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Juan Jose Ibarretxe (Diario de Noticias de Alava)

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Maiatza 07 | 2006 |
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Juan José Ibarretxe

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Diario de Noticias de Álava


Ibarretxe: "Hablar de protagonistas es estéril, hoy impulso el diálogo, pero mi papel lo decidiremos entre los partidos"
En Madrid se debate estos días sobre el formato que debe tener la próxima comparecencia de Rodríguez Zapatero para dar cuenta al Congreso de la verificación del alto el fuego. ¿Es usted partidario de que el presidente busque el aval de la Cámara Baja a través de una votación?

Quedarnos en debates sobre las formas, sobre si se debe votar o no, me parece anecdótico en estos momentos. Me parece más importante verificar éticamente el alto el fuego y, después, poner en marcha la verificación democrática y yo así lo he trasladado a los partidos. Y todos entienden que si la verificación ética se produce a finales de mayo o principios de junio, lo lógico es que seamos capaces de poner en marcha el proceso político de diálogo para buscar acuerdos a partir de verano.

Esa impresión suya sobre un cierto consenso en torno a los tiempos contrasta con la queja de Arnaldo Otegi sobre que no se ha acordado que deba ser septiembre el momento para poner en marcha la mesa. Más importante que la fecha es que cuando el diálogo multipartito se ponga en marcha se haga con garantías de poder alcanzar acuerdos. Sería una irresponsabilidad política que pusiéramos en marcha un diálogo político sin tener previamente negociados unos acuerdos entre los partidos en torno a la metodología, el calendario... De esas cuestiones estamos hablando en estos momentos.

¿En qué momento están esas conversaciones?

Después de la ronda de contactos dije que ponía la luz verde en el diálogo, con los partidos y entre ellos, y que a partir de ahí mi intención era seguir trabajando desde la sombra, sin prisa pero sin pausa. Es muy importante aprovechar hasta final de verano para concretar las condiciones en las que se puede poner en marcha ese diálogo multipartito. Pero más importante que decir el 15 de septiembre o el 28 de octubre es que cuando se vaya a iniciar ese diálogo sea con garantías.

¿Ve factible que esa mesa eche a andar sin antes resolver la vuelta a la legalidad de Batasuna?

Con Batasuna estamos hablando. No creo que haya nadie, nadie, en este país que piense que puede haber una solución política sin Batasuna. Todos somos necesarios, imprescindible no hay nadie pero todos somos necesarios. Por tanto no tengo ninguna duda de que Batasuna va a formar parte del diálogo político, ya hoy forma parte. Batasuna está hablando con los partidos, está hablando conmigo, estamos hablando del diálogo multipartito y de las condiciones que deben posibilitarlo. Batasuna va a estar y va a estar también en las elecciones de 2007, no tengo ninguna duda.

Pero el Partido Socialista ha dejado claro que no se sentará en esa mesa con Batasuna en la ilegalidad...

Yo no creo en el doble rasero, si alguien es para ti un interlocutor en privado ¿qué sentido tiene que no lo sea en público? ¿Qué sentido tiene? No entiendo estas distinciones que forman parte fundamentalmente de debates mediáticos. Dejemos de jugar con este tipo de cuestiones. Batasuna es una fuerza que va a participar del diálogo multipartito y punto.

¿Le ha avanzado Zapatero cómo puede desarrollarse esta cuestión en los próximos meses?

Lo que hablé con él sobre este tema y sobre la Ley de Partidos en general es que con instrumentos del pasado no se puede construir el futuro. ¿De qué, si no, se deriva que el Partido Socialista acepte una interlocución que le vale en privado y no en público? Estas cosas tendrán que ser superadas y se superarán sin dificultades -espero- en los próximos tiempos.

El debate se centra ahora en cuestiones de calendario, procedimentales, ¿puede ser el Pleno de Política General en septiembre un buen momento para centrar la discusión en el qué de esa mesa de partidos?

Ya trasladé en el Pleno de investidura lo que pienso que forma parte del corazón del contencioso político, que tiene muchos años: hace 167 se produce la abolición foral, la abolición de los derechos históricos del pueblo vasco por parte de España, que después el propio texto constitucional dice reconocer y amparar e incluso recoge la abolición de las leyes abolitorias. Por eso, con absoluto convencimiento, creo que de la actualización y desarrollo de los derechos históricos es de donde vamos a poder buscar una salida de naturaleza jurídica y política en torno al derecho a decidir.

