversaciones. Los planteamientos fiscales del PP, por lo menos los que presenta en Madrid, me parece que reflejan una gaviota que está en las nubes. Está lanzando consignas que forman parte de su ADN ideológico. Lo que necesita el país no pasa por rebajas fiscales formuladas a la ligera.
-¿En qué medida puede afectar la tormenta entre el PSOE y el PP en Madrid a su pacto en Euskadi?
-Poco, porque el Partido Socialista y el PP son dos actores que en el escenario vasco están representando un papel que busca el aplauso del patio de butacas y del palco que están del Ebro para abajo. Ellos no buscan actuar por el bien de Euskadi, sino por ganarse el aplauso del Ebro para abajo. Las desavenencias que tengan en Madrid apenas tendrán incidencia en Euskadi.
-Eso de hablar «del Ebro para abajo» o de partidos «sucursalistas», ¿no es una forma de poner en duda la vasquidad de PSE y PP?
-Creo que de mis palabras no se puede deducir nada de esto. Lo que digo es que siguen una estrategia que busca el aplauso del Ebro para abajo. Euskadi representa una ínfima parte en sus apoyos electorales. Pero Dios me libre de poner en duda la vasquidad o no de una determinada formación política.
-¿Temen acabar como CiU, ganando elecciones pero quedándose fuera del Gobierno?
-Podría ocurrir. Yo he defendido desde el principio que el acuerdo entre el PSE y el PP no iba a ser una estrella fugaz o una nube de verano. Y eso puede seguir siendo así en el futuro.
-Y ante este análisis, ¿que remedio pueden poner? ¿Intentar recomponer sus alianzas con el PSE?
-El PSE ha despreciado aquellas viejas alianzas. Pero ésa es una posibilidad. No lo sé, habrá que ver cómo se decantan las cosas. Estamos haciendo especulaciones.
-¿Dónde creen que pueden pescar votos, en la centralidad o en el soberanismo?
-El éxito de la fórmula del PNV ha sido conciliar una posición muy comprometida con el autogobierno del país con un pragmatismo necesario para movilizar a una sociedad como la vasca. Hemos sabido suscitar el interés de las clases medias, que son las que articulan la centralidad de las sociedades contemporaneas, con unos retos nacionales ambiciosos pero con los pies en el suelo. Ésa ha sido nuestra fórmula y esa tiene que ser en el futuro.
-¿Cómo está Ibarretxe?
-Le veo animado, resituándose y reconstruyendo su vida civil.
-¿Tendrán en breve nuevo candidato a lehendakari?
-No urge.