Ana Garbati y Aitor Ubarretxena
Juan José Ibarretxe comienza su tercer mandato con un Gobierno en minoría, que dispone del respaldo de 32 de los 75 diputados de la Cámara de Vitoria, cuatro menos que en la anterior legislatura. El lendakari, sin embargo, rechaza que por ello pueda calificarse al Gobierno tripartito (PNV, EA, y EB-IU) de débil. "Si nos comparamos con nuestro entorno, tenemos dos puntos más de fortaleza que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en Madrid. Contamos con el 44% de los votos, y el Gobierno español tiene el 42%. Por tanto, somos un Gobierno con respaldo de amplia mayoría y con intención de abrirse a todas las fuerzas del Parlamento para lograr acuerdos".
-- ¿Considera que la oposición está dispuesta al acuerdo?
-- Sí. Creo que el tiempo del frente del no, ha pasado a la historia. Preveo que vamos a poder alcanzar acuerdos con Aralar, PSE, EHAK, e incluso con el PP.
-- ¿Se cree la advertencia del PSE, de que usted tendría que elegir entre ellos o EHAK?
-- De lo que ha dicho el PSE me quedo con la parte positiva, la que apelaba a su disposición a negociar las políticas públicas con el Gobierno del Estado.
-- ¿Le da lo mismo pactar con el PSE que con EHAK?
-- No le voy a poner a EHAK más condiciones que las puestas por el Gobierno de Zapatero para que participara en las instituciones.
-- ¿Le preocupa la investigación de la Audiencia Nacional sobre vínculos entre EHAK y ETA?
-- Ya se verá. En todo caso, es extraño que se den actuaciones de esta naturaleza, dada la posición manifestada anteriormente por el Gobierno y la Fiscalía. A pesar de eso, quiero transmitir a la sociedad que EHAK es una fuerza más en el Parlamento, con la que estamos dispuestos a trabajar.
-- Usted reconoce que dialoga con Batasuna, ¿por qué irrita al PSOE diciendo que ellos también hablan?
-- Hablar no debe ser motivo de polémica. Yo he hablado, hablo y seguiré hablando, porque creo que para buscar soluciones en este país hay que hablar con Batasuna. Que cada uno haga lo que quiera.
-- Cuando el PSOE reivindica que es al Gobierno central al que le corresponde dirigir el proceso de paz, ¿se excluye al Gobierno vasco?
-- No lo sé, pero tengo claro que el beneficio de la paz no es para el lendakari, ni para los gobiernos. Es, en primera instancia y fundamentalmente, para la sociedad vasca, y también para la española.
-- Para ese beneficio, ¿quién debe aportar más, Madrid o Vitoria?
-- Tenemos que aportar todos. Y una aportación fundamental, la primera, es que ETA tiene que abandonar la violencia de una vez y para siempre. El Gobierno vasco tiene que ser un agente activo en la búsqueda de la paz y de un acuerdo de normalización política. Desde el Gobierno español hay otras muchas cosas que conseguir, como que los derechos humanos de todos sean respetados. Incluso los de aquéllos que han cometido terribles delitos. Desde ese punto de vista es importante poner en marcha una política penitenciaria abierta y consensuada, como en su día dijo el Congreso.
-- ¿Cree que ETA está dispuesta a renunciar a la violencia?
-- No sé. Nunca he sabido qué quiere hacer ETA, porque jamás he entendido las bombas y los asesinatos.
-- Pero lo que percibe la ciudadanía es que la disposición actual de ETA permitiría ahora hacer algo.
-- Lo que queremos transmitir es un compromiso con el diálogo para solventar los problemas. La resolución del Congreso sobre la disposición a dialogar previo fin de la violencia ha recuperado esa idea, frente a la de la derrota policial, que impuso el Gobierno del PP.
-- ¿No cree en la derrota de ETA?
-- Contra la violencia hay que actuar con medidas policiales y judiciales, pero también con medidas políticas. El pacto antiterrorista entre el PP y el PSOE rompió los criterios que hasta entonces habíamos establecido los partidos, abrió el camino de la ilegalización de Batasuna frente al de la integración, y el de la derrota frente al final dialogado. Con la declaración del Congreso, se han recuperado los conceptos iniciales.
-- ¿Considera que, tras la expulsión de presos como Pakito, hay divisiones en ETA?
