Iñigo Urkullu
20Noviembre
2008
20 |
Intervención

Encuentro con creadores

Iñigo Urkullu
Noviembre 20 | 2008 |
Intervención

Arratsaldeon. En estas palabras me gustaría transmitiros unas reflexiones en las se cruzan las enseñanzas surgidas del contacto con agentes sociales y con otros modelos que estamos contrastando desde el Think Gaur Euskadi 2020 con nuestra propia experiencia y realidad.
Una premisa de la que parte esta reflexión: La apuesta por la cultura es una apuesta por el desarrollo individual y colectivo. El hecho cultural es estratégico y transversal en el desarrollo del conjunto del País.

1.- Una primera idea: Para lograr esta centralidad de lo “cultural” lo primero son los valores. Esta es la base de nuestro desarrollo cultural, como personas y como sociedad.

Este desarrollo nos conduce a respetar y salvaguardar nuestro patrimonio. Y además, a ser más audaces y vanguardistas en nuestra acción cultural. Think Gaur nos ha demostrado que estos dos ejes pueden complementarse y que bien articulados inpulsan el desarrollo cultural. En suma, apostamos por la innovación en y desde la cultura, pero de innovación y creatividad me gustaría hablar después más ampliamente.

En relación con los valores, quisiera subrayar su relación con la propia construcción de la identidad vasca en el siglo XXI. Me gustaría destacar que la identidad vasca debe ser un proceso “abierto”, en el que personas con procedencias y tradiciones distintas, puedan reflejarse y sentirse cómodas, asumiendo el hilo común denominador basado en valores y emociones compartidos. Valores vinculados a la dignidad de la persona, los derechos humanos, la libertad, la responsabilidad individual y colectiva, la solidaridad, la tolerancia, el emprendizaje y la innovación.

Ahora bien, este es un reto que requiere una inversión desde la escuela, en todo el proceso formativo y educativo. Es la base en la formación y la educación de las personas.

2. - Una segunda reflexión: A nosotros nos corresponde crear las infraestructuras y espacios de encuentro (físicos o virtuales) que faciliten la creación compartida y el disfrute de la cultura entre los distintos agentes culturales. Existe demasiada atomización de agentes e iniciativas, demasiada fragmentación de espacios. Necesitamos desarrollar ámbitos comunes desde los que reflexionar, intercambiar y articular proyectos culturales, artísticos, etc. con mayor capacidad de tracción interna e internacional.

3.- Un tercer deseo: El reto de la internacionalización. El reto de la cultura vasca es su apertura al mundo, el incremento de las redes internacionales, del intercambio.

Nuestras Universidades y nuestros Centros Culturales deben incorporar el reto de la internacionalización a sus objetivos y acciones. Tenemos que desarrollar una acción cultural con un horizonte más abierto, porque en este "encuentro" se encuentran también las posibilidades de desarrollo de nuestra cultura.
4.- Una cuarta línea argumental: El euskera es nuestra lengua y nuestra responsabilidad es lograr la aceptación social de esta realidad cultural.

La línea de acción es ampliar el consenso en torno al euskera. Y nuestro reto es de "comunicación interna", es "conseguir con el euskera el consenso amplio y estable, tanto educativo como cultural, que hemos conseguido con el inglés". Porque el futuro requiere de una Euskadi trilingüe.

Pero no es precisamente éste el espíritu que anima a quienes preconizan el liberalismo lingüístico revestido de presuntos giros vasquistas. Porque el laissez faire, el dejar hacer lingüístico supone de hecho consolidar el actual statu quo y la actual situación de desequilibrio, supone optar por el más grande, por el más fuerte, supone cortocircuitar la igualdad de oportunidades. Supone, en definitiva, bendecir la Euskadi monolingüe y no creer y no apostar por una verdadera convivencia lingüística.


5.- Una quinta apuesta de futuro: Innovación en y desde la cultura, una propuesta enmarcada en la apuesta que estamos haciendo como país por la innovación, apuesta liderada a nivel político por EAJ-PNV y a nivel institucional por el Gobierno Vasco.

La clave para afrontar el futuro de la sociedad abierta y global del siglo XXI está en la creatividad y en la innovación, esto es, en la capacidad de ofertar y generar algo diferente que aporte valor.

Nuestro futuro como país descansa, por lo tanto, en dos pilares: identidad y creatividad. Combinando ambos aspectos reforzamos nuestro posicionamiento en la sociedad innovadora, ya que seremos más capaces de diferenciarnos y ofrecer algo distinto.

Hablamos de una identidad y creatividad abiertas al mundo. En efecto, la identidad no es una esencia inmutable. Al contrario, se actualiza y recrea con aportaciones propias y de otras culturas. Asimismo, la creatividad es consecuencia de relaciones y transformaciones de ideas que fluyen en el ámbito nacional y transnacional.

