Iñaki Anasagasti
25Mayo
2007
25 |
Opinión

EL CIERRE DE RCTV

Iñaki Anasagasti
Mayo 25 | 2007 |
Opinión

Quedan tres días. El domingo a las doce de la noche, la cadena Radio Caracas Televisión (RCTV), fundada en 1953, apagará su señal. El Gobierno de Hugo Chavez la acusa de golpista y no le concederá la renovación de la licencia. Parte de sus 3.000 trabajadores irán al paro, los culebrones que le han hecho famosa perderán su mejor plataforma y un cuarto de hora después empezará a emitir en su lugar la cadena pública Fundación Televisora Venezolana Social (Teves), cuyo contenido se dio a conocer el lunes. El antichavismo pierde así su alminar más alto, un canal con más de un 30% de difusión.
Victoria suicida 

El Gobierno venezolano, con el agua al cuello, cerrará RCTV (Radio Caracas Televisión). Un grupo oficialista está contra esta medida por el costo que implica nacional e internacionalmente y le han presentado a Chávez alternativas para no hacerlo. Sin embargo, la decisión del caudillo es propinar un castigo ejemplarizante. Esta decisión brutal, injusta, escandalosa y sólo basada en motivos políticos, es un punto de quiebra en la relación del régimen con el país. Nadie sabe cuánto durará Chávez aferrado al poder, pero con esta disposición triste, hija de la barbarie y del despotismo, se cierra una etapa. 

GANANCIAS. El Gobierno cierra RCTV y transmite un mensaje. Le dice al planeta entero que tiene el poder como para hacerlo, a despecho de críticas, presiones y protestas. Esta clausura arbitraria es un acto de poder imperial. Tiene el sabor del "me da la gana". Ninguna queja es tomada en cuenta; ningún diálogo es posible; ninguna defensa es respetada. Se trata del bulldozer que entra, inmisericorde, sobre el hogar y lo derriba con la gente dentro. Tal conducta tiene efectos; el más importante de los cuales es la intimidación; al menos, cierta intimidación. Ya se ha visto cómo la mayoría de los medios se restringe en sus tonos; varios medios practican abiertamente la autocensura, mientras otros fragmentan su audiencia: en una parte, critican a sectores del Gobierno, y, más allá, se alían con el ala "buena" del chavismo. 

Se suprime la protesta y se procura meter miedo para que los venezolanos se abstengan de decir su rabia y su descontento. Es el mismo método empleado para combatir la delincuencia: de acuerdo con la nueva tesis hay unos seres humanos que reciben tiros y sus muertes son homicidios; hay otros que se le atraviesan desprevenidamente a las balas y sus defunciones no son homicidios, sino errores del muerto. No es que los matan, sino que se mueren. 

El Gobierno de Chavez gana espacio con esta medida arbitraria. Chávez le da carne a sus leones más glotones y miserables. Logra intimidar a los vacilantes. Hace retroceder a los débiles. Consigue que el acto de mandar sea una demostración de ilegalidad impune. PÉRDIDAS. El costo en el que el Gobierno incurre por el cierre de RCTV es inestimable. El más importante de los resultados no ha sido computado todavía adecuadamente y es que ya no puede engañar con su fachada electoral fraudulenta. 

Como es de conocimiento público, la disidencia democrática ha estado dividida cuando se trata de considerar la naturaleza del proceso chavista. Unos lo han visto como un caso de autoritarismo extremo que no acepta ni aceptará su relevo por la vía de elecciones democráticas normales, mientras que otro sector lo aprecia como un régimen de rasgos autoritarios pero que deja -de grado o por fuerza- vías abiertas, que eventualmente puedan conducir a su sustitución cuando la oposición sea mayoría (esta franja aprecia que la disidencia no es mayoría). Sin embargo, la medida despótica contra el canal 2, que se suma a los múltiples atropellos recientes, es el elemento que, para unos y para otros, parece configurar un umbral de no retorno. Al margen de si conviene o no participar en alguna eventual votación organizada por un CNE (Consejo Nacional Electoral)como éste, que de nuevo auspiciará el fraude, lo cierto es que las ilusiones se han disipado. 

