NOTA: Este discurso puede ser modificado parcial o totalmente por el orador de manera que solo es válido lo pronunciado en el acto aunque estuviere aquí escrito.
OHARRA: Hitzaldi hau aldatua izan daiteke. Balio duen bakarra, hizlariak berak ekitaldian ematen duena izango da.
Datorren astelehena moduko egun batez izan zen, uztailaren 14an. Eta hor izan zen, aurreko etxe batean, Korreo kalean. Hortxe, bai, haizeak gure ikurrina dantzatu zuen lehen aldiz. Ciriaco Iturrik altxatu zuen, Euskeldun Batzokija elkarteko kiderik zaharrena zen. Elkarte hura izan zen geroan Euzko Alderdi Jeltzalea izango zenaren hazia.
120 años después aquí seguimos. Aquí sigue el PNV. Aquí siguen sus hombres y mujeres. Construyendo la nación vasca. Día a día. Sin prisa pero sin pausa. Con la cabeza alta y un país en marcha. Y aquí sigue ella, don Ciriaco. Aquella ikurriña de lana que usted echó al viento. La misma que nos emociona con solo mirarla.
Hemen jarraitzen du gure ikurriñak. Guztion ikurriña.
Egun handia da gaurkoa: esker ona adieraztekoa, historia aldarrikatzekoa. Abertzaleen lehen belaunaldia osatu zutenei eskertzekoa, nazio kontzientzia piztu zutenei, Euzko Alderdi Jeltzalea sortu zutenei. Baina, batez ere, ikurrina eman zigutenei. Euskotar garen guztiak batzen eta elkartzen gaituen sinboloa. Herri gisa dugun sentimendua gorpuzten duena. Gure arima ikusgai egiten duena.
En la ikurriña está todo lo que somos. Aquí está nuestra historia. Aquí está el primer Gobierno del lehendakari Aguirre. Aquí están la guerra y el exilio. Aquí están todos aquellos niños del 37. Aquí están todos los gudaris caídos en la defensa de Euskadi. Aquí está también el Zazpiak Bat. Y la diáspora. Aquí está la democracia. El autogobierno. Aquí están nuestras instituciones. Aquí está el progreso de este país. Y el euskera. Nuestra cultura. Aquí están la cima del Everest y las rampas más duras de los puertos pirenaicos. Aquí están nuestros éxitos deportivos. Aquí está la industria vasca. El conocimiento. La educación. Nuestras universidades. Nuestros pueblos y ciudades. Nuestros valores. Nuestra palabra. Palabra de vasco. Y, sobre todo, aquí estamos todos. En la ikurriña estamos todos. Todos los hombres y mujeres de este país. Sin importar raza, condición o ideología. Porque en la ikurriña han cabido y caben nacionalistas, socialistas, anarquistas, republicanos o comunistas. Bajo esta ikurriña estamos todos. Es de todos y para todos.
No me gusta llamarla bandera. Banderas son todas. Pero la nuestra es la ikurriña. Solo la ikurriña. No fue creada contra nada ni contra nadie. Pero durante muchos años la persiguieron como subversiva. Le han dado palos y más palos. ¡Cuántas veces la han arriado y destrozado! ¡Cuántas! Creyeron que prohibiendo la ikurriña anulaban a este pueblo y sus sentimientos. Consiguieron lo contrario. Por cada una que quitaban, ondeaban cinco más. Porque era la voluntad de los vascos. La voluntad de este pueblo. Y aquí está esa voluntad. La ikurriña ondeando libre al viento.
Urte batzuk dituzuenoi ez zaizue ezer azaldu behar. Baina gazteenek, jakin behar duzue zuen aitite, aita, osabek… beren bizia askatasunaren eta ikurrinaren alde eman zutela. Eta, era berean, jakin behar duzue emakumeei esker, euskal andre adoretsu haiei esker, basakeriarik handiena gainditu ahal izan genuela. Espetxea eta errepresioa. Ez ditugu ahaztuko.
Inola ere ez. Gaur ere bada emakume eta gizon haiek omentzeko eguna.
La ikurriña ha visto mucho en estos 120 años. Mucho. Bueno y malo. De todo ha habido. Mientras unos la perseguían, otros la usaban de capucha para tratar de justificar su terrorismo. Para dar cobertura al asesinato y la extorsión. Y la mancharon de sangre. De sangre inocente. Tampoco olvidamos a estas víctimas. Y que quede claro: Ni fue por Euskadi ni en nombre de la ikurriña.
