Con el tiempo justo para hacer la maleta y tomarse unos días libres, Andoni Ortuzar disecciona el futuro de la política vasca con un único punto de mira: la propuesta que el EBB ha lanzado de estabilidad presupuestaria en todas las instituciones vascas. El presidente del Bizkai buru batzar subraya la necesidad de llegar a acuerdos para superar la crisis y asegura que el PNV no va a «irse al monte» sino que está dispuesto a apoyar al Gobierno en cuestiones que sean «buenas para Euskadi». Y aunque no da por cerrada del todo la posibilidad de una moción en Álava, ve «difícil» que se pueda retomar tras el verano.
-Enhorabuena por lo de Álava. -Hay que dársela a Álava porque va a mantener la estabilidad institucional. Por muy sustentada que pudiera estar la moción en votos, no tenía una base real porque la Diputación no está en el desgobierno ni han fracasado sus políticas. No hay motivo, salvo el ansia de poder.
-¿Esperaban frenar la moción con su oferta de acuerdo presupuestario? -No es una jugada, aunque como consecuencia haya alterado los movimientos en Álava. No era un intento de poner palos en las ruedas. Estamos preocupados porque gestionamos tres diputaciones y sabemos los datos de la economía real. Con la merma de recursos, haríamos mal si no consensuamos políticas.
-Hasta hace poco daban por hecha la salida de Xabier Agirre. -Pero no hemos vinculado nuestra propuesta a la moción. Seguro que de la moción se seguirá hablando porque el PP está encelado. Los populares creían que el PNV se iba a ir al monte, enfurruñado con todo el mundo, y se iba a quedar allí; y en Madrid, por zumbarle a Zapatero, iba a favorecer a Rajoy. Era una jugada redonda para el PP: aquí era la llave del nuevo Gobierno vasco y, en Madrid, contribuíamos al juego sucio contra Zapatero. Es un planteamiento muy infantil. Pensar que el PNV iba a caer en esa trampa... Dijimos que íbamos a hacer una oposición dura y constructiva. Cuando en el panorama político vasco metes una propuesta bien armada, obligas a que los demás se muevan.
-¿Y no están llegando al escenario que preveía el PSE? Esperaban que, tras hacer la digestión del 1-M, colaboraran con el Gobierno de López. -No vamos a colaborar con el PSE, sino con las políticas que sean buenas para Euskadi, las proponga el PSE, PP, Aralar... Reivindicamos el papel que nos corresponde, como primera fuerza, para ser quienes hagamos las propuestas. Quizá el PSE tenga que venir hacia nosotros.
-Ellos gobiernan. -No sería extraño en la medida en que tenemos el poder en tres diputaciones y en gran parte de los ayuntamientos. Se equivocarían si creen que vamos a sustituir al PP. Vamos a dar estabilidad a Euskadi, y luego veremos qué políticas del PSE apoyamos. Criticaremos los pasos atrás, los cambios a peor y las obsesiones tras años de frentismo.
-¿La moción es historia? -Cuanto más tiempo pase menos razón de ser tendrá. Las elecciones forales están a menos de dos años y pasado el verano hay que ponerse con los Presupuestos. Una vez que estén aprobados no lo veo.
-El PNV dijo que formaba parte del pacto de investidura del lehendakari. ¿Se equivocaron? -No. El PP ha dicho que existía ese compromiso y ha acusado a Patxi López que no cumplirlo. El propio Basagoiti nos aseguró que lo habían acordado aunque habían quedado en no contarlo. Que estaba Álava en ese pacto es un hecho. Que generaba en el PSE alavés incomodidad, también. La colaboración PNV-PSE en Álava está siendo buena. Gente del PSE de Álava no aceptaba una moción pactada desde las alturas.
-Esa colaboración, ¿se puede extender fuera de Álava? -Ya existe. En Vizcaya pactamos los Presupuestos con el PSE y las grandes cosas se hablan con ellos. ¿Qué ha sucedido? Que el panorama tras las autonómicas ha alterado esto porque nosotros, como partido mayoritario, nos hemos visto desplazados por un pacto 'sui generis' cuando el PSE nos había dicho que no iba a cerrar un pacto con el PP. Eso ha enrarecido el clima político y ahora hay que ver cómo se van remansando las aguas.
-¿Se pueden calmar? -Hay dos ámbitos perfectamente compatibles: uno, llegar a acuerdos buenos para el país y para los territorios y, otro, para la confrontación. El PSE, al depender del PP, va a tener una política escorada hacia el frentismo en los ámbitos educativos, culturales, identitarios... O al menos el PP quiere arrastrar al PSE.
«Toca sentarse y hablar»
-PSE y PP aceptan negociar su propuesta de estabilidad institucional, pero aseguran que el PNV debe amoldarse al pacto firmado por ellos. -Lo que ellos firmaron para la investidura poco habla de la crisis. Hacía referencia más a asuntos simbólicos y a ajustes de cuentas con el pasado que a cómo afrontar de crisis. No alude a cifras ni a grandes líneas estratégicas de reactivación de la política industrial, ni cómo afrontar los EREs. Hay que dejarse de pruritos y de quién sale más guapo en la foto. Toca sentarse y hablar.
-¿Hay espacio para el acuerdo o esta ronda se cerrará en falso? -Si miramos al pasado, lo lógico, lo más evidente, sería un acuerdo de Presupuestos entre PSE y PNV porque lo hemos venido haciendo en las instituciones vascas y en Madrid. El que ha estado más descolgado en materia económica ha sido el PP, con independencia de que ahora se lleven mejor en Euskadi por razones de la otra política. En temas económicos, industriales, presupuestarios siempre hemos estado más cerca PSE y PNV que PSE y PP o PNV y PP. Al PP le va a costar más llevar a cabo políticas progresistas. Nosotros y los socialistas tenemos ya cierto hábito.
