Uzturre ekarri nahi izan dugu gogora Euzko Alderdi Jeltzalearen urteurren hau ospatzean, bere idazki eta adierazpen batzuk irakurrita. Bera dugu eredu eta maisu.
Euskararen aldeko borrokalari sutsua izan zen. Totalitarismoaren kontra borrokatu zuen gudan, errepresio garaian, klandestinitatean eta erresistentzia lanetan.
Jesus Insaustirekin tradizio soziala berreskuratzen dugu, langileen defentsa, bidegabekerien kontrako borroka. Baina baita, mugarik gabeko elkartasuna ere.
Eta, horrekin guztiarekin batera, Alderdiko Presidente gisa erakutsi zuen apaltasuna eskaini zigun. Larrialdian zegoen Alderdia eta norabidea galdu gabe gidatzen jakin zuen.
Jesus Insausti diskurtso zorrotza zuen demokrata izan zen. Uste sendoa zuen abertzaletasun garbi eta zuzenean eta, aldi berean, pragmatiko eta eraginkorra izaten jakin zuen.
Utzi digun ondareak harrotasunez janzten gaitu orain. Berarekin ulertu dugu abertzale batek Euskadirekin duen erantzukizuna beti dagoela beste inguruabar guztien gainetik.
Jesusek irakatsi zigun egoera latza eta benetan gogorra izan daitekeen arren, borondatea badago, aurrera egin daitekeela.
Sí, hoy más que nunca, frente al descrédito de determinadas actuaciones protagonizadas por representantes políticos, cuando la porquería de unos pocos lo impregna todo, el ejemplo de Uzturre, un hombre de vida austera y de principios éticos irreprochables, nos sirve como faro para reconocer el camino de transparencia, de dignidad y honestidad que nos permiten conmemorar 118 años de historia, con la cabeza bien alta.
Por eso hoy reivindicamos los valores de Uzturre, y con él, de todas las generaciones de alderdikides que lo dieron todo por la patria sin pedir nada a cambio. Ellos son nuestro norte, en lo político, en lo social, y también en su compromiso ético de la vida.
El pasado año comparecíamos en este aniversario con la sospecha de que tras el verano nos encontraríamos con unas elecciones autonómicas anticipadas. Así fue. Hoy, tenemos entre nosotros al nuevo lehendakari de Euskadi, Iñigo Urkullu.
Entonces, nos aprestábamos a confrontarnos en las urnas para conocer la confianza que la ciudadanía reservaba para el Partido Nacionalista Vasco. Hoy, escuchada la voz del pueblo, volvemos a liderar las instituciones del país.
Atrás quedan los tres años y medio en los que la “razón de Estado” hizo que una entente excepcional de fuerzas políticas españolas, apoyadas en la ley de partidos, tratara de postergar al nacionalismo de las responsabilidades de gobierno a pesar de haber ganado también aquellas elecciones.
Pero aquel intento de arrinconar al PNV y de ejercer en Euskadi un modelo constitucional español es ya pasado. Precisamente en su origen excepcional, aquel proyecto estaba condenado al fracaso. Porque nada en esta vida se puede construir contra la voluntad de un Pueblo.
Desde hace un año a esta parte muchas son las cosas que han ocurrido en este país. Desde la acentuación de la crisis económica a la desaparición de la actividad violenta de ETA. Desde el restablecimiento de la pluralidad política a la reafirmación del liderazgo del PNV como fuerza más votada de la comunidad o los interesantes procesos políticos que se están dando en Nafarroa e Iparralde. La nueva época política para nuestra Nación se está abriendo paso.
Mientras tanto, la descomposición del Estado español ha continuado con una plaga de escándalos encadenados que afectan ya a todas sus Instituciones. Una crisis política total dentro de una crisis económica general tiene puesto al Estado español al pie de los caballos. ¿Y cual es la respuesta que desde Madrid se da a ambos problemas? Ninguna, ninguna buena, al menos.
