Muchas veces hemos tenido que oír que el nacionalismo vasco es una enfermedad que se cura viajando, como si ser abertzale fuera sinónimo de cerrado, endogámico, o peor, “paleto”. Lo cierto es que nuestro Partido, desde sus más remotos orígenes, ha sido un movimiento que siempre ha sabido mirar al exterior, siempre ha sabido conectar con las tendencias más avanzadas y vanguardistas que se daban en cada época. Ese afán innovador e internacional está en el mismo origen de nuestro Alderdi, pues ya Sabino Arana se inspiró en el romanticismo alemán para dar un ropaje ideológico positivo, moderno, a su reacción ante la pérdida de los fueros y la depresión colectiva que ello supuso en nuestro País. Cuando en la España republicana unos y otros se tiraban entre sí sus dos Españas, nosotros celebramos el primer Aberri Eguna del año 32 con aquel lema Euskadi-Europa. Supimos mirar mucho más allá de los Pirineos y Las Landas, como también lo hicieron nuestros hombres del exilio, comandados por el Lehendakari Agirre, aquel que escribió "De Gernika a Nueva York pasando por Berlín". Y Europa fue también nuestro principal referente en el momento de la transición democrática del 77, cuando los partidos españoles empezaban y acababan en Madrid y en Euskadi, aunque con ropaje abertzale, la izquierda radical tenía como referente a la revolución argelina y luego a las centroamericanas.
Hoy, tenemos que volver a situarnos. Esto es lo que pretendemos y eso es el Think Gaur, estar con los pies en Euskadi pero la cabeza y todos los sentidos pendientes del Mundo. Pendientes del Mundo para saber qué están haciendo otros pueblos para garantizar su futuro, pendientes para crear, traer y consolidar aquí también progreso, bienestar y riqueza que repartir. Pendientes del Mundo para adivinar cuanto antes dónde están los peligros o las incertidumbres que pueden limitar las aspiraciones del Pueblo Vasco. Pendientes del Mundo, en fin, para que Euskadi tenga garantizado un lugar, un pequeño pero seguro lugar, su propio lugar, en el nuevo orden internacional que se está dibujando. Y de Think Gaur, de este proceso saldrán propuestas, ideas y proyectos con los que queremos liderar una nueva etapa para Euskadi. Queremos que Think Gaur sea un proyecto de futuro compartido, por eso lo hemos diseñado muy participativo, muy abierto, con presencia de expertos internacionales, con viajes al exterior y, sobre todo, muy pendiente de vuestras propuestas y demandas. De las vuestras y de las del resto de la sociedad vasca.
En Euskadi, y también en España - y creo que en todos los países democráticos del mundo-, los partidos políticos se pueden agrupar en tres categorías. Una, aquellos que sólo se ocupan del mercado y que, sin duda, están representados en la derecha, en el liberal conservadurismo; aquellos otros cuya principal ocupación es el fortalecimiento del control que el Estado ejerce sobre toda la actividad de las personas, y que está encarnado en la izquierda, en el llamado socialismo o social-democracia; y, por último, aquellos otros partidos cuya preocupación y ocupación principal son los ciudadanos y ciudadanas, las personas, antes que la estructura o el mercado. Es decir, los partidos humanistas.
Y es el momento de renovar nuestro compromiso de ser un Partido fiable y confiable. Un Partido de personas normales, como siempre lo hemos sido, sensatos, responsables. Un Partido que si hace ya treinta años se definió como interclasista en su máximo sentido (extracción social, procedencia, cultura, estudios, familia...) lo hizo porque lo que prima es el valor de la persona, el Ser y no el Tener. Un partido de raíces, no de apariencia. Un partido que cuando en otro orden de temas, habla de autoexigencia ética esa autoexigencia es también para con la práctica interna y externa. Un Partido que viniendo de esa trayectoria está obligado a situarnos en el Mundo pensando en nuestras personas que son nuestro Pueblo. Un Partido de valores porque está compuesto de personas con valores. Un Partido que se reconozca a sí mismo. Que se reconozca en la vocación de trabajar para los demás y no para si mismo. Un Partido que no descansa en el esperar a que “otros hagan” sino que participa de la responsabilidad colectiva desde la responsabilidad individual de cada uno de nosotros-as. Este, sin duda, es el estrato en el que se sitúa el Partido Nacionalista Vasco.
Este sin duda es el estrato en el que se sitúa el Partido Nacionalista Vasco.