La creatividad, esto es, la capacidad de generar nuevas ideas, nuevas soluciones, nuevo conocimiento a través de la imaginación, no es algo privativo de la cultura. Tenemos la necesidad y la ambición de ser creativos e innovadores a nivel científico-técnico, económico, social, político, medioambiental o educativo. Esto es, queremos ser un país creativo e innovador a todos los niveles.

Si bien es cierto que la creatividad es una capacidad transdisciplinar, también es verdad que es precisamente la cultura el ámbito más fecundo y amplio para el cultivo de la imaginación entre las personas. Es, sobre todo, a través de la cultura donde cultivan la imaginación y se enriquecen personalmente los creadores de otros ámbitos. O dicho de otro modo, la creatividad cultural estimula las capacidades creativas de otros espacios en los que se trabaja la innovación.

Ello explica que los profesionales creativos, con independencia del ámbito en el que trabajen, busquen y prefieran vivir en lugares con una gran riqueza y dinámica cultural.

La propuesta sería, por consiguiente, incorporar la cultura y específicamente la creatividad cultural a la agenda de la innovación, ya que ambas se refuerza mutuamente. Se refuerza la innovación, porque tendríamos un país con personas más imaginativas y creativas. Y se refuerza la cultura, que se convierte en un objetivo estratégico en la sociedad innovadora y del conocimiento.


6.- Una sexta constatación: A nadie se le escapa que afrontamos momentos de cambio histórico en todo el mundo. Cambio e incertidumbres, oportunidades para reforzarnos. El Partido Nacionalista Vasco, como una constante de su historia, también ahora ha sido capaz de leer y de interpretar que algo está cambiando y de ahí surge este apasionante proceso del Think Gaur. Llegamos a la necesidad de identificar a los nuevos agentes, a las nuevas corrientes. Un proceso que lejos de las exigencias del guión se sobrepone a las coyunturas más inmediatas y se sitúa en parámetros estructurales y de solidez.

Un proceso que está tratando de acertar en sus diagnósticos y que trata, sin duda, de alejarse de los lugares comunes. Y en este proceso participativo necesitamos de vuestro feedback y colaboración. De nada servirían nuestros viajes en búsqueda de contrastes en los Países Nórdicos, Estados Unidos o países emergentes de Asia, si no somos capaces de escucharos a los agentes sociales y culturales de nuestro país.


7.- Se hace difícil hablar de cultura, como un compartimiento estanco, cerrado, ajeno a las necesidades mayoritarias, circunscrito a las élites. Es el eje en el que descansa el futuro del país. Indisociable a la estrategia de futuro de nuestro pueblo. Tejido industrial, innovación, infraestructuras o políticas sociales son piezas de un mismo engranaje. Recientemente en Finlandia constatábamos que ahondar en la apuesta por una educación cada día de más calidad es la mejor inversión de país que podemos hacer.

En Finlandia o en Estados Unidos constatamos también que contamos con unas infraestructuras culturales en muchos sentidos modélicas, fruto de la labor realizada desde las instituciones vascas en los últimos treinta años. Bien está en completarlo. Queda mucho por hacer.

Reconociendo, asimismo, el papel de motor económico que puede desempeñar la inversión en cultural. Pero esta apuesta debe atender a las nuevas realidades que están emergiendo con mucho vigor.

Ha surgido una nueva generación, han surgido nuevas manifestaciones y expresiones culturales.

Jose Antonio Etxenike, director de la Quincena Musical donostiarra, ha alertado en innumerables ocasiones del riesgo que corren muchas de nuestras manifestaciones culturales, y no se refiere en exclusiva a Euskadi, si no somos capaces de garantizar el relevo generacional. Incidimos en la misma tesis. La Quincena Musical como la Temporada de la ABAO pervivirán, sin duda, pero seguramente con formulaciones diferentes.

Y es que la vasca es también una sociedad cada vez más ecléctica, cada vez más interdependiente, cada vez más interconectada y conectada, más receptiva a los cambios que se producen en su entorno, crecientemente multicultural, y que no debe desatender enriquecedores objetivos complementarios.

Nuestro país es un país moderno, homologable al Norte europeo. Disponemos de herramientas, nuevas generaciones altamente preparadas, juventud que asume con naturalidad su identidad y la complementa con una visión cada vez más amplia de sus relaciones con el exterior. Jóvenes creativos y talentos que desarrollan sus experiencias profesionales y vitales fuera de nuestro territorio. La identificación y la recuperación de esos talentos (me refiero al ámbito cultural) es una tarea que se antoja fundamental.

En definitiva, me gustaría volver a subrayar que, más allá de instrumentos y políticas públicas, tanto para partidos políticos como para gestores culturales y también para creadores culturales, nuestro principal reto es la capacidad de interpretar correctamente los profundos cambios que se están produciendo en este tiempo histórico. Este es el reto que estamos tratando de completar con ilusión en este Think Gaur Euskadi 2020. Eskerrik asko!!!

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