Lo único claro es que, so pretexto de responder a una crisis que encamina a España a los seis millones de parados, asistimos a un proceso de recentralización y de nuevo modelo político incompatible con el respeto a la pluralidad nacional y con el derecho de Euskadi y Catalunya a ejercer su autogobierno.
Nos enfrentamos, por lo tanto, a dos situaciones de transición que deberemos superar satisfactoriamente para afianzar nuestro futuro. Por un lado, la transición interna de articular un país normalizado, sin violencia y sin espacios de exclusión. Y, por otro, la transición de un Estado fracasado en lo político, en lo económico y hasta en lo institucional, que necesita reinventarse de los pies a la cabeza.
Y, por si fuera poco, todo ello en un escenario de crisis económica occidental, con un modelo europeo titubeante y sin clarificar, y con una drástica reducción de los ingresos que nos obliga a vivir sometidos a las apreturas y a los ajustes derivados de la falta de recursos públicos y privados.
En lo que respecta a la crisis económica, en los meses que se avecinan, debemos ser capaces de no tensar más la cuerda en el ámbito sociolaboral, evitando conflictos que perjudiquen la solvencia de nuestro modelo productivo. Un modelo que en el pasado nos sacó de las crisis precedentes gracias al esfuerzo compartido entre trabajadores y empresarios.
La reactivación económica puede comenzar en los próximos meses y para poder subirnos a ella y salir del agujero en el que estamos inmersos, tendremos que volver a generar un ámbito de negociación y acuerdo. Acuerdo para que trabajadores y empresas tiren todos del carro en la misma dirección. Para volver a crecer. Para volver a crear empleo. Si somos capaces de hacerlo, el año que viene estaremos mejor. Que nadie lo dude porque también la coyuntura internacional variará y nos ofrecerá una oportunidad de recuperar el espacio perdido en esta depresión.
En lo que al Estado se refiere, el Partido Nacionalista Vasco permanece alerta. Alerta ante el ejercicio progresivo de “tabla rasa” que se está imponiendo con leyes y decretos leyes uniformadores que rediseñan, de facto, un nuevo mapa institucional que no compartimos ni compartiremos. Si España quiere refundarse en un Estado de carácter centralista, por mucho que algunos lo denominen “federal”, que lo haga. Pero que no cuente para ello con Euskadi ni con el nacionalismo vasco.
Si quieren un pacto de convivencia entre Euskadi y el Estado, deberán respetar primero la voluntad de los vascos, ejercida libre y democráticamente.
Sin imposiciones ni subordinaciones obligadas. Convivir significa vivir juntos desde la libre decisión de las partes. Desde el pacto y el respeto a los derechos y deberes de cada cual. Convivir no se puede imponer, tiene que ser un acto libre.
Defender nuestro autogobierno es ahora un desafío prioritario. Y lo vamos a hacer con uñas y dientes. El Partido Nacionalista Vasco cumplirá su compromiso. En el nuevo período de sesiones del Parlamento Vasco, activaremos una ponencia que alumbre el nuevo estatus político de la Euskadi del siglo XXI. Un nuevo traje jurídico-político que refleje, actualice y ampare, de verdad, las legítimas aspiraciones de autogobierno de nuestra sociedad. Y todo ello con el máximo apoyo político posible y sancionado por el derecho de la ciudadanía a decidir libremente su futuro.
Estatuari dagokionez, adi egongo gara. Euzko Alderdi Jeltzalea adi egongo da. Adi, lege dekretu uniformizatzaileen bidez inposatzen ari diren berdintze lanen aurrean. Ez gaude horrekin ados. Diseinatzen ari diren mapa instituzionalarekin. Ez gara inoiz ados egon.
