POSICION DE EAJ-PNV ANTE LA SITUACION POLITICA Y EL FINAL DE LA VIOLENCIA
Transcurridos dos meses y medio desde el atentado de Barajas, EAJ-PNV quiere, antes de nada, transmitir un mensaje de serenidad a la ciudadanía en un momento en el que la crispación y la tensión se adueñan de algunos sectores del arco político y la sociedad.
ETA puso varios centenares de kilos de explosivo y asesinó a dos personas. A su vez, ETA ha provocado una situación de convulsión política en la que la temperatura sube cada día y amenaza a la convivencia social y democrática. Ni el más diabólico estratega de ETA hubiese soñado con el efecto desestabilizador de la bomba de Barajas. Así, mientras Batasuna se permite el lujo de exigirnos a los demás partidos respuesta a las propuestas políticas que cada fin de semana saca de la chistera, el insulto, la descalificación y la tensión se adueñan de los Parlamentos y de la calle, gracias a la mano de la política de crispación liderada por el Partido Popular.
Por obvio que sea, no podemos dejar de insistir en una afirmación que cobra hoy más sentido que nunca. La ruptura del alto el fuego y el momento que vivimos tuvo sólo un culpable. El que decidió ejercer la violencia y matar: ETA. Pero el efecto amplificador de aquel atentado en la quiebra de la convivencia social y política está siendo promovido por la falta de responsabilidad de aquellos que han convertido el terrorismo y la lucha anti-terrorista en arma de actuación partidista. Hoy ETA es operativamente más débil que nunca. Hoy, el entorno político y social de ETA está más reducido que nunca en nuestra sociedad. El rechazo a la violencia en todas sus formas o expresiones, sea de alta o baja intensidad, es mayor que nunca. Sin embargo, la capacidad de desestabilización social de ETA, alcanza niveles que no se recuerdan desde primeros de los 80.
No queremos pensar en las consecuencias que determinado tipo de atentados tendrían en este clima político y social. Pero es nuestra responsabilidad alcanzar unos mínimos de acuerdo que eviten las consecuencias de una eventual hipótesis de este tipo. Un atentado de ETA no nos puede pillar con los puentes rotos, porque estaremos lanzando una señal a ETA de que tiene capacidad, aún siendo débil y teniendo escaso apoyo social, de enfrentar a la sociedad y a sus representantes políticos.
Por responsabilidad, deben trabajarse unas bases mínimas de acuerdos entre partidos sobre:
- Rechazo y condena conjunta del terrorismo, soporte a los mecanismos policiales para hacer frente al mismo.
- Solidaridad y apoyo a las víctimas sin utilizaciones partidistas.
- Discurso de deslegitimación del terrorismo diciendo claramente que el mismo no es derivada natural de problemas políticos existentes y que el futuro político de este país no se puede negociar con ETA.
- Aplicación de los mecanismos del Estado de derecho sin políticas de excepción y con respeto escrupuloso de los derechos humanos, y
- Prever abordar un cierre dialogado cuando haya condiciones para ello. Es decir, cuando haya voluntad inequívoca de querer poner fin de forma definitiva a la violencia.
Este es un camino de acuerdo mínimo entre partidos que la sociedad nos exige, en el que la aplicación de unas medidas determinadas de política penitenciaria a un recluso u otro tipo de actuaciones de una institución en el ámbito de sus competencias no puede provocar el grado de descalificación y de crispación que producen. Al Partido Popular habría que recordarle uno de los puntos de aquel Pacto anti-terrorista que él mismo promovió, que, textualmente, decía: “manifestamos nuestra voluntad de eliminar del ámbito de la legítima confrontación política o electoral… las políticas para acabar con el terrorismo”. En definitiva, debemos parar esta máquina de tensión social y política, que todos sabemos como empieza, pero nadie imaginamos siquiera cómo puede terminar. Hacemos en este sentido un llamamiento a todas las opciones políticas para que, sin menoscabo de la defensa de sus propios ideales, la lucha contra el terrorismo no sea en ningún momento motivo de división y menos aún utilizada como arma electoral.
Además, es necesario empezar a vislumbrar y trabajar ese final de la violencia. Batasuna nos pide una posición y capacidad de propuesta a los partidos políticos, entre ellos a EAJ-PNV, para que pueda avanzarse en ese final. Queremos subrayar que nuestra posición recogida en la “Iniciativa de EAJ-PNV. Elkarbizitzarako Bake-bideak. Ante el final dialogado de la violencia y la normalización política”, la aprobó el EBB por unanimidad el 10 octubre de 2005. Año y medio más tarde, nuestra iniciativa sigue en vigor a todos los efectos.