Hay una convergencia entre la oposición "dura" y la "light". No sólo esta última ha entendido que las rendijas abiertas por el Gobierno son ilusorias, sino que también aquélla ha aprendido que la desesperación, la aventura y la precipitación, no conducen a victoria alguna. No hay unidad, pero hay más áreas comunes.
Una enseñanza fundamental ha sido obtenida. La lucha en esta etapa no ha sido de grandes manifestaciones, salvo la gigantesca de la semana pasada. Esas marchas son importantes, pero son un elemento más, dentro de un complejo proceso de desgaste del régimen. La difusión de la arbitrariedad oficial y la demostración de que el cierre de un canal de TV no sólo afecta a los adversarios del Gobierno, sino a sus partidarios, constituyen factores que han generado un estado de opinión galvanizado. Desde esta perspectiva, la resistencia al Gobierno se ha hecho ampliamente mayoritaria, cuestión que debería funcionar ilustrativamente hacia los que, dentro de la oposición, profesan como dogma el que Chávez siempre es mayoría. Hasta para las encuestas de goma, hoy, la disidencia es mayoría en contra del atropello. 

Un ingrediente importante es la reacción que se observa en Venezuela frente a los intentos de regimentar la vida de los seres humanos. El postulado de estos bárbaros siempre ha sido el de pensar que saben mejor que los ciudadanos lo que a éstos les conviene. Es decir, perennemente tienen un propósito pedagógico cuando blanden sus sables y disparan sus fusiles, cuando encarcelan y reprimen, cuando exilian o matan; siempre están educando a alguien. Así, se proponen prohibir el cigarrillo y el licor, la música del imperio, el arte decadente, el consumo conspicuo, los viajes a Miami, el gusto por esas chocarrerías burguesas como las casas y los autos y, no podía faltar, quieren controlar lo que se ve en televisión con el objetivo de modelar conductas. Estos intentos moralizantes los han compartido desde Hitler y Stalin hasta Fidel Castro, Franco, y Chávez. Son los exégetas infernales, siempre en el ejercicio de la pedagogía de los tiranos. Practicantes monstruosos de la máxima según la cual la letra, con sangre, entra. 

BALANCE. En esta pelea los costos superan en mucho a los beneficios obtenidos por el Gobierno. Hasta para los contemporizadores, Chávez dejó de ser el venático líder que daba manotazos sin orden ni concierto; ahora se le reconoce como el jefe de un neoautoritarismo implacable cuyo propósito más importante es conservar el poder, eliminar toda posibilidad de relevo democrático, someter al ahogo cualquier disidencia, y hacer de quienes discrepen unas sombras, unos no ciudadanos, exiliados en su propia tierra. 

Si hubiese una molécula de sensatez ordenaría para que abriera una retirada honrosa al Gobierno. 

Después, Chávez aparecería diciendo que respeta los poderes y se saldría de la suerte como con lo del etanol y Lula. Recuérdese que después de gritar contra el etanol, llegó a la reunión de Margarita y con todo desparpajo dijo que siempre le había gustado el etanol, que, es más, hermano Lula, ayúdame a producirlo para vendérselo a los gringos. 

Sin embargo, no parece probable un retroceso. Quieren provocar una confrontación ya. Quieren que alguien se alce por la libre, para aplastarlo. Quieren justificar la represión. No hay que complacerlos. El tiempo llegará y lo escogerá el país democrático. Inexorablemente, pero sólo cuando la hora sea llegada.

ESCOCIA CAMINA HACIA LA INDEPENDENCIA 

Igual que ocurre con el PSC y el PSOE, los liberal-demócratas escoceses e ingleses mantienen una estrecha relación, pero Londres no puede imponer las decisiones políticas de Edimburgo a Edimburgo. Y aunque el liderazgo británico prefería repetir la coalición con los laboristas que ha estado gobernando en Escocia los últimos ocho años, todas las presiones fueron resistidas, porque impedir la formación de gobierno al partido más votado habría provocado un invisible rechazo por parte del electorado. Los liberal-demócratas no querían correr ese riesgo después de unos malos resultados en los que han perdido escaños tanto a manos de los nacionalistas como de los Tories. 

“Se va a tratar de un auténtico desafío, pero vamos a negociar apoyos parlamentarios con las distintas formaciones según en qué consista cada ley”, dijo Salmond en su primer discurso como primer ministro escocés. El laborista Jack McConell, que le ha dado el relevo, anunció que su partido no va a oponerse porque sí a las iniciativas del SNP con el único fin de derrocarlo, pero que va a ejercer con firmeza el papel de principal fuerza de la oposición. 

