Formas de hacer las cosas
05Octubre
2011
05 |
Opinión

Formas de hacer las cosas

Formas de hacer las cosas
Octubre 05 | 2011 |
Opinión

El creciente interés por alimentar la creencia en un gran fraude fiscal o en la necesidad de aumentar la presión impositiva parte de las urgencias del Gobierno López ante su falta de previsión y el aumento exponencial del gasto tras trasladar a Euskadi el modelo español

Por Unai Rementeria, * Portavoz de EAJ/PNV en Juntas Generales de Bizkaia - Miércoles, 5 de Octubre de 2011

ANTE la imperiosa necesidad de recaudar más dinero, algunos responsables políticos e institucionales, que se autodenominan de izquierdas, han sacado este verano a paseo la urgencia del incremento de impuestos y al mismo tiempo el fantasma de "la necesidad de erradicar el fraude fiscal". Lo han hecho tanto el lehendakari Patxi López, como su amigo y correligionario candidato a presidente español, Alfredo Pérez Rubalcaba. Ambos entienden, al parecer, que la fórmula para solucionar sus acuciantes problemas de falta de recursos es la de erradicar el llamado fraude fiscal.

Pero el creciente interés por alimentar en la sociedad la creencia en la existencia de un gran fraude fiscal, ahora regado por los dirigentes socialistas, no hace más que poner en juicio a la propia sociedad a la que se estos dirigen, más cuando la finalidad que dicen perseguir los líderes socialistas dista mucho de ser la que citan.

En realidad, el lehendakari y su gobierno están necesitados de recursos; no pueden hacer frente a sus gastos presupuestarios con los ingresos con que cuentan, especialmente después de prever que se obtendrían vía impuestos este año 2011 más de los que se están obteniendo. Esta falta de previsión, advertida por los órganos forales en septiembre de 2010, tiene sus consecuencias inmediatas, más si cabe cuando los propios socialistas, junto con el Partido Popular, se han impuesto límites al incremento del déficit y la deuda.

El desequilibrio presupuestario, en el que se prevén más gastos que ingresos, obliga al Ejecutivo a minorar el gasto, sin perjuicio que en estos últimos dos años de gobierno socialista en Lakua haya multiplicado por siete la deuda pública existente (pasando de 692 millones en 2009 a 4.500 millones en 2011).

Reducir gasto, mantener el déficit controlado, no asumir más deuda que la prevista (que para 2013 será astronómica), obliga al lehendakari y a su gobierno a realizar pronunciamientos vacíos de contenido. Esta vez ha anunciado que pueden recaudarse 2.500 millones de euros anuales en la lucha contra el fraude. Desconozco de dónde obtiene estos datos, ya que no ha aportado ninguno al respecto, y entiendo que se trata de una cifra como podría ser otra. No es la primera ocasión en que advertimos datos erróneos ofrecidos por este ejecutivo (ejemplos no faltan: errores en las cifras del paro, errores en cálculos de remanentes existentes…), pero, sin duda, se trata de un ejemplo de falta de responsabilidad absoluta.

Parece además que a estas voces que, insisto, se autodenominan como progresistas, se une ahora la de la coalición Bildu. Aconsejo a los dirigentes institucionales de esta última formación que analicen con mayor esmero sus cuentas, que verifiquen el sentido de las afirmaciones carentes de datos que realizan algunos y que se muestren más responsables que lo que han sido hasta este momento.

No es preciso recordar que ha sido el progresismo socialista quien ha gestionado estos últimos años el gobierno tanto en el Estado español como en Euskadi... con los resultados que todos conocemos. Pero, en primer lugar, es preciso mostrar la más enérgica protesta por la forma en que los líderes europeos y también el Gobierno español y el Gobierno vasco están afrontando esta crisis. Aplican ahora una política de austeridad absoluta cuando hasta marzo de 2011 han realizado una política de gasto y endeudamiento sin parangón. Pagan ahora las consecuencias de un endeudamiento sin precedentes que ha vuelto a las administraciones rehenes de su propia deuda, imposibilitando ejercer una política económica anticíclica de manera que pudieran invertir en reactivar la actividad económica y crear empleo. El panorama que ofrecen, en suma, resulta desolador.

Sin embargo, el Ejecutivo vasco tenía en 2009 una situación inmejorable para realizar una política de dinamización económica; contaba con una deuda prácticamente inexistente (692 millones de euros) y partía de un proyecto económico solvente, el del anterior Ejecutivo presidido por Juan José Ibarretxe, que se centraba en la necesidad de impulsar la innovación tecnológica y la internacionalización de nuestras empresas y nuestro tejido productivo.

López y el PSE ha españolizado Euskadi, pero no solo en aquellas cuestiones de exclusiva identidad, como el I need Spain en turismo, la intención con que promovió la llegada de la Vuelta a España a Euskadi, los símbolos y uniformes de la Ertzaintza, el euskera... El Partido Socialista ha españolizado también la forma de gestionar y de llevar las cuentas públicas en Euskadi. Incrementa la deuda pero no para reactivar siquiera determinados sectores de la economía, no impulsan el empleo, plantea reformas fiscales sin aportar datos, genera la sospecha de que existen muchos que defraudan en Euskadi y, como colofón, definen su gestión como un giro a la izquierda cuando es ciertamente difícil que la izquierda, al menos la del norte de Europa, se identifique con esta política de endeudarse para nada. Por contra, y más grave, Bildu parece que sí quiere sumarse a esta forma de articular el país.

No conozco otra política distinta a la de estar al servicio de las personas, huyendo de falsas definiciones de izquierda y derecha. Quienes así se definen, esconden generalmente grandes defectos en sus políticas y falta de capacidad en su gestión. Y no negarán lo curioso de que la política de negación que hasta ahora ha impulsado la izquierda abertzale, ahora en Bildu, y el liberalismo autodenominado de izquierdas realizado por el PSOE y PSE en Euskadi se aúnen ahora. Aunque siempre coincidan en una cosa, el PNV como blanco de sus agendas diarias. Gu geurera (nosotros a lo nuestro): construcción de país, del único país que consideramos propio y teniendo como objeto el bienestar máximo de las personas en Euzkadi. Lo hemos hecho hasta ahora y lo seguiremos haciendo, desde Europa, Madrid y en Euzkadi. La nuestra es, sin duda, otra forma de hacer las cosas.

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