Este viernes, Gonzalez de Txabarri, Josu Jon Imaz, Txomin Saratxaga y quien esto escribe presentamos a las doce del mediodía, la reedición del libro de Don Manuel de Irujo, que recomiendo con entusiasmo.
El preciosismo del editor Txomin Saratxaga, hombre minucioso que ha cuidado al detalle cada palabra, las fotografías, los pies de foto, el índice onomástico y ha solicitado una cronología de los hechos más importantes a los historiadores Carmelo Landa, Lorenzo Sebastián, y Francisco Manuel Vargas ha hecho que en lugar de haber estado editado para el 7 de octubre nos hayamos retrasado a febrero. Pero no importa. Ya está en la calle.
El prólogo lo escribió Josu Jon Imaz y a mi me toca explicar esta reedición. Transcribo estos dos comentarios que explican de por sí la intención que tienen.
Manuel de Irujo, un líder comprometido con su Pueblo
Por Josu Jon Imaz
Hay situaciones para las que nadie puede estar preparado. Una de las mas trágicas a las que un ser humano puede enfrentarse es la de hacer frente a una situación de guerra Irujo y su generación tuvieron que hacerlo. Eran gente de paz. Gente “con anhelos de justicia social canalizada en una norma jurídica que sea contenido de un régimen de derecho…”, como se define a si mismo D. Manuel. Personas que en esa situación tumultuosa en la que el ser humano es capaz de lo mejor v de lo peor, y en la que el caos y las pasiones más bajas de algunos dan lugar a que la vida humana valga muy poco, ponen a la persona, sus derechos y las leves por encima de cualquier otra consideración Jugándose incluso la vida en ello. Irujo era uno de ellos.
Irujo es el hombre que, con una ametralladora apuntándole en el vientre, se enfrenta en la Diputación de Gipuzkoa a un grupo de milicianos que intentaban sacar al coronel Carrasco -uno de los mandos militares que se habían rendido en los cuarteles de Loiola para defender la vida de aquel hombre. Porque sus principios humanistas daban el máximo valor a la vida humana, y por que su profunda formación jurídica se rebelaba contra aquella ausencia de un régimen de Derecho.
Irujo es el negociador que conocedor de que la munición de los que rodean el cuartel de Loiola esta prácticamente agotada, consigue la rendición de los cuarteles en una negociación en la que como resume el teniente coronel faccioso Vallespín el ratón impone condiciones al gato. Una rendición que evita la inmediata caída de Donosita y la frontera del Bidasoa, con los requetés a 8 kilómetros en Oiartzun, permite organizar el frente de Bizkaia y por tanto evita que de manera inmediata todo Euskadi pase a formar la retaguardia franquista.
Hay una reflexión profunda en Irujo y su generación que también aflora en este libro El análisis de los hechos y situaciones que de haberse llevado a cabo de forma diferente, hubieran podido evitar la guerra En muchas ocasiones estas reflexiones se refieren a la ausencia del PNV del Pacto de Donostia de 1930 y las consecuencias que ello pudo tener en no alcanzar el Estatuto de Autonomia en 1931 o 1932 Un Estatuto con participación navarra hubiese hecho imposible el alzamiento de Mola en Iruñea y quizás en el frente Norte, la guerra y la historia hubieran sido diferentes
En este libro D Manuel subraya el papel que un gran hombre como Fortunato Aguine pudo tener y que la incompetencia o excesiva confianza de algunos lo impidió. Fortunato, alcalde de Iizarra trata el 16 de julio de instar a la detención del general Mola, al tener datos fehacientes de su implicación en la rebeldía El gobierno republicano rechaza la pretensión de Fortunato Aguirre aduciendo que Mola en un militar afecto a la República. Dos días más tarde Mola, cuyo papel en la rebelión era indispensable se alza contra la legalidad republicana. Fortunato pudo tal vez impedir la guerra. Él cumplió con su deber. Semanas más tarde, este gran nacionalista vasco y magnífico alcalde que fue Aguirre, el jefe de la Policía de Lizana y el capitán de la Guardia Civil que intentaron arrestar a Mola eran fusilados.
