JOSU JON IMAZ
San Inazio 1895-2007

La nación es cohesión, identidad, compartir categorías de valores, sentir colectivo. Y, muy especialmente, abordar conjuntamente los retos básicos de los que depende el ser o no ser de un pueblo.

Así lo manifestaba el Euzkadi Buru Batzar en el Aberri Eguna de 1988. Y conserva toda su fuerza democrática hoy, cuando cumple ciento doce años el Partido Nacionalista Vasco. El mejor instrumento para hacer nación vasca. Un partido en el que muchos vascos hemos canalizado nuestro compromiso patriótico. Por eso nos hemos reunido aquí, para renovar el compromiso con nuestro ideario fundacional. Con la construcción de Euskadi. Y hemos celebrado una ofrenda floral ante nuestro fundador, Sabino Arana. Para seguir afirmando que este pueblo va construyéndo su vida propia y que la obtendrá. Porque somos un pueblo. Y los pueblos tienen derecho a construirse a partir de la voluntad de sus ciudadanos. Este país tiene vocación firme de alcanzar ese objetivo. Esa fue la enseñanza fundamental de Sabino Arana. Él nos hace abertzales. Y por eso le honramos.

Sabino Arana eraberritzailea izan zen, nolabaiteko iraultzailea bere garaian. Bere ideiek kezka sortarazi zuten, hainbat ardura eta egonezin. Bere hitzaldiek eztabaida eta zer esan asko piztu zuten. Sekulako zirrara eragin zuen denetariko jendearen artean. Sabinoren inguruan foruzaletasuna zen nagusi eta hainbatek galdetzen zuen: gurea forua baldin bada… zertan ari da gizon hori nazioaz eta aberriaz hitz egiten? Han-hemenka kritikatu eta gutxietsi zuten. Baita traidoretzat salatu ere. Baina Sabino, lehen eta behingoz, berritzailea izan zen. Berak jarri zituen estreinako aztergai hasiberri zen XX. mendeak zekartzan erronka berriak. Eta, mende bat geroago, haren proposamenak gure proposamenak dira, Euskadi, gure aberria, da gure helburu berbera. Honetarako jaio ginen Alderdi legez orain dela 112 urte.

Si Sabino viviera en 2007 no se limitaría a decir lo políticamente correcto. Plantearía con honestidad cuáles son los retos de esta Euskadi del siglo XXI. Lo haría con fórmulas del siglo XXI. Arriesgando en sus planteamientos y en su discurso. Viendo lo que se mueve por el mundo y proponiendo objetivos ambiciosos. Interpretando y, a la vez, interpelando a la sociedad, como los mejores líderes.

Sabino fue un humanista que apostó por la modernidad, un hombre que entronca con las corrientes políticas e intelectuales de su época. Que conecta con la ola nacionalista europea de finales del XIX. Que se adhiere al principio de las nacionalidades en boga en Europa y que, junto a sus seguidores nacionalistas, formula la versión vasca de esta reivindicación. Así lo expresa en 1914 Luis de Eleizalde (que, por cierto, ya estaba trabajando en la redacción de los Estatutos para la futura Universidad Vasca):

Nosotros, los nacionalistas vascos, profesamos y formulamos el principio de las nacionalidades en los siguientes términos: cada uno de los grupos nacionales muy diversos que constituyen la actual Europa, tiene derecho a la vida y al porvenir (...). Cada uno de estos grupos nacionales –posea o no estado propio-- es un elemento de la Europa actual, y tendrá su intervención en la Europa futura.

Sabino Aranak begiratuko luke, bai, gaur egun zer gertatzen ari den munduan zehar; ikusiko luke, bai, Estatu-nazio zaharkituaren nondik norakoa; eta, etorkizunari begira, bere nortasunaren jabe izan nahi duen Euskadi baketsu eta kohesionatuaren aldeko apustua egingo luke. Arretaz begiratuko luke, bai, guk nahi baino astiroago mugitzen diharduen Europan zer gertatzen ari den eta, segurutik, Jacques Delorsek adibidetzat azaldu ohi zuen dantzaldia aipatuko luke berak ere: bi urrats aurrera eta beste bat atzera, baina beti ere aurrerabidean.

