Iñigo Urkullu
21Octubre
2008
21 |
Intervención

Políticas Sociales

Iñigo Urkullu
Octubre 21 | 2008 |
Intervención

En primer lugar, debemos trasladar nuestro agradecimiento a todas las personas que habéis atendido la convocatoria de la Fundación Sabino Arana para participar en este seminario. Un acto que es continuación de los trabajos que desde el Partido Nacionalista Vasco, y dentro del proceso de reflexión Think Gaur Euskadi 2020, estamos realizando desde hace varios meses.

¿Quiénes estamos aquí?

Como en actos anteriores, veo muchas caras conocidas, personas muy relevantes en el ámbito de los servicios sociales de Euskadi. Nuestro objetivo ha sido reunir a aquellas personas que, por su conocimiento de la realidad social de nuestro país, pueden ayudarnos a definir cuáles van a ser las necesidades de los ciudadanos y ciudadanas de Euskadi en el año 2020, y lo que es más importante, la forma de atender esas necesidades. Un foro con este formato no puede acoger a todas las personas que nos hubiera gustado invitar, no estáis todos lo que sois, pero sois todos los que estáis.

¿Por qué estamos aquí?

Lo he apuntado antes, porque queremos saber cuáles son las demandas, las necesidades y las aspiraciones de los ciudadanos y ciudadanas de Euskadi, y porque queremos dar respuesta a las misma desde una perspectiva humanista, situando a la persona, su bienestar y su dignidad en el centro de la acción política. Todo ellos desde los principios de solidaridad y justicia social. Un partido que no sirve a la sociedad, a las personas a que quiere representar, no sirve para nada.

Estamos aquí porque los cambios registrados en nuestra sociedad durante los últimos años han sido notables: aumento de la esperanza de vida y envejecimiento de la población, cambios en la estructura de la familia y en sus capacidades como institución solidaria y protectora, cambios culturales con respecto a los servicios sociales que se empiezan a percibir como un derecho al servicio de toda la población, no sólo de algunos colectivos, etc.

El resultado ha sido un aumento exponencial de los recursos y presupuestos destinados a cubrir las necesidades derivadas de estos cambios.

¿Para qué estamos aquí?

Para ir articulando respuestas. No conocemos el alcance de esos cambios a los que hacía referencia, pero estamos tratando de imaginarlos; algunos asististeis a la presentación del primer borrador del estudio que realiza para nosotros el Instituto Copenhague de Estudios de Futuro. Lo que sí sabemos son las primeras consecuencias de algunos de esos cambios: el enorme aumento de la inversión que debemos hacer desde las instituciones públicas para mantener los servicios sociales.

Estamos aquí para empezar a diseñar un sistema de servicios sociales que sirva a toda la ciudadanía, que esté a la cabeza de Europa; unos servicios sociales de garantía pública, como derecho subjetivo, flexibles, acogedores, proactivos, amigables con las redes familiares y comunitarias.

Los propios ciudadanos y ciudadanas, a quienes hemos ido convocando a una serie de mesas de trabajo durante las últimas semanas, nos están adelantando algunas de sus preocupaciones y prioridades, vivienda de alquiler o en propiedad, lo mismo da, pero vivienda; mejores condiciones laborales para los jóvenes, para poder abordar proyectos de vida independiente; apoyo a la familia; rigor en las políticas sociales y, si fuera necesario, mayor presión fiscal para mantener lo servicios de atención a la dependencia.

En esta ocasión, el tema de debate son las políticas de envejecimiento activo, la promoción de la vida autónoma y la atención a la dependencia. Este último apartado el que más nos preocupa, porque los costes que genera son muy grandes.

Creemos que debemos articular medidas que ayuden a las personas mayores a participar plenamente en la sociedad. Una sociedad no debe permitirse mantener a personas adultas, capaces y con experiencia sin hacer nada ni por ellas mismas ni por el conjunto de la sociedad. Su bienestar y el bien común recomiendan facilitarles su participación activa en todos los ámbitos sociales.

Creemos que hay que abordar la atención de las personas desde la perspectiva de la autonomía personal, dar a cada persona los instrumentos que faciliten esa participación, a las personas mayores y a las personas con discapacidad.

Creemos también que hay que afianzar los sistemas de financiación de atención a la dependencia mediante un sistema de cotizaciones. Si mantenemos firmemente la demanda de la transferencia de la Seguridad Social es porque creemos que gestionada desde aquí, con los principios que estamos describiendo, sería mucho más útil a los ciudadanos y ciudadanas vascas. Entre tanto, seguiremos aplicando aquellas medidas que estén en nuestra mano, y no vamos a renunciar a ellas, me refiero a los complementos del Gobierno Vasco a todas esas personas que han de vivir con pensiones completamente insuficientes. Tampoco renunciamos a seguir dotando con presupuestos suficientes a nuestros servicios sociales, pese a la crisis y al recorte de las recaudaciones. Es precisamente ahora cuando más necesario es invertir en este apartado, porque el “látigo” de la crisis está llegando de forma muy dura a los últimos, a los que están al final de la cola, a los más débiles.

Reclamar que se mantengan las políticas sociales, que se siga invirtiendo en ellas es sencillo, lo difícil es asumir las consecuencias, situarse ante la ciudadanía y decirle cal es el costo de la apuesta, qué se deja de hacer, cuánto nos va a costar a cada uno.

El discurso social, además de proclamarlo, hay que legitimarlo, y esa es tarea de todos. La legitimación del discurso sobre recursos sociales es, hoy en día muy parcial. Dicho de forma gráfica: algunos servicios son demandados, otros son consentidos y no pocos son rechazados.

EAJ-PNV es un partido de una gran tradición solidaria, nuestros objetivos, en el ámbito social son, como recordaba al principio: la defensa de los derechos humanos, la defensa de la dignidad de las personas cualquiera que sea su condición y la promoción de la solidaridad y la justicia social.

Somos conscientes de las dificultades de esta tareas, por esta razón, el plan Think Euskadi 2020 orienta su actuación hacia dos objetivos, el primero, seguir creciendo en recurso y servicios, en un modelo de protección sostenible; el segundo, en la difusión de un discurso que promueva la solidaridad, la justicia social, la legitimación de las políticas públicas, la necesaria coherencia entre ingresos y gasto público; todo ello con el objetivo de que las políticas sociales no sean puestas en cuestión de forma permanente, para que un cambio de ciclo económico no ponga en peligro el cuarto pilar del estado de bienestar, los servicios sociales.

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