Algún medio de comunicación tiene fácil titular hoy; "El PNV se echa al monte".
Hemos venido al monte, es cierto. Pero como hemos subido bajaremos. En paz. Con respeto a los demás. Con respeto a la naturaleza. Con respeto a la historia.
No hemos venido aquí contra nadie, ni como provocación de nada.
En primer lugar, en esta cima tan íntimamente ligada a millares de vivencias de vascos y vascas, el Partido Nacionalista Vasco quiere rendir homenaje a quienes hace ya más de 70 años dieron su vida por la legalidad y por su país en este lugar emblemático por los siglos de los siglos.
Estas colinas están regadas por la sangre.
La sangre de aquellos gudaris que hicieron el supremo ejercicio de salvaguardar la dignidad de este pueblo con lo más preciado que tenían, su propia vida.
Su testimonio permanente en estas laderas de Gorbea, en nombre de todos los lugares en los que yacen, nos confiere serenidad y fortaleza en nuestra lucha política.
Serenidad para saber que ni antes ni ahora podrán ahogar nuestro espíritu.
Y fortaleza para continuar avanzando.
Serenidad y fortaleza como hoy lo hemos demostrado. Con sudor, con sufrimiento en ocasiones, pero con decisión por seguir adelante hasta alcanzar nuestra meta.
Desde hace 114 años el Partido Nacionalista Vasco ha unido su destino a libertad de este país. Lo hemos hecho y lo seguimos haciendo armados exclusivamente por la voluntad, el respeto a todas las ideas y la convicción.
Aquí, junto a esta cruz centenaria que bajo el manto espiritual celebra esta cumbre, con el horizonte geográfico de un país milenario a la vista, el Partido Nacionalista Vasco reafirma hoy, 4 de julio de 2009 que no hay patria, ni religión, ni idea, ni proyecto vital que justifique la muerte.
La Euskadi que queremos es ésta.
Es la Euskadi que está orgullosa de su pasado
De su historia.
Una Euskadi vinculada a una tradición, y en la que el viento de la libertad, como aquí arriba, circula libre por los cuatro costados para trasladarnos a un futuro mejor.
Futuro mejor en todos los rincones, también en el que a unos kilómetros de aquí, en el subsuelo de Santurtzi se moderniza con el Metro. De lo más alto a las entrañas, este es nuestro país.
Hemos subido hasta aquí acompañados de nuestra bandera, de la ikurriña. Ikurriña que no pretendemos colocar en ningún lugar cual significado de conquista militar. Ikurriña que para la mayoría de vascas y vascos es símbolo de un sentimiento noble.
El símbolo vivo de nuestro compromiso presente y futuro.
El compromiso de esa Euskadi en rojo de pasión, de libertad.
En verde de esperanza y del desarrollo, de confianza en nuestra gente.
Y en blanco de paz, de respeto. Son nuestros colores. Son nuestros principios.
Euskadi no es Perejil ni un islote estratégico en el que algunos claven su estandarte como signo de conquista.
Euskadi es la patria de las-los vascos. Y lo va a seguir siendo. Palabra de Partido de la No Violencia. Palabra de Partido Nacionalista Vasco