El presidente del EBB del PNV, Josu Jon Imaz, subraya la importancia histórica del actual momento político de cara al robustecimiento del autogobierno. Cree que una eventual entente PSE-PP ahogaría el singular sistema vasco en el mar uniformador del Estado de las autonomías.
Víspera de elecciones autonómicas. Aberri Eguna. Lo coyuntural cobra más fuerza que nunca en una jornada que hunde sus raíces en un lejano 1932. El presidente del EBB del PNV, Josu Jon Imaz (Zumarraga, 1963), no tiene dudas de que el momento político actual es de esos en los que cada paso del presente se proyecta inexorable hacia el futuro de toda una generación.
Su lema para este Aberri Eguna asegura que "nos toca decidir". ¿Será en esta próxima legislatura y sobre el Nuevo Estatuto en su configuración del 30 de diciembre?
Estamos en un momento decisivo en el que, en un mundo cambiante, nos es necesario acceder a nuevos marcos de autogobierno. En ese sentido, hay una propuesta de Nuevo Estatuto aprobada ya en sede parlamentaria y, sin duda, la próxima legislatura va a ser importante, fundamentalmente para que los vascos decidamos qué tipo de relación deseamos tener con el Estado y de cara a negociar un texto de autogobierno con el mismo.
Menciona un proceso de negociación con el Estado. ¿Da por concluida la negociación a nivel interno?
Si el día 18 de abril hay, realmente, posibilidades serias de entrar en la negociación de un texto de autogobierno que vaya al núcleo de las bases fundamentales de la propuesta que está encima de la mesa y si este proceso puede articularse en el Parlamento vasco con el objetivo de alcanzar mayorías más amplias que las que actualmente existen, nosotros vamos a estar en ese camino. Lógicamente, no vamos a ir a un proceso de dilución del texto aprobado el 30 de diciembre si no hay una voluntad real de las partes para entrar en una dinámica negociadora seria.
Supongo que salvaguardarán unos principios básicos...
Por supuesto. Los principios básicos que defendemos se podrían resumir en tres. Se trata del respeto a la voluntad de la sociedad vasca, del respeto a la pluralidad y del rechazo al principio de unilateralidad. Son los ingredientes básicos que debe conservar cualquier propuesta a negociar en el futuro.
¿Ve al PSE-EE en disposición de adentrarse en una dinámica de ese tipo?
El Partido Socialista está teniendo una actitud poco comprometida con el autogobierno de este país. Me parece preocupante que detrás de pronunciamientos del tipo de "Estatuto y más Estatuto" sólo se esconda una dialéctica que nunca se va visto ratificada por los hechos.
¿Cree que Zapatero podía haber hecho mucho más durante su primer año de gobierno?
Le costó una semana retirar las tropas de Irak y le hubiese costado una semana cumplir el Estatuto de Gernika. Pero no ha dado el mínimo paso en un año, ni con la Seguridad Social, ni sobre las políticas de empleo, ni con los establecimientos penitenciarios... Desde luego, hay una actitud del PSOE poco comprometida con el autogobierno de este pueblo.
¿No se cree su renovado mensaje autonomista?
Yo estoy convencido de que si es por voluntad propia, el PSOE no dará nunca ningún paso que signifique que los vascos tengamos más autogobierno, y menos aún aceptará un nuevo Estatuto o el reconocimiento de lo que decida la sociedad vasca. Ni tan siquiera cumplirá el Estatuto vigente. Si el PSOE se ve obligado a hacer un movimiento será porque hay una respuesta popular detrás de la coalición PNV-EA.
Mientras la coalición PNV-EA ve a Patxi López gobernando con el PP, María San Gil le augura que será vicelehendakari de Ibarretxe. ¿Son los socialistas unos virtuosos de la versatilidad o es que pecan de indefinición?
Las experiencias de estos dos últimos años nos demuestran que allí donde el PP y el PSE-EE han tenido un voto más que la mayoría absoluta necesaria para desplazar al nacionalismo, no han dudado en hacerlo. Ahí están los casos de la Diputación alavesa o los de ayuntamientos como los de Oion o Santurtzi. Por encima de los ejercicios teóricos, tenemos una realidad, y eso da la medida de la importancia que tiene que PNV-EA seamos capaces de articular una amplia mayoría en estas elecciones.
