Descanse en paz Rocío Jurado. Y descansemos todos del tratamiento informativo sobre su fallecimiento.
Ha sido una pena su muerte. Era una artista temperamental, con un chorro voz magnífico y mujer hecha a sí misma poseedora de grandes valores humanos. Por eso cuando desaparece alguien que está siempre ahí, en nuestro paisaje vital, también se muere algo de nosotros mientras nos anuncia que no vamos a quedarnos aquí para siempre.
Pero cada día fallece muchísima gente. Unos de hambre, otros torturados y los más por enfermedad. Científicos, poetas, ejecutivos, funcionarios, misioneros. Familiares. Todos los días. Y todos sin el tratamiento informativo que se le ha hecho a Rocío Jurado y a su familia. Y es que tras la información si uno busca siempre encuentra o un negocio, o el morbo de unos pocos al servicio de muchos o una valoración excesiva para pasto de las grandes mayorías o de las grandes muchedumbres.
Algo así empieza a suceder con el llamado proceso de paz. Hay demasiado ruido, demasiado foco, demasiada información innecesaria.
Todos queremos, y la mayoría es casi infinita, que todo salga bien, que la paz vaya día a día consolidándose, que los tres años que se han cumplido esta semana sin que ETA haya atentado, vaya sumando días, semanas, años, décadas y centurias. Todos queremos eso. Lo que no queremos son los Marlaskas llamando a Madrid a dirigentes de Batasuna y a Permach, Otegi y Goiricelaya todos los santos días retroalimentando una discusión cansina e infinita, llena de tópicos y de acusaciones de trinchera.
No queremos que Zapatero vaya a un acto de su partido en Barakaldo y anuncie no se qué, ni que Pepe Blanco todos los fines de semana nos de una teórica sobre como se debe hacer una negociación. No queremos que Rajoy anuncie que rompe con Zapatero si el PSE habla con Batasuna. Por cierto. Yo siempre los llamo Batasuna. Es un bonito nombre. Es su nombre. Creo que la llamada “izquierda abertzale” es algo más que Batasuna. Es como si al PNV le llamaran “el centro progresista y humanista”. Todo un piropo.
Bueno pues Batasuna debe decir a los de la kale borroka, que empiezan a hacer de las suyas, como en 1999, que paren de una santa vez y para siempre. Como en las bodas. Y ellos, los de Batasuna, no declararse en rueda de prensa permanente. Ya está bien. Lo que queremos es eficacia, discreción, sensatez, firmeza, buena voluntad y gente inteligente haciendo las cosas.
¿Alguien se imagina una negociación empresarial radiada y todos los días dando la taba?
Se impone pues el sentido común y el que nos dejen, por lo menos, que pasemos un buen verano. Que la ciudadanía se lo merece. Y que se hable del “Mundial” y de las fiestas de San Juan, del carnet por puntos y de los mejores pintxos, del Txakoli y del Rioja. Y que quien tenga que hablar, hable y quien tenga que callar, calle.
No es tanto pedir ahora que empieza una nueva semana sin que nos den todos los días un programa especial sobre la malograda Rocío Jurado que hablaba de las olas y decía que iban y venían sin que uno se diera cuenta. Ojalá no nos demos cuenta y la normalidad nos llegue “sin que se acabe el amor de tanto usarlo”.
EL DEBATE DEL ESTADO SOBRE EL ESTADO: SOLO UN CAMBIO DE PAREJA
El pasado lunes en el programa de debate “59 segundos” me preguntaron por los Debates del Estado de la Nación. Pasé por 18 de ellos desde que González los instauró para hablar de vez en cuando en el Parlamento ya que aquel presidente no contestaba preguntas todas las semanas en el Congreso, solo al final, y nunca en el Senado.
Con Aznar los debates fueron fundamentalmente los de aquella nefasta mayoría absoluta en la que él no se dirigía a nuestro Grupo, sino a la televisión y para machacarnos. Ahora hay más información parlamentaria, de forma mucho más continua y por eso los debates de este tipo han perdido algo de punch por la existencia de una cierta saturación.
Este año el debate se iniciaba con el aniversario de la entrada del estado en la OTAN gracias a una decisión de Calvo Sotelo a la que el PSOE se opuso para posteriormente rectificar. Fue en 1982. Y también esta jornada tenía la pregunta indignada de la derecha española que inquiría de que Nación se trata cuando ahora todo el mundo es Nación o Realidad Nacional o Nación de Naciones. Una protesta nuestra se ha reconvertido en una protesta del PP que ve como España se diluye entre los dedos según ellos. Era también el día en que se cumplían tres años del último atentado de ETA en Zangoza (Sangüesa).