Europa constituye un espacio de oportunidad para articular las diversas aspiraciones nacionales, un escenario que, en sí mismo, cuestiona las soberanías absolutas, un magnífico aprendizaje para la cooperación. Ésta es la razón de que EAJ-PNV haya apostado siempre por Europa. Aun sabiendo que el actual modelo es poco ambicioso y no permite todavía un encaje del todo satisfactorio de realidades como la vasca.

Ez gara ezer berririk asmatzen ari bere iritziaren jabe izango den Europa aldarrikatzen dugunean. Aranak berak eta lehen belaunaldi hartako abertzaleek adierazitako bidea jarraitu baino ez dugu egiten. Agirre lehendakaria, Irujo, Landaburu, Leizaola eta beste hainbaten ildoa besterik ez dugu jarraitzen. Eta politikagintzan ezezik, baita kulturgintzan ere, “Lauaxeta”, “Lizardi”, Galindez edo Zipitriaren eredu intelektualak zeharo europarrak izan ziren-eta.

En la actualidad, en el siglo XXI, Europa es realidad y, a la vez, horizonte utópico para los vascos. Y aunque no haya dado, todavía, respuesta a las aspiraciones de las naciones sin Estado, ha ido conformando un marco de trabajo en el que empieza a haber nuevos actores que no son Estados. Ése puede ser un auténtico espacio de oportunidad social y política para Euskadi. Por ello hemos de estar en primera línea cuando se trate de avanzar en la integración europea articulando su diversidad política y cultural.

Europa ez da, guretzat, eremu politiko hutsa. Bada, politikaz gainera, besterik ere. Europa, batez ere, elkarren arteko diferentziari zor zaizkion errespetua eta begirunea da. Bai nazio-, kultura- eta hizkuntza-aniztasuna, baina baita erabaki-barrutien eta gobernu-mailen aniztasuna ere. Aniztasun hau ez da, behar bada, egoerarik errazena europarron integrazioa lortu ahal izateko, baina bai gure nortasunaren adierazgarri eta balore. Honetan datza europarron aberastasuna, aniztasuna eta batasuna nahi eta maite bait ditugu aldi berean. Eta Europaren aberastasun hau da, hain zuzen ere, sekulako aukera gure euskal jatorria indartzeaz gainera, Europaren etorkizuna suspertu nahi dugunontzat, Europa izango baita bere magalean biltzen dituen nazio eta kulturen topaleku eta elkargune.

Una Unión Europea asentada únicamente sobre las bases tradicionales del Estado-nación no puede satisfacer nuestras expectativas. Lo que constituye para nosotros un experimento esperanzador es el hecho de que Europa se haya convertido en un laboratorio en el que se está ensayando una nueva forma de articular las relaciones entre los estados, las naciones y las sociedades, un espacio inédito para la redefinición de lo propio y lo común, de la unidad y la diversidad, un escenario de interdependencia. Por eso el orden normativo requiere un nuevo pensamiento constitucional y obliga a una reformulación de los ámbitos de decisión, con nuevas realidades y nuevos actores.

Sabino Arana vivió atento a lo que ocurría en Europa y en el mundo. Pero no descuidó la mirada hacia dentro. Una mirada generosa hacia la Patria Cívica, si se me permite la expresión. Sabino vio que el futuro de nuestra lengua nacional común pasaba por superar su presencia exclusiva en los ámbitos rural y pesquero. Y por infundir en éstos el orgullo por la propia lengua. El euskera en Bilbao y con corbata como dijera “Kirikiño”. El reto del uso social y del prestigio del euskera, tal como lo expresamos hoy.

Sabino Arana aprendió y cultivó el euskera, con lo que significa de compromiso vital. Y defendió su entrada en la modernidad. En 1901 se dirigió así a los académicos reunidos en Hendaia:

Señores: para que el euzkera se levante y viva, son indispensables a la vez dos cosas: hacerlo necesario para la vida, en grande o en pequeño círculo, dentro de su propia tierra, y hacerlo apto de satisfacer esas mismas necesidades. Prescindid de lo primero, y el euzkera podrá ser una lengua literaria, un objeto de lujo para los ricos, un instrumento científico para los filólogos...; pero nunca será lengua del pueblo, lengua viva. Haced caso omiso de lo segundo, y el euzkera irá rápidamente retirándose hacia los más escondidos reductos de sus montañas, para extinguirse.... Haced el euzkera necesario, en grande o pequeña escala, a la vida social y será posible escribir textos euzkéricos y fundar escuelas para adquirir en nuestra lengua cualquier género de conocimientos”.

