Íñigo Urkullu asume la portavocía del PNV en un intrincado momento político. Convencido de que hay que confiar, casi por necesidad, en que será posible terminar con la violencia en Euskadi, Urkullu apela al Gobierno de Zapatero y a Batasuna a que actúen con discreción y no alimenten más expectativas de las debidas. Con ese telón de fondo, los jeltzales deben salvar ahora, en el día a día, las divergencias en el tripartito y la investidura de Ibarretxe.
-¿Esperan resolver mañana la formación de los grupos en la Cámara?
-Es que es necesario. Y no tanto por caer en el descrédito del Parlamento, sino por la sensación que se traslada a la sociedad de que los partidos seguimos en el rifirrafe.
-¿Se sienten decepcionados por el desmarque de Eusko Alkartasuna?
-EA es socio de coalición, lo que no quita para que sea otra formación política y tenga sus principios y proyectos. Pero no favorece nada que andemos haciendo pronunciamientos de cosas que afectan a la coalición o al tripartito. Nuestra voluntad es reeditarlo, con disposición a entendimientos puntuales con otras formaciones, y para ello es necesario el concurso de la coalición y también de Ezker Batua. No sé a qué se deben las discrepancias entre EA y EB, pero sí apelo a la responsabilidad.
-La refriega no es sólo entre sus socios. Les alcanza de lleno.
-Se nos está acusando de querer jugar en el ámbito institucional-legislativo según un precio, un mercadeo, cuando no. Hay unas reglas de juego, que nos llevan a la necesidad de buscar alianzas entre formaciones políticas. Y resulta que para que existan esas voluntades se quiere hacer pagar el precio político desde otras formaciones al PNV. Somos los paganos de la situación, pero lo que esperamos es que la sociedad perciba cuál es el ejercicio de responsabilidad que estamos dispuestos a impulsar.
-La sensación que están transmitiendo es de debilidad.
-Más que eso, esos rifirrafes puntuales no ayudan en nada a generar esperanza en la sociedad. Deberíamos ser conscientes de que el 17 de abril ha supuesto un cambio, que la correlación de fuerzas nos indica que tenemos que trabajar de otra manera, sembrando permanentemente, día a día, espacios de confianza entre todos.
-Ustedes necesitan amarrar el apoyo de Aralar para la investidura.
-Existe una realidad: hay un bloque de 33 parlamentarios del PSE con el apoyo gratuito del PP. Y también es cierto que los demás tenemos que sumar fuerzas. El PSE y el PP pueden bloquear la situación, y no deberíamos andar en esos rifirrafes que dificulten tener 33 ó más de 33.
-¿No resulta muy ambicioso apostar por objetivos como la paz y la normalización, cuando el tripartito parece incapaz de solventar sus problemas domésticos?
-Por eso apelaba al crédito necesario en la relación de los partidos. Los retos son ambiciosos, pero son los que la sociedad nos exige y son necesarios también para construir la gobernabilidad. Seguimos apostando por el tripartito porque representa la centralidad de la sociedad. Somos conscientes de que este país no está compuesto sólo por ciudadanos que sienten como nacionalistas vascos, sino que sienten de otra manera también. Y tenemos que construirlo entre todos.
-¿Tienen la sensación, por primera vez, de que todos se les están subiendo a las barbas?
-Me preocupa más una cuestión previa: sobre qué bases actúan el PSE y EHAK. Me preocupa que en el quehacer político las premisas sean la vendetta, como se ha visto en el proceso de elección de la presidencia del Parlamento, en la que hemos apreciado odio. Dicho esto, la pretensión de minar a la formación mayoritaria es legítima, pero jugar sólo con ese objetivo es jugar a corto plazo.
-Quizá han pecado de prepotencia.
-Ésa imputación no es real, porque salvo el primer Gobierno monocolor, hemos pactado con el PP, con el PSE, con la izquierda abertzale, con EB Si algo hemos tenido claro, es cuál era nuestra fuerza y la necesidad de tener que colaborar con otra formaciones.
-¿Dan por hecho que Patxi López va a disputar la investidura?
-El PSE está diciendo que va a mantener la candidatura hasta el final. Está en su perfecto derecho. Ahora, sabe como sabemos todos que hay que sumar más de 33 escaños. Si se da otro empate como en la elección de la Mesa del Parlamento, veremos cuál es el ejercicio de responsabilidad de cada uno, si ha hecho por sumar o por restar. Pensamos que el objetivo de la candidatura de López es poner en dificultades al candidato de PNV-EA e intentar minar su esfuerzo.
-¿No van a buscar, en ningún caso, el respaldo de EHAK?
