Bilbao: "Tarde o temprano el Concierto debía pasar la 'prueba del algodón' de la UE"
El diputado general de Vizcaya, José Luis Bilbao, se ha distinguido desde hace tiempo por sus iniciativas en pos de un blindaje del Concierto Económico vasco para así sacarlo de la turbulencia judicial en la que se ve envuelto de forma cíclica. Su propuesta para promover una reforma legislativa de dos leyes orgánicas, la del Tribunal Constitucional y la del Poder Judicial, recibió la aprobación de las Juntas Generales de Vizcaya y también del Gobierno vasco, pero el final de la legislatura en las Cortes la ha condenado, de momento, a dormir en un cajón.
-El jueves, en el Tribunal de Luxemburgo, las instituciones vascas se la juegan. El Concierto será sometido a juicio. ¿Tiene el sudor frío?
-No, estoy muy tranquilo. Es verdad que siempre existe el riesgo de que la interpretación que haga el Tribunal no sea la misma que tú tienes, pero creo que hay razones de peso para estar tranquilo.
-¿Se refiere a cumplir los requisitos de la famosa sentencia de Azores?
-Sí, esa es una doctrina que antes no existía en el seno de la UE y el País Vasco los cumple. El Concierto tiene respaldo constitucional, tenemos autonomía en la decisión y nuestro riesgo financiero es unilateral. Si recaudamos menos, las consecuencias las sufrimos sólo nosotros.
«Nos pareció bien»
-Hasta hace algún tiempo existía la idea de que no era bueno 'pasear' el Concierto Económico por los tribunales, para evitar riesgos. Ahora, sin embargo, parece que ustedes han cambiado de estrategia.
-La verdad es que han sido otros, que no las instituciones vascas, quienes lo han llevado a los tribunales. Dicho esto, lo cierto es que tarde o temprano el Concierto debía pasar la 'prueba del algodón' de la UE. Y ha llegado el momento.
-Aunque la decisión de proponer al Tribunal de Luxemburgo que adopte una decisión sobre la capacidad normativa de las diputaciones fue del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, las instituciones han apoyado la iniciativa.
-Nos preguntaron nuestra opinión y nos pareció bien. Lo que nos pareció mal fue que el Tribunal Supremo asumiese la interpretación de la legislación comunitaria cuando falló en contra de nuestro Impuesto de Sociedades. Interpretó una doctrina que aún no existía y por eso nos parece bien ir al sitio en el que, precisamente, se deciden estas cosas.
Daños «relativos»
-Cuando uno entra en un juzgado es imposible predecir el resultado. Supongamos que la decisión de la Corte comunitaria es contraria a los intereses de las instituciones vascas...
-Bueno, el daño sería relativo. Efectivamente, perderíamos la capacidad para hacer una norma propia del Impuesto de Sociedades o, dicho de otra forma, deberíamos pedir autorización a la UE para hacer una distinta a la del Estado. Bueno... el resto del Concierto Económico quedaría intacto y es muy importante. Y no digo que la pérdida no fuese importante, porque es verdad que en la actualidad el Impuesto de Sociedades es una de las principales armas con que cuenta un poder público para hacer política económica. Hay que darse cuenta de que quienes crean riqueza son las empresas. Es mucho más trascendente esta visión del impuesto, la de actuar sobre la realidad de nuestra economía, que su vertiente de recaudación.
-Por esta misma vía, alguien puede pedir que se limite la capacidad normativa en otros impuestos, especialmente en el de la Renta.
-Seguro que no lo hacen, porque en el IRPF nuestro tipo marginal es más alto.
-¿Por qué cree que la Comisión Europea se ha revelado como el principal enemigo del Concierto?
-Primero, porque el sistema fiscal vasco es algo extraño en la Unión Europea. Cuesta entender que dentro de un mismo Estado haya cinco sistemas fiscales diferentes, como ocurre aquí. Quizá a muchos les resulta más fácil entender que dentro de un Estado haya un paraíso fiscal, como de hecho existe en algunos países miembros de la UE.
La imagen vasca
-Quizá sea porque se ha instalado en la Comisión la idea de que la fiscalidad vasca es una permanente fuente de problemas, o al menos que lo fue en el pasado.
-Puede ser, pero tienen que reflexionar y darse cuenta de que esas normas que tanto han perseguido fueron derogadas hace ya diez años, además de haberse aprobado en un momento de profunda crisis económica. Se nos caían las empresas una tras otra y algo había que hacer. Hay que recordar que ahora el País Vasco no tiene conflictos fiscales con el Estado.
-Pero sí muchos con algunas regiones cercanas, como es el caso de La Rioja o Castilla y León.
-Y no acabo de entender las razones. Ninguna de ellas se ha visto perjudicada en nada. No parece coherente, por ejemplo, que La Rioja presuma un día tras otro de lo bien que va la comunidad, de lo que crece su PIB y de la baja tasa de paro que tiene y, al mismo tiempo, asegure que sus empresas se le escapan hacia el País Vasco. La verdad es que yo de lo que conozco muchos casos es de empresas vascas que están invirtiendo en La Rioja.
-La propuesta de manifiesto del PNV, ¿no tenía un excesivo tinte electoral?
-En absoluto. Tan sólo es un intento de reclamar a los partidos políticos que digan y hagan en todos los sitios lo mismo. No vale decir en el País Vasco que se defiende el Concierto, para oponerse más tarde en Madrid, por ejemplo, a las iniciativas para blindarlo.