Iñaki Anasagasti
27Enero
2007
27 |
Opinión

¿COMPARTIMOS UNA ÉTICA COMÚN?

Iñaki Anasagasti
Enero 27 | 2007 |
Opinión

En este mes de enero me ha tocado ir a Madrid a reuniones de una ponencia que se ha creado para el estudio del Islam. La inmigración, la violencia y el terrorismo islámico esta haciendo que en todo Europa se empiece a analizar este mundo para nosotros ignorado y al que, a veces, despreciamos, sin saber mucho el por que.
El pasado miércoles nos vino un catedrático de la Universidad Complutese, un hombre progresista que sigue muy de cerca esa civilización y nos dio claves del por que algunos no aceptan la modernidad y del por que tienen a la mujer sometida a una auténtica esclavitud. 

En el transcurso de la charla se hizo varias preguntas. Una de ellas es la que encabeza este trabajo: “¿Compartimos una ética común?”,”¿Por que no tienen un desarrollo personal crítico?”, “¿Son capaces de presentar un pensamiento elaborado?”, “¿Por que fluctúan entre la conspiración y el victimismo?”, ”¿Cual es la razón por la que no se integran?”, “¿Creen que el fin justifica los medios?”. 

Yo, la verdad, cuando escuchaba estas reflexiones me las hacia relacionándolas con algunos dirigentes de Batasuna y del PP. ¿Compartimos una ética común?, ¿El fin justifica los medios?, ¿Por que no tienen un desarrollo personal crítico?, ¿Son capaces de presentar un pensamiento humanista elaborado?, ¿Por qué fluctúan entre la conspiración y el victimismo?, ¿Cual es la razón por la que no se integran? 

Se me dirá que en ese mundo hay de todo. Ya lo se, pero todavía recuerdo a Pernando Barrena cuando enfática y chulescamente decía que ellos jamás condenarían la violencia de ETA y a Otegi ,cuando en el homenaje a Olaia Castresana , que murió cuando manipulaba una bomba, pidió un aplauso para todos los gudaris que “han caído en esta larga lucha" y señaló que hay una generación "nacida con el Estatuto que se adhiere a la lucha armada para expresar su compromiso político, lo que demuestra que generación tras generación y aunque la lucha siga siendo muy dura, ésta pasa de mano en mano. Apostar por el estatuto no hace sino prolongar el conflicto y Olaia Castresana es una prueba".Toda una apología de la violencia armada frente a un Xabier Arzalluz que tras la muerte de Argala les dijo a los chavales de EGI que el futuro del pueblo vasco pasaba por el euskera y la tecnología y que esto debía ser su goma-2. 

Le veía el sábado a Ibón Arbulu con el puño en alto calificándonos de derecha regionalista y preguntándonos si vanos a continuar “erigiéndonos en el apaleador oficial al servicio de la corte de Madrid contra la izquierda abertzale". Antes había dicho que había una normativa propia de “una estrategia de de guerra y que debe desaparecer para participar todos en igualdad de condiciones". 

Sobre el brutal atentado de Barajas, ni una palabra. No pestañearon. 

Pedro Ugarte nos decía el sábado: 

“La ética y la estética mantienen una estrecha relación, por más que casi siempre permanezca velada. Una estética es el fruto de una elección moral. Lo hermoso es mejor que lo feo. La cortesía es mejor que la rudeza. Alguien que saluda amablemente tiene más boletos para ser buena persona que alguien que escupe sobre el zapato ajeno. Hubo un breve período de tiempo en que el cuidado de las formas parecía cosa del pasado, y que la sinceridad, la bondad o la honradez brillaban más en lo imprevisto, lo informal, lo descuidado: un rostro sin afeitar, un jersey deshilachado, una vaharada de mal aliento. Por suerte, la sociedad vuelve a apreciar los modales y concluye mayoritariamente que una vaharada de mal aliento es una vaharada de mal aliento. Sin más”. 

Por eso la pregunta que me hago no es ociosa. Se puede hablar de dialogo y hay que practicarlo pero ¿compartimos una ética común? Una ética entendida como parte de la filosofía que se ocupa de los conceptos morales, esto es, de los conceptos implicados en todo discurso acerca de la conducta de los seres humanos. 

