La entidad ejerció de avanzadilla en las reaperturas, y de vagón de arrastre de otras citas culturales a lo largo de todo el verano. El primer objetivo ha sido apoyar al sector profesional, manteniento la actividad y contratación posible tanto en cultura como en fiestas. Para ello se han destinado 1.400.000 durante estos tres meses.
Agradecemos muchísimo la confianza que la ciudadanía ha depositado en nosotros y el comportamiento ejemplar del público y los usuarios culturales en todo momento.
Tras tres meses de inactividad, en junio pasado, la Donostia Kultura se adelantaba con la reapertura de sus espacios escénicos, además de las bibliotecas y del Museo San Telmo. El objetivo del mismo no era otra que apoyar al sector de la cultura y el ocio, que se enfrentaba a una situación evidentemente difícil. Aún así, y cumpliendo con las medidas de seguridad, se han realizado diferentes actos para promover la cultura en nuestra ciudad.
Y lo hicimos básicamente con las herramientas que nos corresponden, la contratación de creación artística por un lado, y la oferta de servicios culturales, por otro. Así, durante los meses de julio y agosto, Donostia Kultura ha destinado 1.400.000€ a su programación, sabiendo que cada euro de su inversión se traduce en 2,5 euros vertidos a la economía local:
Propuestas para todos los gustos
En el ámbito de la Programación artística, una "Gala CERO" inicial, en homenaje al colectivo sanitario daba paso a un verano “diferente” pero con una extensa programación que se ha traducido en la venta de 26.000 entradas.
En el ámbito de las Artes Escénicas, han sido 20 los espectáculos con 70 funciones entre el Teatro Victoria Eugenia y el Teatro Principal, con cuatro estrenos absolutos. Cabe destacar aquí la entusiasta respuesta del público más joven a las propuestas de teatro en euskera, con obras que han colgado el cartel de no hay billetes como:
En el ámbito cinematográfico, los días 22, 23 y 24 de junio tuvo lugar en el Teatro Principal la Muestra de Cine y Derechos Humanos, organizada por el Área de Derechos Humanos del Ayuntamiento y Donostia Kultura. En dicha muestra se proyectaron tres documentales:
En cuanto a la programación musical, ésta arrancaba también en junio con Zea Mays, Lou Topet y McEnroe. En julio continuaba con el Jazzaldia, como el primer festival del verano donostiarra que adaptó sus contenidos y procesos para poder ofrecer a su público la mejor música, con memorables momentos. El 55 Jazzaldia fue pionero en cuanto a festival Internacional de Jazz que anunció su celebración y programa, tanto en España como en Europa, además de celebrarse 100% presencial.
Las bibliotecas donostiarras reabrieron sus puertas el 1 de junio, al principio tan solo para el servicio de préstamo y devolución de los documentos prestados ( hay que tener en cuenta que 37.000 libros habían permanecido confinados junto a sus lectores/as). Aunque el arranque fue tímido se ha ido recuperando durante estos meses de verano, de forma que el 70% de los usuarios y usuarias ya han vuelto a las bibliotecas DK.