Un hombre de paz como Irujo es también el organizador de la Comandancia de Azpeitia, que es la que prepara la resistencia de todo el corredor del Urola y la costa guipuzcoana. Azpeitia se pone bajo el mando militar de otro hombre heroico, el entonces capitán Saseta. Irujo describe a Saseta en términos similares a los de la popular canción dedicada al comandante, “txiki, bizkor eta lerden”. Aquel hombre de pequeña dimensión física pero gran talla humana y militar consigue retrasar la caída del frente de Ernio-Zarate-Belkoain, que hace posible la organización de Bizkaia y del núcleo de las Milicias Vascas de Euzko Gudarostea constituidas en Azpeitia y que dejan por primera vez su sangre y compromiso en este frente de Ernio. El mismo Irujo se ve obligado a responder a una situación inesperada, encabezando con su pistola “Star” un grupo de milicianos de Andrazarrate.
Admiro a Irujo. He leído y querido cada una de las palabras escritas por este gran vasco y navarro. He admirado los principios del ministro de Justicia que dimite por negarse a firmar sentencias de muerte en plena guerra. Me he sentido cerca del nacionalista que con Castelao y Carrasco i Formiguera promueve en 1933 la colaboración de vascos, gallegos y catalanes en el seno de Galeuzca. Me he deleitado con sus escritos sobre la idea de Euskadi del Estado y de Europa. Su concepción moderna de la nación y la soberanía. Su profundo europeismo Me he emocionado con su regreso en 1977 a su querida Lizarra cuando, arrancado durante 4l años de la Lizarra que amaba, apunta que hay momentos de hablar y momentos de sentir Este es para mi un momento de sentir Pero mi concepto de D Manuel se h i agrandado con estos testimonios Un hombre de coraje capaz de mandar v hacerlo con humanidad y justicia, en las trágicas semanas que van desde el 18 de julio hasta que en el otoño del 36 toda Gipuzkoa cae quedando el frente establecido desde Ondarroa hasta Intxorta, en Elgeta y por Legutiano hasta el Gorbea la defensa de Bizkaia
Si Inaki Anasagasti no hubiese tenido va desde su juventud ese ansia de conocer la Historia como legado de nuestros mayores y no hubiese ton su impulso juvenil interrogado una y otra vez a D Manuel en aquel viaje a Caracas de 1975, posiblemente estas notas hubieran tenido otro devenir. El las recibió y. gracias a su pasión por la historia de los vascos y del nacionalismo v una capacidad de trabajo envidiable, hoy conocemos un poco mejor a D Manuel de Irujo. Eskerrik asko Iñaki. Gracias a ti, ese gran estellés, el mejor navarro que ha dado el siglo XX, es hoy un poco más grande si cabe.
Julio, 2006
¿Quién manda aquí?
Por Iñaki Anasagasti
Tengo ame mi un amarillento legajo picada por la viruela del tiempo Es el original de este libro que me envío a Caracas D. Manuel de Irujo tras su viaje en 1975. Lo hizo ante la tabarra que le dimos para que escribiera sus memorias En la carta envia¬da me dice que hiciera con él lo que quisiera.
Son 85 páginas escritas a máquina que estaban fechadas en Baiona el 6 de enero de 1938 año y medio después de haber vivido lo que cuenta en aquel borrador con pulso, pasión y una literatura rápida digna del Pullitzer.
Junto al escrito me enviaba una carta que le había remitido desde Barcelona al Consejero de Hacienda Eliodoro de la Torre el 2 de febrero de ese mismo año. Le decía que eran unos apuntes tomados de memoria al dictado en taquigrafía y sin corregir Tienen por objeto -le decía- servir de base a una información que pretendo hacer de los dos primeros meses de guerra en Euskadi durante el tiempo sucedido entre el pronunciamiento militar v la proclamación del Estatuto vasco.
Irujo le pedía a Eliodoro de la Torre una contestación todo lo rápida que fuera posible sobre dos extremos: El primero sobre las adiciones correcciones y supresiones que convinieran El segundo consistía en someterle a su consideración si la obra debía aparecer escrita por el o por un cronista distinto “con mas libertad que yo para ciertos enjuiciamientos y afirmaciones aunque quizás con menos autoridad para hacerlo”
No se si Eliodoro de la Torre le contesto pero el caso es que este trabajo no fue publicado hasta que un buen día del año 1978 me llamo por teléfono a nuestra oficina D. Julio Jauregui diciéndonos que una editorial E.D., le había llamado para pedirle un prologo al trabajo de Irujo que pensaban editar y que sena impreso en Artes Gráficas GAR de Fuenlabrada (Madrid).
