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Enero 20 | 2008 |
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Andoni Ortuzar (Portugalete, 1962) demuestra que al margen de sus ocupaciones profesionales, por las que ha podido ser más o menos conocido, lleva toda la vida viviendo el PNV desde dentro. Acaba de ser elegido presidente del BBB, la cúpula de lo que considera la «casa del padre» del partido.

Iñaki IRIONDO

Su cese como director de EiTB no ha aparecido todavía en el Boletín Oficial del País Vasco, pero dado que su mandato acabó «por ley» en 2001 y ha permanecido desde entonces «en funciones», considera que con la dimisión presentada al lehendakari puede darse por oficializada su renuncia. De hecho, ya ha recogido las cajas de enseres que quedaban en la sede de la radio-televisión. En cuanto a las empresas que participaba en función de su cargo, asegura que «ya no soy administrador único de nada» y queda por decidir cómo poner fin a su participación en el Consejo de Administración de Euskaltel.

Gorordo y Ortuondo pasaron a la Alcaldía de Bilbo, Zarraoa a la de Getxo, usted al BBB. ¿Ser director de EiTB es un trampolín político?


Te da mucha experiencia y cierta visibilidad. Y el Gobierno Vasco y el PNV siempre ha elegido gente con cierta proyección pública para ese cargo.

¿Es usted ahora el nuevo Señor de Bizkaia, el que manda sobre el diputado general y hasta sobre el alcalde de Bilbo?

(Ríe) En teoría podría ser así, pero conociéndoles a los dos no creo que se dejen mucho. Hay mucha leyenda urbana en torno a la fortaleza del BBB y su presidente. Eso tiene más que ver con la épica de otras épocas, cuando eran presidentes Arzalluz, Retolaza, Uzturre o Javier Atutxa. Ya Iñigo Urkullu le dio un cambio, otro toque más acorde con los tiempos y la sociedad actual, y espero que conmigo siga así.

Pero la fortaleza de Bizkaia en el PNV es evidente.

Eso sí.

Y la suele utilizar...

No suele hacer falta. Bizkaia no utiliza mucho su hegemonía, porque nuestros estatutos, muy confederales, han hecho que en nuestra forma de vivir el partido tenga mucha importancia la opinión de los otros territorios, más allá de los números, para tener una visión nacional.

¿El poder del PNV en la sociedad vizcaina también es una leyenda urbana?

No, pero tiene más que ver con la penetración que tiene el partido en la sociedad que con el hecho de que el poder institucional nos de un plus de representación en este territorio. Es muy difícil pensar en Bizkaia sin darse cuenta de la masa social que tiene el PNV aquí. Siempre se ha dicho que el PNV lo controla todo en Bizkaia. No, no, no. La realidad es que hay personas del PNV, que no tienen ningún inconveniente en decir que son del PNV, que presumen de ello, que por su valía profesional, por su capacidad laboral, por su implicación social, son presidentes, directoras, llevan grupos de música, coros, equipos de fútbol, llevan lo que haga falta. Y eso da mucha fuerza y mucho respaldo al PNV.

¿Cuáles son los retos del BBB?

Desde un punto de vista conservacionista, seguir manteniendo txukun la casa del padre. Bizkaia es la casa del padre en lo que al partido se refiere y mantener fuerte el partido en Bizkaia es una de las garantías para el futuro del partido y de nuestro proyecto político nacionalista. El PNV de Bizkaia tiene que liderar la modernización del PNV de cara al futuro. Vienen nuevos tiempos políticos y sociales, con sus luces y sus sombras económicas y sociales... está la inmigración, que necesitamos pero no terminamos de asumir con normalidad. Y ésos serán los nuevos vascos y vascas, por lo que hay que tratar de ganarlos para la causa nacional vasca, hay que acogerlos como se nos ha acogido fuera a los vascos. Y el partido tiene que darse cuenta de que la sociedad actual es muy mediática, de consumo rápido y tenemos que hacer un diagnóstico de si nuestra organización y actuaciones casan bien con esa forma de vivir. Tenemos que ver cómo compatibilizar nuestra idiosincrasia con estas nuevas formas.

¿Qué cambios propondría?

