Ibarretxe: "Batasuna debe celebrar su congreso y avanzar en su asignatura pendiente de sacar el conflicto de las calles"
LA IMAGEN del lehendakari en mangas de camisa plasma el actual momento político vasco, necesitado de la máxima laboriosidad de todos para avanzar hacia la ansiada pacificación y normalización. Sabedor de que se acerca el momento decisivo, Juan José Ibarretxe (Laudio, 1957) se remanga pidiendo que se sepa separar lo artificioso de las cuestiones de fondo del debate político.
¿No tapa la polémica sobre el congreso de Batasuna la falta de nuevos pasos por su parte?
Desde luego, no es bueno que en esta vida los árboles no nos dejen ver el bosque. En este momento deberíamos hablar sobre las reflexiones que nos corresponde hacer a todos, en lugar de cuestionarnos si Batasuna puede o no celebrar su congreso. Es un debate sin pies ni cabeza. ¡Claro que Batasuna tiene que hacer sus actos y trasladar sus reflexiones! Y lo hará. Y punto.
Lo tiene muy claro...
Es un sinsentido que a Batasuna se le diga que tiene que plantear sus postulados sólo mediante la política y la democracia y que, acto seguido, se defienda que no puede realizar un acto para trasladar públicamente sus principios políticos. No estamos aquí para debates estériles, sino para superarlos. Batasuna hará sus reflexiones, las trasladará, y lo que nos corresponde a los demás es valorarlas políticamente, en vez de discutir sobre si pueden celebrar ese acto. En esta sociedad no hay nadie, nadie, nadie, con independencia de que vote al PSOE, al PP, al PNV, a IU o a EA que cuestione si Batasuna existe o no como formación política y si puede hacer reflexiones políticas. Batasuna es un interlocutor.
¿Las palabras de Zapatero defendiendo el derecho de reunión al hacer referencia al acto del BEC son indicativas de que algo se está moviendo?
En lo que a nosotros se refiere, el Gobierno vasco y yo como lehendakari actuamos en clave de centralidad política. Hablamos con todo el mundo y aceptamos de manera oficial la interlocución de todas las formaciones políticas. También la de Batasuna, que ha estado en Lehendakari-tza de forma oficial, con luz y taquígrafos, hablando conmigo. Por tanto, no sólo hablo con todos, sino que, además, lo traslado a la opinión pública sin complejos. Sí, yo estoy hablando con todos los partidos políticos, incluida Batasuna, y lo voy a seguir haciendo.
El PP le suele recordar que se trata de un partido ilegalizado...
La sociedad vasca debe saber que yo acepto como interlocutor, con absoluta normalidad, a Batasuna. Creo que así se entiende que debe ser también por parte de la propia sociedad. Estamos hablando con todos y ni nos avergonzamos ni tenemos ningún complejo en dárselo a conocer a la opinión pública. Incluso en el Parlamento hemos demostrado que sabemos hablar con todos y que tenemos capacidad para poder llegar a acuerdos. Nadie más puede decir esto.
Después de un año largo desdela propuesta de Anoeta, ¿qué novedades espera del congreso de Batasuna?
Tienen que concretar algo que se esbozó por primera vez en el acto de Anoeta, que es un concepto especialmente importante y que sigue siendo una asignatura pendiente. Me refiero a la necesidad de trasladar el conflicto de las calles a una mesa de negociación. Entonces dije que era un paso importante y ahora me gustaría que hubiera concreciones en este terreno, que se dieran pasos. De todas formas, en la política somos muy críticos y activos a la hora de decir lo que tienen que hacer los demás y muy poco autocríticos en relación a lo que tenemos que hacer no-sotros mismos.
¿Es ETA, como aseguró el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, la que tiene la "llave" que puede activar todo el proceso?
Josu Jon Imaz trasladó que un espacio de diálogo político resolutivo se tiene que dar, clarísimamente, en un escenario sin violencia. Es bueno hablar claro. Eso va a ser así, y lo hemos reconocido todos. ¿Qué hacía Batasuna en Anoeta sino reconocerlo? Lo mejor es no enfrascarnos en debates estériles. Este punto no debe generar ningún debate, al igual que tampoco debe suscitarlo el hecho de que en la mesa de diálogo Batasuna hará sus aportaciones como las haremos todos los demás.
¿Qué hace falta para que se genere una dinámica de movimientos de fondo?
Que cada uno asuma su papel con naturalidad. Es absolutamente necesario que ETA declare que abandona definitivamente la violencia y también lo es que el Gobierno español aplique una política penitenciaria que se desarrolle observando los derechos humanos de todos, incluso de quienes han cometido horribles delitos. En este contexto, hace falta que el conjunto de la sociedad avance en el reconocimiento ético, moral y material del daño causado a todas las víctimas en este país y, finalmente, que se constituya un foro de partidos que permita avanzar en el arreglo de las cosas. Estos son los cuatro grandes elementos que tenemos por delante en términos de exigencia para abrir la puerta a ese camino de reconciliación. Eso requiere no entrar en debates estériles como los que estamos teniendo y que no aportan nada. De esto estoy hablando con los partidos políticos. Y si no se acepta la interlocución de los demás, no podremos avanzar ni podremos plantear un proceso con bases sólidas.