A nosotros nos pareció excelente que este informe estuviera en las librerías y en las bibliotecas ante el oceánico desconocimiento que se tenia en aquellos primeros años de la transición política sobre lo que había ocurrido en los primeros momentos de la guerra pero sobre todo porque se hablara del extraordinario papel desempeñado por D Manuel de Irujo y sus compañeros en aquellos momentos de situaciones límite en los que la vida humana no valía un ochavo y en los que D Manuel de Irujo preguntaba quien mandaba para imponer él el buen mando, es decir, el respeto a la legalidad, a la persona detenida al orden necesario De ahí que nos haya parecido sugerente lo de “¿Quien manda aquí” que aparece en uno de los muchos diálogos de D Manuel. Él quiso mandar bien y lo logró. Buena prueba de ello son estas páginas
En relación con la cubierta del libro comentar que tiene su pequeña historia. La caricatura de Irujo, muy limpia y muy lograda es de 1919. La dibujó BON y salió en primera página del diario Euzkadi en noviembre de aquel año. Era de una sección que se titulaba Nacionalistas conocidos con un pie que decía “D. Manuel de Irujo excandidato patriota por Lizarra a quien, merced a la influencia de los enemigos de Euskadi, le fue brutal e inicuamente anulada la limpísima acta que dentro de la mayor legalidad, obtuviera en la última elección de diputados provinciales". Y como esta caricatura de D. Manuel es muy buena se la dimos a Carlos Oliden, quien diseñó la cubierta del libro con la ikurriña y la bandera republicana, logrando una estampa muy llamativa y descriptiva del libro.
Por otra parte es lamentable que en sus reflexiones no incluyera D. Manuel la forma cómo llegó a Madrid como ministro ni lo que se encontró nada más llegar a aquella orgía de sangre y fuego pero, sin embargo su descripción de Vallespín con la cabeza oliéndole a pólvora, el fusilamiento de Carrasco, el culatazo que recibió en las costillas, las miradas tintas en sangre, la angustiosa falta de armamento, la rendición del cuartel de Loiola y el trabajo de los diputados aportan elementos inéditos a una situación incomprensible hoy setenta años después de aquella tragedia.
El libro se lee de un tirón y era una obligación que lo recuperáramos para que no se perdiera este valiosísimo testimonio de dignidad. Por esta razón y así como aquella extraña editorial lo sacó a la calle me volvió a tocar recuperarlo en el Cincuenta Aniversario del Primer Gobierno Vasco. Ahora, acaba de ser reeditado en un voluminoso texto con las fichas redactadas por D. José Miguel de Barandiaran. Es decir, se trata de un trabajo ya editado pero no conocido. Es esta la razón por la que en estos meses en los que tanto se habla de la Guerra Civil hemos querido hacer una nueva reedición divulgativa de este trabajo para que se tengan elementos de juicio sobre lo que fue aquella vorágine. Su dimensión, el tipo de letra y lo fácil que puede ser para efectuar un obsequio difusor de las claves de la manera de actuar de una generación de lujo es por lo que hemos decidido volverlo a poner en circulación D. Manuel de Irujo V su ejemplo siguen siendo un mandato de la historia
Julio, 2006
CUANDO LA OVEJA “DESCARRIADA” NO QUIERE VOLVER A CASA
Ha dado comienzo en Madrid esta semana la actividad parlamentaria de forma normalizada. Se interrumpirá con el referéndum andaluz. Congreso y Senado discutimos, preguntamos, aprobamos leyes y cuestionamos al gobierno Zapatero.
Como telón de fondo tenemos presente el atentado de Barajas, el aumento de la “kale borroka”, las manifestaciones del PP gritando todos a favor de la unidad de España y contra Zapatero, el enjuiciamiento del Lehendakari, las crisis del tribunal Constitucional con el estatuto catalán en entredicho a pesar de haber pasado un referéndum, las detenciones de Segi, las prédicas de Monseñor Blázquez y un enfrentamiento creciente entre el PP y el PSOE.
Le pregunté a un senador del PP si tenían asumido que podían ganar las elecciones. Me contestó que Si. Y éste no es un dato menor. Lo condiciona todo.
