De hecho, en nuestro caso, ejemplos como Ilunbe, los 5 millones de euros de facturas sin crédito detectados en Donostia en 2008, así como el cómputo de ingresos de capital irreales en este presupuesto son la peor receta posible contra la crisis económica que estamos viviendo. Destacan, en este contexto, los 3,5 millones de euros computados por el Alcalde como ingreso proveniente de Garbera en 2009 y los 7 millones de euros que el presupuesto computa como ingreso en Ilunbe, cuando lo cierto es que el único ingreso producido bajo tal concepto son los 10.000 euros del arriendo de la plaza de toros en semana grande, siendo el alcalde perfectamente consciente de la ficción que suponen ambos ingresos durante 2009.
Todas las administraciones de nuestro contexto se han apretado el cinturón en 2008 y 2009, mientras en Donostia se detectaron nada menos que 5 millones de euros en facturas sin crédito presupuestario. A ello hay que añadir los 21 millones a abonar por Ilunbe. Esto es 26 millones de euros de los cuales el ayuntamiento ya no dispone para invertir en necesidades diarias y de inversión en Donostia. Los efectos negativos de esta situación gestionada por el Alcalde son, entre otros:
- a) la ausencia de una programación económica adecuada en los proyectos y obras;
- b) la inadecuación de cualquier proyecto presupuestario ante una gestión económica que no ha previsto estas necesidades;
- c) la afección a proyectos concretos todavía sin licitar;
- d) la desproporción de la estimación de ingresos de 2008 y 2009 por cuestiones urbanísticas, ingresos que no se producirán, donde la crisis es más fuerte si cabe.
- e) La inclusión en 2009 de ingresos que, objetivamente, no se producirán: 3,5 millones de euros por Garbera y 7 millones de euros por Ilunbe.
- f) La necesidad de compensar dichas previsiones irreales en 2009 y 2010 para mantener la capacidad inversora municipal en vivienda pública de alquiler.
En plena crisis económica, el informe del interventor general constató la existencia en el ejercicio 2008 de 5 millones de euros (más de 800 millones de pesetas) en facturas sin crédito abonadas por el Gobierno municipal de Donostia. Se trata de una práctica ilegal, al margen del presupuesto y que debe erradicarse en nuestro ayuntamiento. Es, en suma, el peor ejemplo de una gestión económica ajena a la ley y a los intereses de la ciudadanía donostiarra.
En este contexto, el Gobierno de Donostia bien haría en aplicar una política económica y presupuestaria más rigurosa y seria para gestionar el dinero adecuadamente, reducir gastos superfluos y eliminar cualquier partida sin crédito, junto a las previsiones ficticias de cara al futuro presupuesto que debe garantizar los ingresos municipales empezando por una buena práctica presupuestaria en nuestro ayuntamiento. Las ficciones de este ejercicio presupuestario siguen siendo pan para hoy y hambre para mañana.