Joseba Egibar (Andoain, 1959) reclama una vez más a ETA que abandone la estrategia armada para dejar caminar en la vía política a quien quiera asumir el proyecto de la izquierda abertzale. Considera que «ETA está fuera de la realidad».
- ¿Qué valoración hace de los dos últimos atentados de ETA?
- ETA intenta hacer una nueva demostración de su fuerza mortífera. Pero, además de generar dolor, lo único que consigue es desacreditarse aún más si cabe. Quien no respeta el derecho a la vida pierde toda la credibilidad para reivindicar cualquier otro derecho.
- (...)
- Esta es la perspectiva de ETA. Caben dos lecturas respecto al proceso de reflexión que se dice está haciendo: que ha culminado y está en la decisión, o que como suele ser habitual, muestra sus credenciales para situarse mejor de cara a un proceso negociador. A decir verdad, nadie tiene, o por lo menos nosotros no tenemos, los datos, para afirmar ni lo uno ni lo otro. De lo que no hay duda es que ETA está fuera de la realidad. Nos ha introducido una fotografía en este país que no queremos. Lo que queremos es que abandone la estrategia armada y que deje caminar a quien en la vía política y democrática pueda o quiera enarbolar el proyecto de la izquierda abertzale.
- Pues se cumplen cincuenta años...
- La decisión final es de ETA, pero parar definitivamente requiere de mucha fortaleza y madurez, algo de lo que precisamente no anda sobrada. ETA está presa de su propia estrategia, de querer mantener la lucha armada y que nadie con suficiente autoridad y fuerza adopta la decisión de parar. Eso se podría producir de mejor manera si el entorno social, político y sindical le exigiera claramente a ETA que pare. Esto es un sin sentido. No lo entiende nadie, ni su propia gente. Ha provocado muchísimo sufrimiento innecesariamente en su propio pueblo.
- ¿Se puede pensar en positivo?
- No soy ni optimista ni pesimista porque hemos hecho tantos vaticinios que al final podemos terminar confundiendo nuestros deseos con la realidad. Nuestra lógica no es la lógica de ellos. En Irlanda la parte política del Sinn Fein mandaba sobre el IRA. Aquí, por lo menos hasta el famoso discurso de Anoeta en 2004, siempre ha sido el político militar, a los efectos ETA, quien condiciona todo lo que puede ser su entorno. Parecía que iba a cambiar, que ETA se iba a dedicar a cuestiones técnicas, y que la parte política, entonces Batasuna, iba a adentrarse definitivamente en vías políticas y democráticas. No ha sido así o no tiene posición suficiente respecto a la violencia de ETA.
- ¿Y qué lectura podría hacerse de cara a las elecciones de 2011?
- Que la izquierda abertzale tenga posición suficiente contra la violencia, o que desaparezca ETA.
- ¿Cómo se ordena el puzzle que ha dibujado?
- Somos partidarios de un final dialogado y ordenado porque este tipo de fenómenos si no acaban ordenadamente pueden rebrotar. A la inmensa mayoría de la sociedad no nos valen las palabras de determinados dirigentes porque consideramos que no son suficientes. Si hablaran de otra manera, ETA pararía. Pero esto es entrar en una lógica que nosotros no controlamos. No tengo ninguna duda de que la gente de aquí le ha dicho que pare. La decisión última le corresponde a ETA y a nadie más.
- ETA apunta en su reflexión que va a hacer insoportable el futuro del PNV.
- Lleva cincuenta años haciéndolo. ETA surgió para sustituir al PNV por eso todo su horizonte de vida ha sido combatir y sustituir al PNV.
- No le sorprende entonces.
- No. ETA ya ha asesinado a gente del PNV y sabe que eso no va a alterar nuestra posición. Políticamente ha sido derrotada no ya por el PNV sino por la sociedad vasca. Es hora de que haga balance del sufrimiento que ha provocado en su propio mundo y se pregunte si este pueblo precisa de tanto sufrimiento para poder plantear política, democrática y pacíficamente sus legítimas reivindicaciones.
