Iñaki Anasagasti
24Apirila
2005
24 |
Iritzia

Siguen sin reconocer aquella masacre

Iñaki Anasagasti
Apirila 24 | 2005 |
Iritzia

Iñaki Anasagasti

Iritzia

Deia


El juez Garzón antes de salir para su viaje a los Estado Unidos en año sabático dijo en una entrevista que le quedaba pendiente, y lo sugería, el que se abriese una gran causa contra el franquismo describiéndola como etapa de "Crímenes contra la humanidad" cuyo tiempo no ha prescrito.

Este martes 26 se cumple el 68 aniversario del bombardeo de Gernika, cuya autoría aún no ha sido reconocida públicamente por el Estado español, aunque sí por el alemán. Zapatero dice que él no puede hacerse responsable de aquello, aunque haya una resolución parlamentaria que así le obligue, porque -dice- se hizo en otro tiempo. Y, sin embargo, vemos cómo se envenenan las relaciones China-Japón por asuntos parecidos, el ejército chileno actual pide perdón por la dictadura de Pinochet y en Uruguay se lamentan de las dictaduras militares, mientras en Alemania, cada dos por tres, están pidiendo perdón por aquellos crímenes contra la humanidad. Pero aquí, por no haber habido una ruptura con el franquismo, no hay más que verle al PP, todavía hay que pedir perdón tan sólo por tocar estos temas. ¿No le puso Franco al actual rey en la Jefatura del Estado? ¿Por qué este señor nunca hace nada de lo que debería hacer?


Afortunadamente este nuevo aniversario del bombardeo contará en esta oportunidad con la presencia de Nicolas Rankin, el escritor inglés que ha sacado del armario de la historia la figura del corresponsal del ‘‘Times’’, George L. Steer, aquel intrépido periodista que dio la noticia al mundo de aquella masacre, atribuida a los nacionalistas vascos.


Y es que Gernika tiene que seguir siendo un símbolo de paz contra todo tipo de genocidios. Al fin de cuentas, fue el primero desde el aire. Aunque al PP le reviente.


Con su padre a cuestas

Decía Chesterton que «el inconveniente de los hombres que no conocen el pasado es que no conocen el presente».


André Gide, por citar a un pensador que no tuvo nada de reaccionario, escribió en ‘‘Entrevistas imaginarias’’ que si la civilización dependiera solamente de quienes inician teorías revolucionarias perecería, porque la cultura necesita para vivir, la continua y creciente tradición. En otra obra suya ‘‘Teseo’’ dice que un individuo fuerte, decidido y valiente puede salir del laberinto -del laberinto de nuestra época, desde luego- pero, únicamente, si se ha agarrado con fuerza al hilo que lo une con el pasado. Y en una conferencia que dio en Londres, dijo, citando a Virgilio cuando describe a Eneas que huía de la incendiada Troya llevando a su anciano padre sobre los hombros, que ese paisaje debía ser interpretado simbólicamente, en el sentido de que Eneas no llevaba solamente a su padre a cuestas, sino a todo el peso de su pasado. Tellagorri siempre hablaba de estas cosas.


Me indignan todos esos pseudo abertzales que se la pasan hablando a todas horas del pueblo vasco, de su identidad y de su reivindicación histórica y no saben dos palabras de lo que ocurrió anteayer por la tarde, lo que hicieron sus inmediatos predecesores o su propio partido. Y de éstos tenemos mogollón.
Por eso es importante destacar cuando en el túnel se encienden pequeñas lucecitas por parte de gente jóvenes, que llevan a su padre a cuestas, como es el caso de las organizaciones municipales de Irun y Hondarribia que decidieron convocar la ‘‘I Beca de Investigación Rafael Picavea’’ sobre la Historia del Nacionalismo vasco en la zona de Irun-Hondarribia.


