Buenas tardes. Bona Tarda. Boas Tardes. Arratsaldeon.
Maiatzaren 25eko europar hauteskundeak datoz bidean, eta Espainiar estatua krisi hirukoitzean dago murgilduta: lehenengo eta behin, inoiz ikusi ez dugun krisi ekonomikoa; bigarrenik konfiantza krisia, hiritargoak europar erakundeekin duena; eta hirugarrenik, Estatu ereduaren krisia; ‘Café para todos’ famatuaren ondorioa da, gaur egun, Euskadi, Catalunya, Galiza eta Kanarietako hiritarrok ez gaudela eroso Autonomietako Estatu honetan. Eta, dirudienez, espainolak ere ez.
EAJn eta Europarako Koalizio honen barruan uste dugu hiru puntako krisi honetatik irteteko, beharrezko egiten zaigula Europa gehiago eta demokrazia gehiago izatea.
Europa gehiago, bai, baina beste Europa bat, Agirre Lehendakariak esaten zuen Europa. Uste osoa jarri dugu europar mugimenduaren sorrerako printzipioetan: pertsonak, beren ongizate soziala, garapen osoa, justizian eta bakean bizi den gizartean. Eta horregatik aldarrikatzen dugu ‘Euskadi Gehiago, Europa Berrian’.
Euskadiren ereduak norabide horretan egiten duela uste dugulako: gizarte bidezkoa, ekonomia produktiboan oinarritzen dena, ez espekulazioan; eta beti, pertsona helburu, ez merkatuak.
Eta demokrazia eskatzen dugu, jakina. Europar Batasunak onartu eta aitortu behar ditu Euskadi,Catalunya, Galiza eta Kanariak bezalako errealitate nazionalak. Eta onartu behar du, ere, gure etorkizuna erabakitzeko daukagun eskubidea.
Las Elecciones Europeas del próximo 25 de mayo nos llegan en medio de tres grandes crisis:
-Una crisis económica sin precedentes: por su crudeza y por su mantenimiento en el tiempo, pero también por el modo tan negligente, y tan oneroso, en el que ha sido combatida desde los Gobiernos del PSOE y del PP.
-Una crisis de credibilidad de la ciudadanía hacia las instituciones europeas, a las que culpan de las políticas de austeridad y de los rescates financieros que asocian al agravamiento de esta crisis y a los apuros económicos de sus familias y empresas.
-Y una crisis del modelo de Estado en España, que no la hemos provocado los nacionalismos históricos. El Estado autonómico de la Constitucion del 78 no da más de sí. La falta de recursos económicos, la negativa de la Administración del Estado a redimensionarse, una gestión poco responsable de gran parte de las Autonomías y la artificialidad desde la que nació han terminado de aguar el famoso “café para todos”. El resultado es que ni los nacionalistas vascos, catalanes, gallegos o canarios estamos a gusto en este modelo ni parece que el español medio se sienta tampoco identificado con el Estado de las Autonomias.
Hace cinco años, en el proceso electoral europeo de 2009, nadie presagiaba la magnitud y la densidad de los problemas que la Unión Europea ha afrontado este último lustro. A la crisis económica y financiera que estalló en 2007, le han seguido las de la deuda soberana y del sistema bancario y la falta de ingresos fiscales que ha dejado temblando las arcas públicas.
El resultado es que, a día de hoy, las capas medias y bajas de la ciudadanía española y europea se han emprobecido. Hoy España tiene más de 5 millones de parados; y Europa, 26 millones de parados. Cerca de 14 millones de jóvenes europeos entre 15 y 29 años están parados. La precarización de los nuevos contratos, y el crecimiento de las bolsas de pobreza y de desigualdad son nuevos motores de ese escepticismo que, además, propicia la emergencia de los partidos populistas, euroescpéticos y xenófobos.
Frente a este escenario, no cabe sino devolver el proyecto europeo a sus valores fundacionales. La Unión se fundó como proyecto de paz pero, además, como motor y garantía de desarrollo y cohesión social. Pese a la crisis, Europa continúa siendo un foco referente de libertad, de derechos humanos y sociales. Debemos sostener por tanto esta visión. Creemos en Europa. Más que nunca. Como fin y como solución. Y debemos apostar más que nunca por Europa.
Pero apostar por Europa no implica renunciar a la crítica, y es ahora cuando más sentido crítico necesitamos aplicar, y cuando la crítica debe ir acompañada de propuestas prácticas. Nosotros las tenemos. Tenemos propuestas para dar respuesta a los problemas cotidianos de la gente: desempleo, pobreza, envejecimiento demográfico, financiación de nuestro modelo de protección social, cambio climático, abastecimiento energético.
Contra lo que quieren hacer ver los defensores del bipartidismo, que, paradójicamente, resulta que concurren a estas Elecciones Europeas como garantes del voto útil cuando su inutilidad ha quedado demostrada en este último lustro; la búsqueda de una solución a estas necesidades más apremiantes de la ciudadanía es compatible con la búsqueda de una solución a las legítimas aspiraciones de participación activa de todas las naciones europeas. Aspiraciones legítimas y apremiantes.
Por ello, el PNV declara, en el seno de esta Coalición por Europa, su compromiso con una Europa democrática, social, económicamente próspera y generadora de riqueza, solidaria, integradora, saludable, respetuosa de su pluralidad nacional, territorial y cultural. El PNV mantiene y renueva su histórica e inequívoca apuesta por la unión política europea, que se remonta a los albores mismos de la Comunidad Europea. El PNV, en definitiva, defiende la necesidad de una Convención Europea que contribuya a la constitución de un gobierno europeo que reconozca el papel activo de los sujetos políticos distintos de los Estados miembro.
La UE debe reconocer realidades nacionales como la de Euskadi, Catalunya, Galiza o Canarias y arbitrar mecanismos jurídicos que, desde el ejercicio del derecho a decidir, habiliten la ampliación interna de la Unión, siguiendo los principios y condiciones que han articulado las ampliaciones externas.
Hablemos. Dialoguemos. Profundicemos en la verdadera integración de las naciones europeas. De todas las naciones europeas. El camino a la solución es de sobra conocido. Se llama Democracia. El proyecto europeo es Democracia, y dispone de una experiencia impagable para aglutinar la diversidad.
Queremos un nuevo encaje en Europa, y le exigimos otro encaje a Europa. Pero también queremos aportar a Europa. Queremos, como vascos, contribuir al bienestar de Europa. Con toda la humildad del mundo creemos que desde nuestra experiencia podemos contribuir a que Europa busque un nuevo modelo. Un modelo que se asiente en el desarrollo humano y el crecimiento sostenible. En una economía más humana. En un sistema ejemplar de cobertura social. En una apuesta por la economía productiva, y no la especulativa. Eso es lo que necesita hoy esta Europa tiranizada por un mercado sin alma que pone en riesgo el Estado de Bienestar que hemos construido durante generaciones. Pedimos una Europa que piense más en las personas.
Quisiera acabar resaltando la gran contradicción de que un Estado que se dice autonómico tenga para las elecciones europeas una circunscripción unica. Nos parece un contrasentido que es revelador de la verdadera faz centralista de PP y PSOE. Pero como de lo malo hay que intentar sacar siempre algo positivo, resalto también la gran bondad que tiene ese hacer de la necesidad virtud: y es que hoy estemos aquí gallegos, canarios, catalanes y vascos presentando una coalición que cree que otro Estado es posible y que cree que otra Europa es posible.