- Por sus palabras entiendo que el PNV, como aseguró su presidente la pasada semana, sigue teniendo aspiraciones a poder decidir.
- El PNV no va a renunciar, pero somos conscientes de que mientras el Estado no sienta una fuerza democrática y políticamente expresada de mayoría no va a sentir la necesidad de sentarse a la mesa. Necesitamos la paz para que políticamente podamos encarar la posible solución. Se podrá retrasar pero el problema político no está resuelto y necesita ser abordado. Existe una mayoría social y política que apuesta por el reconocimiento del pueblo y su derecho a decidir. Una mayoría, por cierto, que en buen número no está representada en la Cámara vasca con independencia de que haya sentencias de por medio.
El acuerdo de PSE y PP
- Sabrá que el PSE y el PP les han pedido al volver a escuchar sus reivindicaciones que den carpetazo a la etapa «rupturista» de Ibarretxe.
- Pero no viene de ahora. Al PSOE y al PP se le encienden las alarmas en 2004 cuando la mayoría de la Cámara vasca aprueba el estatuto político. Es éste, en parte, el origen de la apuesta que hacen los dos partidos por tomar el poder en Ajuria Enea. Hasta que no lo han conseguido no han parado. Ambos partidos pretenden orillar el concepto de pueblo vasco porque saben que su existencia como pueblo tiene como condición inherente el derecho a la libre determinación o el derecho a decidir. El otro concepto es el de la deslegitimación de la violencia. PSOE y PP están utilizándolo para deslegitimar el nacionalismo, que sea percibido como algo malo. Es esa parte que dice que el pueblo vasco ni existe ni tiene derecho a decidir.
- El caso es que el PNV ha terminado pasando a la oposición. ¿Ya se han hecho a la idea?
- No descubro nada si digo que estar en el Gobierno y en la oposición es diferente. Estar en la oposición es un hecho circunstancial. Lo que hay que saber es qué nos ha llevado a la oposición o qué razonamientos han tenido el Partido Socialista y el Partido Popular para acceder al Gobierno Vasco.
- Explíquese.
- El PSOE y el PP no sólo no admiten las propuestas que hayan podido surgir del Parlamento en los últimos años sino que configurada una estrategia de defensa del derecho a decidir del pueblo vasco dicen que no. Y no sólo lo niegan sino que buscan cortar en origen la posibilidad de que nuevamente pueda haber planteamientos de ese corte. Es una razón de Estado la que les lleva al PSOE y al PP a juntarse en Euskadi cuando no se pueden ni ver.
- ¿Cómo valora los primeros meses del Ejecutivo de López?
- Tengo la convicción de que el PSOE ha llegado al poder y que cree que ha cumplido el objetivo. Nosotros desde la primera sesión de control les pedimos el programa de gobierno y nuestra sorpresa fue cuando nos remitieron al programa electoral. Incluso en los gobiernos monocolores del PNV siempre ha habido un programa de gobierno, algo que no ocurre ahora. Patxi López no sabe qué poner porque el PP le marca límites en educación, euskera, EITB, pacto antiterrorista de una manera más concreta y deslegitimación de la violencia. Y, sin embargo, en términos presupuestarios no pactan gran cosa y en términos de lucha contra la crisis tampoco.
- Supongo que por ahí viene la oferta de pacto institucional y presupuestaria que ha hecho el PNV.
- Teniendo en cuenta el periodo de crisis y la bajada de la recaudación insistimos en que iba a tocar apechugar y hacer política, discriminando, proponiendo, prescindiendo y afinando. Entendemos que la aportación de los partidos políticos debe ser mayor que en condiciones normales.
- Desde el PSE se les achaca que el 80% de lo que proponen lo aplica ya el Ejecutivo de López.
- No ha habido innovación. No lo ha tenido difícil porque muchas de ellas vienen del Gobierno anterior. Lo que ha hecho es reajustar algunas partidas. Se entiende así que el PSE no tiene difícil el poder llegar a acuerdos con nosotros.
- ¿Le tiende la mano entonces?