¿No hay solución política sin derecho a decidir?

Nadie piensa que la normalización política es discutir acerca del transporte mecánico por carretera o si las cuotas de formación profesional forman parte o no de la caja única de la Seguridad Social. También discutiremos de eso pero ¿qué y sobre qué tendremos que buscar un acuerdo si queremos resolver el conflicto político? Sobre el derecho a decidir y cómo pactar su ejercicio. Porque defender el derecho a decidir de la sociedad vasca no es un planteamiento del mundo nacionalista, sino un planteamiento democrático.

No todas las fuerzas políticas vascas comparten ese punto de vista. El PP se manifiesta claramente y dice: sólo hay una soberanía, la soberanía española. Yo no lo acepto, pero lo respeto. En el Partido Socialista hay diferentes voces, hay quien dice que sólo tendremos derecho a someter a consulta algo que previamente haya sido cepillado en Madrid, que no sólo lo piensa Alfonso Guerra sino una parte importante del partido. Se tendrán que aclarar, si se respeta o no la voluntad de la sociedad vasca. Porque si se respeta, tal como decimos en público, perfecto, pactemos de qué manera se realiza ese ejercicio. Es muy sencillo, es muy simple.

¿Se entiende entonces que el encaje jurídico del derecho a decidir supone renunciar a una reforma estatutaria para tirar del hilo de la disposición constitucional sobre los derechos históricos?

En la actualización y desarrollo de los derechos históricos es evidente que la capacidad de decisión del pueblo vasco está plenamente justificada política y jurídicamente.

Una doctrina que podríamos denominar nuevo foralismo...

No, yo he hablado en muchas ocasiones de esto. Incluso el nuevo Estatuto aprobado en el Parlamento Vasco fundamentalmente está amparado en una actualización de los derechos históricos, más que en el Título VIII de la Constitución.

¿Ha encontrado comprensión a esos argumentos en Rodríguez Zapatero?

El presidente sabe perfectamente que si quiere una solución tiene que abordar el derecho a decidir. Es mejor no engañarnos, ha llegado el momento de hablar claro. Zapatero sabe eso igual que lo sabía Aznar.

Que lo sepa no supone que lo vaya a llevar a la práctica.

Lo primero que tienes que hacer en la vida para resolver un problema es reconocer que existe. Yo creo que es un punto de partida.

¿Es compatible el binomio defendido por el PNV "no imponer, no impedir" con la transversalidad que reclama el PSE?

La legitimidad democrática de cualquier planteamiento será que sepamos inteligentemente mejorar los resultados de las normas con las que hasta ahora hemos convivido. Ahora bien, ya me gustaría que nos dijeran quienes hablan en términos no tanto de mayorías amplias, sino de querer ejercer una determinada capacidad de veto, qué sensibilidad abertzale se tuvo en cuenta a la hora de aplicar la Constitución española. Dicho esto, sigo pensando que es necesario que tengamos en cuenta que son importantes mayorías amplias.

Este debate se produce mientras Cataluña cierra el suyo. Para algunos Rodríguez Zapatero ha sido pragmático en este asunto, para otros es un cierre falso. ¿Teme que esto ocurra en Euskadi?

No debemos olvidar que tenemos un patrimonio institucional aprobado en este Parlamento, un Estatuto político que se ha erigido en un monumento a la existencia de un contencioso político. No puede el Parlamento Vasco imponer su decisión al Congreso, pero tampoco puede hacerlo el Congreso al Parlamento Vasco, por tanto tenemos que negociar. Segundo, es evidente que abrimos una puerta que después están utilizando, legítimamente, otros. A partir de ahí, con toda claridad, como lehendakari no estoy dispuesto a someter a referéndum en Euskadi algo que haya sido previamente cepillado en Madrid, no estoy dispuesto.

Pero el caso catalán, es un ejemplo ¿para bien o para mal?

Somos dos naciones con dos caminos. Lo que tenemos que hacer es respetarnos. Por otra parte es evidente que aquéllos que estuvieron tiempo y tiempo intentando trasladarnos que el modelo catalán nos iba a sacar las castañas del fuego últimamente están muy apagaditos. Sin decir más.

Lehendakari, a veces parece que usted, Josu Jon Imaz y Joseba Egibar interpretan la misma letra con distinta música.

