Entrevistas
12Marzo
2006
12 |
Entrevistas

Javier Balza (El Diario Vasco)

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Marzo 12 | 2006 |
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El Diario Vasco


Balza: "La izquierda abertzale no es capaz de cumplir sus promesas de Anoeta"
El consejero de Interior analiza con preocupación los últimos movimientos de la izquierda abertzale, a la que acusa de no ser capaz de enfrentarse a ETA y dejar en papel mojado sus promesas de Anoeta de sacar el conflicto de las calles renunciando al binomio de paz por soberanía. Tras advertir a Batasuna de que la Ertzaintza no tolerará apología alguna del terrorismo, lanza un aviso a navegantes y asegura que se seguirá actuando contra los homenajes a presos no ya por imperativo legal, que también, sino por «convencimiento ético y pedagogía social». Javier Balza (PNV) dibuja en una entrevista concedida a este periódico un escenario político donde ve una «oportunidad real» para abordar un proceso de paz, siempre que ETA declare antes una tregua «integral e irreversible» cuya fecha dice desconocer.

-El Gobierno Vasco cree que «ETA le ha reventado a Batasuna el borroka eguna», frente a un PP que ve en las bombas colocadas el jueves la prueba tangible de que ambas organizaciones y, por extensión, EHAK, son la misma cosa.

-Lo ocurrido ha sido una demostración clara de la prepotencia de ETA, que le ha reventado a Batasuna la huelga dejando en segundo plano el motivo de la misma mediante bombas y actos de violencia callejera.

-¿Hay que interpretar el escaso seguimiento de la huelga como producto del hastío ciudadano ante los métodos violentos o es que el motivo oficial del paro, la situación de los presos, no ha tenido el suficiente tirón social?

-El motivo formal de la movilización, el no a la dispersión, es compartido por la mayoría de la sociedad. Pero la izquierda abertzale ha sido víctima de su propia incoherencia, porque no se puede denunciar la situación de los presos y callar ante ETA.

-La actuación de la Ertzaintza durante los homenajes a los presos fallecidos ha sido criticada por algunos sectores, mientras el propio Joseba Egibar aboga por «analizar» lo ocurrido. ¿Resultó adecuado el dispositivo policial para compaginar los derechos a la huelga y al trabajo sin lugar para las amenazas o apologías del terrorismo?

-Hubo muchos actos de sabotaje pero la Ertzaintza estuvo absolutamente activa impidiendo las coacciones. Cualquiera que analice además su actuación verá proporcionalidad desde la firmeza. Durante la huelga pudo constatarse otra cosa: un total de 92 manifestaciones en las que no hubo incidentes, lo que demuestra que Batasuna controla las algaradas cuando le interesa.

-El fiscal ha pedido el ingreso en prisión de Arnaldo Otegi por inducción a la violencia. ¿Tiene la sensación de que la movilización fue algo de consumo interno para mantener prietas las filas en un mundo, el radical, revuelto y que, en palabras del PNV, utiliza a los presos para buscar el enfrentamiento?

-Tiene mucho de eso. ETA les ha secuestrado la huelga rompiendo sus promesas de Anoeta. Respecto a Otegi, serán los tribunales los que decidan.

-ETA ha culpado al Gobierno socialista de la muerte de dos de sus presos en los últimos días y ha criticado al PNV por «colaboracionista», mientras que EHAK ha exigido su dimisión por impedir los homenajes a los fallecidos. ¿Teme una escalada de violencia contra la Ertzaintza?

-La responsabilidad del delito es del delincuente y no de la Policía por perseguirlo. El problema de fondo es que la izquierda abertzale no es capaz de aplicar los dos principios de Anoeta: sacar el conflicto de la calle y, dentro de un esquema de dos mesas, no supeditar la paz al logro previo de la autodeterminación.

-El lehendakari aboga por un cambio de política penitenciaria para humanizar el conflicto. ¿Cree que el Gobierno accederá a ello sin algún gesto de distensión a cambio?

-La humanización de la política penitenciaria no debe ser moneda de cambio.

-¿Cómo puede influir en una solución política la reciente doctrina del Supremo que modifica el sistema de redención de penas para evitar la excarcelación prematura de reclusos con abultadas condenas por delitos de sangre, como Henri Parot?

-Pues de forma negativa. Es un retroceso de derechos constitucionales.

-Los constitucionalistas les critican por haber pasado de rechazar acuerdos con la izquierda abertzale mientras no condene la violencia a considerarla un «interlocutor válido».

-Son cosas distintas. No habrá mesa con ellos mientras no haya cese absoluto de la violencia. Pero tienen detrás 150.000 votos de los que no se puede prescindir para buscar soluciones.

-Cuando el consejero de Justicia reconoce que Batasuna «nunca le pedirá a ETA nada que ésta no quiera que le pida», ¿se está reconociendo implícitamente una dependencia?

-No hay dependencia orgánica, pero sí sociológica y política por falta de personalidad propia.

-El PP acusa a la Ertzaintza de tolerar actos de partidos ilegalizados cuando le conviene al PNV...

-Es un elemento más de su radicalidad. Si acusa a Zapatero de ser casi connivente con el terrorismo, imagínese a nosotros... La Ertzaintza respeta el derecho a la manifestación, pero no la apología del terrorismo. Y no porque lo diga el Código Penal o un juez, que también, sino por motivos éticos y de pedagogía social. Es además bueno para el proceso señalar los límites.

