GALEUSCA, LA ALTERNATIVA REAL PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UN ESTADO PLURINACIONAL
1. Antecedentes históricos y nacimiento de la D.B.
2. Una lectura de la situación política (vasca) actual.
3. El reto político de la Declaración de Barcelona.
1.- Antecedentes históricos y nacimiento de la Declaración de Barcelona. En el siglo XIX se consolida el modelo de Estado centralista, el cual trae consigo un profundo deterioro de realidades plurinacionales de los estados español y francés.
Ante la práctica negación de nuestras realidades nacionales, el sentimiento identitario va tomando conciencia en Euskadi, Galicia y Cataluña: se van creando asociaciones y entidades culturales de prestigio, movimientos ciudadanos a favor de la lengua y la cultura nacionales, formaciones políticas, sindicatos, etc. con vocación de construir nación.
Además, las fuerzas nacionalistas de Galicia, Euskadi y Cataluña comienzan a trabajar conjuntamente en la búsqueda de una estrategia concertada:
ü El 11 de septiembre de 1923, Díada Nacional de Catalunya, se firma en Barcelona el Pacto de la Triple Alianza, lo suscriben Françesc Macià, Nicolau D’olwer, Ventura Gassol y Antoni Rovira i Virgili por Catalunya; Alfredo Somoza y Francisco Zamora por Galicia; y Egilior, Gallastegi, Uribe-etxebarria y Robles Arangiz por Euskadi.
ü Diez años más tarde, en el Pazo de Fonseca en Galicia, se firma el Pacto de Compostela, y se crea Galeuzca. Firman el acuerdo Batista i Roca, junto con Nicolau D’olwer por Catalunya; Castelao, Suárez Picallo y Alonso Ríos por Galicia; e Irujo y Rezola por Euskadi. Posteriormente, en 1934 ERC ratifica este pacto.
Galeuzca quedó truncada por la sublevación militar del 36. La guerra, la derrota y la interminable dictadura apagaron la genialidad, el entusiasmo y el compromiso de aquella generación irrepetible.
Pero quedó – y sigue vivo- un sentimiento de hermandad y solidaridad entre gallegos, vascos y catalanes. Y también una cierta complicidad social y política que se mantuvo incluso en los años más negros del franquismo. Se evidencia, una vez más, que la negación de nuestros derechos colectivos, además de los individuales (suelen ir de la mano), la agresión a nuestras ideas y a nuestra cultura, la violencia y el fascismo, nunca han podido con la tenacidad democrática y las aspiraciones de los pueblos.
En julio de 1998 nace la Declaración de Barcelona. (entre BNG, CiU y PNV). Se retoma el objetivo de trabajar, a través de la acción coordinada, por el reconocimiento efectivo, y consecuente, es decir, el reconocimiento jurídico-político, de nuestras realidades nacionales.
Conciliándolo siempre con el necesario respeto a la especificidad de nuestras respectivas naciones y con respeto también a las decisiones estratégicas que cada partido adopte, en función de su diagnóstico y análisis político.
2. Una lectura de la situación política (vasca) actual y de su evolución en el periodo 2001-2005 Legislatura 2001- 2005.
ü Ponencia, Comisión de Autogobierno, mandato de elaboración de una propuesta de nuevo estatuto.
ü Auto-compromiso de no pacto con Batasuna y bloqueo político por parte de PP-PSE.
ü Ley de Partidos. Ilegalización de Batasuna. Macro-procesos contra sectores afines a la IA.
ü Cierre de Egunkaria y procesamiento de sus dirigentes.
ü Incautación de bienes, cierre de sedes e ilegalización de Batasuna.
ü Impulso político-judicial contra la autonomía y capacidad de autoorganización del Parlamento Vasco, materializada en una querella, aún pendiente de resolución, al entonces presidente del Parlamento Vasco y a dos miembros más de la Mesa.
ü Elecciones generales (2004). Triunfo en España del PSOE. Nueva política de gestos.
ü Documento de Anoeta.
ü Aprobación en el Parlamento Vasco de la Propuesta de Nuevo Estatuto para la Comunidad de Euskadi.
ü Presentación en Cortes Generales y negativa a negociar...
Resultados electorales 17 abril de 2005 ü Coalición PNV-EA gana, aunque con una pérdida de representación (situación anterior a 2001). Mayo de 2001 vs. 2005:
o menor tensión; confianza en la victoria PNV-EA;
o la gran mayoría de votos perdidos por PNV-EA se refugia en la abstención, lo que constituye un reto de futuro (son potenciales votantes que no han encontrado mejor opción).