Sinceramente creo que no. Yo con el discurso de Otegi, de Barrena y de Permach y con los de Astarloa, Acebes y Zaplana no me identifico en casi nada. Me separa un abismo moral y sin eso no hay democracia que valga, por más que la manoseen. Cuando todos estos tengan un discurso ético, pensaré otra cosa, pero mientras esto no ocurra, también pensaré que tenemos en nuestro bando ético mucho ingenuo suelto. 

¿POR QUÉ NO LEIZAOLA?

La Universidad de Deusto ha decidido que una de las Salas de su Futura Biblioteca reciba el nombre de Bizkaia. La Diputación Foral del territorio ha aportado un millón de euros a la construcción de este edificio, que tiene un presupuesto de 35 millones. 

Entiendo que el rector de la Universidad, desee agradecer a la Diputación de Bizkaia la donación, pero conociendo a los actuales gestores, estoy seguro que coincidirán conmigo en que sería bueno recordar a una persona con la que la Universidad de Deusto está en deuda. 

Se trata de D. Jesús María de Leizaola que fue hace setenta años el primer Consejero de Justicia y Cultura del primer Gobierno Vasco de la historia y quien desde este puesto creó la Universidad Vasca y que fue, posteriormente, el segundo Lehendakari de la historia de Euzkadi. 

Si cualquiera de todos estos títulos no sólo lo hacen acreedor del nombre de una Sala, sino de toda una Biblioteca, sabiendo que él si algo se consideraba era el de ser lo que coloquialmente se llama un ratón de biblioteca, lo más importante es que a punto de caer en 1937 el Gobierno Vasco quedó encargado junto con los Consejeros Aznar y Astigarrabia que Bilbao no sufriera destrucción alguna y fue él quien estando hechos lo agujeros para colocar la dinamita y volar la Universidad de Deusto, dio la orden de respetar esta vital Casa de Estudio. Por eso pudo conservarse intacta. 

Si en vida la Universidad no le otorgó el merecido doctorado Honoris Causa, como si lo hizo la UPV, no estaría nada mal que la Universidad, toda ella, en homenaje a un hombre de bien, a un hombre religioso, a un hombre de la cultura y a un hombre que salvó todo aquel patrimonio le tuvieran en cuenta ahora y le hicieran justicia de una vez por todas. La historia y la decencia universitaria, lo agradecerían.

DOS INICIATIVAS MILAKABILAKA Y KONPONDU

El viernes 19, en la portada de Gara se publicaba una fotografía en la que se veía a una serie de gentes representativas que se habían reunido para la foto de salida de una nueva plataforma llamada MILAKABILAKA. El periódico decía que era una iniciativa social de dimensión sin precedentes para impulsar la paz, el diálogo y la búsqueda de un acuerdo que pueda resolver el conflicto. “Hablen ustedes, hagan lo que se deba hacer y, arréglenlo de una vez” afirmaba el texto base leído por Asier Etxebarria y Castillo Suarez. Me imagino que la gente aplaudió. 

Este viernes se volverá a presentar en Irun. 

Es la clásica plataforma promovida por Batasuna para estar en los medios. Un amigo que ha ocupado diversos cargos en el PNV, en el Parlamento Vasco, en el Gobierno y la Diputación fue llamado para integrar esta plataforma. Les escuchó y les dijo; “Soy nacionalista vasco, pero en ese escrito no le pedís a ETA que desaparezca y es la clave. No lo firmo”. 

Y no lo firmó, ni se prestó a este juego de cajas chinas tan del gusto de Batasuna que utiliza este tipo de plataforma para controlarlas y crear ambiente. Desgraciadamente mucha gente de buena voluntad y un poco ingenua les da su apoyo, pensando en que entre todos hay que arreglar esto, cuando quien tiene que arreglarlo de verdad es ETA. Los Comunistas a esto le llaman “compañeros de viaje”. 

Por eso me quedo con la iniciativa que ha puesto en marcha el Lehendakari Ibarretxe también el viernes pasado. 

Anunció una web (www.konpondu.net) para ofrecer a los ciudadanos la posibilidad de exponer sus opiniones y preguntas sobre paz y normalización política. 

“La opinión de todos nos hará más fuertes – dijo el Lehendakari. Y nos dará energía para mirar adelante”, recalcó Ibarretxe que abrió la web a los vascos de Euzkadi y del mundo. 