Sabino Aranari zor diogu, oraindik ere, bere jokabide eta emaitza eskergei dagokien omena. Inondik ere onargarri ez diren gutxiespen gainetik, Aranak benetan merezi du gu guztion onespen intelektuala, nekez aurkituko dugu-eta bere garaian beste bat hura bezain aitzindari, eragile, suspertzaile eta eraberritzaile, beti ere ideia, urraspide eta abiapuntu berriak harrotzeko eta jorratzeko gertu. Oraindik ere zorretan gauzka Aranak eta, besteak beste, politikan, kulturan zein gizarte-arloan egindako lan galantaren zabalkunde zintzoa zor diogu.
Vivimos un tiempo de encrucijada. Tiempo de oportunidad, aunque no exento de amenazas, para Euskadi y los vascos. Tiempo de buscar caminos para transitar en el nuevo siglo XXI. Para desarrollar y actualizar nuestras estrategias. Manteniendo los mismos retos y objetivos: la pervivencia y el desarrollo de Euskadi. Y proclamando los mismos principios: la defensa de la democracia y de los valores cívicos como principios inspiradores de nuestro proyecto nacional vasco. 

Ni tú sobre mí, ni yo sobre ti era el fundamento político de los defensores de los fueros. Esto es, decisión y pacto. Como las palabras manuscritas por Tony Blair en un ejemplar del Scotland Act, en la sede del Parlamento de Edimburgo: Scotland and England together on equal terms. Ése es también nuestro principio político. Porque somos un pueblo que no está dispuesto a someterse a nadie, en la misma medida y por las mismas convicciones por las que tampoco pretende imponerse contra nadie. Somos un pueblo que quiere adoptar sus decisiones en base a la libre voluntad democrática de sus ciudadanos. Decisiones vinculadas al acuerdo, al pacto.

En primer lugar, el pacto interno en la sociedad vasca. Este país lo tenemos que construir entre todos, de forma pactada, con mayorías amplias. Decíamos en el documento del EBB de octubre de 2005, que el pacto y la no-imposición es el procedimiento por el que se establecen las reglas de juego de las sociedades avanzadas. Y que debemos diferenciar el juego político de las mayorías frente al acuerdo amplio que se requiere a la hora de definir una comunidad. Lo cual requiere un consenso suficiente entre diferentes.

En segundo lugar, un pacto con el Estado, para lo cual proponemos una fórmula precisa en el documento del EBB, a través de un binomio inseparable y mutuamente condicionado. Es decir el consenso amplio e integrador en Euskadi, que exige simultáneamente el respeto en las Cortes Generales al acuerdo alcanzado en Euskadi. Y con una decisión de la ciudadanía vasca sobre ese Acuerdo previo. Es el modo de garantizar avances sólidos en base a la voluntad de la sociedad vasca. Porque no olvidamos que EAJ-PNV fue creado con vocación de ser “la expresión política de las mayorías vascas”. Y este legado es el que debemos seguir protegiendo en el siglo XXI.

Laburbilduz, hitzarmenaren eta akordioaren zale gara. Gure ustez, autogobernua bi zutabetan baino ezin da oinarritu: batetik, gure gizartearen etorkizuna elkarrekin eta askatasunez erabakitzeko ahalbidea; eta, bestetik, hitzarmen-borondatea, bai euskal gizartearen barruan eta baita Estatuarekin ere. Eta gure aldetik ahalegin guztia egingo dugu euskal hiritarren erabakia errespetatua izan dadin, uste osoa bait dugu euskal hiritarren indarra bere autogobernua defenditzen duen gizartearengan baino ez dagoela.

Tenemos una firme voluntad de seguir construyendo nación vasca. Desde las instituciones, desde la sociedad civil, desde la ciudadanía. Lo decíamos en el año 1991 en un Manifiesto de Aberri Eguna titulado “Hacer nación día a día”. Decíamos algo que es de plena actualidad dieciseis años más tarde:

La reflexión que hemos hecho en el PNV en torno al Aberri Eguna de este año se refiere a la contraposición de quienes entienden el nacionalismo a partir de una definición nítida y previa del marco jurídico-político, necesaria para iniciar la construcción de la nación vasca, y quienes pensamos que la nación se hace día a día desde el interior, desde la potenciación de la economía, el bienestar y la defensa de nuestras señas de identidad.