Independientemente de la intervención de Erkoreka, que comentaré, emplazándole a Zapatero, en este Debate solo hubo una novedad, si descontamos el alto al fuego permanente. El cambio de caballo en mitad del río de Zapatero. Del apoyo de IU y ERC a su gobierno a CiU y a la búsqueda del PNV.
Conocí y traté en la legislatura 2000-2004 a Joan Puigcercós, único diputado en aquel tiempo de ERC que en su soledad y con su discurso nacionalista se granjeó nuestra amistad. Puigcercós me llamó para que fuera al Círculo de Bellas Artes a la presentación de Carod Rovira cuando Carod no era conocido. Y allí fui un mes de julio de 2003. Y no hubo casi nadie. Pero como a los hombres se les conoce cuando se les da un carguillo, en esta legislatura, los dos años que lleva, han servido para conocer al verdadero Puigcercós. No al tipo amable y buena gente con el que hacíamos tantas migas sino al político ambicioso al que el PSOE le ha puesto un foco delante, le ha recibido en La Moncloa, le ha halagado su vanidad y lo ha echado a perder.
Puigcercós, diga lo que diga a su gente, ha sido una alfombra para el PSOE durante estos dos últimos años con una sola intención: sustituir políticamente a CiU como fuera. No para hacer nacionalismo catalán, sino para degustar el poder. Quítate tú para que me ponga yo.
Mientras él ha tragado carros y carretas, Joan Tardá bajaba a la tribuna y distraía al personal hablando catalán. Puig se metía en la piscina de Pedro J., los jóvenes quitaban páginas a la Constitución, Carod se ponía la corona de espinas, y ERC reivindicaba los papeles robados de Salamanca para Catalunya y nos dejaban a nosotros sin los nuestros y eso que el PNV mantuvo custodiados y guardados los de la Generalitá que devolvió en acto solemne. Solo este dato ya es una buena fotografía de situación.
Entendería que el NO de ERC al Estatut si éste fuera sincero, pero sé que, de no haber mediado la foto de Zapatero con Mas, ellos hubieran hecho lo mismo que ha estado haciendo CiU. Es decir. No se trata sólo de nacionalismo catalán, sino de lucha por el poder.
Por otra parte las posturas arrogantes de Puigcercós me han descubierto a su personaje seducido por Madrid, el mismo Puigcercós que la semana pasada le suplicaba a Pérez Rubalcaba que intercediera para que Solbes les recibiera en su ronda de contactos porque les va la vida que no les cierren las puertas de Palacio solo para preservar su mera imagen, sólo eso, me da la tónica de un liderazgo inconsistente.
Y eso creo que es lo que de verdad ha sido novedoso en este debate. Para tener a gentes que actúan así, sin ser CiU, y sin montar numeritos baratos, ya está CiU para hacer otro tipo de política y no la guerra Carod-Puigcercós para ahora irse al monte cuando sé que la única ambición de ERC era acabar con CiU. ¿Por qué sino acordó con el PSC e ICV en el Pacto del Tinell?. ¿Por qué en el debate del año pasado le obligó al PSOE a no aceptar una sola resolución de CiU, todas a favor de Catalunya?.
Esto ha sido lo más novedoso de este Debate tan lleno de tópicos. La consagración de cambio de pareja y un Puigcercós rendido no en defensa de Catalunya sino mendigando imagen y buscando apoyar a Zapatero para hacer una política de izquierdas en España. Lo dijo para evitar que cristalice un pacto PSOE-CiU. Ofrecerse a hacer una política de izquierdas en España ¿es la misión de un partido independentista catalán?.
Vuelvo al principio. ERC no ha hecho política nacionalista en Madrid y al final, por hacer el ganso con cuestiones menores, CiU les ha “robado la cartera”, como dicen. Una cartera que a pesar de todo el “cepillado” que le habían dado al Estatut ellos iban a avalar si Zapatero no hubiera cambiado de pareja. Lo demás son cuentos chinos. De ahí mi decepción con la figura de Puigcercós que ahora modifica su discurso buscando una mendicante política de izquierdas y el que les reciba Solbes. ¡Patético!. ¡Qué pena!.
BATASUNA NO REPRESENTA AL PNV
El segundo día del Debate le tocó abrir la sesión a Josu Erkoreka. Quizás fue mejor así porque de haber intervenido la víspera, la confrontación Zapatero-Rajoy le hubiera silenciado y, de haber esperado un día más, la muerte de Rocío Jurado le habría sepultado en los informativos. Fue bueno que empezaran todos frescos el miércoles 31 de mayo en un hemiciclo que se fue llenando.