-Nuestra apuesta va asociada a la gobernabilidad, y es por los 33 que suman el tripartito y Aralar. Hoy no se dan condiciones para que tengamos acuerdos de fondo sobre la gobernabilidad y la investidura ni con EHAK, ni con el PP y el PSE.
-¿No temen que la izquierda radical dé la campanada y vote a López?
-Bueno, al igual que ocurrió con la propuesta de nuevo Estatuto, todo es posible en ese mundo. Pero a mí se me hace difícilmente presentable que EHAK votara de forma determinada en la elección de la Mesa y juegue de otra manera diferente. Es evidente que hay voces de la izquierda radical que han expresado su deseo de que el PNV pase a la oposición. Pero a pesar de que puedan existir esas tentaciones, no creo que se den las condiciones. En todo caso, allá cada cual con su responsabilidad ante la sociedad y sus propios votantes.
-¿Y tienen ´plan B´ si se consuma el empate?
-No trabajamos ni con ´plan A´ ni con ´plan B´. Las hipótesis se contemplan todas. A diferencia de lo que ocurría con el Parlamento, la investidura tiene resolución
- convocar nuevas elecciones.
-Por eso seremos responsables y otros tendrán que serlo también. Nosotros tenemos un candidato a lehendakari para construir, habrá que ver si otros tienen la voluntad de que el país sea gobernable o no.
-Su apoyo a Zapatero en un eventual proceso de paz, ¿tiene como contrapartida liderar desde el Gobierno vasco la normalización?
-No. Hemos dado este paso por un ejercicio de responsabilidad.
-¿Constituye un cheque en blanco?
-Es un cheque en blanco que, más allá de las palabras, apela a los hechos. Lo es con la condición de ´aceptamos el riesgo, apostemos en serio y demos pasos´.
-¿Les mantienen informados?
-Hasta ahora, lo que sabemos es por los medios de comunicación.
-¿ ?
-Sí, es así.
-¿Se fían, entones, de Zapatero?
-Nos tenemos que fiar de todos, porque la paz no es un logro de un partido o un Gobierno, sino de la sociedad vasca. Si hay tentaciones de dejar al margen a otras formaciones, cada uno sabrá el riesgo que corre. Es un proceso muy delicado y tenemos que dar con nuestra fórmula. Aunque miremos ejemplos del exterior, no valen mimetismos; tenemos nuestra propia realidad que exige el concurso de todos los partidos. Debemos dar con una ´fórmula a la vasca´ para alcanzar la pacificación, desde la apuesta por una salida negociada.
-¿Eso implica necesariamente un proceso de normalización paralelo?
-Aquí hay un problema político previo a la violencia, hay que asumirlo así y abordarlo. Es cierto que ETA se está valiendo de ello para utilizar la violencia y nosotros le exigimos su cese definitivo, porque no representa a nadie en la sociedad vasca. A partir de ahí, es necesario actuar con discreción para abordar el problema político entre los partidos y la pacificación entre los que tienen algo que decir en ese terreno.
-La banda terrorista y el Estado.
-Sí, con la exigencia a ETA de que tome la decisión definitiva.
-¿Se han abierto demasiadas expectativas sobre el fin de la violencia?
-Yo sí estoy preocupado por que se hayan generado esperanzas en la sociedad vasca y en el Estado español, que no se corresponden con las intervenciones del Gobierno socialista, de ETA o de la izquierda abertzale. Es malo que estemos alimentando esperanzas e ilusiones sin nada concreto. Hoy por hoy, no percibimos más que una voluntad del Gobierno español y una voluntad que creemos ver en el documento de Anoeta por parte de Batasuna. Apelamos a ambos a que pasen de las palabras a los hechos, de manera discreta, no pública. Como PNV, vamos a hacer muy difícil que se salgan del compromiso de una solución dialogada.
-¿Les inquieta que la manifestación de las víctimas en Madrid lleve a Zapatero a dar marcha atrás?
-No, espero que sea un estadista y arriesgue, siempre y cuando ETA dé pasos. Para eso, Zapatero tiene nuestro colchón; la agenda política la tienen que llevar a cabo las fuerzas políticas. Junto a ello, ésta es una situación desgraciada para el PSOE, que debería reflexionar sobre si no la ha alimentado con su seguidismo ciego del PP.
-Batasuna se ha arrogado el impulso a una «mesa de resolución» antes del próximo Aberri Eguna.
-Eso es para su propio consumo. El proceso será complicado y los tiempos no están tasados, así que esos gestos de cara a la galería no tienen validez. Batasuna tendría que hacer otros gestos hacia ETA.