Hau izan da garrantzi handiko uneetan Euzko Alderdi Jeltzaleak izan duen jarrera: garai eta egoera bakoitzak eskaini dizkigun aukerarik egokienez baliatu eta euskal aberria jorratzen jarraitzeko erantzukizunaz arduratu, helbururik handienak albo batera utzi barik eta gizakiak egituren menpe jarri gabe. Gure herrialdearekin, Euskadirekin, konprometitutako hiritarrak ditugu eta Europan zehar bide egin beharko dugu lehenik, ondoren munduan gure tokia aurkitu ahal izateko. Beti ere euskal aberria eraikitzen jarraitzeko eta unean uneko euskal hiritarrok hartzen joango garen erabaki demokratikoekin bat eginez. Gaur egungo erronkak desberdinak dira, XXI. mendeko erronkak dira, baina gure helburua, EAJren helburua, betiko berbera da: Euzkotarren aberria Euzkadi da.

Y para llevar adelante este reto, nos hace falta un liderazgo de largo alcance que plantee objetivos movilizadores en esta época de desencanto político y compromiso escaso. Identificando nuestras oportunidades de diálogo con la sociedad vasca, que reacciona con madurez y decisión a los retos planteados en positivo, en clave de sumar voluntades. Escuchar, interpelar, percibir el pulso de las mayorías sociales ha sido la clave del éxito del Partido Nacionalista Vasco. Hemos ejercido el liderazgo político durante todos estos años porque nadie como nosotros ha sabido conectar y hacer un proyecto atractivo para las mayorías y los sectores sociales más dinámicos del País, desde el respeto hacia los que no piensan como nosotros y procurando siempre convencer con mejores argumentos. Es la clave: escuchar la polifonía de la sociedad vasca y proponerle objetivos ambiciosos. Objetivos ambiciosos en tres retos fundamentales para construir pais: 

- El reto de la identidad.
- El reto de la innovación. 
- El reto de la solidaridad. 

El reto de la identidad para seguir siendo vascos en un mundo abierto, con una identidad en la que nos reconozcamos y nos reconozcan, como decía Eduardo Chillida de su obra, “con las raíces en tierra vasca, y las ramas y hojas abiertas al mundo”. Muy en línea con el eman ta zabal zazu del bardo de Urretxu, adoptado como lema por la UPV-EHU. 

Los pueblos como Euskadi, con una clara voluntad de autogobierno, necesitan una identidad social e institucional firme para afrontar con fuerza el futuro. Y esa identidad es más fuerte cuanto más abierta, integradora y respetuosa de sus diferencias interiores es. La realidad de la nación vasca se visualiza más como identificación libre y voluntaria que como identidad que nos atara a un pasado inamovible. Una nación que debe su fuerza a una concepción inclusiva de la identidad, que valora su pluralismo interno y su complejidad social. Los valores de EAJ-PNV son una formulación en positivo e integradora de la identidad, de la libre adhesión, en un contexto de pluralismo identitario, cultural, lingüístico, religioso y político. Porque para un partido humanista como el nuestro, los derechos de las naciones no se construyen contra los derechos de las personas sino partiendo de ellos.

Berrikuntzaren erronkaz, sormenaren erreferente bilakatu behar dugu Euskadi. Hezkuntzaren, prestakuntzaren zein aukerabideen erreferentea, hain zuzen ere. Horrela, Euskadi garapen eta bizi-kalitatearen aitzindaria izango da munduan. Euskadik indarrean jarria duen egitasmorik baliotsuena pertsonei zuzendutakoa da, gure herrialdeak duen aktiborik garrantzitsuena pertsonak baitira.

El reto de la solidaridad, para que nadie se quede en el camino. Para que las personas golpeadas por la vida tengan las mismas oportunidades de desarrollo, de formación, el mismo acceso a la salud. Para que las personas excluidas y los colectivos minorizados vean reconocidos sus derechos. Para conseguir la plena igualdad de las mujeres, que debemos asumir como una cuestión de justicia democrática. En definitiva, para que nuestro pueblo sea de personas que caminamos juntas.
Estos son los retos que tenemos ante nosotros para construir el futuro. Y eso será posible si seguimos preservando los valores de la entrega, el trabajo, la honestidad, la generosidad y el compromiso. Es el legado de nuestros mayores. Fuerza, eficacia y honradez, como dijera D. Juan de Ajuriagerra.