¿Cuáles deben ser las cuestiones nucleares del debate?
Tenemos que hablar de la capacidad que tiene la sociedad vasca para decidir su propio futuro y sobre la forma de ejercitarla, de la territorialidad, de la capacidad de decisión ligada al pacto... De todas las cuestiones que quieran ponerse sobre la mesa. No se trata de que nadie imponga. Hablaremos de todas las cuestiones que formulemos todos los partidos políticos.
¿En qué momento estamos?
Lo que hoy nos corresponde es preparar ese ‘día D+1’, definir cómo debemos operar en una situación de ausencia de violencia que permita encarar un diálogo resolutivo. Lo que tiene que saber la sociedad vasca es que éste es el trabajo que estamos desarrollando con discreción. No trasladaré en qué términos estamos hablando con los partidos políticos, pero los ciudadanos deben saber que estamos trabajando sin descanso con todas las formaciones políticas.
Y, ¿se avanza?
Caminamos. Personalmente, estoy convencido de que 2006 ha de ser un año en el que como se dice en euskera hagamos ‘zirt edo zart’ (o lo uno o lo otro). Es un año muy importante, fundamental. Se ha acabado la etapa de los fuegos artificiales y ya hay que entrar en materia. Eso requiere que determinados debates que se crean y se recrean en los medios de comunicación den paso a un debate más serio y leal.
¿Está maduro el proceso?
Vamos a tener una oportunidad y tenemos que estar a la altura de las circunstancias. Toca hacer menos alardes públicos y trabajar mucho más. Por tanto, voy a ser muy discreto respecto al punto en el que nos encontramos pero sí quiero trasladar una cosa: hoy veo más madurez que nunca entre las fuerzas políticas para avanzar en el proceso de normalización.
¿Está solicitando un voto de confianza a la sociedad vasca?
Todavía no podemos contar con detenimiento de qué cosas estamos hablando y hasta qué punto estamos avanzando, pero la sociedad vasca tiene que saber que estamos hablando. Tiempo habrá, si en un momento dado hay más avances, de ir trasladando mensajes a la ciudadanía poco a poco. Hoy es prematuro hacerlo: sería una irresponsabilidad.
¿La puesta en marcha de la mesa de partidos será una mera escenificación de un acuerdo previo o se producirá como punto de arranque hacia el mismo?
Para llegar a sentarse en esa mesa hay que hablar de manera previa. En el momento en que se produzca el ‘día D+1’ no puedo imponer a nadie cuáles son las condiciones en que podrá sentarse en ella. Para unos el ‘día D’ se dará con unas condiciones y para otros con otras. No voy a definir cuál es el día concreto en que cada uno pueda sentarse en la mesa. Ahora bien, hay que definir de qué hablamos y cuál es la metodología para cuando a juicio de todos haya llegado ese día. Hay que ir avanzando en ese tipo de cuestiones. Hay que mantener una actitud proactiva, de escuchar mucho. No podemos ir en crudo a esa mesa, hay que ir al examen con toda la materia preparada.
Ustedes han anunciado que irán a la mesa de partidos con el proyecto de Nuevo Estatuto...
Desde luego, se trata de un planteamiento que fue democráticamente aprobado por la mayoría del Parlamento vasco. Euskadi dijo ‘sí’ y Madrid dijo ‘no’. Sólo podremos solucionar este problema dialogando.
¿Se puede poner en marcha la mesa de diálogo si hay alguna ausencia en la misma?
No lo sé. Es una cuestión que tendremos que valorar entre los propios partidos, pero no podemos trasladar a la sociedad la idea de que el diálogo bilateral carece de utilidad, porque es muy importante. Yo estoy hablando con todos a nivel bilateral y puedo chequear el conjunto de las posiciones.
¿Hay mucha distancia entre las manifestaciones públicas de reafirmación de las posiciones que realizan los diferentes agentes y la voluntad que expresan en privado?
No es malo que exista una cierta diferencia entre el mensaje público y el privado, ya que nadie puede realizar cambios en sus planteamientos políticos que puedan ser considerados poco menos que como desistimientos por parte de la ciudadanía. Tampoco creo que sea bueno que los partidos nos dediquemos a echarnos en cara las posiciones que mantenemos o que mantuvimos. La clave radica en mirar hacia delante...
...¿sin afán de protagonismo?
El intento de protagonismo particular ha sido uno de los grandes errores de los que tenemos que aprender del pasado. El intento de protagonismo político por parte de los partidos o del lehendakari sería el principio del fracaso. Yo estoy asumiendo este proceso con toda humildad y, por lo tanto, el papel del lehendakari en este proceso será el que definamos entre todos. Estamos labrando el horizonte político y social de los próximos 25 ó 30 años; y el cortoplacismo, la visión de descuento inmediato en el mercado político, ha de dar paso a una posición más madura, más sensata.
¿Se está refiriendo a las posturas que está manteniendo el PP?
En un proceso de diálogo como el actual siempre hay excepciones, pero prefiero no entrar en las cuestiones derivadas de las mismas, porque no me parece útil. El Partido Popular manifiesta una posición muy contraria a abrir vías de diálogo pero no quiero trasladar una censura pública a esa formación porque no favorecería en nada al proceso. No debemos poner difícil a ningún partido político su participación en este diálogo bilateral o multilateral.