“Como dijo Voltaire, todo gobierno necesita pastores y carniceros, pero creo que a Salmond le convendría más el papel de un pastor que dirija humildemente su rebaño y busque consensos, en vez de pretender imponer políticas para las que no existe apetito en Escocia", advirtió McConell, que por el momento ha sobrevivido como líder del Labour escocés a pesar de su impopularidad y de haber llevado al partido a la más sonada derrota desde la década de los cincuenta, cuando el país se recuperaba de la Segunda Guerra Mundial. 

Salmond hizo campaña con la promesa de presentar en cien días un programa para la independencia, como primer paso para la convocatoria de un referéndum soberanista en el 2010. Pero tan sólo uno de cada cinco votantes se declara partidario de romper la Unión, que hace tres siglos que existe, pese a que el SNP mantendría la libra esterlina y a la reina como jefa de Estado. La necesidad de gobernar en una minoría precaria complica seriamente ese objetivo. 

Los nacionalistas escoceses confían en demostrar al frente del Ejecutivo su capacidad para gobernar el país de una manera sensata y convencer al electorado de que no pasaría absolutamente nada si administrasen un país independiente, con el control de los recursos del petróleo del mar del Norte, integrado en la Unión Europea, y con una política fiscal similar a la de Irlanda para atraer inversiones extranjeras. “Escocia -reiteró Salmond- tiene el potencial para ser el mejor país pequeño del mundo”.

ES FASCISMO, NO ABERTZALISMO


Hay que empezar o, quizás, continuar, llamando a las cosas por su nombre. Independientemente de que la ley de Partidos sea una iniciativa del peor Aznar, avalado por Zapatero cuando consideraba que debía hacer esas cosas para vender tranquilidad al votante español, lo de Batasuna, lo de Barrena, lo de Alvarez, lo de Otegi y compañía no es abertzalismo, sino fascismo. Si, fascismo. 

El que a esta gente le de lo mismo que pongan una botella inflamable debajo de un coche. El que no digan nada ante la interrupción de los mítines. El que anden intimidando al personal, sobre todo en localidades pequeñas, el que lancen un botellón de butano en el batzoki de Lekeitio, no es abertzalismo, es fascismo. Y debemos llamar a las cosas por su nombre. 

En esa izquierda radical y sin alma hay cada vez demasiados componentes antisistema. Lo que en Catalunya existe con los okupas y en Madrid con las bandas urbanas, aquí lo tenemos todo eso concentrado, como el ketchup, en esta HB violenta que calla ante el delito y no tiene el menor código ético. 

Se que en ese mundo hay todo, si, pero también este componente fascista que si lo más sano de HB no lo denuncia terminará siendo engullido por ella. 

Y es que eso no es abertzalismo, eso es no querer al país y a sus gentes, eso, simplemente, es fascismo. Y así hay que llamarlo.

GLUCKSMAN Y GERNIKA

Antiautoritario emblemático, nació en una familia emigrada “austriaca, judía y resistente”. Se afilió al Partido Comunista falsificando su fecha de nacimiento para darse de bruces con “una estupidez enorme, terca e inquebrantable”. Admiró y luego rechazó a Napoleón y a Stalin y abominó del comunismo por efecto del estalinismo. En 1975 publicó “La cocinera y el comedor de hombres” –subtitulado “Ensayo sobre el marxismo, el Estado y los campos de concentración”–, una obra que transmitía una revolución a flor de piel contra “la mayor mentira del siglo: el comunismo. 

Confiesa que, en las recientes elecciones francesas, hizo campaña y votó a favor de Nicolás Sarkozy “porque era el candidato más a la izquierda. Y si se preocupa del problema fundamental de la gente de la calle, es decir, del paro, y lo sitúa como el asunto prioritario de su programa, Sarkozy es para mí el candidato de lo que yo denomino la izquierda. Y de hecho tuvo la mayoría en departamentos obreros y socialistas del norte”
Acaba de pasar por Madrid a cuenta de la traducción de su libro autobiográfico “Una rabieta infantil” y ha comentado aspectos de interés sobre su vida y su visión de las cosas. 

La prensa española le ha dedicado amplios espacios porque es un filósofo agudo y comprometido. Me gustó lo que dijo sobre Gernika porque quienes nos niegan la posibilidad de traslado del cuadro omiten que Picasso pintó el lienzo como consecuencia de una barbarie concreta. 