Le veo a Zapatero sin una hoja de ruta clara. Improvisando cada día. Y sin querer apostar en serio por casi nada. Surfeando. Y le veo al PP en clave Lepeniana lo que hace que algunos estén incómodos. Otros, creyendo que van a tocar poder, echando leña al fuego. Viéndose ya como ministros o subsecretarios.
Y le veo al mundo batasunero levantando el puño. Sin cuajo moral. Y cuando leo en “la Razón” que los “Abertzales hacen saltar por los aires la estación de Luchana” creo que el departamento de prensa del Gobierno Vasco debería dirigirse a todos los medios que unen violencia con abertzalismo para hacer la labor pedagógica de decir que el abertzalismo significa patriotismo y no puede ser patriota quien destruye lo suyo, su casa y la de los demás. Eso es delito común. Nada más. Y tenemos que ser los abertzales quienes denunciemos semejante distorsión. Porque esa gente no es abertzale. En Alemania se dice que no puede ser patriota quien ensucia su propio nido.
Por eso cuando veo a mucha gente joven con el puño en alto y el gesto crispado me pregunto ¿Qué tiene que ver esto con Euzkadi? Lo nuestro debe ser la mano abierta, no el símbolo al aire de una ideología totalitaria que fracasó por su desprecio al ser humano y su libertad y que cayó estrepitosamente al derrumbarse el muro de Berlín.
Y ahora proponen “la unión del País Vasco y Navarra dentro del estado español pero con la puerta abierta para la independencia”.
¡Caramba! ¿Sabrán estos caballeros que ya Sabino Arana lo enunció en 1895 y que la violencia de ETA nos ha ido separando de Navarra?
Lo malo es que de sus cascotes algunos han rescatado ésta identificación simbólica que me recuerda más al saludo fascista que a la mano tendida que busca sacar adelante una sociedad de valores.
Y le veo en Venezuela a Hugo Chavez celebrar el golpe de estado de 1992 que dio contra el gobierno democrático del presidente Carlos Andrés Pérez y donde murió acribillado el hijo del delegado del Gobierno Vasco en Caracas, Gaizka Etxearte.
De aquel asesinato nadie se acuerda mientras éste nuevo sátrapa émulo de Fidel Castro se arroga todo el poder de una asamblea sumisa y con una ley habilitante va a gobernar Venezuela a golpe de decreto arbitrario sin discusión alguna por dos años y a golpe de cerrar emisoras de radio y televisión. Y, por aquí, riéndole las gracias a un sistema que nunca querríamos por aquí. ¿Qué está pasando?
Vivimos pues una aguda crisis de valores humanos y democráticos. Esa es la auténtica madre del cordero. Me decía un amable lector, ante la desproporción del discurso del diálogo que hay en los medios de comunicación en relación con gentes que no quieren dialogar lo siguiente;
“Mira. El buen pastor se ocupa de las 99 ovejas. Si la oveja descarriada no quiere volver a casa, que le den morcilla…que lo nuestro son las 99 ovejas”.
Algo fuerte y que rompe el discurso del buenísimo tontorrón pero que adquiere de día a día más razón que un santo.
LLANEZA, MUCHACHO, NO TE ENCUMBRES
El ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo ingresó en el Consejo de Estado y pronunció un discurso ante el Pleno de esta institución en el que, entre otras cosas, criticó a José Luís Rodríguez Zapatero y abogó por recuperar la «sensatez» y el «buen camino del consenso» alcanzado en la Transición para que los dos grandes partidos. PSOE y PP, dejen de estar «temerariamente enfrentados».
Aprovechó la ocasión para dedicar a quien ahora «manda», esto es, Zapatero, una frase pronunciada por uno de los personajes de El Quijote a un titiritero: «Llaneza, muchacho, no te encumbres». En esa intervención, recogida por Europa Press, el que fuera jefe del Ejecutivo advirtió que pretendía usar esa tribuna para decir cuánto preocupa la evolución última del acontecer político», para denunciar que en marzo de 2004 -fecha en que los socialistas alcanzaron el poder- la política española se aventuró por una senda «radicalmente nueva».
