La Ejecutiva alavesa del EAJ-PNV denuncia insultos y amenazas en las pintadas realizadas en Izarra, en el municipio de Urkabustaiz, la madrugada del jueves 8 de mayo
El Araba Buru Batzar vuelve a denunciar y condenar de manera rotunda las pintadas realizadas en el mobiliario urbano público y privado de Izarra (Urkabustaiz) en las que se plasmaban mensajes dirigidos contra EAJ-PNV y contra la Ertzaintza. En las pintadas se podían leer mensajes amenazantes como “chivato, los días que te quedan son una cuenta atrás” o “PNV lotu zuen txakurrak”. Se realizaron que además fueron realizadas vulnerando el confinamiento que algunas y algunos dicen defender con tanto ahínco.
Amenazas y gravísimos insultos de este tipo son siempre inaceptables. Más aún en 2020 cuando la sociedad vasca ha dejado atrás hace años esta clase de manifestaciones y actitudes violentas que no suman para una convivencia en libertad. Ni la sociedad civil ni los partidos políticos podemos permanecer impasibles.
Por ello, el ABB se ve en la obligación de volver a instar a los autores de estos ataques a que cesen de inmediato este tipo de actuaciones. Lejos de aportar soluciones no hacen más que entorpecer la anhelada convivencia y normalidad que desea la mayoría de la sociedad vasca.
Si bien es legítimo reivindicar la democracia y cualquier otra cuestión política, no lo es hacerlo mediante acciones tan antidemocráticas como son las pintadas, los insultos y amenazas. Esta es una acción más de aquellos que se encargan de alimentar la crispación y el conflicto; de aquellos que no quieren seguir el camino de la convivencia; de aquellos que no se paran a pensar ni un minuto y mezclan una reclamación con otra por el mero hecho de querer enfrentar e intimidar.
Además, la ejecutiva territorial jeltzale reclama al Ayuntamiento de Urkabustaiz y a su alcalde de EHBildu una condena rotunda para que cesen este tipo de actuaciones antidemocráticas e intimidatorias. Asimismo reclama al alcalde que manifieste su voluntad para la consecución de una convivencia real en su municipio y reivindique como máxima institución del municipio el poder vivir en paz desde el respeto mutuo.
Ya no es momento de retrotraernos a hechos más propios de otras épocas. Ahora más que nunca este camino está obsoleto y este tipo de manifestaciones no hacen más que entorpecer el camino hacia la convivencia en la que cree esta sociedad.