Espainiak estatu zentralista izan nahi badu, egin dezala. Baina bide horretan ez du Euskadi eta euskal abertzaletasuna aurkituko. Euskadi eta Estatuaren arteko elkarbizitza ituna nahi badute, ezer baino lehenago, euskal hiritarren borondatea errespetatu beharko dute. Izan ere, elkarbizitza ezin da inola ere inposatu; askatasunez erabaki behar da.
Eta bestalde, etxe barruari dagokionez, Euzko Alderdi Jeltzaleak bere konpromisoa beteko du. Eusko Legebiltzaren bilkura aldi berrian, XXI.mendeko Euskadiko estatus politikoa ekarriko duen ponentzia bultzatuko dugu. Jantzi juridiko-politiko berria, gure gizartearen autogobernu nahia islatuko duena.
Segundo desafío pendiente, también aquí en casa. Tras el bloqueo político de meses pasados, propios de tiempos de tránsito, deberán comenzar a concretarse acuerdos sectoriales multipartitos que garanticen el desarrollo de Euskadi. La composición del Parlamento Vasco es la que es, y sobre todo, es la que ha querido la ciudadanía.
Y la ciudadanía nos ha dicho que quiere acuerdos. Acuerdos para alimentar la actividad económica y la regeneración del empleo. Acuerdos para echar gasolina al motor industrial del país. Acuerdos vinculados a un nuevo marco fiscal y tributario que garantice nuevos recursos públicos pero que no olvide la incentivación de la economía o la progresividad en el reparto de la riqueza.
Acuerdos para definir un nuevo mapa de servicios públicos. Para poner las líneas rojas de los servicios básicos y para redibujar el nuevo mapa de bienestar social que deberemos de sostener hoy y mañana.
Acuerdos para hacer más eficaz, transparente y sencilla nuestra estructura institucional. Acuerdos para generar seguridad, certidumbre y estabilidad en este país.
El Partido Nacionalista Vasco, como lo ha venido haciendo desde esta nueva legislatura, va a hacer todo lo que esté en su mano para que, llegado el nuevo período de sesiones, allá por el mes de septiembre, estos acuerdos se suscriban y firmen. Y los firmaremos. Estad bien seguros. Somos el único partido que en Euskadi mantiene relaciones normalizadas con todas las demás fuerzas políticas. Y ese activo lo vamos a poner al servicio de Euskadi y de su futuro.
Akordioak, bai. Herritarrek akordioak nahi dituzte. Akordioak jarduera ekonomikoa elikatzeko, enplegua berriz sortzen hasteko, motore industrialari gasolina botatzeko, gizarte zerbitzuen mapa berria definitzeko, oinarrizko zerbitzu publikoen marra gorriak jartzeko eta gaur eta bihar mantendu beharko dugun ongizate mapa berria marrazteko.
Euzko Alderdi Jeltzaleak, azken legegintzaldi hau hasi zenetik egin izan duen moduan, bere eskura dagoen guztia egingo du, bildura aldia berriz hasten denean, iraila aldean, akordio horiek guztiak adostuak eta izenpetuak izan daitezen. Izenpetu egingo ditugu. Bai horixe!
Y tenemos ante nosotros también un tercer desafío, muy importante. La consolidación de la paz, la desaparición definitiva de la violencia y la resolución de las consecuencias derivadas de su existencia.
Para algunos, representados por el Gobierno español, la búsqueda de una nueva convivencia en Euskadi no parece una prioridad. Sin violencia de por medio, parecen olvidarse de que este país necesita restañar las heridas causadas por decenios de terrorismo. Y han aparcado sine die cualquier decisión que esté en su mano que posibilite la conciliación entre vascos. ¿Que temen para quedarse mano sobre mano? ¿Tienen prevención a lo que pueda traer esa nueva Euskadi en paz y convivencia?
Y mientras la parálisis se consolida en Madrid, aquí, la Izquierda Abertzale sigue instalada en su discurso tradicional de que el final de ETA vendrá de una negociación con los gobiernos francés y español. ¿Acaso no perciben que esperar a que Madrid mueva ficha deja todo en manos de Rajoy? ¿No se dan cuenta de que seguir pensando en negociaciones o en diálogos, que hoy por hoy no llegarán, da al Gobierno español la tutela de una situación que sólo variará cuando Madrid lo decida?