ü Fotografía de una sociedad madura que no renuncia a pensar y decidir como lo hace, ni hacer presentes sus opciones políticas, que exige soluciones a la clase política, que nos obliga al diálogo entre todos (nadie es suficiente; todos, necesarios)
2.1. Tiempo de Encrucijada. Una oportunidad para abrir y culminar un proceso de paz y de reconciliación. Señalo algunos factores que nos hacen abrigar la esperanza de un proceso de paz.
ü la consolidación de diversas expresiones pacifistas; la movilización a favor de las víctimas, del diálogo entre todos y de la no-violencia; las aportaciones de los diferentes foros de diálogo;
ü el cambio de gobierno en Madrid, trae la esperanza de una política basada en el diálogo y en el respeto a la pluralidad (hay que dar pasos más allá de la política de gestos);
ü la Declaración de Anoeta, suscrita por toda la izquierda abertzale y en la que se excluye a ETA de la interlocución para lograr una acuerdo para la convivencia política;
ü la culminación del proceso de paz en Irlanda, fruto de la convicción consecuente de que el diálogo, la no-violencia, la discreción, la no utilización partidaria de la violencia, la fuerza de la ciudadanía y de la democracia, son los mimbres para la paz la reconciliación social y política;
ü el efecto sobre ETA del llamado terrorismo internacional, a partir del 11-S. Estos atentados provocaron un rechazo radical de la ciudadanía y, al tiempo, la consolidación de un espacio judicial y policial compartido en Europa y en todo el mundo;
ü el largo periodo sin atentados mortales. No parece aventurado suponer que ETA se encuentra en una fase final y buscando una salida, y que esta fase será aún larga. En cualquier caso, ETA ya ha comprobado la imposibilidad de doblegar la voluntad de la sociedad.
ü la resolución aprobada en Cortes Generales para propiciar el final dialogado de la violencia.
ü la coyuntura postelectoral, que muestra, cuando menos, un triple mensaje de la sociedad vasca a la clase política:
1. nadie debe ser excluido de las grandes decisiones que afectan a la sociedad,
2. se demandan soluciones integradoras, articuladas desde el entendimiento,
3. la sociedad ha otorgado al PNV el liderazgo. Nosotros asumimos el reto y estamos dispuestos a tomar la iniciativa con un discurso propio y, a la vez, abierto a otros puntos de vista.
Todos, especialmente ETA, deben –debemos- comprender que las oportunidades no se repiten fácilmente, que tardan mucho tiempo en volver a presentarse y, probablemente, lo hacen cada vez en peores condiciones.
En todo caso, llevamos un periodo excesivamente largo pendientes de un punto de inflexión que inevitablemente nos ha de llevar a iniciar un nuevo tiempo, una nueva etapa. No terminamos de arrancar. Por citar algún ej. de lo que digo:
ü casi un año después de la citada Declaración de Anoeta, estamos ante una completa inacción en su desarrollo e incluso asistimos a actuaciones contrarias a ella por parte de sus propios autores;
ü junto al periodo sin atentados mortales de ETA, asistimos a una intensificación de la
kale borroka y de las amenazas;
ü a la resolución sobre el final dialogado de la violencia aprobada en el Congreso de Madrid no le ha seguido un solo paso en la humanización de la política penitenciaria; o en el reconocimiento consecuente del daño causado a las personas responsables del diario Egunkaria; o en la restitución del injusto y antidemocrático cierre de este diario y de Egin.
La ciudadanía vasca sí nos ha marcado hacia dónde y cómo hemos de caminar para entrar definitivamente en ese nuevo tiempo: diálogo entre todas las fuerzas políticas. Diálogo, ¿para qué?:
Para dar cauce a un proceso sólido de paz y de reconciliación y, a la vez, resolver el problema político de fondo, sobre la base del respeto a la voluntad democrática de la sociedad vasca y de un amplio acuerdo político.
Se abre un tiempo que debe ser aprovechado por los partidos políticos vascos,
ü con inteligencia, modestia, prudencia y desde la cooperación de todos,
ü sabiendo que podría no durar mucho en función de variables muy diversas, la principal de las cuales es la propia actitud de quien tiene que abandonar la violencia y comprometerse inequívocamente con las vías políticas y democráticas.
Pero es evidente que hay mas agentes con responsabilidades y obligaciones
. Y hay que ir concretando algunas cuestiones. Antes me he referido a la política penitenciaria. Y creo que merece la pena que me detenga algo más en esta cuestión.
