T.Diez
Jokin Bildarratz, presidente de Eudel, reclama una Ley Municipal, “negro sobre blanco”, que dé legitimidad al poder de los ayuntamientos vascos. Por eso pide a los grupos que agilicen los trámites sin entrar a discutir cuestiones que puedan bloquear su aprobación Casi tres décadas después, los ayuntamientos están a punto de salir del limbo jurídico. Desde Eudel, la Asociación de Municipios Vascos, el futuro se contempla con optimismo, pero a la vez se teme que el clima parlamentario vasco dificulte la aprobación de esa Ley Municipal, llamada a institucionalizar un trabajo que los municipios ya realizan desde hace años.
Ha comentado usted que el proyecto de Ley Municipal recoge prácticamente todas las competencias que demandan los ayuntamientos. ¿No hay reparos entonces al texto que el Gobierno ha llevado al Parlamento?
Nosotros planteamos que prácticamente están recogidas todas las competencias que trasladó Eudel. Hicimos un esfuerzo para hacer una síntesis entre el documento del Gobierno y el texto alternativo que llevó al Parlamento el PSE, una síntesis consensuada también con los socialistas. En ese sentido, se han recogido lamayor parte de nuestras aportaciones, pero hay algunas más que queremos tratar. En todo caso, no es lo que más nos importa en estos momentos, porque esta semana empieza ya el procedimiento parlamentario. El miércoles ofrecimos nuestra colaboración, pues los ayuntamientos tenemos que estar ahí y estimular que los partidos lleguen a acuerdos. Los que nos jugamos algo en este tema, evidentemente, somos los ayuntamientos vascos, que no podemos estar más tiempo sin tener una Ley Municipal. En ese sentido, no está todo lo que queremos, también hay cosas que entendemos que no deben estar, pero en todo caso tenemos un texto, cosa con la que hasta ahora no contábamos. Una vez definidas las competencias, tenemos también un instrumento muy importante, el principio de suficiencia financiera, el cual nos dota de una tranquilidad que se visualiza con nuestra presencia en el Consejo Vasco de Finanzas.
Ese es el gran salto, tener voz y voto a la hora de decidir en materia económica...
Eso es, pero nos preocupa la fragmentación política en la Cámara vasca, que hace que los acuerdos no sean fáciles. Nosotros pedimos responsabilidad a los grupos parlamentarios para que intenten llegar a un acuerdo, porque somos uno de los pocos lugares en el mundo en el que los ayuntamientos no tienen un paraguas jurídico que regularice su funcionamiento diario. Ya con las competencias definidas, con la suficiencia financiera y con nuestra presencia en el Consejo Vasco de Finanzas tenemos esperanza de que se apruebe a corto plazo. Sin embargo, la gran controversia está en el modelo de país, no sabemos si esa cuestión nos va a permitir tener una Ley Municipal. Igual es contraproducente entrar en grandes debates que no nos van a llevar a ningún sitio, porque no queremos quedarnos sin texto.
¿Cuenta Eudel con una previsión sobre el plazo en el que podría estar aprobada la Ley si todo se desarrolla de forma normal?
No tenemos calendario porque hay mucha incertidumbre en el panorama parlamentario vasco, lo único que podemos hacer es pedir una vez más responsabilidad a los grupos para que se trate este tema con urgencia, porque después de 28 años sin un texto, ahora que lo tenemos deberíamos llevarlo a buen puerto. Nosotros ofrecemos todo el diálogo posible con los grupos y con las instituciones, y pedimos a cambio urgencia en la tramitación del proyecto de ley.
¿Cree que la asunción de esa treintena de nuevas competencias puede causar dificultades a los ayuntamientos más pequeños?
No, porque en realidad no hay un salto importante con respecto a la situación de facto actual. Lo importante es que se han clarificado esas competencias, se han escrito negro sobre blanco. La diferencia es tener instrumentos como el ConsejoVasco de Finanzas para ir trabajando temas sectoriales: por ejemplo, la Ley de Servicios Sociales no nos causará tantos problemas en su desarrollo como en la traslación económica que tenga. En el ámbito de los servicios sociales hay una heterogeneidad terrible. La ley homogeneizará los servicios y la oferta, y por ello algunos ayuntamientos tendrán que dar un salto importante en los próximos años, mientras que otros están bien colocados. Lo bueno es que tenemos un paraguas que nos protege, porque hasta ahora se trabajaban esas leyes sectoriales sin ninguna cobertura jurídica.
