En la apertura de un seminario organizado por Sabino Arana Fundazioa con motivo del 70 aniversario de la Declaración de Schuman, el presidente del EBB ha llamado a huir de “luchas partidistas y electoralistas” a la hora de asignar los fondos Next-Generation
El presidente del Euzkadi Buru Batzar y vicepresidente del Partido Demócrata Europeo (PDE), Andoni Ortuzar, ha garantizado que EAJ-PNV aportará, tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado, la “cordura y el sentido común” necesarios a la hora de asignar los fondos europeos destinados a la modernización de las economías de la Unión en esta crisis generada por la pandemia de la Covid-19. Ortuzar ha prevenido asimismo contra la instrumentalización de estos fondos Next-Generation, y ha exigido que su gestión no se enmarque en las “luchas partidistas y electoralistas” que vive en la actualidad la política española. En ese sentido, el líder jeltzale se ha declarado convencido de que “Euskadi está preparada para afrontar el reto y ser un agente dinamizador. Con una actitud proactiva y desde la cultura de la colaboración público-privada, las instituciones vascas presentarán proyectos innovadores de alto contenido tecnológico, disruptivos hacia nuestra economía del futuro, consorciados con plataformas europeas y en el marco de los objetivos señalados por la Comisión Europea”.
Ortuzar y Mireia Zarate, secretaria del Euzkadi Buru Batzar y presidenta de Sabino Arana Fundazioa (SAF), han abierto un seminario que el PDE y la propia SAF han organizado en Bilbao con el propósito de debatir sobre el presente y futuro de una Europa obligada a adaptarse a los nuevos desafíos en el marco del 70 aniversario de la Declaración de Schuman. Enrique Barón, expresidente del Parlamento Europeo y presidente de la Unión de Europeístas y Federalistas (UEF-España), ha ofrecido la conferencia inaugural.
Esta es la intervención íntegra de Andoni Ortuzar:
Egun on eta eskerrik asko gurekin egoteagatik!
Este Seminario estaba diseñado para su celebración en abril, en el marco de un año, 2020, en el que nos disponíamos a conmemorar hitos decisivos en la conformación de la Unión Europea. También estaba previsto que la Conferencia sobre el Futuro de Europa comenzara sus trabajos en la fecha simbólica del 9 de Mayo, coincidiendo con el 70 aniversario de la Declaración de Schuman.
Sin embargo, casi de un día para otro nos vimos sorprendidos por la pandemia. De pronto, el mundo cambió y, con él, nuestras vidas y nuestras prioridades.
La Covid-19 ha dejado al descubierto las fortalezas, pero también las fragilidades, de nuestros sistemas productivos y de bienestar social, apelándonos a la revisión y a la reorientación de nuestras políticas públicas futuras para enfrentarnos al nuevo mundo.
Permítanme que dé cuatro apuntes, a modo resumen de mi intervención:
-Lehenengoa. Oso begi onez hartu dugu Ursula Von der Leyen Batzordeko Presidente andrearen proposamena, Osasunaren Europako Batasuna eraikitzeko. Etorkizun hurbilean, Europarentzat guztiz funtsezkoa izango da osasun-materialaren produkzioan autonomia estrategikoa izatea eta, arlo horretan, produkzio-kate dibertsifikatuak izatea.
-Bigarrena. Next-Generation funtsak, 750.000 milioi eurotakoak, aukera bikaina dira gure ekonomiak modernizatzeko. Herrialde bakoitzak erreformak egin beharko ditu, baina funts horiek borroka partidista eta elektoralistetan erabili gabe. Zoritxarrez, hori da nagusi gaur egun Espainiako politikan. Espainiako Kongresuan eta Senatuan daukagun talde txiki baina eraginkorraren bidez, gure ekarpena egingo dugu zentzuz eta sen onez lan eginez.
-Hirugarrena. Euskadi prest dago erronka horri ekiteko. Euskal erakundeek eduki teknologiko handiko proiektu berritzaileak aurkeztuko dituzte Europako Batzordeak ezarri dituen helburuak betez.
-Laugarrena eta azkena. Poza ematen dit, interes ekonomiko, finantzario eta enpresarialen gainetik, oraindik asko garela pentsatzen dugunak Europa balore eta askatasunen proiektu partekatua dela, Shumanen Adierazpenetik 70 urte igaro diren arren.