En democracia, las personas presas son acreedoras de derechos básicos que los poderes públicos tienen el deber de respetar y proteger en toda circunstancia.
Si algo caracteriza un Estado de Derecho es, la política penitenciaria, que siempre debe estar orientada a la reinserción social.
Por lo tanto, facilitar –nunca obstaculizar- que las personas presas puedan estudiar, o que puedan cumplir las penas en cárceles próximas a los domicilios; considerar y tratar a sus familiares y allegados como potenciales agentes de paz y de reconciliación y, no como personas colateralmente culpables,
es imprescindible en democracia, tanto más cuando son tan importantes los gestos al servicio del proceso de paz. Y cuando no se requiere de ninguna condición previa. Es urgente dar una nueva orientación, consensuada, dinámica y flexible a la política penitenciaria. (tal como ha sido reiteradamente requerido por el Gobierno y el Parlamento Vascos)
2.2. Oportunidad histórica para lograr un Acuerdo Político para la convivencia. Es evidente que en Euskadi, en Catalunya y en Galicia existe un conflicto histórico-político por resolver. Que no puede ser interpretada desde la consideración de que el proceso estatutario ha sido ilegítimo y que el recurso a la violencia tiene una explicación que lo justifica.
ETA no respetó el consenso mayoritario de la sociedad vasca en torno al Estatuto, no respetó la palabra del Pueblo Vasco que dice defender. Lo que en Euskadi existe es un viejo problema político –anterior por cierto a la violencia- que requiere un juego complejo de acuerdos políticos. Un problema difícil de gestionar, pero del que tampoco están libres otras partes del mundo civilizado; lo intolerable es que la violencia no permita darle un cauce democrático.
Nosotros -el Lehendakari- nos hemos comprometido (Debate de Investidura junio 2005) con cinco principios para un acuerdo político compartido:
1. No-violencia y respeto a los dd.hh.
2. No-exclusión y respeto al derecho de participación de todas las sensibilidades que quieran hacerlo.
3. Respeto democrático a la voluntad popular y al ejercicio del derecho a decidir de la sociedad vasca.
4. Igualdad para la defensa democrática de todos los proyectos políticos, y para su incorporación en el ordenamiento jurídico.
5. Respeto a la pluralidad, en términos de no imponer–no impedir el ejercicio de los diferentes sentimientos identitarios presentes en la sociedad vasca.
El objetivo es lograr un Acuerdo Político que defina nuestro modelo interno de convivencia y, al mismo tiempo, unas relaciones con el Estado en las que haya una bilateralidad efectiva, garantías y condiciones de lealtad. Porque las reglas de juego de las sociedades avanzadas son el pacto y la no-imposición.
Estamos planteando un concepto de soberanía acorde con los tiempos en que vivimos, una soberanía compleja y compartida, que no piense en ámbitos cerrados sino en espacios de encuentro donde las cuestiones han de resolverse de manera dialogada y pactada y los pactos deben ser cumplidos. Y proponemos la asunción del doble compromiso:
1. no imponer un acuerdo de menor aceptación que los actualmente vigentes. Ello garantiza la aceptación, en clave de derecho, de aportación social e integración política, de la pluralidad de la sociedad vasca y,
2. no impedir un acuerdo de mayor aceptación que los actualmente vigentes (significa respeto a la sociedad vasca y evita el veto de las Cortes españolas).
Hemos empeñado nuestra palabra en la realización de una consulta democrática a la sociedad vasca.
La consulta es una exigencia política y democrática siempre que se propone una modificación sustancial del marco de convivencia. Así es considerada en las propuestas políticas de la gran mayoría de los partidos.
La consulta no es un arma arrojadiza, ni una excusa de los partidos para delegar en la sociedad la obligación de lograr un acuerdo. Todo lo contrario, es concebida como el resultado de un proceso en el que no vamos a ahorrarnos ningún esfuerzo para lograr el reconocimiento y la convivencia legítima y democrática.
El Lehendakari en la Sesión de Investidura del pasado mes de junio declaraba con toda solemnidad lo siguiente: “si alcanzamos un Acuerdo para la Normalización Política y la Convivencia, solicitaré autorización al Parlamento Vasco para que, en un escenario de ausencia de violencia y sin exclusiones, se realice una consulta popular a la sociedad vasca que ratifique el Acuerdo Político alcanzado”.
