A Odón y a su séquito todo le dura un titular de prensa. La sesión de investidura que daba inicio a la presente legislatura requería del consabido titular y en su búsqueda dentro de los anales del marketing político de algún concepto que garantizara cierto eco mediatico el concepto elegido fue humildad. Odón nos obsequió con una autoflagelación que pudo engañarnos en un contexto tan neutro como el del inicio de una legislatura donde prevalece el fair play; “he sido soberbio, escucho poco y a partir de ahora voy a ser humilde, ese es el mensaje de la ciudadania”.
En el contexto de esa declaración de intenciones, pensábamos que dejaría también de lado otra de sus constantes principales en su política mediática: su obsesión cuasienfermiza contra el PNV.
Todo ha sido un espejismo. Vuelven sus viejas prácticas, vuelve la soberbia y el nulo respeto a las opiniones del resto de los grupos políticos, colectivos o personas.
Nosotros sí hemos sacado lecciones de las últimas elecciones municipales y somos muy conscientes de los mensajes claros que los donostiarras nos han hecho llegar a los políticos. Estamos muy preocupados por la alta abstención que se produjo en las elecciones de mayo (casi un 50%), una abstención que, por cierto, nos perjudicó sobremanera. Le debería preocupar al gobierno municipal y a su alcalde que también el PSOE sufriera una pérdida de casi 6.000 votos respecto a las elecciones de 2003.
El PNV va a seguir por la misma senda de trabajo y esfuerzo por Donostia. Aunque el PSOE donostiarra no se quiera mover de un esquema previamente establecido, los números hablan y nuestro grupo coincidió con el gobierno municipal en más del 80% de los acuerdos adoptados en pleno. Nosotros anteponemos los intereses de la ciudad, no nos movemos por cálculos electorales y por estar en continúa campaña electoral. Los ciudadanos nos han elegido para solucionar los problemas, no para agravarlos.
En relación con Monpás, lejos de defender su "autopista" peatonal, con anchuras de hasta 15 metros, están empeñados en dejar en evidencia contradicciones que sólo existen en su imaginario. Nuestra posición fue, es y será clara. Abogamos, en primer lugar, por dar continuidad al paseo del litoral en Sagüés-Monpás, "con respeto escrupuloso a la costa donostiarra y a los acantilados por los que discurre" (eso es lo que recoge nuestro programa electoral), justo al contrario de lo que ocurre con su propuesta, con diferencia la más agresiva de las alternativas posibles. En la nota de prensa de 15-11-2006 a la que hace referencia Marisol Garmendia calificábamos la pasarela como una "estructura muy potente y llamativa cuya estructura debería aligerarse para suavizar el impacto paisajístico". Es obvio que no andábamos descaminados. Nuestros pronunciamientos han seguido una línea coherente por mucho que les pese.
Para incoherencia, nos queda la desidia o negligencia del gobierno donostiarra que no remitió alegación o comentario alguno al Gobierno Vasco cuando éste remitió oficialmente a nuestro ayuntamiento el proyecto de norma protegiendo los acantilados. ¡¡Ni un solo comentario o defensa de la famosa pasarela-autopista o en contra de dicha protección!! ¿No lo harían a propósito para buscar este conflicto? Una curiosa forma de entender y hacer política.
Pongan sus esfuerzos en gestionar este asunto, en hablar con las instituciones competentes, en convencer a los ciudadanos donostiarras y al resto de los grupos representados en el ayuntamiento sobre una alternativa viable y respetuosa con el medio y con las leyes vigentes. Dejen de utilizar este asunto como su enésimo instrumento para la confrontación política. Sean más humildes y empiecen por respetar y escuchar a los demás. Monpás no es Brooklyn ni Odón el emperador de una ciudad-estado donde las normas se aplican sólo si gustan al César.