En el ámbito sanitario, la primera debilidad con la que se ha encontrado Europa ha sido la carencia o escasez de aprovisionamiento de material sanitario y de medicamentos no solo ligados a la Covid-19 sino también otros esenciales para nuestra salud, cuya fabricación se ha trasladado en los últimos tiempos al Extremo Oriente, fundamentalmente a China. En el marco de la soberanía europea, es prioritaria una mayor capacidad de respuesta. Aplaudimos y hacemos nuestra la construcción de la Unión Europea de la Salud propuesta por la Presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, en el Parlamento Europeo el pasado 16 de septiembre, así como la relocalización de la producción de bienes básicos vinculados a nuestra salud. La denominada autonomía estratégica europea en producción de material sanitario y la diversificación de las cadenas de producción, sin depender de una única fuente de aprovisionamiento, son claves para soslayar las amenazas de las carencias sufridas.
También otros sectores estratégicos para Euskadi y para Europa, como el automóvil o la tecnología, han tenido que frenar su proceso productivo por las interrupciones en la cadena de suministro. Una verdadera soberanía europea nos exige relocalizar y establecer industrias de futuro ligadas, esencialmente, a la salud, a las energías verdes y a la digitalización y a eliminar las excesivas dependencias de terceros países.
En Europa hay conocimiento y capital humano. Y en este momento se abre una ventana de oportunidad a la inversión, con los fondos Next-Generation, por un importe global de 750.000 millones de euros, entre subvenciones y préstamos. Estos fondos suponen un hito histórico, por la enorme solidaridad mostrada por los Países donantes y porque, por primera vez, se recurre al endeudamiento de la Comisión Europea para financiar el relanzamiento de nuestras castigadas economías.
El valor de este extraordinario fondo solidario, que todavía debe superar varios obstáculos para su aprobación definitiva, es una gran oportunidad para la modernización de nuestras economías. Y su importancia, más allá de la indudable dimensión económica, tiene unas connotaciones políticas determinantes para el futuro de la Unión.
Cada País deberá emprender reformas necesarias para poder gestionar estos capitales desde la unidad política interna, desde un espíritu de cooperación y una buena gobernanza, evitando instrumentalizar estos fondos europeos en luchas partidistas y electoralistas, que es lo que lamentablemente predomina en estos momentos en la política española. Una utilización inadecuada de estos fondos traería consecuencias muy negativas, pues la confianza europea se resentiría y porque el proyecto europeo podría sufrir un retroceso político difícilmente recuperable.
Pero si el programa Next-Generation resulta exitoso, como esperamos, habremos dado un gran salto tanto en la dimensión modernizadora del sistema económico-industrial como en la generación de confianza entre Países y ciudadanos para avanzar inexorablemente hacia la tan anhelada Unión Económica y Política Europea.
Euskadi está preparada para afrontar el reto y quiere ser un agente dinamizador. Con una actitud proactiva y desde la cultura de la colaboración público-privada, las instituciones vascas presentarán proyectos innovadores de alto contenido tecnológico, disruptivos hacia nuestra economía del futuro, consorciados con plataformas europeas y en el marco de los objetivos señalados por la Comisión Europea.
Siendo todo esto importantísimo, Europa, 70 años después de la Declaración de Schuman, ante todo ha de ser un proyecto compartido de valores y de libertades, como lo fue nuestra génesis. Nos enfrentamos a otros retos de largo aliento, como la crisis democrática interna en Polonia o en Hungría, el reto demográfico o la crisis migratoria, que debemos afrontar desde los valores enraizados en la civilización europea de la que nos hablará a continuación Enrique Barón.
Hace solamente tres días las hostilidades armadas retornaron al extremo oriente europeo en una región con alto potencial explosivo, como es Nagorno Karabag.
Debemos luchar ante las fuerzas destructivas que afianzan el sectarismo, la polarización, el divisionismo o el unilateralismo. Europa debe constituirse en la vanguardia mundial, donde prevalezca el espíritu del acuerdo, la búsqueda del bien común, la cooperación en todos sus niveles de gobernanza y la decidida apuesta global por el multilateralismo.