Tuve la suerte de que me llamaran para analizar las memorias entregadas y para nuestra agradable sorpresa la beca de 5.000 euros la ganó una chica de 22 años, Aitziber Lekuona, que, en su memoria, decía, entre otras cosas las siguientes:


«El trabajo que propongo es desarrollar un estudio que tenga como objeto recopilar las vivencias de las personas que hoy día siguen con vida, tomando como base la información que las propias personas puedan aportar. A la hora de determinar la época histórica, he creído conveniente fijar ésta en torno a los años 1931-1950. Mi propuesta es enfocar este trabajo con un doble objetivo. En un primer momento el objetivo sería recoger toda la información que las personas objeto de estudio nos pueden ofrecer, de este modo se evitaría que ésta información llegara a perderse. Se facilitaría así el acceso a esta documentación a cualquier persona que tuviera interés en este tema, posibilitando la creación de nuevos trabajos en relación a ésta información. Asimismo, esta información nos servirá de ayuda para ampliar el conocimiento que hoy día tenemos sobre esta época. Por esto, y partiendo de esta información, creo que puede ser interesante, como segundo objetivo, enfocar el trabajo hacia algún tema que, teniendo relación directa con el nacionalismo y en el marco histórico anteriormente indicado, haya sido poco estudiado.


De todas maneras, y de manera provisional, me gustaría avanzar que mi interés se centra también en el estudio de la situación que vivía el euskera en la época señalada. Creo que hasta la fecha ha sido objeto de pocos estudios, y si éstos se han realizado han sido siempre desde un enfoque negativo. Lo que quiero decir es que siempre se ha hablado de la pérdida que esta lengua sufrió pero que, a mi parecer, teniendo en cuenta la época que tratamos, es algo que no necesita explicación. En mi opinión, hacer hincapié en ése dato no nos va a aportar nada nuevo a nuestros estudios. Es evidente que el franquismo supuso un régimen muy duro y que los grandes esfuerzos por hacer desaparecer esta antigua lengua tuvieron una gran repercusión. Sin embargo, el euskera se mantiene hoy día ¿Cómo consiguió llegar hasta nuestros días? Creo que esto es un tema que no ha sido estudiado y que tiene gran importancia para nuestra cultura. Para llevar a cabo este trabajo pueden ser de gran ayuda las aportaciones de las personas entrevistadas. Ellos nos pueden aclarar si la gente utilizaba el euskera en las calles, cual era la lengua que se utilizaba en casa, que lengua enseñaban los padres a los hijos...»
Como se ve tiene las ideas claras, y ganas de hacerlo. El fruto de su trabajo redundará en beneficio del interés colectivo.


¿Qué no interesa?

Cuando en Madrid han organizado semejante alboroto por algo que debería haber sucedido hace treinta años, como ha sido quitar de los Nuevos Ministerios la estatua ecuestre del dictador, algunos se han rebelado y han dicho que eso de la guerra civil no hay que menearlo porque ya no interesa a nadie. La prueba de que sí interesa, sobre todo al franquismo sociológico, es el lío que han montado. Pero lo que es indignante es que nos digan que enaltecer la figura de un asesino, de un genocida, de un ladrón, de un golpista y de un sinvergüenza es algo normal porque son cosas del pasado. ¿Por qué no pues a Hitler, a Jack el Destripador, a Milosevic, a Pol Pot, a Mussolini? Pues muy sencillo. Porque una parte importante del actual PP usufructuó el poder arrebatado al pueblo y vivieron plácidamente en aquella dictadura, y, por esta razón no desean se recuerden sus orígenes.


Mientras, Gernika, otro genocidio, sigue sin ser reconocido como tal y a Aukera Guztiak no se le dejó presentar a las elecciones porque no condenaban la violencia. ¿Y los que protestaron por haber quitado la estatua de Franco? ‘‘Franco resucita, España te necesita’’, gritaban estos demócratas del PP.
De ahí la importancia de la iniciativa de las organizaciones de Irun y Hondarribia que es de agradecer porque la emprende gente muy joven que nos dice que hay futuro si sabemos trasmitir las enseñanzas de generaciones que supieron mantener no solo el euskera, en medio del vendaval, sino su conducta, limpia y generosa para legarlas a este futuro que toca ya las puertas.


Lógicamente, después de la reunión, dimos buena cuenta de un buen avituallamiento en el batzoki de Hondarribia. Ahora sólo nos falta que lo ocurrido el 17 sirva para poner en marcha muchas cosas.


