Sirvan estas líneas para apuntar, a modo de borrador abierto, algunos de los compromisos que entiendo irrenunciables para el futuro de nuestra ciudad. Un borrador abierto hacia la ciudadanía y hacia todos aquellos que entiendan que la ciudad en la que vivimos debe buscarse a sí misma en el futuro y en clave positiva.
- Un compromiso con los valores democráticos
Nuestra ciudad no puede continuar con el enfrentamiento permanente entre los distintos grupos municipales. Es necesario ahondar en la búsqueda de acuerdos y en el trabajo en común que nos demandan los ciudadanos. Es imprescindible el compromiso de todos para acatar y asumir las decisiones de la mayoría representada por el Pleno. Gusten o no, son las decisiones del órgano que representa a la ciudadanía donostiarra. Por ello, todos debemos comprometernos con las decisiones que adopta y adopte el Pleno, independientemente de cualquier otra consideración.
- Un pacto por el transporte público sostenible
Apostamos por el tranvía como sistema de transporte sostenible en los grandes recorridos urbanos y vehículo de revitalización urbana de diversas zonas, que puedan complementarse con los servicios de la CTSS. Es necesario apostar por sus potencialidades y aprovechar la oportunidad que se nos brinda en esta materia. El eje central del nuevo sistema ha de ser la estación intermodal de Riberas de Loiola con sus conexiones de Renfe, Tren de Alta Velocidad, EuskoTren, autobuses, tranvía y conexiones viarias.
- Una apuesta por la adquisición de suelo
Las operaciones urbanísticas demandan un compromiso abierto con la compra de suelo por parte del Ayuntamiento, de forma que comencemos a introducir variables que flexibilicen el mercado inmobiliario en la ciudad, especialmente en forma de alquiler. La política del gobierno local ha errado en esta materia, y nuestra apuesta no debe ser la de una sistemática explotación del suelo tal y como sucede en la actualidad.
En materia de vivienda y urbanismo, la Alcaldía practica un falso progresismo que no ha logrado resultados positivos en 14 años de gobierno. La población no ha aumentado, el suelo se ha reducido sensiblemente, pero la demanda de vivienda no disminuye y los precios medios no sólo no descienden sino que son, en Donostia, los más caros de toda la Península, por encima de metrópolis como Madrid o Barcelona.
La población sigue envejeciendo, pues muy pocos jóvenes pueden vivir en nuestra ciudad. El modelo ha fracasado y los datos demográficos y económicos no son positivos. Donostia corre el riesgo de acabar pareciéndose a cualquier ciudad balneario, mientras los trenes del futuro se nos escapan y la ciudad se hace mayor y poco competitiva. Entre otras razones, por la ausencia del capital humano que representa una juventud que no puede quedarse a vivir entre nosotros.
- Un compromiso con los jóvenes
Donostia necesita que nuestros jóvenes apuesten por vivir en la ciudad y desarrollar sus proyectos de vida en la misma. Ello es imprescindible para revitalizar social y económicamente el Centro, la Parte Vieja y buena parte de los barrios de Donostia. Es imprescindible que el Ayuntamiento se comprometa con quienes más lo necesitan. La ciudad, desde todas las perspectivas, necesita a los jóvenes. Para ello, los planes especiales de vivienda para este sector de la población son una herramienta fundamental.
- El empuje definitivo para San Telmo y Tabacalera
El acuerdo de todos los grupos ha sido esencial para lograr, al fin, un proyecto museístico para San Telmo, así como el proyecto de restauración y ampliación arquitectónica de uno de los edificios más significativos de la ciudad. Es necesario comprometer las voluntades de todos para que San Telmo y el Centro Internacional de Cultura Contemporánea de Tabacalera se conviertan en dos de los símbolos culturales de Donostia.
- Un compromiso con la tecnología
Las ciudades europeas que han logrado hacerse un hueco relevante en los distintos mercados y flujos económicos ha apostado decididamente por la tecnología. Donostia debe apostar por liderar la apuesta tecnológica de Gipuzkoa y del eje Baiona-San Sebastián. Una ciudad que apuesta por el sector servicios y la sostenibilidad de su sector productivo tiene la obligación de conformar un espacio de redes tecnológicas y de investigación pionero en la Unión Europea.