Y por eso tenemos la completa seguridad de que vamos a ser capaces de ofrecer a la sociedad vasca un nuevo contrato social en el que, negro sobre blanco, vamos a poner nuestros compromisos para con la Nación vasca y cada uno de sus habitantes. Compromisos concretos para construir una Euskadi avanzada, con un desarrollo económico suficiente y bien repartido entre todos, una Euskadi solidaria y a la vez innovadora, en la que economía y medio ambiente sean compatibles, en la que seguridad y libertad sean también un binomio posible. Una Euskadi euskaldun y plurilingüe, con una marcada identidad y cultura pero abierta a los cuatro vientos de la multiculturalidad y las vanguardias artísticas.
Soñamos una Euskadi en rojo, verde y blanco.
El rojo de la pasión, del compromiso ilusionado con ella por parte de EAJ-PNV. Es, por ello, momento para otro compromiso, de nuestro compromiso, desde el Partido y desde las Instituciones, para oír y escuchar lo que quieren los vascos e intentar dárselo. Para darles aquello que lleve tranquilidad y estabilidad a sus vidas y a las de sus familias y también para como Nación, alcanzar un status político singular que traiga la posibilidad del mayor de los autogobiernos a nuestro país. A lo largo de estos años, lo hemos intentado con todas nuestras fuerzas. Lo hicimos allá en el 79 con el Estatuto de Gernika, después con el llamado pacto de Ajuria Enea, posteriormente volvimos a intentarlo en Ajuria-Enea y en Lizarra. Y cuando aquello fracasó por ETA, pusimos nuestro empeño en el nuevo Estatuto Político que recibió el no de Rodríguez Zapatero y Rajoy. Y no se trataba de ninguna aventura.
Ahora tenemos entre manos una nueva Iniciativa Institucional. Es legítima, democrática y bienintencionada y hemos trabajado y vamos a pelear para que prospere, pero como en todas las anteriores, no a cualquier precio, al precio de los intereses de otros. Nunca renunciaremos a nuestros principios, tampoco en esto.
Y con la misma rotundidad que decimos que vamos a acatar y respetar las reglas del juego, aunque no nos gusten, también afirmo solemnemente aquí, ante vosotros y vosotras, que si contamos con el respaldo de nuestra sociedad, si la ciudadanía vasca lo quiere y se implica con pasión en conseguirlo, las amenazas y los chantajes de cualquier tipo serán papel mojado, porque, ni la voluntad de los vascos y vascas, ni su futuro pueden estar secuestrados por las decisiones de quien con sus acciones vulneran los valores éticos y democráticos ni por la actitud de quienes mientras esto sucede se quedan como espectadores pasivos ante los retos que tiene la sociedad vasca.
Lo haremos de manera responsable. Tenemos que mirar al mundo pensando en Euskadi pero queremos que el mundo mire a Euskadi. Y que Euskadi se sienta orgullosa de lo que el mundo ve. Es el compromiso de EAJ-PNV.
Queremos también una Euskadi con fondo verde, el verde no solo de la naturaleza, del medio ambiente, sino sobre todo el de la esperanza. La esperanza, la confianza en nosotros mismos como Pueblo, como Nación. El futuro de los pueblos no se escribe "per se". Alguien tiene que escribirlo y el nuestro, nuestro futuro, lo tenemos que escribir nosotros por nuestra determinación, por nuestra libre determinación, y no dejarlo en manos de plumas ajenas. Una Euskadi en verde porque tenemos una sociedad moderna, preparada, una sociedad que efectivamente ha evolucionado hacia posiciones menos politizadas pero que tiene muy claro que su Nación se llama Euskadi y que es en ella en la que quieren vivir y progresar ellos y sus hijos e hijas. Esperanza y confianza pues en nuestra gente, en nuestra sociedad, en nuestro Pueblo.
Necesitamos la paz, una paz que es algo más que la mera ausencia de violencia. Queremos la paz que da la libertad. Hombres libres, mujeres libres, personas libres para un Pueblo libre. Es el color blanco con el que queremos y necesitamos completar la pasión y la esperanza.
Porque queremos una Euskadi en rojo, verde y blanco os pido compromiso apasionado para construir nación, esperanza y confianza en nosotros mismos, y lo primero de todo, búsqueda de la paz.
Porque queremos una Euskadi en rojo, verde y blanco hemos de mostrar nuestro compromiso con la pasión por el diálogo con la sociedad para construir comunidad, con la esperanza basada en la confianza en nosotros mismos como Partido y como Pueblo, y con la exigencia de que las manchas desparezcan porque Euskadi necesita la paz. Partido, proyecto y personas para una Euskadi libre del siglo XXI. Hoy está de moda el “sí podemos”. Nosotros llevamos toda una vida de Partido y hay Partido, diciendo: Queremos, Podemos y Vamos a hacerlo!
Gora Euskadi Askatuta!!