Josu Erkoreka
19Abril
2010
19 |
Entrevistas

Erkoreka: «Las agresiones a Euskadi enturbian la relación con Zapatero y con el PSE»

Josu Erkoreka
Abril 19 | 2010 |
Entrevistas

Josu Erkoreka ejerce de voz autorizada en el PNV para el análisis, siempre profundo y un punto mordaz, de lo que se cuece en Madrid. Despacha con abierta carcajada el recurrente asunto de su carácter de 'lehendakarizable' y opta por su tono más grave para avisar a Zapatero de que «agresiones gratuitas» a Euskadi como la enmienda antiblindaje de las empresas o la posible «mercancía averiada» en políticas activas de empleo alejan irremisiblemente a los jeltzales no sólo del presidente sino también de un PSE «endeble» en la defensa de los intereses vascos.

-¿Hasta qué punto es alarmante el clima político que está generando el 'cas0 Garzón'? -Ha reabierto la polémica de la recuperación de la memoria histórica, pero ocupa un lugar estratégico también en otros asuntos muy controvertidos, como los casos 'Faisán' y 'Gürtel'. Por eso unos le quieren ahí y otros le quieren apartar.

-¿Usted ve el fantasma de las dos Españas? -El PSOE y el PP están haciendo depender su éxito futuro del resultado de unos procesos judiciales en los que Garzón tiene mucho que decir. Es curioso que el asunto de la memoria histórica haya adquirido tanta relevancia en relación con un juez cuyas cualidades profesionales habían sido puestas en entredicho en numerosas ocasiones incluso por sus propios compañeros. Significa que los ecos del franquismo tienen su fuerza y su capacidad de influir en la sociedad española.

-¿Y el PNV qué opina? -Nunca le hemos considerado un juez modélico y hemos denunciado que actúa más por impulsos extrajurídicos que basándose en la ley. En este asunto puede que también, pero la gravedad que implica su apartamiento de la ortodoxia no es mayor que en el pasado.

-¿Apoyarían la iniciativa en su defensa que ha presentado el PSE en el Parlamento vasco? -Si es para avalar toda su trayectoria con el pretexto del franquismo, tendremos muchas reticencias. Si se pide un pronunciamiento concreto sobre la necesidad de investigar esos crímenes nos encontraremos más cercanos.

-¿Qué sabor de boca le deja al PNV la interminable deliberación del Constitucional sobre el Estatut? -Con su actual composición es muy difícil que se llegue a una posición que dé satisfacción a las fuerzas catalanistas.

-¿Hasta qué punto el fallo les marcará límites en su pretensión de superar el marco en Euskadi? -El Constitucional actúa con un designio político innegable. Pero cuando resuelva sobre Cataluña no necesariamente marcará una pauta porque incluso en la norma constitucional el marco jurídico específicamente aplicable al País Vasco existe y tiene sus singularidades. También es verdad que el tribunal ha estado y está dividido con respecto a Cataluña, pero nunca con respecto a Euskadi. Afloran las diferencias cuando aborda asuntos que dividen al PSOE y al PP.

-En otras palabras: ¿qué futuro tiene su propuesta Ados para cambiar el estatus jurídico de Euskadi? ¿O es sólo un cartel electoral? -No, porque el calendario prevé que no se plasme hasta la próxima legislatura. En la propuesta hay contenidos que llevan al ámbito político la dinámica del Concierto Económico, que es constitucionalmente posible en Euskadi y no en Cataluña. Ahí tenemos un espacio amplísimo de singularidad vasca y podemos hacer planteamientos distintos y únicos con las herramientas jurídicas y constitucionales.

-Lo que falta entonces es un consenso como mínimo igual al que obtuvo el Estatuto de Gernika. -Nuestra tarea para los próximos tres años es que esta propuesta, que no tiene por qué tener dificultades de encaje constitucional, cuente con los mayores apoyos posibles y mayoría suficiente. Y no olvidemos que los planteamientos respecto al autogobierno cambian radicalmente: el PSE hasta hace un año hacía propuestas claras de reforma del Estatuto y ahora, condicionado por el PP, no se atreve ni a plantearlo. Esa posición puede girar de nuevo.

-O sea, que se imaginan gobernando y con un PSE distinto a éste. -No le negaré que en la próxima legislatura aspiramos a tener un protagonismo mayor. Pero también puede ser el PP, porque el armazón conceptual que rodea al concierto político no tendría por qué provocar su rechazo. Han participado activamente en la cultura política del Concierto Económico, que está en el origen de este planteamiento.

