El ruido matraquero del proceso dirigido a resolver un asunto prioritario pero también desviar la atención sobre los problemas que de verdad le interesan al ciudadano vasco sin tener que agradecer a los que ejercitan la violencia que dejen de hacerlo, impide seguir con interés las buenas noticias que produce este país. He dicho más de una vez que sería bueno que la portavocía del Gobierno Vasco diversificase más sus mensajes porque esto parece que todo nace y acaba en el manoseado proceso. Y, eso señor, no es verdad. Salga usted a la calle, hable con la gente y lo comprobará. Otra cosa es que se hiciera política de salón y ahí se tiene razón.
¿No sería bueno que se hablase y mucho de que seis empresas vascas están entre las mil europeas que más invierten en actividades de I+D? O que Euzkadi presenta uno de los mejores niveles educativos de todo el estado ocupando el primer puesto en el ranking de comunidades en años cursados de estudios y es la segunda con más universitarios. O, hasta un dato raro, como el que habla de calidad de vida como es el hecho de que la tasa de suicidios es inferior a la europea, e inferior a la media española y a la francesa. Son datos facilitados con motivo de la celebración del día Mundial de la Salud Mental.
Y ¿no sería bueno un debate sobre que más de 55.000 empresas familiares están ya en fase de sucesión generacional?
¿O de que Euzkadi supera en un 16% la media estatal de consumo en banca privada? ¿O que la Feria de la Naturaleza y Aventura reunirá a un centenar de empresas en el BEC? ¿O que Proyecto Hombre consiga la excarcelación de más de 60 presos para que inicien programas de rehabilitación?
Pues no. Hay que escuchar la última genialidad vacía de los de siempre. No tenemos remedio ni le hacemos caso al Lehendakari que lleva pidiendo a los políticos y a los medios, discreción.
Esta semana en el Congreso se han rechazado las enmiendas a la totalidad de otros grupos y retirado la nuestra. La presentamos en el último segundo ante la pasividad negociadora del PSOE y, como sabemos que el único mensaje que entienden es el de la contundencia pasamos de las palabras a los hechos, y lo hicimos. Tendrá Zapatero sus presupuestos aprobados pero también Ibarretxe los suyos. Y si el año pasado logramos el hito histórico de tener la posibilidad de detraer del pago del cupo la financiación de la Y, la almendra de la discusión este años la centramos en tratar de lograr que de cara a la aprobación de una nueva Ley quinquenal del Cupo para el periodo 2007-2011 el que se siga el principio de la máxima continuidad con respecto a la ley vigente. Y esto, para los vascos, para todos los vasos, incluso para los vascos que tan mal defiende en el Congreso Begoña Lasagabaster ofendida porque no habían contado con ella, es bueno. Y es que el PNV trabaja para todos, como en el caso de las esforzadas andereños de tiempos de la dictadura que mantuvieron la llama sagrada del euskera y que ahora, mayores, y por no haber podido cotizar a la seguridad social en aquellos duros años lo estaban pasando realmente mal y esto se ha solucionado en este presupuesto, lo mismo que las obras de interés general para que se protejan al ciudadano ante las posibles inundaciones de la ría de Bilbao, o la apuesta que llevamos haciendo en la Estella-Lizarra de Don Manuel Irujo para que se cree un parque tecnológico de las Artes Visuales. Y apuestas de este tipo que contribuyan a la Construcción Nacional de Euzkadi mientras Batasuna organiza ruedas de prensa hablando solo de ellos.
COMO FUE LA PERDIDA DE LA LIBERTAD POLÍTICA DE EUZKADI
EL 25 DE CTUBRE DE 1839
El rodar del tiempo nos trae anualmente la efeméride fatal, el aniversario que nos pone frente a la fecha triste del 25 de Octubre en que se renueva el recuerdo de la desgracia de nuestra Patria que perdió en tal día todo lo que constituía su vida propia y quedó a merced de sus adversarios; pero también nos trae la renovación de la promesa que tenemos hecha en favor de la libertad de Euzkadi. Cuyo camino iniciamos el 25 de octubre de 1979 con la aprobación del estatuto de Gernika y con el portazo el 1 de febrero de 2005 del Plan Ibarretxe.
Demostrado por pruebas históricas irrefutables que los Estados vascos fueron soberanos y dueños de sus destinos hasta la funesta ley del 25 de Octubre de 1.839, fue esta la que destruyó toda la libertad política de aquellos. Hace 167 años.
Consecuencia fue todo ello de aquel Convenio de Bergara en que unos vascos que se cuidaron más de conservar sus grados, empleos y condecoraciones que de salvar los inalienables derechos de su País, consintieron y se conformaron con una fórmula deslabazada y denigrante.