La web – disponible en euskera, castellano, inglés y francés- incluye en su portada el lema “Tu tienes la solución. Participa. La sociedad vasca es la protagonista de su propio futuro” y la firma el Lehendakari.
Contiene un espacio para remitir mensajes a los partidos, un foro de discusión y un cuestionario. Se pregunta, entre otras cosas, si el diálogo debe continuar, si existe un problema político, al margen del terrorismo y qué iniciativas serían útiles para avanzar hacia la paz. 

Yo que soy bastante negado para esto de la cibernética puse el código y me metí y contesté al cuestionario el mismo viernes. Al día siguiente me acusaron recibo 

Animo a hacer lo mismo y que la gente vote con libertad lo que le parezca. 

Entre el Milakabilaka y el Konpondu, me quedo con este último. Por lo menos se nos tiene en cuenta y no se nos engaña. 

ESQUERRA BUSCA LA CARAMBOLA PERFECTA

La dirección de Esquerra incorporó el lunes en su orden del día el asunto Carretero. La ejecutiva republicana debatió cómo mitigar las críticas que les ha dirigido el ex conseller Joan Carretero, que les acusa de claudicar ante el PSC para estar en el Govem. Los di¬rigentes de ERC emplazaron a Carretero a expresar sus críticas en el consejo nacional, del que es miembro. El ex conseller recogerá el guante y piensa asistir al próximo consejo siempre que el asunto forme parte del orden del día y no se relegue al apartado de ruegos y preguntas. 

Carretero proyecta promover un movimiento político soberanista denominado “Reagrupament Nacional” después de las próximas elecciones municipales. Sus críticas torpedean de forma directa la estrategia que se ha marcado la dirección de ERC para la presente legislatura. La intención de los dirigentes republicanos es demostrar que pueden gobernar alejados de la polémica. 

Los dirigentes republicanos piensan seguir en el Govern sin las salidas de tono a las que tradicionalmente le ha llevado marcar el llamado "perfil independentista". Ese silencio se mantendrá al menos hasta que estén próximas las elecciones autonómicas de finales del 2010. El objetivo es consolidar en los próximos años una imagen de partido de gobierno, pero la irrupción de Carretero distorsiona el rumbo trazado.
La dirección de Esquerra recordó que Carretero no asistió al consejo nacional extraordinario que el pasado 11 de noviembre aprobó en Solsona el pacto de gobierno con el PSC e ICV-EUiA por 162 votos a favor, diez en blanco y dos en contra. 

El candidato de Esquerra a la al¬caldía de Barcelona, Jordi Portabella, que ejerció de portavoz del partido, invitó incluso a Carretero a fundar una corriente interna. 

El conseller de Governació y secretario general de Esquerra, Joan Puigcercós, indicó a Catalunya Radio que la crítica de Carretero carece de base: "Se nos exige que actuemos marcando paquete y no perfil propio, que son cosas distintas". 

ERC organizará en otoño próximo una conferencia nacional en la que se debatirá la opción ser referencia ideológica y también de Govern. Para entonces, el asunto Carretero puede seguir candente. 

Ser Gobierno y Oposición a la vez 

Dio en el clavo Artur Mas en la entrevista que publicó La Vanguardia el pasado domingo. "Siempre ha habido independentistas en Convergencia y siempre los habrá", decía sin tapujos. Independentistas serenos que comprenden que el mejor caldo es el que se cuece durante horas en el puchero, o sea que todo en esta vida necesita su tiempo. Independentistas a los que Mas acoge porque saben que hay que "seguir un ritmo asumible para la mayoría del país". Pues a ese estadio de placidez soberanista aspiran algunos dirigentes de Esquerra, convencidos de que sólo con constancia y parsimonia se coronan las cimas más altas. ¿Por qué Carod se traga sapos como la tercera hora de castellano o el retraso en la financiación y en el despliegue del Estatut? Se preguntaba Mas y muchos en ERC -como el ex conseller Joan Carretero- a los que corroe la impaciencia. Es lógico este rebullicio en las bases republicanas, presas de una excitación azuzada durante años, que no aciertan a ver las virtudes de la "calma chicha" -en palabras de Mas- en la que se han instalado sus políticos. Y es que a estas alturas de la película tenemos a Carod Rovira vendiendo a los suyos el "patriotismo social", copyright de Pasqual Maragall. Pero, ¿qué les pasa a estos chicos? 

