De todo esto hablamos el miércoles cuando Zapatero se presentó en el Senado solicitando la aprobación, tras el referéndum del 20 de febrero, del Tratado para la Constitución europea, referéndum que no logró entusiasmar más que a muy pocos. Al día siguiente de la consulta todo el mundo se olvidó de ella.
Se podía haber decidido no haber apostado por convocar un referéndum, como ha ocurrido en el Bundestag alemán o en el Parlamento austriaco la semana pasada que han aprobado el Tratado por aplastante mayoría. Pero sería llevar la profesionalización de la política a sus últimas consecuencias y tratar al ciudadano como menor de edad. Nosotros, que creemos en los referendums y en las consultas, participamos solicitando el SI conscientes de que estábamos a dos meses de unas elecciones autonómicas y sabiendo de antemano la gran abstención que se iba a producir.
Pero nuestra trayectoria de partido europeísta, con su política gradual que sabe que esto es una etapa, pero no la meta y ante los avances que supone el nuevo Tratado, nos hizo saludar un texto que no es precisamente el nuestro. La experiencia demuestra que los ciudadanos europeos, mimados por la fortuna, viviendo en una sociedad cada vez más blanda y sin valores, adopta muy distintas actitudes en las variadas clases de votaciones.
En las elecciones municipales impera el sentido práctico y de cercanía. En las del Parlamento vasco, el voto ideológico y, en las europeas, los ciudadanos hacen experimentos con champán. Ven al Parlamento europeo muy lejos y se piensa que votar, abstenerse o hacer juegos malabares no tiene la menor importancia. Nada más lejos de la realidad, pero así es la percepción.
De estas cosas hablamos en el pleno recordándole entre otras cosas a Zapatero que en París, donde nació el Consejo Federal del Estado español del Movimiento Europeo en 1949, sede de la Delegación Vasca, trabaja hoy de forma indebida el Instituto Cervantes en virtud de que el edificio fue incautado por la Gestapo primero y por la policía franquista después. Para nuestra sorpresa nos contestó lo siguiente:
«Ha recordado cuál es el origen de la sede del Instituto Cervantes, aunque ha sido de pasada, lo ha dicho de manera colateral en el discurso; yo lo tengo presente, y sabe que siempre cuido con esmero que las cosas discurran en el futuro con la mayor justicia para la historia. Por tanto, lo tengo presente, aunque algún día podremos hablar sobre esa cuestión».
Buena noticia. Al subir al escaño, le regalamos el libro de la ‘‘Europa Peter Pan’’. Nos dijo que recibía del IVAP sus publicaciones y que las consideraba muy interesantes. Lo dicho. El texto de Joxeramon Bengoetxea, es un gran trabajo. El Tratado se aprobó en el Senado por casi unanimidad. Pero no era noticia. Nadie se enteró. Y eso que se trata de Europa. ¿Dónde está Campanilla?
PNV a la oposición
Siempre hemos dicho que para algunos militantes de HB somos el espejo de su fracaso. La constatación de esta afirmación la volvimos a tener este martes tras la lectura de un artículo escrito en ‘‘Gara‘‘ por Joxemari Olarra. ‘‘PNV a la oposición: hipótesis de trabajo, o ¿tal vez más?’’. Este era su sugerente título.
Para Olarra no hay tanta diferencia entre un batzoki y un cortijo y por eso se preguntaba que ha hecho el PNV por la solución del conflicto en estos años. ‘‘¿El PNV instalado en su política de gestión es de verdad ‘clave’ para este país? ¿Si? ¿Por qué?’’ Olarra no dice lo que han hecho él y los suyos por una Euzkadi que a pesar de ellos se encuentra en uno de sus mejores momentos. Pero el hombre va más lejos y afirma: ‘‘... ¿cargar más la fiscalidad sobre los trabajadores y las trabajadoras, entregar mansamente nuestro dinero a España para mantener la Guardia Civil y demás fuerzas de ocupación, doblar la rodilla ante la monarquía y detener ciudadanos vascos para ponerlos en manos de la judicatura especial de Madrid y hacer cumplir así la ley?’’. Todo esto lo llama ‘‘colaboracionismo descarado’’. No dice la alternativa. Sólo se intuye: la violencia.
A mí que milito en un partido fundado en 1895 y que he nacido en el exilio de mis aitas me hizo gracia leer que ‘‘los antecedentes más lejanos nos muestran el constante esfuerzo del PNV por negar la existencia del conflicto mismo, para ocultarlo bajo el manto de una simple disputa interna entre vascos, eso sí, con esa magistral definición de los contendientes que se llamó ‘demócratas’ contra ‘violentos’’.
No es nada extraño que este hombre, y aquéllos con los que ha consultado para publicar este artículo, nos quieran enviar a la oposición sobre todo cuando se atreve a decir que ‘‘era suficiente una aparición de Aznar, con su discurso patriotero, para ofrecer una imagen abertzale, estadista, de Ibarretxe’’. ‘‘Mirando a los hechos ¿quién ha hecho más contra la izquierda abertzale?’’ Con todas estas reflexiones Olarra se pregunta ‘‘¿quién puede hacer más por la solución del conflicto?’’, y se responde ‘‘¿un PNV en la oposición o un PNV que mantiene su gestión intacta? ¿Quién haría más, el que mendiga con Madrid o quien dispone de línea directa con el Gobierno español?’’ Al parecer, Olarra y sus amigos la tendrían. ¿Con apoyo del PSE-PSOE? No está nada mal. Como dato y como apuesta. ¿A cambio de qué?
