JUAN JOSE IBARRETXE<br>
Declaración “Gernika por la Paz”
26Abril
2007
26 |
Otros documentos

JUAN JOSE IBARRETXE
Declaración “Gernika por la Paz”

JUAN JOSE IBARRETXE<br>
Declaración “Gernika por la Paz”
Abril 26 | 2007 |
Otros documentos

El bombardeo de una población civil desborda la lógica de la guerra, pero no es extraño, porque la guerra rompe el dique que contiene todos los límites: el respeto a la dignidad humana. Por eso, es y ha sido tan frecuente que la población civil sea víctima de las acciones bélicas. No podemos rememorar el 70 aniversario del bombardeo de Gernika sin acordarnos de las víctimas de las guerras de hoy y sin reflexionar sobre como evitar las de mañana.
La mirada del mundo actual, de los ciudadanos y ciudadanas del siglo XXI, es cada vez más severa con la guerra. Afortunadamente. Esto es esperanzador. Cada vez es más impopular, más costosa para quien la promueve. La guerra es mala, indeseable, inconveniente e incompatible con nuestro modo de vida. Nuestra forma de mirar y rechazar la guerra es pragmática, “la paz es mejor que la guerra”, y bien intencionada, “la guerra no está bien”. Pero esta simple disposición no es suficiente para frenar los bombardeos de hoy y del mañana, porque la guerra se ha amparado en una sublimación ética de si misma. 

Necesitamos cambiar el viejo adagio de “Si quieres la Paz, prepara la guerra” y alumbrar uno nuevo: “Si quieres la Paz, prepara la Paz”. La paz necesita además de una perspectiva pragmática y bien intencionada, una sublimación ética de sí misma de similar fuerza a la que durante siglos sustentó la idea de la “guerra noble”. Nos interesa la paz, deseamos la paz, pero además, nuestra adhesión a la paz necesita un fundamento sólido asentado en el fondo de nuestra conciencia. Así, habremos de comprometernos con la paz porque es un proyecto ético, el principal y más importante del ser humano. Su primer deber. 

El cumplimiento de nuestra condición de seres humanos requiere hacer de la paz nuestro valor supremo, la primera prioridad de la persona, por encima de cualquier otra. Sabemos que somos limitados, que no somos capaces de una paz completa, porque ésta está hecha de fragmentos de paz y de fragmentos de justicia que se agrupan imperfectamente. Pero sabemos que esa paz fragmentada e imperfecta puede ser una paz libre de guerras y bombardeos. Cada persona representa uno de esos fragmentos contradictorios. Nuestro compromiso de paz, de justicia y de respeto a la dignidad humana, sublimado como prioridad número uno del ser humano, es la única barrera que puede impedir el paso a las guerras y a las violencias de hoy y de mañana. 

El proyecto ético de la paz tiene implicaciones muy claras: necesita un compromiso incondicional con las vías dialogadas y diplomáticas. El diálogo no es posible ni auténtico sin empatía y acción frente al sufrimiento, la injusticia y los desequilibrios, sin reacción ante la pobreza, el hambre y el subdesarrollo. Supone compromiso con la dignidad de la persona, los derechos humanos, y el pluralismo. Implica respeto a la diferencia y aceptación mutua. El diálogo es confiar en lo mejor del ser humano y crear condiciones para que lo mejor del ser humano pueda actuar. 

Cuando han pasado 70 años del bombardeo de Gernika, la sublimación ética de la paz significa necesariamente mirar a lo concreto, comprometerse con la paz en Euskadi y en cada rincón del mundo. Aquel acontecimiento es un espejo en el que hoy se retratan los bombardeos de injusticias que lo recorren y nos permite ejercitar la empatía con las 30 guerras abiertas, todavía hoy, en nuestro planeta. Mientras exista una sola de ellas, el ser humano seguirá teniendo una asignatura pendiente porque no habrá conseguido desplegar su proyecto más trascendente, genuino y prioritario, el proyecto ético de la paz. 

Gernika, a 26 de Abril de 2007

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