Ni hacer ni dejar hacer, como el perro del hortelano, pero además, ni querer dejar hacer. Es, quizás, la frase que mejor podría resumir la actitud de Batasuna y PSE -que en los últimos meses más están hablando, haciéndose guiños entre sí, de la paz y de esperanza en el futuro- ante la iniciativa del lehendakari de crear un Consejo Político. Ni Otegi ni López lo creen conveniente. No han perdido tiempo en decirlo. El tiempo que, por otra parte, parece no correr para ellos cuando se trata de sentar definitivamente las bases del proceso de paz y de solución a nuestras aspiraciones políticas no resueltas en los últimos 27 años tras las ilusiones puestas en el principio de la transición.
Algunos optan -tras reafirmarse en lo que ya se habían afirmado hace algo más de año y medio- por dar una vuelta más al reloj de arena y nos marcan -y se marcan- el plazo de dos o tres meses. Por cierto, que son los mismos que tras rasgarse las vestiduras cuando el lehendakari adelantó en tres semanas las elecciones autonómicas, anunciaron que eran esos días que necesitaban para encarrilar todo el proceso. De eso casi ha pasado un año. Y, por otra parte, los socialistas vascos no dudan en sacar a relucir todo su recetario de adjetivos e infundios para justificar su negativa ante esta iniciativa, sin aportar ni una idea, ni un proyecto ni una iniciativa.
Es necesario dar los pasos para sentar las bases de lo que, una vez constatado el inicio del proceso de pacificación, sea una mesa de partidos que aborde, desde el compromiso y la necesidad de un acuerdo, cuáles van a ser en el futuro las reglas de juego que permitan definir, entre otros temas, nuestra relación con el Estado. El Partido Nacionalista Vasco no tiene miedo a esa mesa. Y no tiene miedo a tener todo preparado para que una vez dado el paso previo imprescindible podamos empezar a hablar y acordar al día siguiente. Hemos puesto a disposición de todos los agentes nuestra aportación recogida en la "Iniciativa caminos de Paz para la Convivencia. Ante el final político de la violencia y la normalización política".
Si lo que hay en Batasuna y el PSE es un temor a perder un protagonismo que ellos creen que sólo a ellos les corresponde lo tienen muy fácil. Ya saben tanto el PSE como Batasuna, a pesar de sus acusaciones a PNV, qué es lo que hay. En nosotros, del Partido Nacionalista Vasco, sólo encontrarán apoyo. Está, más que en cualquier otra parte, en sus manos.
Si el problema es otro, la cuestión cambia. Porque si además de lo anterior, lo que realmente les atenaza es el vértigo a sentarse en una mesa y tener que aceptar lo que allí mayoritariamente se acuerde el camino más fácil es tratar de impedir o dilatar, cuanto más, la constitución de una mesa. E intentar hacer de una discusión de procedimientos otro nuevo y eterno proceso, para excusa del vértigo al movimiento y no abordar el problema político que el Pueblo Vasco tiene planteado. Espero y deseo que alguien no esté pensando en este supuesto. Porque nosotros no estamos por la labor.
El día 1 de febrero, el día en que hace un año las Cortes Generales del Estado español, - el PSOE y el PP- trataron de humillar al Pueblo vasco, el lehendakari presentará el Consejo Político que va a tener como principal objetivo preparar el camino que nos lleve a las sensibilidades políticas a sentarnos en torno a una mesa y arreglar lo que en casi 30 años no hemos podido, querido, sabido o no nos han dejado arreglar.