El muñeco de la tarta

A pesar de que el señor Borbón llamara a Zapatero y a Rajoy a La Zarzuela antes de la intervención del lehendakari en el Congreso al parecer porque la unidad de España estaba en peligro, no debe ser para tanto pues él se lo sigue pasando en grande.


La televisión austriaca informó que la última semana del mes de enero que el rey D. Juan Carlos participó en una cacería en la localidad de Burgenland.


El pasado mes de octubre el rey participó asimismo en otra batida de caza, esta vez en la región romana de Transilvania, donde mató cinco osos y dos jabalíes. El viaje fue objeto de protestas por parte de asociaciones ecologistas y partidos políticos. En aquella oportunidad se me ocurrió realizar una pregunta parlamentaria recabando información sobre si el gobierno consideraba adecuada esta práctica en un país extranjero, donde una parte de su población había criticado tales matanzas y si el gobierno había subvencionado el carísimo desplazamiento del rey acompañado de amigotes suyos a cuenta del erario público.


El gobierno socialista contestó que las actividades privadas del rey no necesitan refrendo del gobierno y que la respuesta a tal pregunta no entra dentro del ámbito de respuesta al control parlamentario que cabe ejercer sobre su actuación.


Tal respuesta del gobierno amparando semejante y criticable actitud motivó que en el breve espacio de tres meses el jefe del estado viajara a Austria y participara en otra matanza de animales sin que el gobierno socialista, al parecer tuviera nada que decir sobre lo que haga, nada menos que el jefe del Estado, que no es un ciudadano particular y cuyos gastos, le guste al gobierno o no, los pagan los presupuestos generales del estado que son aprobados en sede parlamentaria, por lo que no parece de recibo que un gobierno democrático en el siglo XXI responda al control parlamentario como si viviéramos bajo una monarquía absoluta en el siglo XVIII.


Por todas estas razones pregunté al gobierno socialista si veía bien que el jefe del Estado español viajara a un país extranjero a este tipo de matanzas de animales y que además esta afición se la tengamos que pagar todos con nuestros impuestos.


Pues no hay manera. El gobierno socialista de Zapatero parece el de la monarquía de Alfonso XIII con Romanones a la cabeza, ya que me volvieron a contestar lo siguiente:


«Se recuerda que el régimen de gastos del artículo 65 de la Constitución establece que ‘‘el Rey recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento de su Familia y Casa, y distribuye libremente la misma’’».


«En este sentido, el Gobierno entiende que no forma parte del ámbito de respuesta al control parlamentario que cabe ejercer sobre su actuación, formular valoraciones sobre las actividades de carácter privado de los miembros de la Casa Real, como no lo debe hacer, en este trámite, de las que desarrollan los integrantes de otros órganos constitucionales del Estado». Ahí queda toda la posibilidad de control de un parlamento democrático, elegido para controlar el gasto público, entre otras cosas.
Sé que estas preguntas incomodan pues quedan registradas en el Boletín Oficial de las Cortes, y, entre otras cosas, por eso las hago. Es de una hipocresía delirante hablar de privilegios, de insolidaridades, de igualdad ante la ley y que este señor con nuestro dinero se la pase en grande como si estuviéramos en Marruecos.


Finalmente, y como destello en la oscuridad, de vez en cuando alguien habla claro en relación con la monarquía. Uno de ellos es el columnista David Gistau, que encabezó su trabajo, el lunes 14 en ‘‘El Mundo’’, de la siguiente manera:


«El Rey es a España lo que el muñeco del novio a la tarta. Una presencia decorativa, con más accesorios deportivos que un geyper-man, cuya vigencia es incuestionable sólo porque está blindado por una propaganda de Régimen que apenas nadie desafía por temores propios de lo que es tabú en la tribu. Con miedo idéntico al de los irreductibles galos de Astérix, que sólo temían que el cielo se abatiera sobre sus cabezas si afrentaban lo sagrado, la democracia española se ha impuesto a sí misma una excepción a todas las supuestas libertades de expresión y de crítica en lo que respecta a esta reminiscencia paternalista ungida por la gracia de Dios».


Sí, sí. Pero el gobierno socialista no contesta y el PSOE tiene la cara dura de hablar de privilegios.

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