-El PP teme que su propuesta intente hacer cuña en el acuerdo con el PSE. -Es valorar nuestra propuesta desde la política de bajura. Quien va a salir beneficiado es Euskadi. Y luego nosotros mismos: el PNV porque las instituciones que gobierna estarán estables; el PSE verá consolidada su posición a pesar de la debilidad parlamentaria; y el PP también, como co-responsable del Gobierno.
-Pero sí que ha desatado la tensión entre PP y PSE. -Ha sido una consecuencia, no un efecto buscado. Nos podían haber dicho que sí a esto y haber mantenido la relación de hierro entre ambos. Este proceso ha demostrado que su unión era más contra el PNV y el pasado institucional que la propia de dos partidos capaces de sacar cuestiones adelante. Les unía quitar al PNV, pero una vez quitado, tienen problemas para llegar a acuerdos. Se nota también en el nuevo Gobierno, que no termina de arrancar.
-¿Por qué? -Se habrán dado cuenta de que depender exclusivamente del PP les lleva a una deriva política que al PSE no le parece la idónea.
-¿Qué pasa si el PSE les dice que sí a todo? Gente de su partido cree que puede limitarles para hacer oposición. -En las políticas públicas de lucha contra la crisis y de Presupuestos siempre hemos sido partidarios de amplios consensos. En los últimos años, con el follón que ha habido, el Gobierno vasco siempre buscaba un paréntesis para la tranquilidad en los Presupuestos. No estamos haciendo nada diferente. Otra cosa es que tengamos un abanico enorme de temas para hacer oposición.
-¿No ha sido una estratagema para que fuera rechazada y trasladar la imagen de un Gobierno frentista? -Esperamos que acepten esta propuesta. No tenemos 'plan b'.
-¿Tratan de devolverle la moneda a López? Es lo que hacía en la oposición y le ha dado réditos electorales. -Nos dio mejores réditos a nosotros que ganamos las elecciones, pero es cierto que no le ha ido mal.
-Hablan de colaborar en los grandes temas. ¿No choca con el plante de los diputados generales a la reunión anti-crisis convocada por el lehendakari? -Eso ha sido un patinazo tremendo del Gobierno. Seguramente por novatos. Entre el Gobierno y las diputaciones hay unos procedimientos que se han seguido siempre escrupulosamente. Si el Ejecutivo pretendía que los diputados generales fueran a una reunión con el consejero deberían haber convocado el Consejo Vasco de Finanzas o la oficina de coordinación tributaria. Si se lleva a un ámbito de respuesta política lo lógico es que quien convoca, el lehendakari, vaya a esa reunión.
-¿Y no trasladan la imagen de que lo hacen porque es López y no Ibarretxe? -No. Cuando Ibarretxe realizó su plan de reactivación de la economía se reunió él con los tres diputados. Este Gobierno tiene tal afán por innovar que meten la pata.
Reforma del Estatuto -El Euskobarómetro dice que el pacto preferido es el de PNV y PSE. -Nosotros ya lanzamos un ofrecimiento sincero al PSE para formar una coalición de amplia base parlamentaria que trajera estabilidad. Después del desgaste injusto y excesivo al anterior Gobierno, tragando bilis, supimos hacer esa propuesta. Y no para salvar nuestras castañas del fuego, sino porque vimos que la lectura más inteligente del 1-M era apostar por el pacto PNV-PSE.
-Azkuna hablaba hace unos días de la necesidad de un gran acuerdo entre nacionalistas y no nacionalistas. -Diferenciaría las coaliciones de gobierno en las instituciones, donde puede haber geometría variable, de un gran pacto que traiga estabilidad institucional. Euskadi tiene una gran asignatura pendiente, que es su encaje en el Estado y la UE. Y ahí sí que es perentoria la necesidad de un gran acuerdo como el del Estatuto de Gernika. Deberíamos ponernos a trabajar para alumbrar ese encaje inconcluso. Una gran parte de la población y de las fuerzas políticas no estamos a gusto ni con el Estatuto, que debiera evolucionar, ni con su cumplimiento. Ahí es donde entiendo a Azkuna.
-El lehendakari ya ha dicho que es un asunto que no toca ahora. -Esa es la política del avestruz. ¿Cómo que no toca? Un Gobierno debe intentar superar los problemas y aportar concordia. Meter en el congelador la reforma estatutaria es un acto de cobardía. Ahora están ellos en el Gobierno y espero que Zapatero no tenga desconfianzas.
-¿Qué valoración hacen del mes y medio de gobierno de Patxi López? -Han tenido una enorme hiperactividad pública y parálisis gubernativa. Han intentado copar y ocupar todos los espacios públicos, algo lógico en un Ejecutivo naciente, pero en las cosas de boletín oficial no se ha visto nada. Primero porque han tardado muchísimo en llenar el organigrama del Gobierno, algo llamativo por lo que tiene de falta de atractivo para ganarse a gente de la sociedad privada. Y luego hay muy poca producción. Es inaudito que no haya un programa de gobierno.
-López dice que basta con el electoral. -Eso le sirve para salir del paso, pero da la sensación de que por no ponerse colorado una vez se va a poner doscientas amarillo. Le vamos a recordar, por ejemplo, que en Sanidad prometió no se cuántos hospitales.