No, creo que todas las formaciones salimos reforzadas de la integración, el PNV también, en sí mismo y con la sociedad vasca. Quienes proyectan ese escenario en términos de división son determinados medios de comunicación que no dicen lo que tenemos en común Josu Jon, Joseba y yo, cosas que me temo que realmente les preocupan: que el pueblo vasco existe y que por eso tiene derecho a decidir libre y democráticamente su futuro.

Aceptará que sí se palpan diferencias de matiz...

Una cosa es la disputa democrática legítima en el seno de los partidos políticos. Es evidente que en todos los partidos ocurre, esto no es el PCUS, admitimos que existan alternativas, distintas candidaturas. Pero en estos momentos, producto de las decisiones democráticas que se han tomado en el PNV asamblea por asamblea, Josu Jon Imaz es presidente del EBB y Joseba Egibar, del Gipuzku Buru Batzar. Y punto.

Lehendakari, ¿le preocupa la famosa pinza PSE-Batasuna?

En absoluto. En esta situación todos ganamos, no pierde nadie. Eso significa que vivimos en un escenario que hemos deseado todos, que cualquier partido pueda pactar con otro necesariamente es algo bueno para todos. Me parece tan inmensamente maravilloso un escenario de esa naturaleza que de verdad no alcanzo a ver ningún problema.

¿Por qué ha sido posible ahora este escenario y no en 1998?

Yo suelo acudir a una reflexión que tiene que ver también con la mitología griega, la leyenda del rey Egeo. Su hijo Teseo, el día que levantara la roca y sacara las sandalias, la túnica y la espada, tomaría posesión de Atenas. A nosotros nos ocurre algo parecido: hay que esperar a tener fuerza para poder levantar la piedra.

¿Y qué papel va a desempeñar en este nuevo escenario?

Mi trabajo fundamental es impulsar el diálogo con los partidos y de los partidos entre sí para poner en marcha el diálogo multipartito y alcanzar acuerdos políticos. El debate no es de protagonismos, ése es un debate estéril. ¿Cuál es la función del lehendakari o de los partidos? Bueno, todo eso vendrá, lo decidiremos con tranquilidad entre los partidos, pero lo que hoy me ocupa a mí es impulsar el diálogo multipartito y que éste se dé con garantías, es decir, que no nos sentemos sólo a tomar café.

Pero el protagonismo de Rodríguez Zapatero en todo este proceso, ¿no le provoca ciertos celos de cara a futuras citas electorales?

En absoluto. Al margen de trabajo de unos y otros, el que nos ha traído hasta aquí es la sociedad vasca.

El protagonista, la sociedad vasca, en ese sentido es muy humilde. Digo más: vamos a seguir caminando en el espacio de hacer irreversible el proceso de paz y lograr acuerdos políticos si la sociedad vasca sigue exigiéndonos alcanzar acuerdos para solucionar las cosas.

¿Mantiene intacta su confianza en la reedición de la coalición con EA?

Ésa es una cuestión que corresponde a los partidos, y tengo todo el respeto del mundo por sus decisiones. Para mí ha sido un orgullo ser candidato de PNV-EA, ha sido un gran honor y, desde ese punto de vista, esta coalición ha sido una gran fuerza transformadora porque suponemos la centralidad política de este país. Éste ha sido un proyecto que ha generado, genera y puede seguir generando ilusión. A partir de ahí, corresponde a los órganos de gobierno del PNV y de EA tomar las decisiones. Y hay tiempo para tomar las decisiones.

Volvamos un segundo la vista a Navarra, ¿le preocupa la reacción de Miguel Sanz durante las últimas semanas?

Tenemos que construir una nueva cultura política y hay que huir del rifirrafe permanente. La verdad, no entiendo por qué, si no es desde el nerviosismo político, se está trasladando ese miedo por parte de Sanz, del PP, de Rajoy, en torno al futuro de Navarra, cuando sobre esta cuestión hay una garantía, la más importante, que es el principio democrático de que lo que Navarra quiera ser lo decidirán democráticamente los navarros y navarras. Eso debería tranquilizar a todo el mundo, a Sanz también.

¿Supone un riesgo añadido al proceso?

Los procesos de paz y normalización deben quedar más allá del rifirrafe político, porque sirve para meter ruido, para ganar unos votos en un momento político. Pero la sociedad vasca y la navarra han observado que este escenario de construcción de paz y acuerdos políticos no puede empantanarse, es algo que no se lo van a dejar tocar a nadie, ni a UPN, ni a Sanz ni al PNV, ni a Batasuna ni a nadie.

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