El jueves, 23 de febrero, los investigadores Gorka Ortega y Koldo Ortega impartirán una conferencia bajo el título “Kandido Saseta, una vida al servicio de Euskadi” en el salón social del Parador Carlos V de Hondarribia, a partir de las 19:00 h.
20FebreroEste año se cumplen 86 años de la muerte del comandante hondarribitarra de Euzko Gudarostea, Kandido Saseta, en el frente de Asturias. La Organización Municipal de EAJ-PNV de Hondarribia y la Fundación Sabino Arana quieren, un año más, rendirle homenaje y para ello han organizado una serie de actos.
Así, entre los actos organizados en su memoria, el próximo 23 de febrero, jueves, a las 19:00 horas, el salón social del Parador Carlos V de Hondarribia (Arma Plaza, 14) acogerá una conferencia bajo el título “Kandido Saseta, una vida al servicio de Euskadi”.
Kandido Saseta nació en Hondarribia el 12 de diciembre de 1904, en la escuela Biteri en la que su padre, Ambrosio, fue profesor de 1896 a 1931.
Fue uno de los pocos militares profesionales que formaron parte del Ejército vasco. El 4 de agosto de 1936, recibió – por parte de la dirección del PNV- el encargo de organizar y dar estructura a las milicias vascas de las que más tarde pasaría a ser jefe. Al frente de Milicias Vascas y por disposición de la Comandancia de Azpeitia, organizó la línea de defensa entre las localidades de Asteasu, Aduna y Zizurkil, lideró a los gudaris en los combates de Andatzarrate y coordinó la defensa y la resistencia de la zona central de Gipuzkoa disputando al enemigo cada palmo de terreno. Fue esta resistencia en el territorio guipuzcoano la que hizo posible la aprobación del Estatuto de Autonomía y la creación del primer Gobierno Vasco en cuyas manos quedó el control y la coordinación de la guerra en Euskadi.
Kandido escoltó al recién elegido Lehendakari, José Antonio Aguirre, en su revista a las tropas que rendían honores al nuevo gobierno, al mismo tiempo que recibía el mando del Sector de Elgueta, que ostentó durante la primera batalla de los Intxortas, no solo sobre batallones de Eusko Gudarostea, sino sobre otros de diferentes ideologías que combatían en aquel sector.
A mediados de noviembre entregó el mando del Sector de Elgueta a Eduardo Urtizberea, también hondarribiarra, antiguo compañero suyo en Milicias Vascas, pues el Estado Mayor está organizando la Ofensiva de Villarreal, su nombre suena con fuerza para comandar una de las Columnas.
En enero de 1937 toma cuerpo en el Estado Mayor la idea de organizar una División Expedicionaria Vasca para ser enviada a Asturias, con el fin de conquistar Oviedo. Saseta recibe el ascenso militar a Comandante de Intendencia y el mando de la 2ª Brigada Vasca, con los batallones Eusko Indarra 2º de ANV, Amayur e Indalecio Prieto 2º de la UGT, junto a secciones del batallón Ariztimuño de ametralladoras, secciones de MAI y sección de enlaces y transmisiones.
Sobre las fuerzas expedicionarias de Euskadi en Asturias se ha escrito mucho, pero desde el estudio de la figura de Kandido es de justicia destacar su acción decidida de, pese a encontrar destruido el puente sobre el Nalón presionado por el Estado Mayor para el avance de las operaciones, ordenar el vadeo en gabarra arriesgando su vida junto a la de sus hombres que no dudaron en obedecer sus órdenes. Tras más de 60 horas de combates en condiciones durísimas, todo esto culmina cuando la mañana del 23 de febrero, muy presionado por el Estado Mayor que le negaba un repliegue que él consideraba urgente, observando la precaria situación del frente y la peligrosa posición del Eusko Indarra en Areces, Kandido Saseta - una vez más- no se escondió tras sus galones, salió a las 8:45h de su puesto de mando, para dar las ordenes en primera línea, en tiempo real y unir su destino al de los hombres bajo su mando. Y morir junto a más de 100 gudaris a manos del ejército sublevado.
Hoy le recordamos como lo que fue. Una persona íntegra, comprometida, muy respetada por sus hombres, y muy querida por el Lehendakari Aguirre que, en el Congreso Mundial Vasco celebrado en Paris en 1956, le recordó así. “En su memoria permitidme que diga que entre los militares que nos rodeaban éste era un hombre en quien yo tenía la máxima confianza por su absoluta lealtad, no solamente a lo que nosotros representábamos, sino a la tierra de sus padres. Este hombre, con su sacrificio, quiso prestar un servicio, y así fue grande. Yo no lo olvidaré jamás”.
Kandido Saseta cayó muerto en combate el 23 de febrero de 1937, en Areces (Asturias), este jueves, 86 años después, la conferencia nos dará las claves para entender su figura, sus acciones, sus decisiones y su muerte.