- Es que las habas son contadas. Todos nos vamos a poner a prueba. Hay que distinguir lo que es urgente y lo que afecta a la ciudadanía. No se trata de disputar el liderazgo a nadie. El liderazgo se tiene o no se tiene. Nuestra disposición es sincera, directa y repleta de compromisos. Estar en la oposición no significa decir no a todo, significa también hacer propuestas. Nosotros ya le trasmitimos a Patxi López, una vez producida la investidura, que habría cooperación.
- Seguro que si se llegan a acuerdos las discrepancias llegarán por ver quién se cuelga la medalla.
- No es cuestión de medallas. La gente percibe las cosas. Los acuerdos son posibles y nos los va a agradecer la ciudadanía. Es la disposición del PNV, aunque no ha sido entendida así por el PSE. Veremos si en septiembre, en reuniones de formato político o institucional, se van apurando las propuestas.
«El candidato del PNV debe ser una prolongación del proyecto, no al revés»
- ¿Por qué ese cruce de declaraciones entre el PSE y el PNV por la retirada de las calles de todo aquello que suponga el enaltecimiento de ETA?
- Hay un error de partida que por lo menos el consejero de Interior, Rodolfo Ares, reconoció al dirigirse de forma extraña hacia distintos ayuntamientos. Lo que le hemos dicho es que queremos reconducir el tema desde las juntas de seguridad locales. La caracterización bajo el epígrafe 'vamos a reducir los espacios de impunidad' ha supuesto una precipitación. Por supuesto que somos partidarios, porque así se ha actuado siempre de hacer desaparecer todas las pintadas que sean ofensivas o que supongan el enaltecimiento a la organización ETA, pero no hace falta que venga Ares para darnos lecciones al resto.
- ¿Y con las fotografías?
- Ahí entramos en un terreno más delicado. Ares se ha metido en un jardín lleno de cactus y después de dos pinchazos ha considerado que se va a hacer de otra forma. Veremos cómo. Nosotros apostamos por las juntas de seguridad locales como se ha venido haciendo.
- ¿Puede esconderse detrás una vía más para hacer oposición desde los ayuntamientos?
- En ningún caso. Insistimos en que no es misión de la Ertzain-tza y sí de las brigadas de limpieza en todo caso. El PNV tiene una responsabilidad grande en este país. Tenemos 400.000 votantes y a ellos nos debemos.
- ¿Ya tienen pensado quién va a asumir el relevo de Ibarretxe?
- Las personas ya están. Será del PNV. El candidato o candidata tiene que ser una prolongación del proyecto, y no al revés. Ibarretxe es un ejemplo. Ése es el perfil y no hay urgencia. El partido tiene sus proyectos y sus responsabilidades institucionales. Vamos a distinguir del trazo grueso al fino. A una operación de Estado como la que nos ha sometido el PSOE y el PP no podemos responder desde el matiz y sí desde el trazo grueso. Eso sí, el PNV no va a estar esperando a que ETA encienda o apague el interruptor. La trayectoria y la concreción a la que hemos llegado en los últimos años, es una vía que necesita continuidad, y que la fragmentación política en el espectro nacionalista es tal que obliga a una recomposición.
- ¿Teme que acabe afectando a su partido la acusación del fiscal contra el ex director de la Hacienda de Gipuzkoa y ex senador del PNV Víctor Bravo?
- Es una situación delicada para la Hacienda guipuzcoana y nosotros, desde las palabras del diputado general de tolerancia cero y que cada uno deberá apechugar con la responsabilidad que tiene sea personal o en su caso institucional, entendemos que el mejor servicio que podemos hacer a la Hacienda de Gipuzkoa es depurar responsabilidades y que haya un punto y aparte. Sabemos que existe una responsabilidad institucional pero desde luego no ha sido deliberada ni consentida. Otra cosa es que no se haya detectado y que los sistemas de control de la Hacienda no se activaran en el momento preciso para detectar esas irregularidades. Y con Víctor Bravo veremos hasta dónde alcanza su responsabilidad.