Es pronto para aventurarlo, pero, por ejemplo, hay un consenso alto en que tenemos procesos electivos muy democráticos y garantistas, pero muy largos y poco eficientes, porque son muy susceptibles de injerencias externas. Otro ejemplo: hemos tenido a gala que las cosas se tratan primero en casa, que la información le llega primero al militante y luego va fuera, pero hoy en día es imposible y los afiliados se enteran de las decisiones por los diarios. Eso genera ruido en nuestra gente, pero es inevitable. Hay que agilizar los sistemas de información a la militancia y los de decisión.

¿Y cuáles son los retos del EBB?

La paz y la normalización de este país. Y, a poder ser, que esa normalización se dé alumbrando un estatus político para Euskadi que se asemeje lo máximo a lo que a nosotros nos gustaría, que es la libertad plena.

¿El proceso de elección de las ejecutivas ha dejado las batallas internas en letargo?

Creo que se ha superado la situación anterior. A nuestra manera hemos hecho un ejercicio de autocrítica duro, profundo, transparente entre nosotros, en el que hemos hablado de todo; hemos compartido el diagnóstico de que unos y otros hemos hecho algunas tonterías que no deben hacerse; y como los que estamos hoy vinculados a esta casa provenimos de una franja de edad muy parecida y con vivencias de partido similares, sabemos que el de enfrente podrá discrepar o ver las cosas de otra manera, pero es un alderdikide y abertzale como nosotros. En el PNV, y creo que en todo el ámbito del abertzalismo, en cuanto surgen discrepancias lo primero que hacemos es dividirnos en independentistas y autonomistas, o hablar de liquidacionistas. No hombre, tenemos una discrepancia sobre cómo llevar el partido o si somos centralistas o confederales, pero tú eres tan nacionalista como yo. Eso es lo que hemos superado, al menos los que estamos aquí. Luego hay quien se queda al margen, inadaptada, unos porque quieren y otros porque no se les deja participar o no quieren.

¿Qué pasará en 2008? ¿Acuerdo con Zapatero, consulta...?

Me gustarían las dos cosas. Mi empeño será que haya acuerdo con Zapatero o con quien gane en Madrid y que hubiera consulta. No entiendo a quien no quiere que haya consulta.

¿Cree que podrán forzar el acuerdo para que haya consulta, o ve también posible la consulta si no hay acuerdo?

No me gusta la expresión «forzar la consulta», porque me gustaría que la relación institucional Madrid-Vitoria se diera con independencia del resultado electoral. Porque, entonces, ¿si dentro de cuatro años hay otro resultado se va todo al carajo? Eso vale para unos presupuestos, un acuerdo sectorial, pero no para un tema nuclear como éste. Quisiera que, gane quien gane, hubiera un acuerdo, se fuera al Parlamento con un acuerdo de amplia base y en octubre se hiciera la consulta.

¿En qué va a emplear el PNV sus diputados y senadores?

En ser la voz y la defensa de Euskadi. Lo llevamos siendo desde el 77. Se podrá hacer un análisis más o menos positivo de lo que ha aportado nuestra presencia en el Congreso y el Senado, pero a efectos prácticos de la vida de este país hacer la apuesta de ir a Madrid ha sido tremendamente positiva. Eso sí, nos ha tocado pagar siempre las facturas a nosotros. Pagábamos con cheques PNV resultados para toda la sociedad vasca, pero para eso hemos nacido. Y en esta nueva coyuntura nos gustaría que la representación del PNV fuera el eslabón que uniera ese acuerdo Madrid-Vitoria que posibilitara poner los primeros raíles a la solución del conflicto vasco.

Ziarreta dice que EA será el único representante en el Congreso en defender el derecho a decidir.

Eso no va a ser así. El PNV está plenamente comprometido con el proyecto del lehendakari. Por otra parte, me parece curioso que alguien establezca como leit motiv electoral o como programa la iniciativa de una persona que es de otro partido, en el que está muy a gusto, muy respaldado. Un elector normal dirá: si el plan de EA es Ibarretxe, pues ya voto directamente al PNV que además va a ser un voto más práctico y útil, porque la Ley D'Hont favorece a los grandes.

Me da la impresión de que el PNV, sobre todo en Bizkaia, está un poco harto de EA y de EB.