Y en virtud de este documento, hemos definido claramente que el cese de la violencia es lo único que puede marcar el comienzo de un proceso de paz, aunque no suponga, en sí mismo su culminación. Lo decíamos en nuestro documento de octubre de 2005. El cese de la violencia es la llave de un proceso. Por tanto, Batasuna ha tenido un mensaje claro y nítido por parte del Partido Nacionalista Vasco en respuesta a sus reflexiones políticas sobre las formulaciones de la articulación político-institucional futura de Euskadi.
Independientemente del debate respecto a que las posibilidades planteadas por Batasuna están ya recogidas no sólo en la propuesta de Nuevo Estatuto aprobado por el Parlamento Vasco en diciembre del 2004, sino incluso en el ordenamiento vigente en el artículo 2 del Estatuto de Gernika en lo referente a la previsión respecto a Navarra, en la Disposición Adicional Segunda de la LORAFNA o en la Disposición Transitoria cuarta de la Constitución, creemos que éste no es el relevante. Lo realmente relevante es que la violencia no tiene sitio en nuestra sociedad, y que la negociación política con todos los partidos, Batasuna incluida, exige el fin previo de la violencia. Porque una negociación no puede llevarse a cabo bajo amenaza, y la paz no puede estar vinculada a ningún proyecto político concreto.
Por tanto, EAJ-PNV muestra su voluntad de dialogar, discutir y negociar sus propias propuestas políticas o las que Batasuna u otras formaciones pudieran presentar sobre el futuro de este país, con una sola condición o premisa: el compromiso firme de todos los agentes políticos o partidos implicados en este diálogo, de usar sólo vías políticas y democráticas y de rechazar firmemente cualquier acto violento, coacción o amenaza que se pueda producir en un futuro. Esta es nuestra oferta de diálogo y negociación a Batasuna. Una oferta que exige que se libere de la sumisión a la violencia, y exija y reivindique un papel propio a través de vías democráticas e institucionales.
Queremos subrayar también nuestro compromiso con Navarra, con sus instituciones y con lo que el fuero ha representado y representa en nuestro acervo. Fuero significa voluntad democrática y decisión. Fuero significa que la ciudadanía navarra es la única legitimada para decidir el futuro político e institucional de Navarra. Fuero significa pacto en pie de igualdad. Estos son los valores que EAJ-PNV, trabajando desde Nafarroa BAI, tiene con la sociedad navarra.
Nunca vamos a permitir que Navarra sea moneda de cambio de ningún proceso de paz. Además estamos convencidos de que no va a ser nunca así. EAJ-PNV quiere y respeta demasiado a Navarra, a su ciudadanía, a sus derechos y a la democracia, como para permitir que nadie violente su voluntad. Trabajaremos democráticamente para que la Navarra --que se siente orgullosa de su identidad navarra y vasca, que entiende su identidad como abierta y plural, que quiere estrechar la colaboración institucional con la Comunidad Autónoma Vasca y que busca estrechar la cooperación transfronteriza con los navarros y vascos del otro lado del Pirineo-- avance. Avance y sea mayoritaria democráticamente en la sociedad navarra. Pero aquel que quiera violentar la voluntad de las navarras y navarros tendrá al Partido Nacionalista Vasco enfrente.
Fuero es decisión y pacto. Estas son las bases del proyecto de reforma del amejoramiento que EAJ-PNV depositó el pasado año en el Parlamento Foral. Estas son las bases para el futuro de Navarra. Que nadie utilice los tambores de amenaza sobre una Navarra que va a ser prenda en un proceso de paz, porque eso es radicalmente falso. El PNV nunca lo permitiría. No vamos a aceptar nunca la imposición totalitaria de una ETA que pretende imponer objetivos políticos a través de la violencia y la amenaza. Y siempre alzaremos nuestra voz ante los que matan, los que asesinan para imponerse al conjunto de la sociedad, y por supuesto si pretendiesen imponerse a la voluntad de los navarros.
Pero tampoco olvidemos, que aquellos que hablan de Navarra entregada a ETA, saben que esto es mentira. Que nadie lo ha hecho ni lo hará. Que EAJ-PNV nunca aceptará nada parecido. Que ese mensaje es sólo una excusa, una coartada, de aquellos que temen a que la voluntad de los navarros pueda apostar por un cambio de gobierno. Y quieren continuar en él. Es legítimo. Es democrático. Pero no a costa de engañar a la ciudadanía, y de tensionar y fracturar la sociedad navarra hasta ese extremo.
Finalmente, denunciamos a quienes, apelando al Fuero, ocultan que ellos y sus antecesores políticos del navarrismo mal entendido han sido los responsables de vaciar de contenido nuestro Fuero hasta llegar a la situación actual.
Iruñea, 14 de marzo de 2007