-¿Ve de verdad al PP entrando en una iniciativa soberanista? -Ya se verá. El Concierto Económico también tiene componentes soberanistas. Uno de los referentes de la soberanía en el Derecho público ha sido la fiscalidad.

-Ya que lo menciona, ¿ve factibles los pactos PNV-PP, en Euskadi o incluso para sostener un hipotético gobierno de Rajoy? -No lo veo. Aunque tengo la máxima de que nunca jamás hay que decir nunca jamás. También es verdad que el PP de Rajoy tampoco es el de Aznar. Se le ve con ganas de ser un actor más en política.

-¿Se imagina un PNV que se autolimite el campo de juego en el Congreso por la promesa de no darle ni agua a Zapatero? -No hago política en Madrid con la obsesión de castigar a uno u otro sino para obtener lo mío.

-Dijo que no apoyarían en nada al PSOE si el traspaso de empleo llega devaluado. ¿Lo mantiene? -No lo dije así. Un Gobierno que está sistemáticamente adoptando acuerdos gravemente lesivos para nuestros intereses lógicamente va a tener más dificultades para recabar nuestro apoyo que otro más imparcial que no se dedique a agredirnos. Una transferencia de este tipo sería considerada una agresión y eso aleja el entendimiento. Lo que no quiere decir que por eso vaya a dejar de apoyar una ley objetivamente buena para Euskadi.

-Pero sí la de Presupuestos. -Probablemente. Una transferencia devaluada en septiembre enturbiaría inmensamente el panorama para el entendimiento de cara al Presupuesto. Lo interpretaríamos como una agresión gratuita.

Reunión con Zarrías

-¿Lo dan ya por hecho? -Hay un dato que apunta en este sentido. En el acuerdo presupuestario, el Gobierno se comprometió a informarnos periódicamente. Estamos en abril y no lo ha hecho. Es más, tuvimos una reunión con Gaspar Zarrías y nos habló del estado de otras materias menores que podrían transferirse en breve, pero no nos dijo nada de ésta.

-¿Antes o después de anunciar públicamente un acuerdo? -Un poco antes. Es muy mal síntoma. Significa una de dos: o que las negociaciones están estancadas, en contra de lo que están diciendo, o que sólo podemos esperar mercancía averiada. En cualquier caso, mal.

-¿La enmienda antiblindajes les ha alejado ya de Zapatero? -Es una agresión clara y se lo hemos hecho saber. Las agresiones dificultan la relación allí y también aquí, porque hemos visto a un PSE endeble que ha sido incapaz de enseñar los dientes. López dijo que Zapatero le iba a tener enfrente si se trataba de defender los intereses de Euskadi. Ha tenido una ocasión inmejorable de demostrarlo y no lo ha hecho.

-¿No hay otra forma de verlo? Ustedes han sacado las castañas del fuego a Zapatero cuando más lo necesitaba y tampoco han podido frenar la enmienda. -Si la relación con Zapatero se mide en función de los proyectos de ley que se aprueban en la Cámara, el PNV no es el que más leyes ha apoyado. CiU, Coalición Canaria y UPN están por encima de nosotros. Incluso, si sumamos síes y abstenciones, estamos a la par del PP. Por el apoyo al Presupuesto a veces se vende la especie de que la relación nuestra con Zapatero es privilegiada, pero no. Ni buscamos el acuerdo denodadamente con Zapatero ni huimos de él gratuitamente.

-¿Usted por qué cree que impulsó Zapatero la enmienda? -Es el secreto de la 'Coca Cola'. Me dicen que alguien ha amenazado a Zapatero con que si no lo hacía se podría encontrar con una catástrofe que empeoraría los indicadores. El rumor es creíble. Imagine un par de compañías que cierran y dejan en la calle a miles de empleados...

-¿Vinculadas a Florentino Pérez? -No sé si es el único beneficiado... Hemos querido huir de nominalismos. Para nosotros no es un debate entre Galán y Florentino. Una vez que abres la puerta no sabes quién puede entrar. Es previsible que en un par de años se produzcan movimientos que cambien los arraigos de muchas compañías. Veremos si los que han prestado apoyo a la enmienda no tienen que arrepentirse.

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