Patriotismo Social 

Los republicanos han meditado sobre su futuro y ni Carod ni Puigcercós -en esto están de acuerdo- piensan apartarse un ápice del plan trazado para los próximos dos años y que prevé poco ruido. Los desatinos del tripartito obligan a ERC a un lavado de cara. Sus dirigentes albergan el firme empeño de desterrar del imaginario colectivo la sensación de que no son capaces de hacer nada a derechas. Sólo después de acreditar su capacidad para gobernar y gestionar podrán poner en primer plano el discurso más radical. Por eso, ante las narices de Montilla, Carod se adueña del "patriotismo social" que Maragall extrajo un día de la chistera como su credo político. Un concepto que pretende que los catalanes se sientan más orgullosos por lo que son que por lo que aspiran a ser. ¿Quiere ello decir que Esquerra renuncia a su condición de fuerza reivindicativa? En la mente de Carod y Puigcercós no figura la capitulación, entre otras cosas porque la reivindicación siempre ha sido electoralmente rentable en Catalunya. Pero está claro que el certificado de gobernante aplicado tampoco se concede en seis meses ni se tira por la borda ante unas elecciones municipales o unas legislativas. El despliegue del Estatut o la imperiosa necesidad de más financiación seguirán ahí dentro de un tiempo porque desde la Moncloa no hay intención de estirar más la manga hacia Catalunya. Será entonces -recuperadas las fuerzas- cuando la reivindicación vuelva a cobrar todo su sentido para el electorado catalán... y para Esquerra. La jugada parece maestra. Recuerda a Paul Newman en El buscavidas: primero hay que de¬jarse ganar unas cuantas partidas para que se confíen a los rivales, y luego retar al Gordo de Minnesota para llevarse el gran botín. Pero ustedes recordarán la secuela, El color del dinero, en la que al joven Tom Cruise le pierde la impaciencia, incapaz de reprimir la chulería ante la mesa de billar. ¿Lograrán los líderes de ERC que sus indómitas bases confíen en su destreza con el taco? Comentario de M. Dolores García. 

PUJOL: EL BURRO CATALÁN ES ABSURDO 

El ex president Jordi Pujol puso esta semana al símbolo del burro a caer de un ídem. A su juicio, esto del “guará caíala” en la parte trasera de los coches “no es serio". Es más, según Pujol, la pegatina que representa al famoso pollino "forma parte del estilo de la coña que no lleva a ningún sitio". En un editorial publicado en la web del Centre d"Estudis Jordi Pujol, el ex president arremetió contra el uso del último símbolo moderno y popular de la catalanidad: el rucio autóctono. 

En un artículo titulado Rectificado no només política, Pujol, reniega de la pegatina del asno. "Digámoslo claro: esto del burro catalán es absurdo". El ex presidente hace mención del libro La rectificació, escrito por los periodistas e intelectuales Lluís Bassets, Albert Branchadéll, Josep Maria Pradera, Enric Juliana, Antoni Puigverd y Ferran Sáez, que propone cambiar algunas actitudes predominantes en Catalunya respecto a España. Y Pujol cree que esa rectificación no debe ser sólo política, sino que debe aplicarse a otras cuestiones, como la del símbolo del burro. 

No es que Pujol no entienda el sentido del símbolo del asno que adorna buena parte del parque automovilístico catalán. Dice com¬prender "toda la filosofía socarrona y en el fondo displicente del burro como símbolo", pero advierte que el discurso "si ellos tienen el toro, nosotros tendremos el burro" no lleva a ninguna parte ("mala peça al teler"). Su conclusión es que "ni el símbolo de Catalunya puede ser un burro ni la guasa puede ser un arma de concienciación de la gente. El burro no aspira a la victoria, ni tan sólo al respeto". 

Pujol dice ser consciente de que con sus críticas a la pegatina del asno “hiere” los sentimientos de muchos catalanes de buena fe" y recuerda que entre éstos hay muchos amigos suyos "que exhiben con ilusión el burro pegado en su coche". No obstante, no puede aprobarlo. 

El ex president alaba la actitud y el patriotismo de muchas de esas personas, pero asegura que algunos catalanes tienen "tics que no son genéticos, pero sí fruto de una histo¬ria difícil" y les anima a renegar de "ciertas actitudes que en el fondo son de resignación". 

