Con motivo del 25 de noviembre, fecha declarada por la Asamblea General de Naciones Unidas como ‘Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres‘, desde EAJ-PNV queremos, una vez más, mostrar nuestro rechazo a todas las expresiones de violencia ejercidas contra las mujeres en todas sus dimensiones y renovar nuestro compromiso con la construcción de una sociedad libre de esta lacra. La violencia contra las mujeres constituye una grave violación de los derechos humanos, es incompatible con la dignidad humana y debe ser eliminada de la vida pública y privada. Ninguna mujer merece ser maltratada. Nadie ni nada justifica al hombre que ejerce la violencia contra una mujer.
En la dura pero decidida batalla que vascas y vascos llevamos años librando contra la violencia machista, afrontamos en este 25 de noviembre de 2020 una nueva y dolorosa dificultad. A los ya conocidos efectos devastadores que está causando en el ámbito sanitario, social, económico y cultural, la pandemia de la Covid-19 también está impactando de un modo muy diferente en los hombres y en las mujeres. Numerosos indicadores revelan que son las mujeres quienes están sufriendo las consecuencias más negativas de esta pandemia. En esta crítica coyuntura social y sanitaria, las mujeres que sufren violencia de género y las mujeres víctimas de trata y explotación sexual constituyen colectivos especialmente vulnerables, ya que el confinamiento las obliga a vivir con su agresor. Tampoco podemos olvidar que este contexto de crisis afecta a las mujeres en otras dimensiones, como pueden ser una dificultad añadida a la hora de incorporarse al mercado laboral o en la prestación de cuidados de personas mayores y/o enfermas, una tarea que recae de forma mayoritaria sobre ellas.
La desigualdad está en la base de la violencia contra las mujeres y, por lo tanto, la lucha efectiva para su erradicación ha de ser abordada desde las políticas de igualdad. Creemos necesario desarrollar y reforzar políticas públicas de igualdad, lideradas desde las respectivas áreas de Igualdad, para evitar que esta crisis no se traduzca ni en un aumento de las desigualdades ni en pasos atrás en materia de igualdad. Una de las prioridades de nuestras instituciones debe ser garantizar el óptimo funcionamiento de los servicios de atención para los casos de violencia machista contra las mujeres, y esta protección incluye, lógicamente, el más rápido y eficaz acceso a los mismos.
Nuestro compromiso como EAJ-PNV es dar continuidad a la puesta en marcha de planes de igualdad y a la implementación de medidas estructurales para hacer frente a la violencia machista, en colaboración con colectivos de mujeres y el movimiento feminista, así como con la ciudadanía en su conjunto.