¿Teme que los buenos resultados que auguran todas las encuestas desmovilicen a potenciales votantes de PNV-EA?
No podemos dormirnos en los laureles. Está todo el partido por jugar. Parece que hay entre un 15 y un 20% de indecisos. Es una diferencia enorme que puede decantar la balanza a un lado o al otro. Será clave que seamos conscientes de la magnitud de lo que nos estamos jugando.
¿Qué está en juego?
Nos estamos jugando dotar a este país de más autogobierno o dejar que nos lo continúen limitando y también están en el aire las políticas de crecimiento y bienestar que acompañan al autogobierno. ¿Alguien se puede imaginar a María San Gil enfrentándose a Rajoy o a Patxi López haciendo frente a Zapatero para defender el autogobierno? Hay que decidir si queremos unas instituciones que estén gobernadas por quienes tenemos un compromiso efectivo con la defensa de todas las gentes de este país o si, bien al contrario, queremos a un nuevo delegado del Gobierno, esta vez sentado en Ajuria Enea.
¿Le preocupan las manifestaciones de distanciamiento de EB-Berdeak respecto al Nuevo Estatuto?
EB-Berdeak ha mantenido en los últimos meses una actitud leal respecto al Nuevo Estatuto, aunque con aspectos diferenciales. El planteamiento que Madrazo ha puesto encima de la mesa de que es necesario abrir un camino de diálogo tras el 18 de abril para que, en la medida de lo posible, y sobre las bases del proyecto anterior, busquemos apoyos más amplios, es algo con lo que muchos estamos de acuerdo. Lo que él ha dicho no debería provocar ninguna escandalera.
Sin embargo, hay quien como ELA defiende acuerdos entre formaciones autodeterministas. ¿Es válido este modelo?
Estamos en una fase diferente y tenemos una propuesta que separa claramente lo que son las propuestas políticas y los procesos de paz, de modo que el logro de ésta no deba pasar necesariamente por tener que aceptar no se qué principio político.
No hay, forzosamente, una relación de causa-efecto...
Hay muchos lugares en el mundo en el que existen conflictos similares a los que tenemos aquí, incluyendo el de la falta de reconocimiento del derecho de autodeterminación, y eso no significa a la fuerza la existencia de un conflicto violento, la existencia de asesinatos, chantajes o extorsiones. Nosotros apostamos por el respeto a los derechos más básicos de las personas y lo combinamos con el derecho colectivo a expresarnos como nación.
Zapatero ha exigido a Batasuna que pise el raíl de condenar el terrorismo y Otegi le ha devuelto la pelota conminándole a que manifieste su respeto a la voluntad de los vascos…
No pretendo equiparar estos dos raíles; pero la izquierda radical no pisa el del respeto básico a la persona, y el PP y el PSE no aceptan al sujeto político configurado por la suma de la voluntad de los ciudadanos. Estoy convencidos de que la solución para este país pasa, necesariamente, porque todos pisemos los dos raíles, aun separando los procesos.
El Gobierno dice que aceptará la voluntad de la sociedad vasca si hay un consenso mayoritario. ¿No es una formulación válida?
No me vale que se diga que hay que aceptar las reglas de juego y luego se intenten cambiar cuando a uno no le favorecen. El artículo 46 del Estatuto de Gernika exige la mayoría absoluta en el Parlamento vasco para aprobar un nuevo Estatuto. Ésas son las reglas de juego. Lo que Zapatero no puede hacer es adaptar las reglas de juego a sus propios intereses. Parece que solamente avalará una propuesta cuando la firme el PSOE.
Ustedes asumen la capacidad de decidir acompañada de la obligación de pactar…
Una vez reconocido el derecho a decidir es evidente que debe haber un proceso de negociación. "Decisión, negociación y pacto" han de ser tres pasos consecutivos del mismo proceso.