El artículo del ex presidente repasa otras cuestiones que también considera rectificables, como la ironía, los discursos floridos, la chulería, o volverse "buen chico" ante un obstáculo. Todas ellas son cosas que Pujol interpreta como defectos que no son generales, pero que están "bastante extendidos y no sólo entre la clase política". 

Reconoce Pujol que, después de su larga trayectoria política, debe preguntarse si algunos de esos fallos también se han dado en él y en qué grado. Y se abre a la crítica: "Todo el mundo tiene derecho a examinarme". 

El discurso de Pujol concluye con una visión optimista sobre las virtudes dé los catalanes y el futuro. El ex president recuerda actitudes ejemplares y "la indestructible voluntad de vivir en paz y convivencia". Una conclusión definitiva: "Podemos tener confianza en nuestro provenir". "Pero no -remata- a través de la guasa, la chulería y el espectáculo. No a través de la perversión de la estética, y finalmente de la renuncia fácil y sumisa". Al burro, en definitiva, le falta discurso ético. 

Está muy bien que Pujol digas estas cosas. Me gustaría que Garaikoetxea y Ardanza, con su autoridad moral, las dijeran también por aquí. 

LA REFLEXIÓN DE OLLORA

El 10 de julio de 2003 el profesor Antoni Segura organizó en la Universitat de Barcelona un curso bajo el título de «Miradas sobre Euzkadi». Juan M. Ollora fue invitado a pronunciar una conferencia como encargado en su día de analizar, supervisar y en definitiva explorar los diferentes caminos que pudieran conducir a la paz y a la normalización política de Euzkadi. Desde 1992 había formado parte de la ejecutiva del PNV y su experiencia en este campo era invalorable ya que, junto a sus compañeros de dirección, Joseba Egibar y Gorka Aguirre, fue el encargado por parte del EBB de este trabajo. Ollora, por otra parte, tenía la experiencia política de haber sido miembro del Consejo General Vasco, senador, parlamentario vasco, diputado general de Araba y miembro del EBB en la década de los noventa. 

Nadie como él para reflexionar sobre lo que fue aquella apuesta de Lizarra-Garazi con sus claros y sus sombras, su autocrítica y sus salidas de futuro. De su conferencia entresacamos la parte final. Dijo así Ollora: 

En lo que concierne al Acuerdo de Lizarra y a la actuación de sus fuerzas impulsoras, me gustaría —en una opinión estrictamente personal— analizar los errores cometidos desde la óptica de sus propios firmantes. Y esto, además, lo realizo no sólo con la distancia que confiere el análisis ex-post, sino con la constatación de que, desde enero de 1999, mi persona ya no está en el «tinglado de la trama, si me permiten esta expresión teatral. 

En primer lugar, los integrantes de Lizarra fueron extremadamente ingenuos. Creyeron que el acuerdo por sí solo y por sus actuaciones era capaz de propiciar políticas conjuntas con el objetivo común de impulsar la salida del conflicto. En ningún momento pensaron que se podría producir un rechazo semejante por parte de los partidos de ámbito estatal. Nunca imaginaron que no se iba a hacer nada, que el inmovilismo y la propaganda perversa se iban a erigir en actitudes y guías de actuación. 

Consecuentemente y durante todo ese período, los integrantes de Lizarra fueron incapaces de aclarar las interpretaciones erróneas que se venían haciendo del acuerdo. No se fue capaz de mantener la iniciativa política y el protagonismo social sobre el ámbito que le es propio al acuerdo, es decir, el de impulsar la salida del conflicto, obteniendo y priorizando los factores de distensión y de humanización. 

Y todo ello fue básicamente debido —repito que hablo desde una opinión estrictamente personal— a que los integrantes del Acuerdo de Lizarra o sus fuerzas impulsoras, cometieron —quizá incluso algunos a sabiendas— un error fundamental, a saber: confundir los tres planos o niveles sobre los que se desarrollaba el acuerdo y la propia situación política del momento, priorizando uno de ellos. 