Y añadía: “esta autorización del Parlamento deberá incorporar, de forma pactada, los diferentes aspectos relacionados con la propia consulta, tales como la ratificación de las condiciones de ausencia de violencia y no-exclusión, los principios democráticos establecidos para la aceptación de los resultados y el procedimiento habilitador para la negociación e incorporación de los mismos en el ordenamiento jurídico”.
Incluir las condiciones para llevar a cabo la consulta ciudadana es el procedimiento lo que mejor asegura su carácter integrador, la obtención de un buen resultado y su viabilidad en la posterior negociación con el Estado.
3. El reto político de la Declaración de Barcelona. El Estado español es para los socios actuales –y futuros- de la DB, una amenaza y también una oportunidad:
- Por un lado, es la institución que nos niega como naciones, que no cree en la diversidad aunque a veces la predique e incluso la trate de exclusivizar;
- Pero, a la vez, es el espacio político por excelencia para nuestra acción concertada.
La estrategia que siguen las fuerzas políticas mayoritarias del Estado (PP y PSOE) respecto a nuestro derechos nacionales está bien articulada. Hablo de actuaciones concretas:
- la apuesta por la homogeneización artificial del sistema autonómico y por un municipalismo que esconde la dilución de nuestras instituciones nacionales. Se imponeuna reflexión conjunta sobre esta cuestión para que nuestras instituciones nacionales no queden diluidas en el municipalismo homogeneizante que propugnan PP y PSOE;
- Nuestras democráticas exigencias son vistas –vendidas- como extravagancias o privilegios;
- Retraso/bloqueo estatutario, creando a la vez la imagen de “insaciabilidad” del nacionalismo;
- Deslegitimación social del nacionalismo en el conjunto español (violencia en Euskadi, presión económica catalana, izquierdismo estéril en Galicia, ..etc.);
- Negación de nuestra participación directa en la UE y en el ámbito internacional en general.
Esta política nos afecta directamente y afecta al desarrollo de los proyectos nacionales de Euskadi, Catalunya y Galiza.
Ante tal situación, hemos de fortalecer la acción política conjunta de Galeusca/Galeuscat/D.B.Son imprescindibles:
1. El impulso a las relaciones y a la coordinación con otras fuerzas políticas del Estado español (y del estado francés) que consideran el reconocimiento a la plurinacionalidad como valor democrático, y a las naciones como realidades vivas que han de ser reconocidas así por los poderes de los estados.
2. La promoción de estudios, análisis y adaptación permanente de los conceptos, programas y de actuaciones sobre los que se sustenten las políticas más coherentes con la plurinacionalidad de los Estados.
3. La difusión de nuestros planteamientos políticos al conjunto de la sociedad
, haciendo frente de forma conjunta y proactiva a las actitudes políticas hostiles.
4. El impulso de las relaciones entre asociaciones culturales, lingüísticas, pedagógicas, deportivas, económicas, etc., como forma de comunicación, interconocimiento y colaboración.
5. La coordinación política en el Congreso de los Diputados y en el Senado y el impulso conjunto a la reforma del entramado institucional (Constitución, ordenamiento jurídico básico, Senado, Tribunal Constitucional,...).
6. El trabajo coordinado en los foros internacionales.
Tres condiciones para que Galeusca pueda avanzar:
1. que nosotros creamos en su eficacia. Es, en realidad, lo mas importante. Sólo seremos eficaces en la medida en la que seamos conscientes de que somos la única alternativa a la idea de Estado-nación, de que, juntos, somos la tercera fuerza política del Estado (las coyunturas políticas de mayorías no absolutas de ninguno de los dos partidos de ámbito estatal, salvando evidentemente las distancias, son, en este sentido las mas propicias);
2. actuar desde la reflexión sincera y leal sobre las prioridades y la eficacia de nuestra actuación.
3. hacernos mas presentes en la vida social y política de Galicia, Euskadi y Cataluña; sin olvidarnos de Madrid ni de los foros europeos. Hacerlo sin complejos, como fuerza política de presente y de futuro, con interlocución en Europa y en el mundo:
ü consolidando la acción conjunta CiU, BNG y PNV.
ü y, después, buscando relaciones estables con otras fuerzas políticas. Por encima de intereses partidistas particulares, por muy legítimas que sean.
Se lo debemos a aquellas personas que, en tiempos mas difíciles que los actuales, fueron capaces crear y sostener Galeusca.
Se lo debemos en definitiva a la ciudadanía de Galicia, Euskadi y Cataluña.
Moltes gracies, moitas gracias, eskerrik asko.