Olarra, como si fuera Acebes o Astarloa, nos recuerda lo que somos: ‘‘El PNV pinta lo que pinta. Son 22 escaños en Gasteiz, no más. El resto son palabras y maneras venidas a menos que no pueden ni deben perdurar’’. Como se ve, Olarra le quita a la coalición siete escaños, y nos dice que somos una birria. Ahora bien, si 22 escaños le parece poco, ¿qué tiene que decir de los nueve del Partido Comunista? ¿Con nueve puede gobernar Euzkadi y solucionar ‘‘el conflicto’’? ¿Y con 29 no?
Y termina este artículo, que parece más bien obra de un importante colectivo, diciendo que están dispuestos a hablar con todos ‘‘pero eso no incluye que todas las hipótesis son posibles, al menos como hipótesis de trabajo. Que ningún vértice se crea el centro del triángulo. Y que nadie confunda nuestro sentido de la responsabilidad con dependencia alguna. Y esto es solo una hipótesis. ¿O no?’’ Pues no. Eso es algo que lo venís madurando hace muchísimo tiempo. El problema es que no decís con quién queréis hacerlo. ¿Con ERC? ¿Con el PSE? ¿Con el PP? Falta ese dato para que el artículo no sea un ejercicio de política ficción. Pero es bueno saberlo. ¿Estáis pensando así de cara a la investidura de Ibarretxe? Decirlo claramente. La gente tiene que saber a las claras quién es quién en este país y si el fin, mandar al PNV a la oposición, justifica cualquier tipo de medio. ¿Os acordáis de Mario Onaindia, el superabertzale de EE? Comenzó diciendo estas cosas y acabó en el Foro de Ermua.
En verdad, un artículo muy interesante. E ilustrativo. Sobretodo por quien lo ha escrito y por lo que encierran sus preguntas. Las mismas de aquella EE.
Contumacia
El lunes pasado fui al Parlamento vasco. En buena lógica, los parlamentarios de forma mayoritaria hubieran votado a Juan M. Atutxa como su presidente. No fue así. El empate a 33 con Buen lo impidió. De haber hecho nosotros algo así en el Senado, Rojo no sería presidente y Marín tendría más de un dolor de cabeza. Pero el PSE rompió la cortesía parlamentaria y quiso enviarnos un mensaje, junto al Partido Comunista que nada puede hacerse sin ellos. Luego el ataque fue al PNV por su contumacia. Sin embargo, Atutxa sólo ha cumplido con su deber. Cuando fue el consejero de Interior, ejerció como tal, y como presidente del Parlamento defendió la Institución. Éste debe ser su gran delito, culpa, por otra parte que le honra.
Para mayor contradicción, en el debate de la semana pasada, Zapatero dijo a Rajoy que no admitía vetos personales hacia los socialistas que él mandaba a hablar con el PP.
Por otra parte, al entrar en el Parlamento había cinco manifestaciones distintas, todas ordenadas con su pancarta y reivindicación. Una de ellas de antiguos gudaris y represaliados. Víctimas del franquismo. Siempre he pensado que al inicio de la transición hicimos algo rematadamente mal. Si en Madrid pasaron por alto todo esto, nosotros deberíamos haber creado en Euzkadi, al día siguiente de la muerte de Franco, una plataforma de reivindicación de todos los represaliados de una guerra injusta, inmoral y cruel. De una represión salvaje y sin alma. De una persecución preferente contra lo vasco. Debíamos además haber recogido el testimonio oral y escrito de lo que había pasado para, transcurrido el tiempo, los descendientes de aquellos sátrapas no acusaran a la víctima de verdugo. Pero no se hizo. Y hoy son ‘‘víctimas’’ sólo las de ETA. Absolutamente respetables, pero no son todas. Al parecer no son ni las del GAL, ni las de aquel franquismo corrupto y asesino que salió de rositas de todo aquello mientras hoy el franquismo sociológico nos da lecciones sobre todo, Rajoy habla de que Zapatero «traiciona a los muertos» sólo por tratar de buscar una solución a lo que ellos promovieron y los antiguos gudaris y represaliados han de coger una pancarta para decir que allí están y que se acuerden de ellos. Lamentable.
Otro de los asuntos se centra en los ataques que recibe Zapatero de todos aquellos que durante la etapa de Aznar tanto le jaleaban. Foro de Ermua, ¡Basta Ya!, AVT, Rosa Díez y Savater, el filósofo de la pancarta, junto a unos medios que amplifican las descalificaciones del PP hacia un Zapatero que dicen no condenó los últimos atentados del domingo pasado llegando a poner en duda su rechazo al terrorismo. Peridis lo resumía en su viñeta. Ante un Rajoy y Acebes enrocados y acorazados, Zapatero exclamaba: «Señor, ¡qué cáliz de oposición!»
Es la misma medicina que nos dieron a los demás y que ahora ellos sufren en carne propia. Una oposición facha y de trinchera que convierte al adversario en enemigo y va a por él, llegando a poner en duda hasta su honorabilidad. De eso los demás sabemos algo.
El empate en el Parlamento, el artículo de Olarra, la mala bilis del PP, anuncian una legislatura complicada. Ideas claras, mucha tila, buena información, mejores sentimientos, y defensa democrática de un programa siguen siendo los componentes de nuestra hoja de ruta. No hay alternativa. Tranquilidad y buenos alimentos.