La hoja de ruta tiene como objetivo la prevención y la respuesta rápida ante la evolución futura del COVID-19, haciéndolo compatible con la recuperación paulatina de visitas y servicios
El diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, y la diputada foral de Políticas Sociales, Maite Peña, han presentado esta mañana el Plan de Adaptación a la Nueva Realidad para los servicios sociales del territorio, que persigue la prevención, la anticipación y la respuesta rápida ante la evolución futura del COVID-19, así como con la recuperación escalonada de las visitas a los centros residenciales y de los servicios modificados con motivo del confinamiento. “La prioridad va a seguir siendo el bienestar, la salud y la integridad de las personas más vulnerables. Para ello, al igual que las medidas de choque para hacer frente al virus se integraron de manera estratégica y planificada en un plan, las medidas de adaptación a la nueva realidad que nos deja la pandemia también se recogen en una hoja de ruta coordinada, ordenada, coherente y preventiva”, ha afirmado Olano.
El Plan de Adaptación a la Nueva Realidad para los servicios sociales servirá, asimismo, para garantizar la recuperación paulatina de los servicios sociales manteniendo como referencia la garantía del acceso a los servicios como derecho universal y la protección de la salud pública. En ese sentido, el diputado general ha recordado que la semana pasada, responsables forales y técnicos del departamento de Políticas Sociales, en una fase de contraste, recabaron las aportaciones y sugerencias de diversos agentes, como son los equipos responsables de las residencias y centros de día, entidades del tercer sector, familiares, sindicatos, ayuntamientos y grupos políticos de las Juntas Generales. Olano ha manifestado que el documento “queda abierto” a nuevas aportaciones y modificaciones que puedan realizarse en las fases sucesivas.
“Por tanto, el plan que presentamos hoy es un plan compartido que busca avanzar hacia esa nueva realidad con todas las garantías y con las medidas de seguridad para personas usuarias y para el personal de los servicios sociales, tal y como esta situación excepcional requiere”, ha apuntado Olano. En esa línea, según ha subrayado, las residencias de personas mayores seguirán siendo “prioritarias” para la Diputación; se mantendrán medidas especiales de prevención y de higiene, incidiendo en la importancia de la detección precoz y el seguimiento de casos, que se articularán en coordinación con las Unidades de Vigilancia Epidemiológica desplegadas por Osakidetza.
Asimismo, Olano ha detallado que el plan recoge una previsión por la que se irán re-estableciendo escalonadamente las visitas a centros residenciales, de modo que las personas usuarias vayan recuperando de forma “más presencial el calor de sus familias y personas allegadas”. Por ello, con el horizonte puesto en el medio plazo, el Plan contempla cinco fases, desde la 0 a la 4. La fase 0 finalizó el 10 de mayo, la fase 1 finalizará previsiblemente el 24 de mayo, la fase 2 se alargará hasta el 7 de junio, la fase 3 hasta el 21 de junio y la fase 4 hasta el 4 de julio. “El avance en las fases estará expuesto, como no puede ser de otra manera, a la situación general y a las directrices sanitarias”, ha puntualizado.
Por último, el diputado general ha realizado una valoración del Plan de Choque activado por la Diputación para hacer frente a la crisis sanitaria provocada por el COVID-19 en los recursos y servicios dependientes del departamento foral de Políticas Sociales. Según ha manifestado, ha sido “una herramienta eficaz” para ofrecer una respuesta “ágil y proactiva” a la hora de contener la pandemia. Fruto de ello, el 93,4% de los centros del territorio se han mantenido libres de esta enfermedad. “Los servicios sociales de Gipuzkoa, el conjunto de la red social y de solidaridad del territorio, se han adaptado a esta situación inédita con total entrega y compromiso”, ha valorado.
Por su parte, Maite Peña, ha recordado que el Plan, además de crearse en estrecha coordinación con diversos agentes, también cuenta con la colaboración de las autoridades sanitarias, ya que busca acatar las medidas de seguridad e higiene establecidas y contempla la posibilidad de revisar cada avance en las fases “Aunque hayamos salido de un primer túnel, debemos estar preparados para seguir respondiendo de manera rápida, ágil y anticipada a las situaciones que puedan venir”.
La diputada ha señalado que el Plan de Adaptación a la Nueva Realidad es un plan “integral”, ya que contempla todos los servicios prestados desde el Departamento de Políticas Sociales –dependencia, discapacidad, enfermedad mental, inclusión social, protección a la infancia y la atención a mujeres víctimas de violencia machista–, además de los recursos, servicios y medidas extraordinarias adoptadas en el contexto del COVID-19 y en el seno del Plan de Choque, el cual sigue en constante revisión y en funcionamiento, y está compuesto por un total de 90 medidas.