No. Lo que pasa es que lo ocurrido tras las municipales y forales nos disgustó. Hemos sido leales en los gobiernos de coalición, aunque quizá algunas cosas que hacemos los grandes, aunque sin querer, puedan parecer que aplastamos un poco. Pero tras las elecciones se nos han hecho jugadas feas, aunque EA y EB nos aseguran que no han sido movimientos alentados desde las ejecutivas sino cosas locales. Y eso al cuerpo social del partido no le gusta. Pero de igual forma digo que si EA quisiera hacer una coalición para los próximos comicios, sería sencillo llegar a un acuerdo en el programa y en las listas, y lo haríamos.

Pero un sector del PNV siempre ha tenido la impresión de que en esa coalición EA quedaba sobrerrepresentada.

Estas elecciones municipales y forales nos han puesto a cada uno en su sitio. Pero una coalición no es sólo el reparto de puestos, lo importante es la ilusión que genera de puertas adentro y la posibilidad de contagiarla a la sociedad. Si se dan las condiciones para una negociación de coalición habrá que tener en cuenta también esa capacidad de ilusionar.

Este año se puede combinar un enfrentamiento con el PSOE por el derecho a decidir con continuos acuerdos en presupuesto. ¿Eso cómo se gestiona?

Deberíamos seguir salvaguardando ese ámbito de acuerdos, porque no son para gobernar más cómodos, sino que se traducen en infraestructuras, políticas sociales... En los «años de plomo» de Aznar se nos criticaba que no éramos capaces de hacer acuerdos que dieran presupuestos al Gobierno Vasco o a las diputaciones. Ahora que se consiguen se nos acusa de incoherencia, de ponernos de acuerdo en las cosas de comer y de discutir de política. Pero es que hay que hacer cosas. Me gustaría tener acuerdos con cualquier partido con representación institucional y estamos volviendo a Euskadi a una época de acuerdos multilaterales, donde EB está en el tripartito pero tiene acuerdos con el PSE en Donostia, ANV y EA tienen acuerdos en municipios de Gipuzkoa y Bizkaia... Eso es bueno. Los acuerdos multilaterales son buenos, si son para hacer cosas.

Todo indica que dentro de poco EHAK y ANV van a ser barridos del mapa electoral ¿Cómo lo ve?

Mal. Hacer esto es grave desde el punto de vista democrático, porque se van a conculcar derechos básicos de mucha gente, pero si a eso se le añade que se hace muy cerca de unas elecciones, ese tufillo de electoralismo empeora las cosas. Pero la realidad es que viéndolo desde otro prisma, la izquierda abertzale no quiere o no puede articular una estrategia política que les ponga las cosas difíciles a éstos. Ya sé que seguramente el resultado iba a ser el mismo, pero de cara a la sociedad vasca no tendría la misma interpretación.

La izquierda abertzale acusa al PNV de decir que está en contra de la Ley de Partidos pero después aprovecharse de ella, y ahí está el caso de Ondarroa...

Pero no es verdad. La izquierda abertzale a veces se mueve en unos parámetros de dignidad política tremenda, pero hace seis meses aceptó el juego de poder participar en unos sitios sí y en otros no. ¿Por qué en Bizkaia sólo se permitió la lista a JJGG de Enkarterri? No lo sé, pero ¿dónde tiene el PSOE más fuerza y le convenía que el PNV tuviera un cierto debilitamiento? Qué casualidad, en Enkarterri. ¿Dónde se autorizaron la mayor parte de las candidaturas de la izquierda abertzale en Gipuzkoa? Casualidad en los pueblos donde históricamente ha tenido la alcaldía. Sé que hay excepciones, pero dad un vistazo al mapa. La izquierda abertzale entró en el juego de las ilegalizaciones selectivas y no puede decirnos que nos aprovechamos porque ella se aprovechó hace seis meses cuando le dejaron. Y a nosotros no nos ha caído nada del cielo. Y en el tema de Ondarroa hay que tener claro que un pueblo no puede estar desgobernado. Más vale un mal gobierno que un desgobierno. Lo ideal hubiera sido que las cosas se hubieran hecho de otra manera y se hubiera llegado a un acuerdo y, para no ser partidista, voy a decir que al menos tanta culpa de lo que ha pasado tiene la representación de la izquierda abertzale en Ondarroa como el PNV. I. I.

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