Y así como he destacado que el primer día lo novedoso fue el cambio de pareja y la patética intervención de Joan Puigcercós pidiéndole al presidente un huequito para que ERC pueda hacer una política de izquierdas, por cierto, nosotros siempre votamos a esa política de izquierdas cosa que ellos en el Congreso y en el Senado no hacen ni nos muestran la misma solidaridad, Erkoreka quiso acabar con esa guerra de sombras que se basa en que si Batasuna habla con el PSOE la cuestión es maravillosa pero si lo hace el PNV, es una traición.
Y como quizás a esa hora algunos no pudieron seguir la intervención de Erkoreka, ahí va cómo empezó la misma que sólo ha sido destacada por El País de manera adecuada.
Dijo así:
“Señor presidente del Gobierno, hay gente en Euskadi que desearía que hoy yo no estuviera aquí debatiendo con usted. Hay gente en Euskadi que no quiere bajo ningún concepto que la formación política a la que yo pertenezco, el Partido Nacionalista Vasco, mantenga el más mínimo entendimiento con su partido político y el Gobierno que usted preside. Hay gente en Euskadi que, en interminables entrevistas y farragosos comunicados, nos censuran, y lo hacen además con severidad, por hacer, según dicen, tantos viajes a Madrid y por haber alcanzado, según dicen también, tantos acuerdos con su Gobierno. Fíjese lo que nos reprochan. Es curioso. Por una parte se jactan de llevar seis años hablando con su partido y de hacerlo, además, ininterrumpidamente y con creciente intensidad. No tienen reparo alguno en reconocer abierta y públicamente su disposición a hablar con su partido y con su Gobierno y de incluso alcanzar acuerdos y entendimientos tras la pertinente negociación.
Sin embargo, nos reprochan a nosotros el hecho de venir a Madrid a tratar y a negociar con usted los temas que interesan a la gran mayoría de los vascos. Es curioso, pero es así. Ellos pueden hablar con usted, nosotros no. Ellos pueden negociar con usted, nosotros no. Ellos, incluso, pueden aspirar a pactar con usted, nosotros no. En ellos, hablar, entenderse, negociar y pactar con usted es bueno, es positivo, es plausible, incluso heroico —no hay más que ver la literatura casi épica que desarrollan a este respecto—, y en nosotros sin embargo es esencialmente malo, negativo y pecaminoso. Así están las cosas en Euskadi, señor presidente, como seguramente no se le ocultará. Es como aquel juego de niños que se desarrollaba bajo el lema: Yo sí y tu no. Todo para mí y nada para vos. Un juego de niños cuyas trampas ya conocemos todos, porque todos lo hemos practicado.
Pues bien, frente a quienes así sienten y piensan, señor presidente, yo quisiera dar comienzo hoy a mi intervención dejando constancia clara y terminante de que, pese a quien pese —y ya veo que a algunos les pesa bastante—, yo, mi grupo parlamentario y la formación política a la que pertenecemos, seguiremos viniendo a Madrid cuantas veces sea necesario, a tratar y negociar con usted y con su Gobierno todo lo que tenga que ver con el círculo de intereses del País Vasco. Y, en su caso, si se diera la oportunidad, si se dieran las circunstancias pertinentes, para alcanzar también los acuerdos que requiera el futuro de nuestro pueblo. Lo vamos a hacer por tres razones: primero, porque nos han elegido para eso y no tenemos absolutamente ninguna intención renunciar a nuestro mandato parlamentario; segundo, porque es doctrina y práctica tradicional e histórica de mi partido estar presente en todos los foros en los que directa o indirectamente se adoptan decisiones que conciernen a Euskadi, y aquí hoy por hoy eso ocurre. Nosotros no hemos estado en Sudáfrica, como otros, aprendiendo técnicas de negociación, pero en mi grupo parlamentario, señor presidente, no falta formación, ni voluntad, ni ganas de trabajar por nuestro pueblo; y, tercero, porque esa gente que pretende monopolizar la relación con usted y con su partido, incluso con su Gobierno, téngalo en cuenta, señor presidente, no nos representan —quiero dejar constancia clara de esto—, no nos representan. Ni nos representan a nosotros ni representan a los miles de ciudadanos que nos han votado.
Nada tenemos que objetar al hecho de que se entrevisten con usted y con su Gobierno, nada, y nada reprocharemos por ello ni a ellos, ni a usted; al contrario, aplaudiremos, incluso fervientemente si hace falta, el hecho de que, aunque tarde, finalmente hayan descubierto que el diálogo es mejor que el cóctel molotov, pero tenga claro que en las conversaciones que eventualmente mantengan con usted, con su Gobierno o con su partido, lo que le expondrán serán sus problemas, inquietudes y aspiraciones, las suyas, no las nuestras. Es posible que haya una cierta coincidencia, una coincidencia siquiera parcial entre nuestros problemas, inquietudes y aspiraciones, y las suyas, pero aun a partir de esa coincidencia tenga claro que la significación política de esas inquietudes, problemas y aspiraciones, es diferente, porque nosotros nunca hemos hecho uso del cóctel molotov ni lo hemos amparado.