Plan de Choque
Aunque el Plan de Choque permanecerá activo “porque resulta un elemento clave para la gestión del COVID-19 en el ámbito de los servicios sociales”, Peña ha anunciado que según vayan avanzando las fases, sufrirá algunas modificaciones. Sin embargo, desde el pasado mes de marzo se han activado protocolos de prevención y contención para los centros residenciales, “los cuales seguirán activos y se adaptarán en todo momento a lo que la situación requiera”. Por lo tanto, en palabras de Maite Peña, las medidas preventivas “tan necesarias”, como las medidas de higiene, de distanciamiento, la protección, la sectorización de los centros, las desinfecciones, la toma de temperatura, la realización de test y PCR como medida preventiva, el control de entradas y salidas, etc. seguirán siendo “claves para el control de la enfermedad”.
A su vez, varios servicios iniciados en el seno del Plan de Choque seguirán funcionando y será en la fase 4 cuando se evalúe su continuidad, como el apoyo psicosocial o el servicio de atención telefónico Telezaintza, “porque entendemos que los efectos del virus en lo emocional no desaparecen al mismo ritmo que la propia enfermedad”.
En cuanto a los recursos especiales habilitados para la atención de colectivos vulnerables en el contexto del COVID-19, se están analizando las situaciones de los albergues habilitados, y será en la fase 4 cuando se reformule el recurso de Hondarribia para personas en situación de exclusión residencial, y se valorará entonces también el cierre del resto de albergues.
Por otra parte, en el centro de la Cruz Roja en Donostia las últimas personas ingresadas han recibido el alta médica y, actualmente se está valorando su continuidad, respondiendo a la necesidad del redimensionamiento del servicio, siempre en base a criterios técnicos y médicos.
En relación al regreso de las personas que han vuelto a sus domicilios, en el caso de personas con discapacidad, la posibilidad de vuelta a los centros residenciales se hará en la fase 2 y en el caso de las personas mayores en la fase 3, a partir del 8 de junio. En su caso, la posibilidad de quedarse temporalmente en su domicilio se prorrogará hasta el fin del estado de alarma. Por otra parte, el uso de la red de hoteles habilitados para las plantillas de las residencias, se mantendrá para el personal de centros que cuenten con casos positivos.
En cuanto al suministro de material de protección, la Diputación Foral de Gipuzkoa seguirá con los repartos en base a necesidades hasta la fase 4, que es cuando dejará de hacerlo, al entender que la situación ha mejorado notablemente. Entre tanto, los centros residenciales deberán contar con material preventivo necesario, sin embargo, la Diputación seguirá suministrando el material necesario hasta la normalización del mercado, garantizando que todos los centros cuenten con el material preventivo.
Residencias y centros de día de personas mayores
Hasta ahora, en la fase 0 de la desescalada, en los centros residenciales de personas mayores, se ha realizado una valoración continuada de los planes de contingencia, se han aplicado las directrices sobre organización preventiva de los centros, se han permitido visitas en casos excepcionales a familiares con altas medidas de protección, y los centros han recibido el refuerzo por parte de las plantillas de los centros de día. Todas las medidas preventivas seguirán estando en vigor “porque son de vital importancia para la anticipación” y, además, Peña ha señalado que en los centros residenciales un total de 300 plazas quedarán libres para facilitar el aislamiento y atención de posibles casos positivos de COVID-19 en el futuro.
En la fase 1, se seguirán revisando y adecuando los planes de contingencia, así como adaptando los centros e instalaciones para nuevos ingresos. También se están preparando los espacios para las visitas y se han iniciado las visitas a residentes previa prescripción médica en centros sin casos positivos ni sospechosos, con cita previa y altas medidas de protección.
En la fase 2 se iniciará la nueva normalidad convivencial y grupal sectorizada por módulos, en grupos reducidos y permanentes, y manteniendo distancias de seguridad. En esta fase se comenzarán a realizarán salidas a terrazas y jardines y se favorecerá en aquellos centros donde sea posible, y con cita previa, el contacto visual de los residentes con sus familiares desde espacio comunes exteriores.
Será en la fase 3, a partir del 8 de junio, cuando se iniciarán las visitas programadas de un familiar por residente con altas medidas de protección, y en la fase 4 podrán ser dos familiares. También se mantendrán las video llamadas iniciadas a través de la iniciativa Besarkada Birtualak. En la fase 3, a su vez, los centros se abrirán a nuevos ingresos con PCR negativa y aislamiento previo, y se comenzará también con el retorno de las personas que habían salido temporalmente a los domicilios, también con PCR negativa y aislamiento previo. Las salidas al exterior de personas usuarias y actividades de voluntariado seguirán suspendidas.
En cuanto a la situación en los centros de día, hasta ahora, desde estos centros se ha realizado un seguimiento telefónico a las personas usuarias para conocer su estado y evolución y, además, en la fase 1 los centros han comenzado a preparar planes de contingencia y a realizar intervenciones de apoyo en domicilios. En la fase 2, se iniciarán las adaptaciones de los centros e instalaciones, y a partir de la fase 3, del 8 de junio en adelante, comenzará la apertura progresiva de los centros e instalaciones adaptadas a las nuevas circunstancias, con PCR negativo y priorizando los centros no ubicados en centros residenciales.