El Partido Nacionalista Vasco piensa que sería un mal comienzo si Rodríguez Zapatero tuviera la tentación de utilizar su presidencia, no para reforzar los objetivos estratégicos que son de imprescindible desarrollo, sino exclusivamente para reforzar su posicionamiento personal y político dentro de su propio partido y en su lucha fratricida con el Partido Popular.
Esperemos, también, que su designio no sea desviar la atención sobre los temas fundamentales que le tienen atenazado dentro del Estado español. Es decir, en definitiva,
este semestre -en plena crisis económica y siendo el estado español, la única economía del G20 que todavía no ha salido del túnel-
no debe ser una simple operación de marketing electoral de cara a las próximas elecciones generales.
Si así lo afronta, serán seis meses perdidos para Europa y, sobre todo, para el Estado español. Esta presidencia se desarrollará en un contexto delicado y de especial relevancia, puesto que:
- Es la primera presidencia tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, entrada en vigor que, todo parece indicar, va a producirse el día 1 de diciembre. Coincide con el inicio de funcionamiento de las instituciones puestas en pie por dicho Tratado (designaciones del Presidente del Consejo y del Alto Representante), con la apertura de una nueva legislatura del Parlamento Europeo apenas elegido hace cinco meses renovado y con una nueva Comisión Europea.
- Las circunstancias económicas y financieras actuales se alejan de los parámetros de prosperidad y crecimiento conocidos durante algo más de una década y la búsqueda de una salida a la crisis se antoja una prioridad ineludible.
Por tanto, la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, la puesta en marcha de las nuevas instituciones y nuevas políticas de la Uniòn y los esfuerzos de superación de la crisis económica marcarán el escenario próximo de la Unión Europea a la hora de tratar de afrontar los retos globales a los que se va a ver sometida en la próxima década.
La respuesta a estos desafíos, entre los que podemos destacar la lucha contra el cambio climático, los problemas demográficos globales, el abastecimiento energético, el crecimiento sostenido, etc. sólo podrán venir dados por un esfuerzo de coordinación a escala tanto interna como externa de la propia Unión. En este sentido la nueva era de relaciones multilaterales a escala planetaria inaugurada por la administración Obama parece poder ofrecer un marco adecuado para trabajar en esa dirección.
Por último, la Unión Europea sigue teniendo pendiente una tarea de profundización de su legitimidad democrática. El desarrollo de una gobernanza que dé cabida a naciones, regiones y otro tipo de entidades infraestatales, además de a los ciudadanos y ciudadanas en la construcción europea debe constituir otra de las prioridades de la Unión en los próximos años.
En este contexto, la presidencia española de la Unión Europea inaugurará un periodo vital en el devenir de la Unión al coincidir con el inicio del periodo 2010-2020 en el que la Unión se ha marcado unos objetivos ambiciosos para poder ejercer el liderazgo en un mundo globalizado.
Es por todo esto por lo que consideramos estos seis meses de vital importancia. Y es preocupante que,
a día de hoy, a falta de mes y medio para que empiece el mandato de Rodríguez Zapatero no tengamos o no sepamos cuál va a ser su programa en estos seis meses. Apenas conocemos las líneas generales del Marco Estratégico y Programa Operativo del Trío de presidencias española-belga-húngara sin que, hasta esta fecha, se haya divulgado el Programa de la Presidencia Española.
Tienen ustedes la propuesta de líneas de trabajo de nuestro Partido. Contiene un documento sobre nuestra visión de los ejes de actividad que deben presidir la nueva etapa y un resumen de 30 propuestas que planteamos, desde EAJ, para dicha Presidencia.
Propuestas que se refieren, en primer lugar,
a las crisis financiera y económica, en donde pensamos que es preciso seguir aplicándose el Programa Europeo de Recuperación Económica pero, mirando al futuro, debemos plantear los mecanismos para reconducir los déficits públicos al entorno del 3 por ciento como determina el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Proponemos, entre otras iniciativas, la materialización de un sistema de supervisión financiera que comprometa a todos los Países europeos y avance en la lucha contra los paraísos fiscales que esconden pequeños Estados europeos de fuera de la Unión.
También incidimos en las temas clave de la agenda de la nueva
Estrategia Post- Lisboa (la potenciación del denominado "triángulo del conocimiento", la economía "verde",..).
En
la política de cohesión territorial y de infraestructuras de transporte, apoyamos el fortalecimiento del Eje Atlántico dentro de la revisión de la política de la Red Transeuropea de Transportes.
Establecemos determinadas medidas de impulso de
políticas comunes ante los retos globales en materias como inmigración, política exterior y defensa. La agenda sobre energía y cambio climático se va a constituir, con ocasión de la próxima Cumbre de Copenhague en un eje fundamental del debate político, económico y ciudadano y, en relación a ello, estaremos atentos desde EAJ-PNV.
La dimensión regional, el principio de subsidiariedad y la diversidad lingüística son para nosotros también temas básicos. Abogamos por una aplicación plena del principio de subsidiariedad y proporcionalidad en la práctica legislativa europea al consagrar el Tratado de Lisboa la dimensión regional y local del principio de subsidiariedad.
Además serán también temas importantes para el Partido Nacionalista Vasco la
Política agrícola, pesquera o la Educación por Europa. Y de cara a
futuros tratados apostamos, en nuestra posición favorable a una Europa a varias velocidades, por fórmulas de arbitraje que sancionen a los Países que bloquean la puesta en vigor de los Tratados, al ser reacios a su ratificación.
No olvidamos, que 2010 ha sido declarado
Año de lucha contra la pobreza y la exclusión. Comprometemos nuestros esfuerzos en este desafío, vinculado íntimamente a la cooperación al desarrollo, en el que la Unión Europea debe jugar un papel protagonista hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas.
Por último, una breve reflexión en relación a la Presidencia y su reflejo en Euskadi. Hasta este momento, más allá de alguna declaración informal del Lehendakari tras la visita del Secretario de Estado para la Unión Europea, el Gobierno Vasco parece desconocer la Presidencia española de la Unión. Muestra de ello es que, en su primera comparecencia ante el Parlamento Vasco celebrada el pasado 14 de octubre, el Secretario General de Acción Exterior no hizo referencia ni alusión alguna a la Presidencia Española y a la posición del Gobierno vasco al respecto.
Si como decía el Secretario General, la principal misión de la acción exterior es la proyección de Euskadi,
no entendemos como puede ser desaprovechada esta oportunidad para que Euskadi se haga más presente en Europa. Pudiera desarrollarse en Euskadi, por ejemplo, una reunión del ECOFIN con participación del Consejero de Hacienda del Gobierno Vasco. Pudieran celebrarse en Euskadi varios Consejos de Ministros o alguna de las Cumbres internacionales previstas en el semestre, como va a hacerse en Andalucía, Catalunya o Madrid.
No queremos, en fin, que Euskadi sea la gran ausente de esta cita. Llamamos al Gobierno Vasco a que actúe, que elabore un plan propio en relación a esta Presidencia para lo que, también, le ofrecemos nuestras propuestas e ideas y nuestra colaboración. Euskadi debe tener voz en Europa.