El PNV está dispuesto a mojarse en este tema y a compartir con otros un procedimiento que posibilite el fin ordenado de ETA. Una salida vasca que de pie al desarme y al desmantelamiento de su estructura. Porque o lo hace por propia decisión unilateral o, la presión política, policial y judicial va a acabar con ella de la peor manera.
Como sabéis, desde hace unos meses hemos iniciado una serie de contactos con Sortu de cara a normalizar las relaciones entre nuestras respectivas formaciones. En los últimos encuentros nos hemos cuestionado mutuamente sobre el futuro y los posicionamientos que cada cual está dispuesto a asumir para desbloquear los procesos atascados. Nosotros, el PNV, hemos requerido a la izquierda abertzale a que siga dando pasos de manera unilateral y nuestro compromiso es que si se establecen decididamente y en sintonía con compromisos éticos y democráticos compartidos, no tendremos reparos en acompañarlos. Para ello ya hemos dibujado una hoja de ruta a través del Plan de Paz y Convivencia presentado por el Gobierno Vasco.
Estamos dispuestos a seguir mojándonos, si, por la paz y la conciliación. Como lo hicimos ayer en Loiola lo haremos hoy en el Parlamento Vasco.
Nos hemos emplazado nuevamente con Sortu en setiembre. La consecución de la paz duradera en Euskadi necesita que sigamos dando pedales. Cuando a una bicicleta se le dejan de dar pedales se puede provocar una caída. Y no queremos ni caídas ni recaídas. Hemos luchado mucho para que esta situación, esta oportunidad llegue. Y no permitiremos que nada ni nadie la frustre.
Bakea finkatu behar dugu. Bortxakeriarekin behin betiko amaitu eta bortxakeriatik sortu diren ondorioak konpondu.
Espainiako Gobernua ordezten dutenentzako Euskadin elkarbizitza berria bilatzea ez da lehentasuna, hala dirudi behintzat. Ahaztu egin dute herri honek terrorismoa izan dugun hamarkadetako zauriak sendatu behar dituela.
Eta Madrilen geldotasuna finkatzen den bitartean, hemen, Ezker Abertzalea bere ohiko diskurtso zaharrean dago, ETAren amaiera Frantzia eta Espainiako gobernuekin egindako negoziaketatik etorriko dela esanez. Ez al dira konturatzen, momentuz helduko ez diren negoziaketa eta elkarrizketetan pentsatzen jarraitzearekin, Rajoyren Gobernuaren eskuetan jartzen gaituztela?
Gu prest gaude ETAren amaiera behar bezala ahalbidetzeko prozedura bultzatzeko.
Azken hilabeteotan Sorturekin harremanetan jarri gara, alderdien arteko harremanak normalizatzeko helburuarekin. Topaketa hauetan etorkizunari buruz eta prozesuak desblokeatzeko bakoitzak eragingo dituen prozesuei buruz hitz egin dugu. Ezker abertzaleari urratsak ematen jarrai dezala eskatu diogu eta gure konpromisoa bide horretan laguntzea izango da.
Concluyo. Han pasado muchas cosas en el último año. Y deberán pasar aún más en el que viene. Seguro que el próximo San Ignacio podremos decir que la situación económica ha mejorado. Que la estabilidad institucional es una realidad y que la paz sigue avanzando a pesar de todas las dificultades que se encuentre en el camino.
Somos optimistas, como lo era Uzturre. No por pura inercia o por buenísmo, sino porque estamos dispuestos a seguir trabajando, sin desmayo, día a día, para que este país avance y salga adelante. Y saldrá adelante. Palabra de Partido Nacionalista Vasco.
Gora Euskadi askatuta!.