Confundieron el plano de la paz (a través de la consolidación del proceso) con el estratégico (de resolución definitiva del conflicto) y con el estrictamente programático (avance del proceso soberanista) priorizaron claramente el plano del programa político (avance soberanista). Transformaron así un acuerdo que lo único que demandaba era profundización democrática, por lo tanto abierto a todos y sin exclusión para después, en situación de paz abordar las claves de resolución definitiva, en un acuerdo para el avance del programa nacionalista de la izquierda abertzale. 

La respuesta desde las formaciones políticas opuestas era evidente: oposición sistemática. La limitación en la penetración ciudadana y en la ampliación del respaldo social al acuerdo, la consecuencia ineludible.
¿Por qué sucedió esto o mejor dicho por qué se permitió por las fuerzas impulsoras del acuerdo?
Me consta que algunos miembros destacados, de alguna de ellas, eran conscientes de todo esto. No lo sé, carezco de respuesta específica; recuerden que ya no pertenecía al primer círculo de actuación. Posteriormente no he tenido oportunidad de comentarlo con protagonistas destacados de aquella época.
En mi modesta opinión, y la formulo sin ningún tipo de información, desde la simple intuición, creo por un lado que hablamos de un tiempo donde los partidos afrontan dos procesos electorales y eso exige dedicación y preferencia. Es decir subordinación y relegamiento de las cuestiones directamente políticas como el acuerdo y por otro lado yo creo que se transigió por aquello que se resume magníficamente en un refrán castellano: “Por la paz una Ave María.” Nunca mejor dicho El tiempo nos demostró que ni fue suficiente ni funcionó. Porque ETA el 3 de diciembre de 1999 declara que el cese de fuego se ha acabado.
Por cierto y permítanme el inciso —antes de recobrar el hilo de esta historia— consistente en analizar una serie de arguméntanos que en aquella época y también ahora (bueno, ahora con mayor grado de simplificación y grosería) se formulaban en torno a la consecución de la paz o la resolución del conflicto. 

¿Que se escuchaba o se decía entonces? (Que también se dice ahora) 

Se escuchaba con frecuencia que bajo el chantaje no se pue¬de discutir sobre ninguna pretensión y menos aun, si se trata de una pretensión política. Este planteamiento resulta comprensible siempre y cuando no se utilice para intentar negar la verdadera naturaleza de la cuestión, que es política. Si alguien pretende negar la naturaleza política del conflicto se está engañando, es decir está adoptando forma de la necedad, que es la ignorancia consentida. 

También se oía v se oye con asiduidad la siguiente afirmación: «Si tras la violencia subyace un problema político no significa que sea obligatorio modificar, en nombre de la paz, el marco político.» Esta sentencia es cierta pero requiere de matizaciones. Que fuera «obligatorio» cambiar el marco será pagar un precio indebido por la paz; pero que sea posible cambiarlo si así lo quiere la mayoría libre, democrática y reconocible de la ciudadanía con arreglo a unas reglas de juego no es que sea un buen precio, es que sencillamente se trata de una propuesta de profundización, democrática A veces esta afirmación presenta una formulación más superficial v simplista. Se suele decir que “la paz no tiene precio”. Como puede apreciarse esta es una manifestación rotunda, redonda, de fácil comprensión. Es decir, engañadora e irreal. Porque no hay un conflicto, de la naturaleza que sea que para resolverse no precise de un precio, no exija una transacción. De lo contrario no estaremos ante la resolución de un conflicto mediante el diálogo y la negociación, sino ante la imposición que supone la resolución del mismo a través de la victoria. Esto han intentado hacer, con el conflicto vasco, distintos sistemas políticos y gobiernos de diferentes ideologías durante cuarenta años y no han conseguido solucionar el conflicto. Así que volvamos a la realidad.
Volvamos a recuperar el hilo de la trama. 

¿Por qué ETA decide el 5 de diciembre de 1999 finalizar la tregua? 

Desconozco las razones internas que abocan a esa decisión. Me viene a la cabeza la expresión del obispo Uriarte (interlocutor aceptado por ambas partes). «La impaciencia de unos, el inmovilismo de otros», como causa de la ruptura. Repito que cito de memoria. 