- Una definición y una apuesta por la metrópoli
Donostia necesita encontrarse a sí misma y a su futuro en el gran espacio metropolitano de la Euskal Hiria y de la eurociudad Baiona-San Sebastián. En ese marco macrourbano, pero también marítimo, turístico y cultural, la regeneración de la bahía de Pasaia supone la gran apuesta de la ciudad de cara a las próximas décadas. Sólo Donostia puede liderar un proceso de estas características con el apoyo del resto de las instituciones. Ciudades como Cardiff, Bilbao o los Docklands de Londres son ejemplos de regeneración urbana y portuaria de zonas especialmente degradadas por la industria y la propia historia.
- Un nuevo Sagüés a escala donostiarra
Más allá de apuestas megalómanas y fuera de la proporción que guarda nuestra ciudad con la realidad física que nos rodea, el remate que necesita Sagüés ha de guardar una armonía y una proporción adecuada con el monte Ulia, sus laderas y el frente marítimo de Gros. A los grupos municipales y a la propia ciudadanía nos corresponde liderar un pacto sobre este remate marítimo que destierre proyectos ajenos a nuestra historia y a la propia identidad de San Sebastián.
- Un gran compromiso con Altza y con todos los barrios
El barrio de Altza necesita un Plan de Regeneración Integral de carácter pluridisciplinar paralelo al desarrollo de Auditz-Akular. Lo mismo cabe decir de otros lugares, cuya calidad de vida no guarda relación homologada con la situación que se vive en el centro de Donostia. En este aspecto, los soterramientos ferroviarios de Intxaurrondo, Martutene, Urumea y Amara son elementos básicos de calidad urbana.
- Decisión y recursos para eliminar los viaductos de Carlos I e Iztueta
Son las dos barreras urbanas más significativas de la ciudad junto con el trazado ferroviario sin soterrar. El Ayuntamiento debe afrontar su eliminación para mejorar la calidad de vida de los vecinos de Amara, Gros y Egia.
- Un pacto político por el euskera
Donostia debe ser la capital internacional en la práctica y en la divulgación del euskera como patrimonio rico y universal. Para ello, hay que pasar de la retórica a los hechos y la administración municipal debe ser un elemento tractor en esta materia. Debemos aprovechar, a tal fin, las sinergias que generan las universidades con sede en la ciudad, así como los distintos grupos y agentes sociales relacionados con la difusión del euskera.
- El cumplimiento de lo acordado sobre Igeldo
Igeldo constituye un elemento singular de la ciudad, cuyo proceso de descentralización debe abordarse, de acuerdo con las propias reivindicaciones y sensibilidades de los igeldotarras. Es éste un compromiso que deriva igualmente de la Ley de Grandes Ciudades y que debe atenderse sin mayor demora.
- Un compromiso con los mayores
La pirámide poblacional nos habla de un envejecimiento constante de nuestra población que demanda más inversión en la protección y dotación de servicios para los más mayores. Nuestro Ayuntamiento debe coordinarse y trabajar conjuntamente con la Diputación para la dotación de nuevos centros para mayores.
- Un presupuesto pactado y eficaz
Donostia no puede continuar con una dinámica de presupuestos impuestos, prorrogados o ni siquiera presentados ante el Pleno. El presupuesto anual es la herramienta fundamental de trabajo del Ayuntamiento para acometer las necesidades de la ciudad y sus proyectos de futuro. Es necesario, por tanto, que Donostia disponga de un presupuesto eficaz y aprobado por el pleno.
En suma, si la ciudad pretende enfrentarse a los nuevos retos del futuro debe abordar las nuevas necesidades urbanísticas, la endémica situación del problema de la vivienda, el envejecimiento de una población que necesita de los jóvenes acuciados por el coste de vivir en Donostia, las grandes oportunidades tecnológicas, la visión metropolitana del eje Atlántico en la UE, la necesidad de apostar por los soterramientos de las vías férreas y el impulso activo de proyectos que lideren las necesidades de una comunidad que evoluciona y desea desarrollarse de forma sostenible, pero armoniosa con la historia y con su identidad.
Donostia debe apostar por un modelo de ciudad que responda, como mínimo, a los retos anteriores. Con ellos, y con el empuje de todos los que queremos ver la ciudad en clave positiva, seguiremos abogando por trabajar en una línea de entendimiento y trabajo que beneficie a Donostia y a sus ciudadanos. Es hora de mirar al futuro sin perder de vista nuestro rico pasado.