“El nuevo Gobierno se propuso una ruptura con lo que se venía haciendo trabajosa y eficazmente desde 1976; descalificó la Transición entendida como tierra firme sobre la que cimentar las reformas necesarias: negó la tercera vía [ni 1931 ni 1939] y, en un arriesgado ejercicio de funambulismo histórico, saltó sobre la Historia reciente para buscar en los “nefastos” años 30 del si¬glo pasado una legitimación que no encontraba en éste”, enfatizó.
A continuación, subrayó que se han roto ya “algunos valiosos vidrios” en el “equivocado proceso” que, bajo su punto de vista, ha abierto el Ejecutivo de Zapatero. “Pero es tiempo todavía para recuperar la sensatez, para recordar a los que hoy mandan aquella sabia recomendación de Maese Pedro al muchacho titiritero: “Llaneza, muchacho, y no te encumbres”.
Según dijo, es momento de “reemprender el bueno camino del consenso” y de la Transición a la democracia “con la unidad de los dos grandes partidos, hoy temerariamente enfrentados”. “A colaborar en este empeño van encaminadas estas palabras, y a él enderezaré las que pueda decir en el Consejo, siempre en los límites y respeto que imponen sus estatutos y su historia y amparando en la inteligente independencia que ha acreditado su presidente”, añadió, aludiendo a Francisco Rubio Llorente. Calvo Sotelo que tomó posesión de su nuevo cargo acompañado por los consejeros Landelino Lavilla y Miguel Vizcaíno recordó a todos los presentes su formación como ingeniero de Caminos y apuntó que un “ilustre catedrático” de la Escuela de Caminos le hizo la siguiente advertencia con motivo de su entrada en política: “Entra usted en el reino de las sombras”.
En ese momento de su discurso Calvo Sotelo dijo que llegaba al Consejo de Estado dispuesto a aportar a esta institución la experiencia adquirida en la Transición. “Tenía yo, hasta hace un par años, la certeza de que con la nueva Monarquía parlamentaria habíamos superado definitivamente los españoles dos siglos de zozobra política”, dijo. Pues no, Don Leopoldo.
Es normal que a Don Leopoldo le dijeran que entraba en el reino de las sombras. Se lo diría seguramente un franquista. El propio general lo decía que no había que meterse en política y que se hiciera lo que él. Es decir, ser un dictador.
Calvo Sotelo reivindicaba el pacto a dos: PP y PSOE.
Ahí está la madre del cordero. Esa es la España del Frente Nacional contra la llamada periferia. El pacto para no cumplir el Estatuto de Gernika, el pacto para que Madrid lo sea todo, el pacto para que cualquier disidencia sea acallada por el gran elefante.
De ahí que me gusta que le tengan tanto paquete a Zapatero. Y se lo tiene porque no se ajusta a este guión, que no es otro que el guión del nacionalismo español que Calvo Sotelo reivindica. La pena que está en que Batasuna no está sabiendo aprovechar la oportunidad.
En Madrid hemos pasado tras lo de De Juana y lo del procesamiento al Lehendakari, del amor al odio. Ya Josu Jon no es tan majo como decían, ya el PNV vuelve a ser sospechoso de casi todo. Ya nos equiparan al terrorismo, ya nos miran con mala cara.
En el libro que acabo de publicar en la editorial Txalaparta, “Llámame Telesforo” aparece el debate que tuvo lugar en diciembre de 1935 cuando el tío de Don Leopoldo, Don José, quiso ilegalizar al PNV en tiempos en los que no existía ETA, porque el problema, desengañémonos, no es ETA, que lo es también, sino el nacionalismo vasco democrático.
Ahí está la madre del cordero. Y ahí está, en el Consejo de Estado, Don Leopoldo, con Aznar, guardando las esencias.
LA PELÍCULA LOS HIJOS DE GERNIKA
El próximo 26 de abril se van a cumplir setenta años del bombardeo de Gernika. No estaría nada mal, entre los actos que se puedan organizar, que se reedite una película que hizo EGI en Caracas llamada LOS HIJOS DE GERNIKA, en la que se pretendía dar a conocer en aquellos años la lucha del pueblo vasco de forma audiovisual.
Llama la atención que en aquellos años clandestinos sin apenas medios hacíamos estas cosas y hoy en día se haga tan poco al respecto.
Recuerdo también como esta película la movimos Joseba Goikoetxea, Manu Pagola y otros más en aquellos años del 76 y 77 para ir dando charlas por las incipientes organizaciones municipales en tiempos en los que había hambre para conocer estas vivencias.