Ikurrina bakezko haizeak mugitzen du gaur Euskadin. Esku batean dugu iragana eta oroimena; bestearekin, itxaropena eta ilusioa oratzen ditugu. Itxaropena eta ilusioa, gauza onez betetako etorkizunerako, bakean. Ezberdinen arteko bizikidetza, demokrazian, eta ideia guztiak defendatzeko eta gauzatzeko aukerarekin. Etorkizun horretan, gu guztiok sartzen gara. Eta guztion artean diseinatu behar dugu. Euskadi berri bat, aldi berri baterako. Gehiengoak erabaki dezala herri honen etorkizuna. Gutxiengoak errespetatuz. Inori ezer inposatu gabe. Ez banderarik ez sinbolorik, ezta proiekturik ere. Baina, era berean, betorik gabe, inor mendean hartzeko tentaldian erori gabe.
Porque los sentimientos no se imponen. Se respetan. Como las banderas. La nuestra es esta, solo esta. Pero respetamos que otras personas se identifiquen con otra. Respetamos sus sentimientos. Que respeten los nuestros. Solo pedimos respeto. E imponernos una bandera no es respeto. Y prohibirla, como todavía ocurre en Nafarroa con la ikurriña, tampoco es respeto. Son ejemplos graves de falta de madurez política y democrática. Son tics del pasado. Gestos impropios del siglo XXI y de este nuevo tiempo. Son una irresponsabilidad que altera la convivencia y la identidad de las personas. Encender la mecha de las pasiones es relativamente sencillo. Pero, al menos en el Partido Nacionalista Vasco, ya estamos escarmentados y hartos de odios banderizos destructivos. Ese no es el camino. Pero algunos se empeñan en seguir y seguir por un camino equivocado. Y nos obligan a colocar la bandera española en las entidades oficiales de Euskadi. Se amparan en una ley caduca. En una Constitución de otro tiempo que no sirve para este.
Guk, balkoietan, ikurrina baino ez dugu nahi. Baina ez dugu inposaketa bidez izatea nahi, ezta legeak agintzen duelako ere. Ez. Gehiengoaren borondateagatik izatea nahi dugu. Ikurrina askatasunez eta demokrazian adierazitako borondateak jartzea nahi dugu. Lan horretan ari da Euzko Alderdi Jeltzalea. Euskadi Europan Nazio askea izan dadin. Ikurrina europar zeruan egon dadin, beste nazioetako banderen ondoan, berdinen artean.
Nosotros queremos solo la ikurriña en los balcones. Pero no queremos que sea por imposición, ni por imperativo legal. No. Queremos que sea la voluntad mayoritaria, expresada de forma libre y democrática, quien la ponga ahí. Para eso trabaja el nacionalismo vasco. Para que Euskadi sea una Nación libre en Europa. Para que la ikurriña comparta el cielo europeo de igual a igual con las banderas de otras realidades nacionales. Un país no se construye por poner en un mástil una bandera u otra. Un país se construye desde el respeto a la voluntad popular. Y se construye día a día. Ganando terreno a las conciencias. Tejiendo una colectividad social que se sienta identificada y representada en unas instituciones. En un proyecto que avance en conciencia y voluntad. En democracia y decisión. Ganando adeptos. Construyendo comunidad. Sumando nuevos vascos que sientan como suyos estos colores: El rojo de pasión, de coraje, de fortaleza, de emoción. El blanco de paz, de concordia, de entendimiento. Y el verde de la esperanza, de crecimiento, de vida.
Vivimos un cambio social sin precedentes. Globalización y democracia se abren paso en un mundo de soberanías compartidas. Un mundo de complicidades donde lo grande y lo pequeño se complementan. La que empezó siendo la bandera del PNV se ha convertido en la ikurriña de todos los vascos y vascas. De todos. De los nacionalistas y de los no nacionalistas. Guztion ikurriña. Hagamos entre todos que ondee libre en lo más alto del mástil. Y que lo haga soplada por los vientos de la igualdad, la libertad y el respeto.
Tenemos un Pueblo, el vasco. Una Nación, Euskadi. Una bandera, la ikurriña. Y un destino, la libertad.
Gora Euskadi askatuta!!!