Imaginemos un lunes frío de febrero, en el servicio social de base de cualquier centro cívico de Gasteiz. Hasta allí llega María, que se ha enterado por el periódico de que el Gobierno de Zapatero, curiosamente en plena época preelectoral, ha anunciado una ayuda mensual de 210 euros para que las personas jóvenes puedan emanciparse. Su primera reacción fue de cachondeo. ¿Quién podría alquilar en Vitoria-Gasteiz un piso por 210 euros? Además ella tiene conocidos que están recibiendo 270 euros a través de las ayudas de emergencia del Gobierno Vasco para alquileres, o sea, que con este nuevo “chollo” de Madrid recibirían 60 euros menos. “Si al final, en vez de ir para adelante, vamos para atrás en tema social”, piensa.
María cumple los requisitos para obtener la ayuda de emancipación: tiene menos de 30 años, un trabajo que gracias a la reforma laboral de Zapatero no llega ni a los mil euros y tiene un contrato de alquiler con su pareja. Así que si los dos quieren optar a la ayuda, tendrán que repartirse esos 210 euros. No hay más.
Entretenida con estas cuentas, María abre la puerta del despacho de la administrativo del servicio social de base.
-¡Hola! Vengo a recoger la solicitud para pedir la renta básica de emancipación.
-Disculpe, pero aquí no tramitamos ese tipo de prestación. Tiene que ir a las oficinas del servicio
Bizilagun del Departamento de Vivienda del Gobierno Vasco. Para que se haga una idea están tardando dos meses en tramitarla. -¿Dos meses? Pero, ¿por qué nos vende el Gobierno central una nueva ayuda si luego no tienen recursos para tramitarla? Y si me meto ahora en un alquiler, ¿cómo lo pago durante los dos próximos meses?
-No se preocupe, el Ministerio de Vivienda ha pensado en todo y para facilitar el trabajo tanto a la ciudadanía como a la Administración ha decidido aumentar más los trámites burocráticos. Al parecer, según el Real Decreto, el Gobierno socialista ha decidido que primero hay que solicitar la renta básica de emancipación pero, como están tardando tanto en concederla, hasta que decidan si usted tiene o no derecho a la prestación tiene la opción de acudir también a una oficina del Ayuntamiento para pedir las ayudas de emergencia que viene gestionando desde hace años el Gobierno Vasco, que siempre ha hecho bandera de una política social proactiva y ha tratado de detectar las necesidades cuanto antes.La joven permanece atónita y sigue escuchando.
-Si pasados dos meses, Madrid decide que no se le concede la renta básica de emancipación, usted tendrá que devolver todo lo que ha recibido como ayuda de emergencia social. Si, por el contrario, la respuesta es afirmativa, el Ayuntamiento le abonará la diferencia hasta los 270 euros que paga el Gobierno Vasco.María no puede evitar su asombro ante la empanadilla burocrática que está generando la novedosa renta básica de emancipación. Todo se resume en una pérdida de tiempo, un sinfín de citas y un mareo de ventanillas para conseguir una prestación que ya existía en mejores condiciones. Mira triste y enfadada a su interlocutora y le dice:
-Curiosamente hace poco me ha tocado renovar el contrato de alquiler y he notado una subida bastante fuerte, casi del mismo importe que la nueva ayuda. Lo mismo está sucediendo a muchas amigas y amigos. Así que me veo obligada a hacer una peregrinación por diferentes oficinas de las instituciones para que me den migajas con las que pueda completar el pago de un derecho que supuestamente garantiza nuestra "querida" Constitución. En épocas preelectorales el Gobierno central saca la máquina del dinero y lo regala todo, sin darse cuenta ni pararse a pensar en las políticas que se puedan estar desarrollando en materia social o de vivienda en las diferentes comunidades autónomas.María se para un momento a reflexionar y continúa:
-¿Por qué no piensan de una vez por todas en lo que queremos los jóvenes, que no es más que un empleo digno, no ser mileuristas, tener viviendas de alquiler social, espacios autogestionados para el ocio, más escuelas infantiles y otros recursos sociales para que exista una política real de conciliación? Que en vez de ser padres vamos a ser abuelos y abuelas. ¡Basta ya de políticas populistas que lo único que hacen es captar titulares en prensa y no aportan nada al tejido social! Eso sí, suben los alquileres y multiplican la burocracia.Después de esta parrafada, la administrativo descuelga el teléfono, se lo acerca a María y pregunta:
- - ¿Te marco el teléfono de los socialistas?