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2006
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Plan Vasco de Cultura: ´E la nave va´

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Urria 03 | 2006 |
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El pasado 24 de septiembre, con el título de ´Una nave a la deriva´, EL CORREO dedicaba tres páginas y un editorial a hacer un discutible balance del plan que gestiona mi Departamento. No tengo por costumbre comentar los artículos de Prensa pero, en este caso, ante un artículo feroz e inhabitual, de manifiesta intencionalidad política y evidente contenido ideológico, en el que creo que se llega a poner en cuestión la labor de mis colaboradores y el propio Plan Vasco de la Cultura, no puedo menos que responder, desde el convencimiento de que lo realizado es mucho y satisfactorio. Estamos cumpliendo razonablemente temas y plazos y, en lo pendiente, tiempo hay de culminarlo en lo que queda de legislatura.
El artículo carecía de rigor al basarse, en muy alta medida, en datos parciales o equivocados, con ausencias, medias verdades mezcladas con opiniones y excesos adjetivales hasta la pura descalificación. Daba por buenas, y asumía como propias, opiniones de fuentes no explícitas que, a su vez, en bastantes ocasiones no podían tener la información. Pero lo peor es que no se haya contrastado con la fuente principal, la que tenía toda la información: el Departamento; y que, como se le dijo a uno de los periodistas firmantes, un día después iba a presentar en rueda de prensa el balance del Plan. Tenían prisa y se han equivocado.

El Observatorio Vasco de la Cultura no es un proyecto, sino que está ya en funcionamiento, como recogió días antes gran parte de la Prensa vasca, aunque no EL CORREO. Un logro institucional decisivo y no mencionado -alegando desencuentros institucionales que no se han producido- es que a lo largo de estos dos años se han reunido mensualmente Gobierno, diputaciones, ayuntamientos de capitales y Eudel para coordinar la política cultural, y que se están produciendo concertaciones, sobre temas como artesanía, proyectos, subvenciones

No se dice -y si no lo preguntan, no pueden saberlo- que el Consejo Vasco de la Cultura se renueva este otoño y que 15 grupos de trabajo se están reuniendo o lo harán en los próximos cuatro meses para acordar medidas sectoriales. Llevamos meses trabajando con las haciendas para un tratamiento fiscal homogéneo, así como para aplicar vías de financiación en ámbitos distintos al audiovisual. Tampoco se comenta que hay diferentes programas en cartera para el nuevo Plan Euskadi en la Sociedad de la Información, en fase de elaboración. No se informa de que ya hay tres programas de ayudas estables anuales sobre danza. Y no cabe decir que la financiación del audiovisual es reducida cuando hay abierta una línea de hasta 15 millones de euros.

Sobre bibliotecas no se dice nada del Catálogo Colectivo de las bibliotecas públicas, del carné único de socio para toda la red o de la tarjeta IZENPE; del Boletín del sistema bibliotecario y de la red on line de bibliotecas públicas, así como del desarrollo de la bibliografía vasca en la red y la web donde se aloja la biblioteca digital. El Mapa de Lectura Pública está en fase de contraste con el sector. La digitalización de los patrimonios avanza satisfactoriamente en todas las instituciones (Eresbil, Filmoteca, bibliotecas, archivos).

Se obvia que no es posible el Plan de Museos sin la previa Ley de Museos, que inició su trámite de Comisión en el Parlamento, precisamente, el lunes 25. Del mismo modo, la Biblioteca de Euskadi nacerá de la Ley de Bibliotecas, proyecto también en sede parlamentaria. No se menciona que el Archivo Nacional de Euskadi está en fase de habilitación en el edificio Vesga en Bilbao; o que la eventual Escuela de Artes Escénicas está en fase de estudio. No se cita la financiación comprometida en Tabacalera, ni la larga lista de infraestructuras en desarrollo y de las que volvimos a dar cuenta en la rueda de prensa

Otros temas son opinables, pudiendo verse medio vacío lo que vemos medio lleno -y que en todo caso sigue llenándose-. La crítica siempre ayuda pero la ridiculización y el sectarismo, no. Creo que el artículo cae en un contradictorio neoliberalismo, criticando y demandando, al mismo tiempo, que la Administración intervenga. Es el caso del famoso y obligatorio 5% de inversión de las televisiones en el cine, hoy objeto de debate sobre el modo de aplicación. También se minimiza o mal recibe al Instituto Vasco Etxepare, cuya importancia para la promoción exterior de la lengua y cultura vasca es evidente.

Choca que al Plan o al Departamento se le responsabilice de todos los males, así por ejemplo del número de giras de las orquestas sinfónicas y, por el contrario, no tenga nada que ver con los resultados del Guggenheim Bilbao o con el repunte de la producción audiovisual vasca, como se ha visto en el Zinemaldia, incluida la producción anual, al menos, de un largometraje en euskera.

Lo he dicho muchas veces, entendemos la cultura vasca como la cultura de todos y todas. El carácter del Plan y del Consejo Vasco de la Cultura es abierto y plural, e invita a juntar todas las manos. Si los que pueden ayudar a construir la cultura y la política cultural se ponen a descalificar y a destruir, este país no avanzará. Ya que nadie sobra desde las posiciones de cada cual y dejando aparte los prejuicios, ¡seamos positivos!

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