Según sus propias palabras, la Ley Municipal es el cerebro, el Consejo Vasco de Finanzas es una pierna y la otra ha de ser el Consejo Vasco de Políticas Públicas. De momento van a tener que caminar con una cierta cojera.
Ese Consejo Vasco de Políticas Públicas es el foro en el que se deben coordinar todas las políticas importantes del país.No tengo ninguna duda de que el Gobierno sacará adelante ese consejo porque está en su catálogo programático, en el texto del tripartito.
Volviendo a la Ley de Servicios Sociales, ustedes van acudir en octubre al Consejo Vasco de Finanzas con propuestas concretas. ¿En qué consistirán?
Queremos analizar cómo se van a desarrollar desde el punto de vista presupuestario las responsabilidades que nos exige la Ley de Servicios Sociales, que define para este país un modelo que tiene un costo, y ese costo debe ser asumido por todas las instituciones, cada una a su nivel. El Consejo Vasco de Finanzas es el que tiene que definir cómo se pagan los servicios sociales.
Los municipios vascos van a contar con asesoramiento independiente sobre posibles modificaciones del proyecto de la Y vasca en materia ambiental. ¿Podrán el Departamento de Transportes y Fomento asumir las aportaciones que se hagan desde tantos ayuntamientos diferentes?
Estamos trabajando esa propuesta con el Departamento y con el Ministerio, y eso es posible por la buena relación que existe entre Eudel y las demás instituciones. Transportes está propiciando un contacto con los ayuntamientos para mejorar el trazado en el ámbito acústico, paisajístico o ambiental, y nosotros estamos dotando a los municipios de herramientas que les permitan realizar esas propuestas de mejora.
¿Cómo se vive en el seno de Eudel el que haya alcaldes opuestos frontalmente a la construcción del TAV?
El número de municipios por los que pasa el trazado en el que gobiernan partidos que apoyan el TAVrepresenta a más de un millón de personas; los partidos que entienden que no es un buen proyecto representan a más de 100.000 ciudadanos, con lo cual la diferencia es clara. En estos momentos, la ejecutiva de Eudel está formada por nueve alcaldes del PNV, cinco del PSE y uno de EA, así que el posicionamiento de apoyo a esta infraestructura es claro, y además queremos que se haga lo antes posible porque será un elemento de cohesión para este país.
El Plan Rector de Eudel para los próximos años tiene subrayada en rojo la propia reforma de la asociación que preside. ¿Qué carencias tiene ahora mismo la Asociación de Municipios Vascos?
Eudel da servicio a cantidad de ayuntamientos, pequeños, grandes, de costa, de interior y de todas las ideologías. Nosotros hemos fijado cuatro prioridades, que son las que nos demandan los ayuntamientos. Por un lado el urbanismo y los servicios sociales, que van a crecer mucho en los próximos años. También vamos a trabajar en la innovación, que vivirá su momento clave con la celebración en 2010 del Congreso de Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Administración Local. Tenemos la meta de organizar para entonces la Agenda Digital Local, para tener los ayuntamientos abiertos telemáticamente las 24 horas del día durante 365 días al año. El cuarto elemento es la organización del Departamento de Estadística, porque los 251 ayuntamientos vascos originan mucha información, que debe estar centralizada, para que los municipios puedan comparar datos y analizar, copiar, aprender y enseñar.
¿No llega un poco tarde esa atención de 24 horas, cuando hace años que podemos hacer transferencias bancarias de madrugada y desde casa?
Las instituciones, al menos los ayuntamientos, han llegado muy tarde. El número de operaciones bancarias telemáticas en la Kutxa, y entiendo que en la Vital y en la BBK será igual, es superior al presencial. Aveces a la administración le cuesta adaptarse a la realidad por motivos legales, de transparencia e incluso por rutina. Desde Eudel estamos intentando mover un poco este tipo de demandas, que son las que nos trasladan