Gure alderdiak bide horretatik jarraitu behar du. Munduan zehar aldatzen ari diren pentsamolde, egokitzapen, jokabide eta estrategia berriak miatu eta aztertu beharko ditugu, eta han-hemenka sortzen diren eztabaiden inguruan tentsio aktiboari heldu. Guzti honek, Alderdi bateratua eskatzen du. Bere burua eraberritu nahi duen alderdiak ezin du, momentu oro, traidore bila bere indarrak alferrik galtzen aritu. Jarrera hau ezin da alderdia eraberritzeko tresnarik egokiena izan. Horrek ez digu erronka berriei erantzuteko batere balio, alderantziz baizik.

Hemos pasado un tiempo difícil. Los procesos internos de cambio en nuestro Partido generaron diferentes alternativas que en algún momento han supuesto división, y la sociedad así lo ha percibido. El debate es bueno, es necesario para que el partido siga vivo. Pero hay que abordarlo con serenidad y lealtad. Desde el trabajo en común. Los procesos deben ser estrictamente democráticos, deben ser sinceros y honestos. Y algunos tenemos la responsabilidad añadida de favorecer las soluciones integradoras. Con objetivos claros, con proyectos movilizadores y con las personas adecuadas para ponerlos en valor. La sociedad vasca que se identifica con el nacionalismo democrático nos está reclamando unidad y cohesión. 

Como presidente del Euzkadi Buru Batzar hago una apelación a que seamos capaces entre todos de lograrlo. Las personas no deben ni debemos ser obstáculo para ello. Somos parte de un proyecto. No seríamos leales a ciento doce años de historia si lo condicionásemos a la prevalencia de una u otra persona al timón de la nave. Mucha gente ha dado lo mejor de sí mismo, incluso la vida, por la causa de la libertad que es también nuestra causa, la causa del Partido Nacionalista Vasco. Nunca deberíamos olvidar que nos ha precedido mucho sufrimiento, mucho exilio, mucha cárcel, mucha represión, y que la causa del Pueblo Vasco ha costado muchas vidas. Nuestro deber ético y político es fortalecer la cohesión interna del Partido Nacionalista Vasco. Poner lo mejor de nosotros mismos para conseguirlo. Es el mejor servicio que podemos ahora hacer a los valores que representamos. Al igual que en aquella Asamblea de Iruñea de la primavera de 1977, Batasuna ta Indarra es nuestro lema. La unidad es nuestra fuerza. 

Pongámonos manos a la obra. Con convicción. Porque una voluntad nacional es indiscutible cuando ha sido asumida por su ciudadanía. Esa es la convicción democrática que nos hace fuertes: la afirmación de que si es la voluntad ciudadana la que constituye la nación, no hay ninguna razón que limite su vocación de construir libremente su futuro. El hecho de que aprendamos del pasado, aunque no determinados por él, es lo que legitima la apuesta para que el futuro esté abierto a nuestra voluntad democrática.

Euskal hiritarrek elkarbizikidetza eta bakea helburutzat dituen etorkizuna nahi dute. Gure gizarte honetan bizi diren sentsibilitate politiko guztien artean eraikitako Herria nahi dute. Euskal Aberri ireki, moderno eta integratzailea, denon artean onartutako balioetan oinarritu behar da lehenik eta, ondoren, desberdintasun guztiei joko eman. Euzko Alderdi Jeltzalearen ustez, euskal aberriak askatasunean, berdintasunean eta elkartasunean partekatua izan behar du nahi eta nahi ez, hiritarren aberria, jatorria, ideologia eta nortasun-sentimendua edozein izanda ere.

La pluralidad ideológica, identitaria e institucional forma parte de nuestra historia y de nuestra cultura y probablemente así seguirá siendo en el futuro, sin que ello suponga renuncia alguna a nuestro proyecto político propio. 

o Si somos capaces de trabajar unidos…
o Si nos esforzamos por convencer y ganar adhesiones…
o Si trabajamos para lograr estar en punta en las transformaciones sociales… 

… ganaremos un futuro por el que habrá valido la pena comprometerse. Porque habremos alcanzado un avance cualitativo en el autogobierno. Y una sociedad avanzada, creativa, comprometida con sus valores y volcada en las personas, hombres y mujeres. Que son nuestro principal valor.

Lehengo asaba zaharren baratza,
oraingo Euskal Hiria,
betiko Euskal Herria.
Euskadi, gure aberria

Eskerrik asko!