He aquí lo que dijo sobre Gernika y sobre Chechenia: 

“Como estoy en España, me gustaría referirme al Guernica. Picasso no sólo acusaba a la Legión Cóndor. Lo que denunció en su cuadro, y que sólo se entendió después de la Segunda Guerra Mundial, fue el silencio del mundo entero que permaneció impasible ante las bombas que asesinaron a miles de civiles que acudían al mercado. Es lo que ha pasado con Chechenia, donde han muerto entre 200.000 y 250.000 habitantes y donde otros 200.000 son refugiados, y nadie ha dicho nada. Se ha perdido la oportunidad de frenar una masacre que ha generado unos efectos demoledores. Ha acabado con la libertad de prensa en Rusia y la vida destrozada en el interior de Chechenia ha servido, además, de pretexto para el terrorismo suicida. Los errores cometidos por los rusos allí tienen muchos paralelismos con los que se cometieron en Afganistán. Durante diez años destruyeron las estructuras mentales de la población afgana y sobre sus ruinas se instalaron los gánsteres y los fanáticos musulmanes. Si se sigue la secuencia, hay un hilo que surge en Afganistán y termina en Manhattan, en los atentados del 11-S. Y, en el caso de los chechenos, en la toma del teatro moscovita y en el horror de la escuela de Beslan. Para entender lo que pasa allí hay que ponerse simultáneamente en el lugar de los 40.000 niños que los rusos han asesinado en la guerra de Chechenia y en de los que murieron en esa escuela de Beslan cuando las fuerzas rusas fueron a liberarlos.


NUEVAS IDEAS CONTRA EL DECLIVE DE LA DEMOCRACIA 

La decepción ante la política tradicional y los nuevos fenómenos de la globalización son analizados, en busca de nuevas ideas, por el sociólogo Michel Wieviorka en conversación con una docena de intelectuales reunidos en Paris para componer La primavera de la política, que acaba de editar Libros de Vanguardia.
Una docena de intelectuales se reúnen para analizar el mundo y la síntesis ocupa poco más de cien páginas. Parece chocante, pero así es este singular ejercicio de análisis gestado por el sociólogo Michel Wieviorka, colaborador habitual de La Vanguardia, en La primavera de la. Ideas para acabar con el declive de la democracia tradicional, un nuevo titulo de Libros de Vanguardia que fue presentado por el autor y por Toni Batllori, el ilustrador de una portada que aun va más lejos en el resumen: “Los políticos van por un lado y la gente va por otro”, explica el humorista. 

¿Que hacer ante esta situación? Es lo que se plantearon Michel Wieviorka y Joao Caraça, de la Fundación Gulbenkian de Lisboa, mientras se lamentaban, en una cena, “por el unilateralismo mundial y el declive de la política”, explica el sociólogo. Decidieron reunir a una serie de intelectuales para debatir. Además de ellos mismos, acudieron Élie Barnavi, Alain Touraine, Elias Sanbar, Judit Bokser Liwerant, Isidro Cisneros, Nilüfer Gölem Pasquale Pasquino, Asaf Savas Akat, Simonetta Tabbopni, Sergio Zermeño y Giovanna Zincone. “Nadie había preparado un texto y la discusión circulo en todas direcciones”. Fueron tres días de encuentro, con un resultado de mil páginas, en las que trabajo Wieviorka. Las ediciones en castellano y catalán aparecen tres meses después de la francesa. 

“El punto de partida era la crisis de la representación política, y nos dimos cuenta de que todos, lo mismo un turco que un mexicano sentíamos lo mismo: la gente no confía en los partidos, los actores políticos merecen muchas criticas, aumenta el abstencionismo y hay un ascenso de los extremismos...”, explica Wieviorka. “Los fenómenos, hoy, son locales nacionales y mundiales a la vez”, y los políticos, habituados a los temas clásicos de la economía, de las pensiones..., no saben como responder. El fenómeno religioso, la ampliación del espacio público a nuevos colectivos y el auge del individualismo, que la izquierda europea no sabe como afrontar, son algunos de los temas que señalo el autor. 

Pero, como destaco al principio Toni Batllori, los autores, “siendo intelectuales, no son dogmáticos y no dan recetas”. No se trata de eso, sino de generar ideas y, además, “la realidad es tozuda”. Aunque a veces lo es para bien. 

“No me esperaba lo que ha pasado en Francia en los últimos seis u ocho meses –reconocía el sociólogo-. Quiere decir que se puede volver a empezar y que Francia vive una primavera política. Se han apasionado por la campaña electoral, ha habido mítines con 15.000 personas, se han comprado periódicos...!. Todo un debate para elegir presidente que, unido a la alta participación en las urnas y al hecho de que “los candidatos dijeron que darían mas peso al Parlamento”, apunta a que “la idea de hacer política ha renacido en Francia y, en este sentido, este libro llaga a tiempo.

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