Lo único que puedo comentar y esto por referencias indirectas (también está en la hemeroteca), es que en agosto de 1999 una delegación de mi partido y de EA se entrevista con ETA, donde ETA ofrece la disolución como grupo armado a cambio del apoyo a un plan político que fue calificado por los interlocutores de los partidos de absolutamente fuera de la realidad. Y ya no sé más.
Obviamente, la responsabilidad de quien decide volver a asesinar es exclusivamente de quien la adopta, aunque a mí, históricamente, siempre me quedará la duda de si el gobierno del PP supo e hizo lo que tenía que hacer. 

Después de esto, lo que vino es de sobra conocido: 

ETA, en 10 meses, comete 16 asesinatos. 

Las relaciones y los acuerdos con la izquierda abertzale, que se tenían en el gobierno y en los Ayuntamientos, se rompen. 

El Acuerdo de Lizarra queda congelado. 

La izquierda abertzale abandona el Parlamento vasco. 

El Lehendakari Ibarretxe convoca elecciones en mayo de 2001. Vence en las elecciones. 

Se forma un gobierno PNV-EA-IU. 

La izquierda abertzale ve reducida a la mitad su representación (de 14 escaños pasa a 7). 

El bloqueo de comunicación entre gobiernos y entre las diferentes formaciones políticas, alineadas ya desde la época del Acuerdo de Lizarra, persiste hasta el día de hoy. 

Ibarretxe presentará su Plan. Y eso es actualidad. 

Las lecciones de la época 

Pertenezco a la rara especie dentro del pensamiento único en que nos movemos de los que piensan que un proceso de normalización y pacificación, en este país, de alguna manera deberá contar, en su arranque, con un acuerdo de mínimos entre fuerzas de obediencia nacionalista vasca. 

Pero ese acuerdo sólo podrá ser posible si previamente en el mundo de la izquierda abertzale y en sus organizaciones existe la reflexión y el acuerdo internalizado y adoptado respecto a la eliminación del ejercicio de la violencia como instrumento para conseguir objetivos políticos Lo cual, como es obvio conllevaría la definitiva retirada de la escena de ETA Eso en todo caso, es una reflexión debate y conclusión que con absoluta independencia deberán realizar las organizaciones concernidas. 

El acuerdo de base mínimo entre las fuerzas de obediencia nacionalista para ser viable y factible, deberá estar impregnado de la realidad social política y económica de la sociedad vasca, del momento presente.
Si como decía Bernardo Atxaga, “lo que se plantean son cuestiones que no son de este mundo”, de nuevo violentaríamos la realidad y generaríamos frustración. Y no será posible el acuerdo entre nacionalistas.
Ese acuerdo y esa base de mínimos entre fuerzas nacionalistas constituyen “la agenda de los nacionalistas”; es pues un programa de parte que deberá ser confrontado y cruzado con la agenda de los que no piensan en nacionalista y constituyen- una parte también indispensable de la ciudadanía vasca.
Lo que resulte de ese proceso de diálogo de negociación y que se plasme en acuerdo no puede, ni debe, tener más límite que la democracia, la ausencia de imposición v la integración de todas las tradiciones ciudadanas. 

Ni por imposición se puede definir la territorialidad, ni por imposición se puede limitar el contenido del autogobierno. 

Sólo respetando la voluntad de la ciudadanía, pero respetándola a modelo completo, es como se podrá salir de este laberinto Quiere ello decir que si bien -por ejemplo- el derecho de libre determinación es un principio democrático indiscutible, eso no conlleva que una mayoría pueda decidir sin contar con la opinión del resto de la sociedad, precisamente de aquella parte que no lo juzga así. En otras palabras, que este derecho debe ejercitarse con la finalidad de mejorar la convivencia ciudadana, no para enquistarla o empeorarla. 

Acabo, señoras y señores, gracias por la invitación recibida y la atención dispensada. 

Me voy a despedir con una poesía. Me parece extraordinariamente bella; es de un poeta vizcaíno, José Fernández de la Sota; se refiere a los inmediatos tiempos de paz, al Día D+1 después del acuerdo de paz definitivo. Ojalá que llegue pronto y todos los que hoy estamos aquí podamos verlo y disfrutarlo. 

La poesía dice así: 

Ojalá con el tiempo
sólo quede lo bueno
que los años
arrasen la memoria de los días
de miseria
y que el viento
igual que se llevó nuestras promesas
se lleve las palabras alevosas
con que nos golpeamos
hasta hacernos sangrar
Que el corazón descanse
y que la lluvia
borre la última huella
de la última batalla

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