Es, procedente que dediquemos el homenaje de un recuerdo de admiración y de simpatía a los hombres que en aquellos momentos históricos trascendentales acertaron a comprender la verdad que se trataba de ocultar bajo apariencias de confirmación y de respeto y la proclamaron con serenidad y valentía.
Por el orden cronológico de su actuación corresponde el primer lugar en esta citación encomiástica a un Diputado de aquellas Cortes de Madrid, cuyo comportamiento merece ser recordado siempre por los vascos con agradecimiento y elogio. Fue el Marqués de Viluma, quien a pesar de no ser vasco y de no tener por ello tantos motivos para conocer el problema de nuestro país, ni la verdadera significación de nuestros Fueros, comprendió inmediatamente el espíritu de engaño y la intención torcida que entrañaba la proposición que por el Gobierno se presentó a la consideración y discusión de la Cámara.
El sabía, indudablemente, que mientras los vascos disfrutasen de sus Fueros tendrían la facultad de hacer ellos mismos sus leyes, que tendrían en sus manos el arma decisiva del Pase Foral, y comprendió que el disfrute de esas facultades y prerrogativas, que en realidad suponían la plena libertad de estos Estados, no podía ser compatible con la situación que, planteaba lo que el proyecto de ley llamaba “la unidad constitucional de la monarquía”.
Y aquel espíritu justiciero no pudo quedar inhibido y en silencio ante el terrible despojo que trataba de realizarse, y usando de la palabra se enfrentó con el Gobierno explicando a la Cámara el verdadero alcance de la disposición proyectada llegando a decir con toda crudeza, que no es de legisladores honrados dejar de intento las leyes oscuras y de doble sentido.
Y con sus palabras elocuentes promovió la explicación que el ministro de Gracia y Justicia D. Lorenzo Arrazola, autor del proyecto, hubo de dar, sobre el alcance del mismo.
Así quedó aclarado el engaño, y la ley a pesar de las primeras palabras confirmatorias, no fue ya de doble sentido sino solamente de sentido derogatorio y destructivo de los Fueros Vascos. “Se confirman los Fueros de las Provincias Vascongadas y Navarra sin perjuicio de la unidad constitucional de la monarquía”.
Honor merece de nosotros aquel Diputado que de esta manera admirable y eficaz demostró, a la vez que un profundo conocimiento, una gran sinceridad de espíritu y rectitud de conciencia.
Dictada la ley funesta y adoptadas por el Gobierno de Madrid las primeras disposiciones para su aplicación, el pueblo vasco en general no reaccionó contra ellas y el silencio de muerte hubiese sido total si no hubiese surgido la voz de un benemérito patricio nabarro. Fue la del Síndico de las Cortes de Nabarra D. Ángel Sagaseta de Ilurdoz.
Voz robusta, fuerte e impregnada de una gran autoridad, que se levantó enseguida para advertir a los nabarros, a los vascos todos, que aquella ley, que se acababa de promulgar no era confirmatoria de los Fueros como del texto inicial del artículo primero parecía deducirse, sino que por el contrario entrañaba su total derogación.
Pero su voz no tuvo eco, su advertencia no fue atendida por los vascos.
El Gobierno de la monarquía, tan pronto como se dictó la ley funesta, procedió a establecer en los Estados Vascos los tentáculos de su dominación y en primer término designó los Gobernadores civiles que entonces se conocían con el nombre de Jefe Político, nombrando para Gipuzkoa al General D. Francisco de Paula Alcalá.
El primer acto de éste fue dirigirse a todos los Alcaldes de la ya Provincia, diciéndoles que en adelante debían considerarle y reconocerle como su superior jerárquico y cumplir estrictamente las órdenes que emanasen de su autoridad.
Los Alcaldes, en general, callaron, pero hubo uno que, más conocedor, sin duda, del régimen propio de los Estados de Euzkadi, no quiso someterse sino que se enfrentó con el Jefe político negándose a obedecerle.
Fue este el Alcalde de Azpeitia Don Ascencio Ignacio Altuna de ilustre familia gipuzkoana, quien a la circular del General contestó diciendo que no podía reconocerle como superior jerárquico, pues para él no había más autoridad que la que emanase de las Juntas Generales de Gipuzkoa.
Con este motivo se cruzaron entre el Jefe Político y el Alcalde de Azpeitia repetidos oficios y comunicaciones en los que este contestaba serenamente a los requerimientos de aquél ratificándose cada vez con más energía en su posición vasca inicial.
