EAJ-PNV ha mantenido y mantiene una actitud y una actuación responsable ante la crisis económica. Estos dos últimos años hemos propiciado consensos en Euskadi y en el Estado. Hemos asumido, incluso, decisiones, algunas de estas importantes, adelantándonos a los tiempos para dotar de estabilidad a las instituciones y ofrecer certidumbre. Nuestra prioridad ha sido relanzar la economía y crear empleo. Hoy esa misma responsabilidad nos lleva a decir "no" a la convalidación del Decreto Ley con las mediadas que propone el Presidente Rodríguez Zapatero. La defensa de los intereses de los ciudadanos de Euskadi y la defensa del autogobierno vasco nos llevan a votar negativamente. Hemos intentado hasta ahora mismo que el Gobierno de España cambiara su posición, se aviniera a negociar medidas más razonables y justas. No ha sido posible. Y es a él -y sólo a él- a quien hay que pedirle responsabilidades.
Hemos apoyado los presupuestos generales del Estado y hemos apoyado el primer paquete de medidas anticrisis del Gobierno de Rodríguez Zapatero. En Euskadi hemos impulsado el acuerdo de Estabilidad Institucional y Presupuestaria, así como el blindaje del Concierto Económico. Ahora hemos ofrecido al Gobierno Vasco un Pacto por la Competitividad.
Creemos -y así lo hemos demostrado- en la vía del acuerdo y la corresponsabilidad en política y en economía. Nos habría gustado que el señor Zapatero y su Gobierno pensaran y actuaran igual. No ha sido así.
Un día nos desayunamos con la noticia de un ajuste que ponía en solfa todas las medidas puestas en marcha por el gobierno Zapatero en la época en la que negaba la existencia misma de la crisis y que nosotros la demandábamos.
La confusión y la falta de concreción han sido la tónica general de estas dos últimas semanas en la actuación del Gobierno. Todavía ayer se hacían correcciones en el texto del Decreto Ley, tratando de presentarlos como errores de impresión. La improvisación y la falta de criterio han sido constantes.
El Gobierno no ha realizado el más mínimo esfuerzo en dialogar, contrastar y negociar con el resto de fuerzas políticas. Nosotros lo hemos intentado hasta el último momento, pero no hemos encontrado reciprocidad, por lo que nuestro margen de confianza se ha reducido drásticamente.
Ante la falta de iniciativa de Rodríguez Zapatero, ayer pedimos formalmente por carta al Gobierno español una serie de aclaraciones sobre el Decreto Ley y le formulamos una serie de propuestas constructivas. Unas propuestas para paliar los efectos negativos de las medidas y, en el caso vasco, para salvaguardar el autogobierno.
No hemos obtenido respuesta a tal ofrecimiento salvo derivarlo negociación presupuestaria. Por eso, con la tranquilidad que nos da haber realizado un ejercicio de responsabilidad hasta el último momento, hemos tomado la decisión que antes comunicaba.
No estamos de acuerdo con tocar las pensiones.
No estamos de acuerdo con la incógnita con respecto a las inversiones estratégicas comprometidas en Euskadi.
No estamos de acuerdo con que se adopten en Euskadi las mismas medidas cuando aquí se "han hecho los deberes" y no se reconozcan en las medidas contempladas en el Decreto Ley.
No estamos de acuerdo con la falta de respeto a las competencias del autogobierno vasco.
No estamos de acuerdo con que se impongan las medidas por decreto.
No estamos de acuerdo con la falta de medidas estructurales de reactivación económica.
No estamos de acuerdo con la improvisación y el "no consenso" sistemático.
No estamos de acuerdo ni en forma ni en fondo con el Decreto Ley, y por tanto vamos a votar no.
Nuestra posición debe ser entendida como un "no" tanto a la forma de proceder del Gobierno como al contenido del Decreto Ley.
Las medidas nos parecen insuficientes, injustas y contraproducentes para relanzar la actividad económica y el empleo, que es la prioridad. Nos tememos además que este sea solo el principio -un mal principio- de otra serie de medidas más duras aun.
Sabemos que hay que hacer ajustes, que la situación económica exige esfuerzos y sacrificios. Pero tienen que servir para algo, tienen que ajustarse a la realidad, tienen que respetar los marcos del autogobierno, tienen que apuntar en la buena dirección y deben gozar de respaldo político y social.
Al PNV le harbría gustado -todavía estamos a tiempo para el futuro- que se hubiera convocado una gran mesa de acuerdo para afrontar la crisis, con un modelo equiparable a los Pactos de la Moncloa.
El Gobierno español ha optado por la unilateralidad, la improvisación, la imposición. No estamos de acuerdo y votaremos no.