Donostia debe prepararse para una nueva fase política a nivel local. Es labor de todos, pero especialmente de quien gobierna, facilitar los elementos de entendimiento que hace tiempo parecen desaparecidos de nuestro Ayuntamiento.
En ello sigue sin colaborar el alcalde socialista, que aprovecha su enésima trifulca personal (NOTICIAS DE GIPUZKOA, 28 de septiembre) para arremeter gratuitamente contra nuestro grupo municipal. No responderemos a sus constantes provocaciones, pero sí aportaremos algunos datos.
Los datos de un grupo municipal que ha aprobado nada menos que 114 de los 142 dictámenes durante el último año, esto es, el 82% de las iniciativas presentadas en el Pleno. Un grupo municipal que ha presentado, al último Pleno, las tres únicas proposiciones existentes en el orden del día.
Una para modificar, y ser más estrictos, con el cumplimiento de la ordenanza que regula el ruido en Donostia aprobada de forma unánime por todos los grupos. Otra para proteger los jardines históricos de Ducasse en la ciudad, aprobada por PNV, EA y PP, pero rechazada por el único Gobierno conocido que rechaza proteger su patrimonio.
Una tercera para que se elabore una Ordenanza Reguladora del acceso a la información, la participación pública y la tutela administrativa en materia de medio ambiente, con el objetivo de actualizar nuestra normativa al Convenio Internacional de Aarhus y al Derecho Europeo, buscando ser más garantistas y ampliar los derechos fundamentales de los ciudadanos en materia ambiental. Esta última fue también aprobada por PNV, EA y PP con los votos en contra de PSOE y EB.
Sí, sí, con sus votos en contra, por la única razón que consiste en no asumir la paternidad de la iniciativa proveniente de nuestro grupo.
En este contexto, los que trabajamos en el ámbito de la política en el Ayuntamiento de Donostia no podemos mantenernos al margen de esta realidad, no podemos obviar la necesidad de una nueva fase para la ciudad.
Tenemos la obligación de superar esquemas y discursos de disputa y, sobre todo, desde el respeto a las posiciones de cada cual, deberíamos realizar aquellas aportaciones que sirvieran para evitar el enquistamiento político que vive el Ayuntamiento de Donostia desde hace años.
Este va a ser nuestro empeño, pues hay que volver a recordar los numerosos acuerdos logrados en materia urbanística y en otros muchos ámbitos. Nuestro grupo y el gobierno han sido capaces de consensuar acuerdos en beneficio de los intereses de los y las donostiarras.
Y es justo reconocerlo con la realidad de los hechos. En este aspecto, especialmente en la tramitación de los expedientes urbanísticos, la aportación de todos los grupos municipales (incluido el grupo socialista) ha sido clave en la consecución de los consensos y acuerdos logrados.
Sobresalen, entre ellos, los casos del Documento de Criterios del nuevo Plan General, Auditz Akular, Akelarre, Arbaizenea, San Bartolomé, Aldunaene, Riberas de Loiola, Txomin Enea, Pagola, Gomistegi, Morlans, Nerecan o el futuro Plan Integral de Regeneración de Altza, entre otros, como apuestas relevantes que deben servir para paliar el endémico problema de vivienda que sufre la ciudad.
El mismo esfuerzo resultará imprescindible para regenerar los barrios y los entornos de Añorga, Martutene, Herrera, Intxaurrondo o la zona del Infierno, cuya situación real dista mucho de parecerse a la del Centro, Gros o Aiete. Creo que es este uno de los grandes retos pendientes en nuestra ciudad: que los barrios gocen de un tratamiento prioritario a la hora de abordar los problemas que sufren y la necesidad de soluciones eficaces y ágiles a través de empuje, acuerdos y un presupuesto pactado en el Pleno.
Por ello, entre otras muchas razones, es imprescindible profundizar en aquellas cuestiones que nos han unido y nos unirán en el futuro inmediato, para la defensa del interés de Donostia y para la resolución de sus problemas.
Todos los grupos, con el alcalde a la cabeza, debemos soslayar nuestras desuniones (que son demasiadas) y trabajar con intensidad para que el talante, el estilo, las ideas y la manera de hacer política local en defensa de los ciudadanos impregnen la vida del Ayuntamiento de Donostia, un Ayuntamiento muy necesitado de nuevos elementos de reflexión y trabajo en clave positiva.
Es hora, por tanto, de iniciar una nueva fase en la vida política de nuestro Ayuntamiento; una etapa acorde, como mínimo, con los tiempos que corren. Es hora de aprender de los errores que todos hemos cometido durante los últimos años. La ciudad y sus proyectos necesitan el consenso y el empuje de todos, sin excepciones. Espero que todos estemos a la altura de las circunstancias.
Más allá de las muy legítimas visiones de la ciudad de cada cual, los ciudadanos y ciudadanas de Donostia esperan, sin duda alguna, una apuesta seria y decidida por el futuro de la ciudad en clave positiva. A pesar de que estamos ya en fechas pre-electorales, deberíamos tener la capacidad de no desentonar con los tiempos que se están imponiendo.
La ciudad abierta que retrató Gabriel Celaya nos lo agradecerá. Creo que ha llegado la hora de subrayar ese espíritu y transmitirlo a toda la ciudadanía. En ello nuestro grupo pondrá el mayor de sus empeños.