Las amenazas del General no consiguieron impresionar a aquel hombre íntegro que por fin fue preso y conducido entre bayonetas a San Sebastián y allí encarcelado y sometido a proceso.
Nadie le siguió y él, pasado algún tiempo y recobrada la libertad publicó un folleto explicando al público vasco cuanto le había ocurrido, insertando copia de los interesantes oficios cruzados en la desigual contienda.
Don Ángel Sagaseta de Ilurdoz y Don Ascencio Ignacio de Altuna son, pues, acreedores a nuestro más entusiasta reconocimiento. A ellos y al eximio Diputado Marqués de Viluma, eminentes patricios los tres, cuyos nombres destacaron brillantemente como magníficas excepciones en aquel coro general de felonías y traiciones de unos, de apatías, desconocimientos y dejaciones incomprensibles de otros, debemos los vascos un recuerdo de admiración que sirva de pequeño homenaje a su memoria.
La reacción contra la ley de 25 de Octubre de 1.839 no surgió por el momento en forma explosiva, sino que se fue incubando poco a poco durante cincuenta años hasta que vino a concretarse con la aparición del hombre clave de Euzkadi, Arana Goiri"tar Sabin que, supo dar al problema su exacta dimensión con la definición y exaltación de la verdadera Patria de los Vascos a la que se ofrendó totalmente. Y la llamó Euzkadi. No Euskal Herria. Ese nombre ya existía.
Esta reacción se está desarrollando en la actualidad en una lucha terrible entre nuestro renacimiento que aspira a reconstruir a todo trance la personalidad de Euzkadi para que vuelva a vivir su vida propia y el estado español que siendo por su naturaleza absorbente y nivelador pone a contribución sus enormes recursos de imposición y fuerza para consolidarse no admitiendo la convivencia clara de otras identidades distinta de la española.
Pero en esta lucha desigual e irritante tenemos nosotros un arma tan poderosa que puede calificarse de invencible, esta es "nuestra decisión", contra ella nada pueden los al parecer omnímodos poderes del Estado, todas las armas de este se mellan contra su fortaleza.
En nuestras manos está, pues, el porvenir de nuestra Patria; lo cual constituye un gran motivo de satisfacción y una gran responsabilidad a la vez.
Para ello es preciso, y es suficiente, que en honor a Euzkadi nos propongamos ser cada día más vascos, que cultivemos cuidadosamente las características de nuestro pueblo buscando en el fondo ancestral de nuestra historia aquellas características que lo hicieron tan terco, en su pequeñez material, además de recuperar el idioma.
Así vamos a deshacer nosotros la faena de aquellos Generales que quisieron sellar con un abrazo de histriones la destrucción de la libertad de Euzkadi; así es como hemos de cerrar el largo período de reacción contra la ley de 25 de Octubre de 1.839, con el retorno pleno al régimen de propia vida vasca que ella creyó haber destruido para siempre.
Esta doctrina es la que ha defendido el Partido nacionalista Vasco desde su fundación. La reintegración foral plena, es decir, derogar aquella inicua ley de 1839 que nos quitó nuestro derecho a decidir.
Repito. Este es el PNV de toda la vida y no nos hacen falta nuevos profetas para decirnos cual es el camino de un pueblo que en 1839 fue traicionado.
Y han pasado 167 años.
DOS ALMUERZOS INTERESANTES
Esta semana hemos estado en Madrid tres días. Martes, miércoles y jueves. Había mucho tajo, proyectos y proposiciones de ley, preguntas al gobierno y actos de todo tipo. Ir al Madrid político es como acudir a una coctelera. No se para.
El miércoles comimos con Josu Jon Imaz diputados y senadores. Nos dijo que eligiéramos un restaurante baratito. Sabe que en Madrid nosotros imponemos el impuesto sabiniano que consiste en que se nos invite a comer. El hambre es larga y la dieta corta.
Coincidió el día en el que a Txabarri le habían notificado la decisión del GBB y, tras mostrar su pesar, comentó que era una decisión del Gipuzko que había que respetar. Al salir saludó al alcalde de Madrid, Ruiz Gallardón, que comía allí con un equipo de colaboradores y a Juan Mari Urdangarin, que comía en otra. Y es que el restaurante al que fuimos, de una donostiarra, es un lugar donde te puedes encontrar hasta a Demi Moore.
El jueves, tras el saludo a la entrada del Senado y una sesión fotográfica, almorzamos Zubia y yo, entre otros, con miembros del Club Madrid. Este selecto Club lo forman los que han sido jefes de estado y de gobierno democráticos. A sus reuniones, a veces suele acudir Bill Clinton y una vez al año celebran una Asamblea y analizan un tema específico, que en esta oportunidad era sobre la crisis energética mundial. “Energías y Liderazgo Democrático: Desafíos”.