-- Este debate no aporta nada. Lo importante es que dentro de la izquierda aberzale cada vez son más los que rechazan la violencia.
-- Pero usted sabe que no es lo mismo que un final dialogado sea apoyado por toda la banda terrorista que por una parte.
-- Tenemos que ir viendo el camino. No adelantemos acontecimientos.
-- Los atentados de ETA ¿enfrían las expectativas?
-- Hay quien es proclive a inflar el globo con demasiada facilidad y a veces se trasladan expectativas que pueden generar frustraciones. Tenemos que ser serios y lo peor que podemos hacer es echar las campanas al vuelo. Lo que debemos decir es que vamos a tener una oportunidad para la paz y hay que aprovecharla.
-- El presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Francisco José Alcaraz, ha llegado a hablar de tregua para septiembre.
-- Hay que evitar debates estériles sobre estas cuestiones.
-- Usted anuncia que en septiembre iniciará los contactos con los partidos para tratar de constituir una mesa de diálogo. ¿Cuál sería el cometido?
-- Lo que abordaré en septiembre es una fase previa que es fundamental antes de cualquier foro multipartito. Me refiero a diálogos previos con discreción en los que busquemos puntos de acuerdo sobre procedimientos, calendarios, para que, si llegamos a una segunda fase, se pude desarrollar con garantías de avanzar hacia el logro de acuerdos. No me preocupa que sea una mesa, un foro o lo que fuere; lo importante es que permita alcanzar acuerdos.
-- Pero, ¿cuál será su cometido?
-- Esa mesa, ese foro, será para lo que queramos que sea. Tendremos que definirlo entre todos. Lo que apunté en la investidura es que el objetivo debe ser alcanzar un acuerdo para convivir en el futuro.
-- En la investidura sugirió que se debe hablar de soberanía, de derecho de autodeterminación. De los temas que han enfrentado hasta ahora a los partidos. ¿Qué le hace pensar que es posible el acuerdo?
-- En alguna ocasión tendremos que tener suficiente coraje para solucionarlos. Y debemos hacerlo sin mezclarlo con la violencia. En Catalunya y en Quebec hay problemas políticos evidentes y discuten políticamente, sin violencia. Nosotros debemos discutir sobre estos temas y sobre otros que puedan querer los partidos.
-- Sostiene que esa mesa no podría reunirse con violencia
-- Lo que digo es que un diálogo resolutivo sólo puede darse en una situación de ausencia de violencia y sin exclusiones. Eso es algo que asumimos todos, incluso Batasuna, lo dijo en su propuesta política.
-- Ha dicho que sin el PSE y sin Batasuna no puede arrancar la mesa. ¿puede arrancar sin el PP?
-- Todos somos necesarios. El PP también, pero ningún partido tiene capacidad de veto. Eso sólo le corresponde a la sociedad vasca.
-- En la investidura, se comprometió a pedir permiso al Parlamento para hacer una consulta, pero la Cámara vasca no tiene esa facultad.
-- ¡Por Dios! claro que la tiene. Si el Gobierno vasco y el lendakari no pueden proponer a la sociedad vasca una consulta para saber lo que opinan sobre una cuestión, ¿quién tiene capacidad? Otra cosa es que tenga o no validez jurídica. Y si alcanzamos un acuerdo en la mesa, pediré al Parlamento autorización para hacer una consulta. Esa autorización deberá tener en cuenta que no puede haber violencia, las condiciones democráticas de la consulta y la habilitación para incorporar el acuerdo a la normativa jurídica.
-- ¿Se trataría de una consulta sobre la reforma estatutaria?
-- No. Se trata de consultar sobre un acuerdo de normalización que tendrá sus derivadas en reformas estatutarias o en lo que fuere.
-- ¿Esa consulta se haría antes de remitir el proyecto al Congreso?
-- Es el Parlamento el que dirá en qué términos se debe proceder a la negociación e incorporación de los acuerdos a la normativa jurídica.
-- ¿Es optimista sobre el proceso catalán?
-- Lo importante es que todos respetemos que Catalunya será lo que decidan sus ciudadanos.
-- ¿Cree que Zapatero mantendrá el compromiso de aceptar el texto que apruebe el Parlament?
-- No lo sé, pero la clave no está en lo que se diga en Madrid sino en lo que se diga en Catalunya.