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Condena del golpe de Estado de 1936
26Julio
2006
26 |
Otros documentos

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Condena del golpe de Estado de 1936

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Condena del golpe de Estado de 1936
Julio 26 | 2006 |
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70 ANIVERSARIO DEL INICIO DE LA GUERRA CIVIL
El 18 de julio de 2006 se cumplieron los 70 años del golpe de Estado contra el legítimo Gobierno republicano, cuyo fracaso condujo al inicio de la guerra civil. Aquel levantamiento fue producto del desprecio de sectores militares y civiles al resultado que habían arrojado las urnas poco antes, en febrero de 1936. En esa consulta electoral, precisamente, dichos grupos habían sido derrotados y alejados de un Gobierno que habían ostentado hasta entonces.

La guerra civil y el consiguiente triunfo político y militar de los golpistas, dirigidos desde la cúpula por el general Francisco Franco, trajo un periodo de infausto recuerdo para los pueblos del Estado en general y para el nuestro, el vasco, en particular. Las cárceles se llenaron de miles de opositores y resistentes al régimen franquista, así como otros tantos hombres, mujeres y niños marcharon a un exilio del que muchos no retornarían jamás. Los partidos y sindicatos fueron prohibidos y la actividad social y cultural resultó cercenada por un régimen totalitario que condenó y ejecutó a miles de luchadores.

El régimen franquista se alió a las fuerzas de Hitler y Mussolini durante el avance del fascismo por Europa. Destacó unidades en el exterior de su territorio como apoyo al nazismo y en los límites de su administración abrió campos de concentración y esclavizó a los prisioneros en batallones de trabajadores. Derrotado el nazismo, el franquismo mantuvo su vigencia hasta la muerte del dictador en 1975.

En este tiempo, Franco y su sistema, mantuvieron con total impunidad, la tortura, el encarcelamiento y las ejecuciones de sus opositores, así como la persecución social, cultural y racial sistemática, es decir, el despreció más absoluto a los derechos y las libertades fundamentales reconocidos por las instancias internacionales.

El itinerario del franquismo y de sus formas no concluyó con la desaparición del dictador. Hubo una omisión intencionada y la democracia no se puede construir sobre las bases del olvido, en especial cuando la omisión se centra en decenas de miles de víctimas, sus familias y amigos, que fueron sepultadas bajo el espíritu de la supremacía fascista, como si nunca hubieran existido.

El olvido ha ido acompañado de otras maniobras. Desde la muerte del dictador y en especial en épocas recientes, hemos asistido a una justificación de sus métodos y a un intento de reconducir y modificar nuestros recuerdos. Habría que evocar que el franquismo no reconoció sus crímenes, que negó la evidencia de ellos, como el bombardeo de Gernika, que ocultó las ejecuciones de sus opositores enterrándolos en simas y cunetas, como es el caso de los más de 3.000 asesinados en Navarra y que, aún hoy en día, existen serias dificultades para investigar aquellos 40 años de ignominia.

En 1936, hombres y mujeres de diversas condiciones sociales e ideológicas dieron lo mejor de su vida y en ocasiones la vida misma, para frenar al fascismo, para avanzar en nuestros derechos nacionales y para lograr un futuro de justicia. El franquismo truncó sus esperanzas.

La memoria de nuestros predecesores es una cuestión de principios, de profundización democrática. Es, también, parte fundamental de nuestro patrimonio colectivo. Con ella avanzaremos en todos aquellos aspectos que fueron la ilusión de toda una generación. Sin ella estaríamos expuestos, nuevamente, a los peligros de una nueva hornada de golpistas que, como los del 18 de julio de 1936, seccionaron nuestros derechos fundamentales, tanto los individuales como los colectivos.

Por las razones expuestas:


1. Condenamos taxativamente el golpe de Estado que se produjo hace ahora 70 años.
2. Denunciamos el revisionismo cuyo objetivo es la expansión en nuestra sociedad del conformismo histórico sobre un periodo totalitario.
3. Alertamos y denunciamos todas las expresiones herederas del franquismo que, desgraciadamente, aún perduran.
4. Manifestamos nuestro convencimiento de que la recuperación de la memoria histórica es un ejercicio democrático indispensable y que la misma será uno de los ejes de nuestra actividad.

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