A mí me tocó estar en una mesa en el salón de los pasos perdidos con quien fuera presidente de Ecuador, Osvaldo Hurtado, jefe de un país que está de moda pues está a la espera de la segunda vuelta de las elecciones entre Noboa y Correa. Nacido en el Chimborazo, fue presidente tras la muerte en accidente de aviación de Jaime Roldós. Una persona muy interesante.
Previamente me enteré que su segundo apellido era Larrea, y le llevé su significado y datos históricos. Se lo sabía todo, porque el tal Larrea se fue allí en tiempos de la Colonia. Me comentó su admiración por la presencia de lo vasco en América y por el protagonismo de éstos.
Con él hablé del “proceso de paz”, pregunta recurrente, de la transición, de la Familia Real, otra pregunta recurrente, del centro histórico de Quito, que debe tener el mejor barroco de América, de su país que es hemipléjico, de los inmigrantes ecuatorianos, los Andes y la costa, y de la propia V Asamblea del Club de Madrid. Me comentó que había propuesto introducir en las discusiones el análisis del populismo como cáncer de las democracias. Él ahora es un profesor que analiza fenómenos de este tipo en el mundo y sabe que es solo alrededor de los partidos políticos, con todos sus defectos, como se vertebra una sociedad y no alrededor de un líder carismático y caprichoso como se da solución a los problemas de la gente.
El presidente anual de este Foro era Ricardo Lagos, ex presidente de Chile que nos dirigió unas palabras. Estaba también Mary Robinson, ex presidente de Irlanda, Raúl Alfonsín de Argentina, Andrés Pastrana de Colombia y un reguero de viejas glorias que en su país son la pera de uno en uno, pero hablándote del tiempo y bajando de un autobús puesto por la organización, ves que la condición humana es la que es y que pasan pronto las glorias de este mundo.
Con Zubia hablé con Peter Roman, que fuera presidente de Rumanía y que nos recordó que su abuela era de Ibarrangelua y se apellidaba Elorduy. Viendo allí a tantas personalidades me dieron ganas de ir uno por uno pidiéndoles apoyo para el proceso de paz. Si Cossiga, Soares, Adams, Pérez Esquivel y varios más han dado ese paso y si dentro de ese elenco hay un socialista prestigioso no sería difícil que el círculo pudiera ser, pero como no se quién lleva esto, pues no pudimos hacer nada.
AZKUE Y MARKIEGI
El 15 de octubre, hace 60 años, fueron fusilados, en Santoña (Dueso), Florencio de Markiegi y Ramón de Azkue, con otros doce compañeros. Hechos presos al no ser respetado el pacto que, por salvar la vida de tantos vascos, habían concertado estos nacionalistas, en unión de las autoridades de PNV, con los jefes del ejército italiano de ocupación.
Antes de la guerra vivían entre el respeto y el afecto de sus conciudadanos, como Markiegi quien por elección popular desempeñaba las funciones de su primera autoridad en Deba. Ejemplar fue su conducta, lo mismo que la de Azkue e igual a la de otros muchos miles de compatriotas, cruelmente inmolados por la locura de una guerra que tan insensatamente se promovió.
Pero, estos hombres, atacados en sus casas, se vieron obligados, por las contingencias de aquella guerra, a abandonar el territorio de Euzkadi, estableciéndose en Santoña el cuartel general del ejército vasco, improvisado para oponerse a los invasores y destructores de la paz de Euzkadi.
Y se reanudó la acción bélica, por Torrelavega hacia Santander, avanzaban las tropas de Franco, dejando cortada la retirada, aislado así el ejército vasco, del que formaban parte los hombres de nuestros caseríos, los de los puertos de mar y los de las ciudades, voluntarios en su inmensa mayoría, y movilizados por las exigencias de la misma guerra. Cuando a Markiegi, a Azkue y a otros miembros destacados del PNV, se les ofreció un destroyer de la Marina Real inglesa, para poder huir a Francia, estos hombres que a nadie habían causado un mal deliberado, viendo que podían quedar desamparados tantos miles de compañeros suyos, igualmente inocentes, estimaron que su deber se encontraba primero, en tratar de salvarlos de las amenazas represivas del ejército invasor y segundo, en conseguir el destino de quienes tenían la feliz oportunidad de poder huir del enemigo amenazante. Y, arrostrando los peligros consiguientes a la difícil situación, pactaron la rendición del ejército vasco, a condición de que, por parte de los italianos, se permitiera la salida de Santoña, en el "Seven Seas Spray" y en el "Boby", barcos de matrícula inglesa y griega, que estaban en la rada de Santoña, de cinco mil responsables políticos y jefes y oficiales del ejército vasco, además, que contra los civiles no se tomarían represalias de ninguna clase y, por fin, que el ejército vasco prisionero se mantendría hasta el final de la guerra bajo protección italiana, sin obligarle a combatir ni participar en la lucha.