Este documento de inapreciable valor también lo presentamos en Paris y por este motivo la Oficina de Prensa del Gobierno vasco (OPE) emitió esta nota:
“LOS HIJOS DE GERNIKA”; DOCUMENTO CINEMATOGRÁFICO DE INAPRECIABLE VALOR
El 26 de abril de 1968, XXXI aniversario de la destrucción de Gernika por la aviación alemana al servicio del fascismo español, tuvo el diario de esta capital "Le Monde" la gentileza de publicar la siguiente nota: "La Liga Internacional de los Amigos de los Vascos" presenta hoy, 26 de abril, a las ocho de la noche, en el número 48 de la calle Singer - París XVI, la película "Los hijos de Gernika", un film que ha sido compuesto partiendo de cintas documentales que se rodaron durante la guerra civil".
En efecto, en el día mencionado hubo dos sesiones de cine en los locales de la Delegación Vasca en París, la una a las ocho y cuarto de la tarde y la otra a las nueve en las que se proyectó la cinta en cuestión.
"Los hijos de Gernika" es un testimonio fehaciente no sólo de la resistencia opuesta por los vascos al fascismo internacional en los años 1936 y 1937 en los campos de batalla de Euzkadi, sino también de la lucha que hoy libran los vascos en su Patria para liberarse del yugo totalitario del franquismo. Algunas de las escenas de esa lucha, tomadas en su mayor parte en el Aberri Eguna, celebrado el año pasado en Pamplona y el Primero de Mayo en San Sebastián, son francamente impresionantes.
La segunda parte presenta la evacuación de los niños y la acción del Gobierno de Euzkadi. Aparecen bellas imágenes de las Colonias de niños vascos en Francia y en Inglaterra. Con la película que se ha realizado por los propios “Hijos de Gernika” esta parte resulta muy conmovedora para ellos” es un testimonio de reconocimiento para todas las personalidades que en diferentes países de Europa patrocinaron y tomaron parte en su acogida.
“Los Hijos de Gernika” recoge todos los aspectos de la lucha por la liberación del pueblo vasco, desde los combates de la guerra y los bombardeos masivos de la aviación alemana e italiana de las poblaciones vascas hasta las concentraciones y manifestaciones de protesta de nuestros días. Sus autores no sobrados de recursos han tenido que hacer un esfuerzo sobrehumano para dar continuidad y cohesión a toda la cinta, cosa que han realizado con indudable éxito. Este no es uno de los menores méritos de la obra. La parte explicativa es excelente, y el acompañamiento, con música original, todo un acierto.
Estas cosas se hacían en 1968. Hoy ¿qué se hace?
NI SOCIALISMO, NI COMUNISMO
Cuando veo a los chavales de SEGI levantar el puño y mirar con cara de odio, me pregunto: ¿esta gente sabrá lo que significa ese puño en alto?
En Venezuela lo empiezan a saber a pesar de la complaciente EITB que sigue riéndole las gracias a Hugo Chavez.
Los mejores analistas venezolanos ven hacia donde va el país. El domingo, Manuel Caballero quiso hacer pedagogía sobre lo que les viene encima y escribió;
Hoy del "socialismo del siglo XXI" conocemos sólo lo peor del "socialismo del siglo XX"
En la primera mitad del siglo XIX europeo, la palabra "socialismo" era mucho más subversiva que la palabra "comunismo": esta última tenía más bien resonancias o connotaciones religiosas. Pero ya en tiempos de la llamada "primavera de los pueblos" de 1848, eso había cambiado, al punto de que se comenzó a llamar así a las corrientes más radicales del socialismo, al tiempo que este último, como se decía burlonamente, comenzó a ser aceptado en los salones.
Es muy a punto en 1848 que aparece en Francia un folleto que pasó inadvertido en medio del turbión revolucionario, y sus lectores posiblemente no pasaron de doscientos, porque no más de tantos eran los emigrados radicales en París : el Manifiesto del Partido Comunista. Sus autores eran dos refugiados alemanes, uno de ellos judíos: Karl Marx y Friedrich Engels.
