Recibo un correo respetuoso de un afiliado a EA, que tras aceptar mis tesis sobre su partido, me argumenta que hay otra EA, además de la oficial de Begoña Errazti, aunque esa EA sólo aparezca en los medios privados de comunicación, no en los públicos como EITB, y por eso el ciudadano tenga una percepción inexacta.
Me sugiere al respecto la lectura de la entrevista realizada por este periódico (28-01-2006) a Iñaki Galdos, presidente de EA en Gipuzkoa, que aboga por una estrategia conjunta con EAJ-PNV, convencido de que esa coalición es el verdadero motor de la política vasca.
Añade que EA como partido es casi inexistente en Araba, tiene algo más en Bizkaia, y que es en Gipuzkoa donde está su peso y donde Galdos representa al sector mayoritario. En Navarra está Nafarroa Bai, con la tirantez entre EA y Aralar, pues la buena señora quiere encabezar las listas electorales por delante de Aralar.
Esa es la fotografía que me envía mi comunicante mientras me recomienda la entrevista en la que el periodista --tras considerar que últimamente EA ha mostrado un mayor nivel de complicidad con la izquierda abertzale oficial, como por ejemplo la intervención de su secretario general Unai Ziarreta en el acto de Barakaldo-- preguntaba a Galdos si había sido partidario de asistir a este mitin. Su respuesta es significativa: “Coincido plenamente en la denuncia que ha hecho EA de la prohibición injusta de un acto legítimo. A partir de ahí, entiendo que existan voces, que haya gente y mucha, dentro de mi partido, que no se sientan excesivamente cómodos con el protagonismo que tuvo EA en ese acto. Un acto que era de y para la izquierda abertzale.
Además, entiendo estas discrepancias, entre otras cosas, porque a día de hoy, decenas y decenas de concejales y cargos nuestros están siendo fruto de presiones, amenazas y chantajes inadmisibles por parte de muchos de aquellos que estaban en Barakaldo ese fin de semana.”
Sobre si la actitud de EA responde a una estrategia de cambio de pactos y acercamiento a Batasuna, ante un posible fin de la violencia antes de 2007, Galdos matizaba: “Si se está hablando en mi partido de acercamiento de carácter estratégico la izquierda abertzale oficial, de cara incluso a próximas citas electorales, le puedo asegurar que lo desconozco y, si eso fuera verdad no lo compartiría. Insisto, no me consta que EA quiera compartir estrategias (electorales) con Batasuna, pero desde luego, si existiera esa posibilidad en un futuro no lo compartiría.”
También se le preguntaba si EA podría correr el riesgo de salir mal parado. La respuesta de su presidente en Gipuzkoa es clara: “Una cosa es que un partido como el nuestro y, es su obligación, trate de buscar, dibujar y encontrar un espacio dentro de la izquierda nacionalista, pero otra cosa es que nos salgamos del bloque del nacionalismo institucional histórico y democrático del que siempre hemos formado parte. A EA no sólo le separa de la izquierda abertzale oficial el apoyo o la comprensión más o menos explícita hacia expresiones de violencia y terrorismo, sino también el modelo de sociedad que propone, en la medida que vamos conociéndolo. La Euskal Herria que yo quiero construir en un futuro poco tiene que ver con la Euskal Herria que ellos quieren construir. No sólo nos separan los medios, sino también los fines.”
Es evidente que Iñaki Galdos tiene las ideas claras porque para escuchar lo mismo que dice Batasuna, ya está Batasuna, que además lo hace mejor que la señora Errazti. Y es que, además, Galdos introduce un elemento capital en todo este camuflaje de sombras y máscaras: el modelo de sociedad.
Otegi y compañía no hacen más que enarbolar el señuelo del nacionalismo vasco a todas horas, nacionalismo que por cierto enunció Sabino Arana hace 111 años y no Josu Urrutikoetxea, tratando de que no les preguntemos qué tipo de modelo de sociedad defienden. Me da la impresión que no el humanista que se horroriza ante el dolor humano, sino aquel que dice que el fin justifica los medios.
Coincido con Galdos en que el verdadero motor de la política vasca se basa en el buen entendimiento entre PNV y EA, lo que al parecer no gusta a la señora Errazti y nos podría responder conque en el PNV también hay distintas sensibilidades con relación al final de la violencia de ETA.
Seguramente también las hay, pero la diferencia sustancial con ella es que existe un documento de todo el EBB sobre este particular aprobado en octubre y que a ningún dirigente del PNV se le ocurrió ir al acto del BEC. Sería bueno que en EA, la señora Errazti, ahora que nos copia casi todo y comienzan a reivindicar el “Gernika” de Picasso como la gran novedad, hiciera un análisis de situación como el que hizo EAJ-PNV para que supiéramos todos a qué atenernos con ellos, porque, para escuchar lo mismo que plantea Batasuna, ya está Batasuna.