Por su parte, los vascos se obligaban primero, a la rendición inmediata de su ejército; segundo, a la deposición de las armas y su abandono, y tercero, a respetar y garantizar la vida de los prisioneros quienes se encontraban en el penal de Santoña.
Markiegi y Azkue participaron activamente en este pacto, que comenzó a cumplirse por los italianos, al ocupar Santoña bajo las órdenes del general Mancini, empezando el embarque de los responsables en las naves citadas, pero fueron desembarcados y quedó el pacto incumplido por orden de los emisarios del general Franco quienes, posteriormente, llegaron al Cantábrico.
Estos nacionalistas del PNV a quienes recordamos, así como otros muchos miles de vascos, fueron encarcelados, siendo muchos de ellos fusilados. Azkue y Markiegi, que no habían cometido ningún delito, quienes durante el desarrollo de la guerra salvaron cientos de vidas y que se quedaron en Santoña, con el fin de salvar a sus compatriotas, fueron condenados a muerte y ejecutados el 15 de octubre de 1937. Juntamente con ellos murieron Jesús de Zabala, López de Otamendi, Felipe de Markaida, José de Ibardia, el Comandante San Miguel, del Batallón de la UGT, el sindicalista Nieves, del Batallón Malatesta, y cuatro muchachos santanderinos, de partidos de izquierda. Markiegi y Azkue, inflamados de entusiasmo religioso y patriótico, no solamente se prepararon a morir con ejemplaridad, sino que, a los incrédulos que con ellos compartían el amargo trance en la celda que les servía de antesala a la muerte, les infundieron su fortaleza de espíritu y la fe en los ideales religiosos, tan firmemente arraigados en sus conciencias en aquellos tiempos de 1937. Teniendo delante además una jerarquía eclesiástica que decía que lo de Franco era una cruzada religiosa.
Pocos momentos antes de morir, escribieron las cartas que reproducimos, dirigidas a J.A., del PNV:
"A..., en ti despedimos a todos. Estamos contentos y alegres, porque hemos confesado, oído la Santa Misa y comulgado, los 14 ¡Qué hermosura!
Markiegi y Azkue.
Planta Baja, celda 17 y 19, Dueso, Santoña".
"Don. J.A., Agur. Con entereza y buen ánimo esperamos el
final. ¡Qué dicha más grande morir por Dios y Euzkadi! Faltan unas tres horas, despídeme de todos los abertzales celda 17. A mis sobrinos J.Y., F. y J.Z. lo mismo.
¡Firmes en el ideal! Un abrazo fuerte hasta la eternidad en JEL. Ramón".
Reproducimos, asimismo, una última carta de Markiegi, escrita momentos antes de morir:
"Mis queridas hijitas. Voy al lado del Niño Jesús, no porque no os quiera a vosotras, sino porque El quiere que vaya a vivir con El. Amad vosotras siempre mucho a Jesús, no faltéis a vuestra amatxu, ayudarle siempre y animarle cuando la veáis triste. Mis queridas hijitas, recibid mis besos más cariñosos de todo corazón. De lo alto del cielo os amará siempre vuestro padre".
Cuando el pelotón de ejecución iba a cometer el crimen de fusilarlos, Markiegi, dirigiéndose a sus compañeros, exclamó en voz alta:
"Muero dichoso porque doy la vida por mi patria Euzkadi y porque almas descarriadas hasta hace poco cantarán eternamente a Dios".
Frente al piquete de ejecución, los 14 se negaron a que les vendaran los ojos y, al darse la orden de ¡fuego!, contestaron al grito de ¡"GORA EUZKADI AZKATUTA"!, proferido por Markiegi.
Cuando el capellán volvió a las celdas de los incomunicados, las que antes habían sido ocupadas por los ejecutados, al preguntarle si ellos habían muerto con las lágrimas en los ojos, nos contestó:
“No han muerto. Catorce almas han ido al Cielo, donde han de vivir eternamente”.
Gratitud al capellán requeté por su sinceridad y por los favores que hizo a los gudaris.
Así murieron aquellos quienes vivirán en el recuerdo de los vascos. Ellos seguirán pidiendo perdón para sus asesinos. Y todos tenemos en ellos ejemplos de perfección.