La más superficial enciclopedia
Todo eso es historia muy conocida, presente hasta en la más superficial de las enciclopedias. Pero lo que se sabe menos era que al emplear para designarlos la palabra "comunismo" sus adversarios, por ignorancia o deliberadamente, hacían de esa palabra sinónimo de anarquía. Y no sin razón, porque en todas esas corrientes estaban presentes dos ideas centrales: el aborrecimiento del Estado (y la búsqueda de su disolución) y del individualismo (a lo cual oponían la solidaridad). En esto último coincidían también con los socialistas de todo pelo, aunque no necesariamente en lo primero. Cuando Marx y Bakunín fundan la Asociación Internacional de los Trabajadores (la Primera Internacional), la unidad y casi fusión entre anarquistas y comunistas no se debía sólo a la necesidad de unir sus escuálidas fuerzas, sino a la también coincidencia, al menos en esas dos actitudes, esos dos propósitos.
En socialistas, comunistas y anarquistas es pues común la desconfianza hacia el poder del Estado, y difieren sólo en los métodos para combatirlo: en los socialistas la reducción de su poder, en los anarquistas y comunistas su disolución.
La socialdemocracia
Después del aplastamiento de la Comuna de París, al fundar Engels y Kautsky en los años ochenta del siglo XIX la Segunda Internacional, incorporaron, se supone que a instancias del último, la democracia como componente del socialismo: es el origen de la socialdemocracia, nombre común a los partidos marxistas, entre ellos el alemán y el ruso (el francés se partió en dos segmentos: el Parti Ouvrier de Jules Guesde y el Parti Socialiste de Jean Jaurés).
Entonces los marxistas trataron de recuperar de alguna forma el término "socialista", y adoptaron como suya una fórmula inventada por Saint-Simon, el socialista utópico e industrialista que ellos más respetaban. Socialismo y comunismo serían así dos fases de un mismo proceso: en el socialismo se recibiría "de cada quien según sus capacidades y se daría a cada quien según su trabajo"; en el comunismo se recibiría "de cada quien según sus capacidades y se daría a cada quien según sus necesidades". Al colocar la sociedad comunista más lejos, ésta recuperaba su carácter utópico, casi celestial, mientras que el socialismo era cosa de todos los días, a veces suciamente terrenal.
Inviable y antidemocrático
Al poner manos a la obra, los líderes del llamado "socialismo real" dieron a luz un sistema económicamente inviable, políticamente antidemocrático y moralmente inhumano. Pero cuando una vez muerto el camarada Stalin, y menos presentes si no totalmente ausentes Siberia, el paredón y el manicomio, se quiso deshacer algunos de sus entuertos, pese a ser muchos, se escogió uno en primer lugar; lo que se llamó "el culto a la personalidad".
¿Por qué? En Occidente se pensó que era una simple añagaza para culpar a un solo hombre de los crímenes del colectivo gobernante: como hemos recordado en nuestro estudio sobre Gómez, hay un error que un tirano no debe cometer jamás: morirse. Pero en el fondo estaba su mala conciencia de comunistas convictos y confesos, que al glorificar a Stalin estaban marchando a contrapelo de lo que el socialismo y el marxismo significaron desde sus inicios: que los odiadores del Estado habían creado un Superestado absolutista y los odiadores del individualismo se habían vuelto adoradores de un individuo, el camarada Stalin.
El grande y el pequeño El Tariki
Vengamos a nuestros días y a nuestro ámbito. Hoy se nos propone un autodesignado "socialismo del siglo XXI" que, en una comparación escatológica, uno de sus teóricos, Heinz Dieterich ha calificado de "indigestión" ideológica (y ya se sabe cómo desemboca siempre una indigestión). Si se le pregunta a su heraldo chavez, se le escuchará balbucear más que si tratase de relatar su gesta del golpe de estado el cuatro de febrero de 1992. A lo más que ha llegado es a recomendar a unos curas que se lean a Marx y a Lenin: recomienda leer lo que él no ha leído; olvidando que esos curas conocen mejor que nadie aquello de que "Fray Ejemplo es el mejor predicador".
Hasta ahora, todo lo que conocemos los venezolanos del "socialismo del siglo XXI" recoge las peores características del "socialismo real" del siglo XX, y nada más: el proceso de creación de un Estado absoluto, omnisciente y omnipresente y el culto a la personalidad del Héroe del golpe de estado llevado pronto al bronce.