Señor presidente, por lo demás, venir aquí, a Madrid, al Congreso de los Diputados, a debatir con usted sobre los asuntos que conciernen a Euskadi no significa, ni mucho menos —y esto lo sabe perfectamente—, que hayamos de compartir necesariamente diagnósticos y soluciones. Entre ustedes y nosotros existen coincidencias, que no voy a negar, pero existen también muchas, muchísimas, discrepancias. Y existen discrepancias porque nunca, ni antes, ni ahora, nunca, hemos sido interlocutores cómodos, sumisos y complacientes. En el futuro probablemente tendrá que seguir siendo así, seguiremos alternando disensos y consensos, porque en eso consiste esencialmente la política, en modular las discrepancias hacia la búsqueda de coincidencias o, si prefiere en otros términos, en buscar puntos de encuentro desde el territorio propiamente marcado por cada uno, teniendo en cuenta siempre lógicamente que ese punto de coincidencia tiene que situarse en lo más cercanamente posible al territorio marcado por cada uno.”
Así empezó Erkoreka su disertación. Pero, ¿cuál fue la primera noticia para algunos? Batasuna en la Audiencia… Ya sabemos que es un millón de veces más importante lo que diga Otegi que lo que diga un portavoz de un Grupo Parlamentario de siete diputados en el Congreso y de siete senadores en la Cámara Alta. Ya lo sabemos. Por eso hablaba yo al principio de que para algunos no es lo mismo que fallezca un científico que ha descubierto un medicamento para la humanidad a que fallezca la chipionera. Pero luego, que la gente no se queje.
LOS EXTREMOS SE TOCAN Y SE NECESITAN
Por todo esto vuelvo a insistir. ¿No están ustedes hartos de tanto Proceso etéreo, de tanta Mesa, de tanto repetir los mismos conceptos? ¿No estaría mucho mejor que hubiera silencio, que los que se tuvieran que reunir se reunieran y nos dejaran de dar la lata todos los santos días? ¿No les pagamos para eso?
Parecería que no.
Pero la cosa tiene una explicación.
El PSOE necesita decir en Barakaldo y ante la militancia socialista lo que va a hacer. Zapatero anuncia que va a hablar con no sé quien, el de la moto dice que les han dado luz verde para entrevistarse con el de más allá. Patxi López no deja de darnos todos los fines de semana una teórica sobre la consecución de la paz y eso que no ha ido a Sudáfrica a ponerse al día sobre algo tan obvio. Pero es que necesitan que se sepa esto, y que de lograrse, sólo sea mérito de Zapatero, del PSOE, y de los hombres de Patxi López.
Lo malo es que por otra parte, ocurre lo mismo.
Llegaba al aeropuerto de Barajas y un periodista me preguntaba si creía que iban a encarcelar a Otegi. Y yo le respondía: no. Hacía poco Jone Goiricelaya había dicho que si. No es el caso pero parecía como si quisieran seguir con el discurso de una judicialización del proceso que quizás, involuntariamente, han puesto en marcha por su lentitud desde Anoeta en decir de una vez por todas, adiós a las armas. Tanto tiempo y tantas ruedas de prensa, y tantas cosas hechas para provocar, han puesto a toda la carcunda de uñas. ¿Por qué no un poco de cabeza y de política señores o lo que ustedes buscan es una campaña electoral gratis y diaria?
Por eso estuvo bien Erkoreka cuando le dijo a Zapatero lo siguiente: “la transparencia total y absoluta, con luz y taquígrafos, perjudica más que beneficia a este tipo de operaciones, que requieren para prosperar mucho sigilo y mucha discreción. Por nosotros, si usted considera conveniente no comparecer, no está obligado a hacerlo”.
Pero no nos va a caer esa breva. Hay que poner mucho foco, hay que darle mucho protagonismo a los jueces, hay que amenazar un poco cada día, hay que enseñar la patita con la kale borroka, hay que polarizar la lucha entre el PSOE y Batasuna, hay que estar todos los días en rueda de prensa permanente…
¿Es esto un proceso de paz? O más bien, el concurso de paellas de Aixerrota con todo el respeto al concurso de paellas de Aixerrota que lo hacen muy bien.
Miren. Los jueces deben dejar en paz a los dirigentes de Batasuna por hechos del pasado. Zapatero debe quedarse callado por lo menos dos meses. Batasuna debe dejar de estar en rueda de prensa diaria. Los medios deberían hablarnos un poco más del verano y del Mundial y El Koala debería seguir cantando “OPA…”
¿No creen?