-Por contra, los socialistas han suavizado mucho sus críticas hacia usted. ¿Antesala de cambios más profundos?

-Ya en la legislatura pasada hicimos una labor de cocina para no utilizar en público los temas de seguridad. Si lo que me pregunta es si estamos en la antesala de un pacto de gobierno, le diré que PNV y PSE no podrán compartir instituciones mientras no compartan el derecho a decidir, dentro de un acuerdo político de fondo que trascienda la mera gestión.

-Zapatero habla del «principio del fin» del terrorismo e Ibarretxe cree que ETA abandonará en breve las armas para iniciar un proceso de paz. ¿Cabría entonces interpretar la escalada terrorista de los últimos meses como un intento de aparentar fortaleza ante el Estado de cara a un alto el fuego y el inicio de conversaciones oficiales?

-Es muy probable, es una interpretación muy válida. Lo que pasa es que ETA no ha dado todavía el paso al cese de la violencia y mantiene por ahora la presión, lo que exige actuaciones policiales y judiciales. Los atentados se están saldando sin víctimas mortales pero no hay que jugar con fuego, porque al primer asesinato quedaría sin efecto la resolución del Congreso sobre un final dialogado y se abortaría el proceso de paz.

-¿Qué tendría que tener una tregua para ser creíble y no repetir los errores de Lizarra?

-Lo tenemos clarísimo: garantías de irreversibilidad, porque ETA no puede tutelar el proceso; y universalidad, porque no debe quedar ningún colectivo al margen, desde políticos a periodistas, pasando por policías, empresarios o jueces.

-Joseba Azkarraga (EA) no duda de que hay ya un principio de acuerdo entre ETA y el Estado. ¿Y usted?

-(Risas) Me gustaría tener esa información, pero carezco de ella...

-La CEOE califica de «disparate» la política antiterrorista del Gobierno y sugiere que los empresarios que apoyan el proceso de paz agachan poco menos que la cabeza ante ETA, abriendo una crisis con Confebask. ¿Qué está pasando en un momento de especial hostigamiento al mundo empresarial?

-Lo que está pasando es que las cabezas visibles de la CEOE y, especialmente, su presidente Cuevas son representantes de la derecha más radical y portavoces de las cavernas más profundas del Partido Popular. Han demostrado una falta de sensibilidad, comprensión y apoyo a los empresarios vascos tremenda, cuando se trata del colectivo más afectado por la violencia de ETA últimamente. La CEOE está instrumentalizando políticamente y de manera malintencionada la situación. Prioriza la crítica política sobre el apoyo material que tiene que prestar a los empresarios vascos, sin importarle el sufrimiento de sus compañeros.

-ETA afirma entre tanto, en un boletín interno reciente, que un alto el fuego «no es la solución» y condiciona una tregua a que se reconozca la autodeterminación y se desactiven las FSE. ¿Paz por soberanía?

-Peor todavía. Como he dicho antes, dinamita uno de los principios claves de Anoeta.

-Sus declaraciones sobre la reorganización de comandos no parecen haberle sentado bien al ministro Alonso, que le ha replicado que si tiene usted datos haga detenciones.

-Detener comandos ha sido siempre nuestro objetivo prioritario. Yo he hablado con el ministro de Interior para aclarar el asunto y tengo tres ideas que transmitir. La primera es que ETA está más débil que nunca. En segundo lugar decir que hay una oportunidad real para abordar el proceso de paz. Como tercera reflexión, añadir que las dos primeras no deben impedirnos ver la realidad de que la violencia subsiste.

-¿Ve al Gobierno con margen para encarar un proceso de paz a un año de elecciones y con el principal partido de la oposición y algunos sectores radicalmente en contra de todo lo que no sea la derrota del terrorismo?

-Apuesto por la sinceridad del compromiso de Zapatero, que ha demostrado con el Estatuto catalán que no es ningún inocente y sabe gestionar los problemas con habilidad.

-¿Apuesta por tanto por abrir un proceso de paz aún a riesgo de equivocarse, como sostiene Felipe González, frente a los que ven en ello un «voluntarismo ingenuo»?

-Nosotros le hemos dado apoyo para ello cuando, por cierto, los socialistas no nos lo dieron a nosotros en Lizarra. Dicho esto, aquí no hay ingenuidades sino una oportunidad real.

-¿Qué lectura hace del reciente encuentro entre LAB y UGT?

-Es un signo de distensión oportuno.

-¿Hasta qué punto influye en la situación actual el macroproceso de la Audiencia Nacional por el sumario 18/98?

-Tiene un enorme déficit de garantías jurídicas y mezcla a unas personas con otras cuando no todos los que están son. Todo lo que sea debilitamiento de derechos fundamentales es malo y da, además, disculpas a quien no quiere transitar por la política.

-El pronunciamiento del Parlamento Vasco para impulsar una paz «sin vencedores ni vencidos» ha levantado algunas ampollas entre los que piensan que iguala a las víctimas con sus verdugos.

-Más allá de vencedores o vencidos, lo cierto es que hay un déficit histórico de reconocimiento social a las víctimas.

-La asociación de víctimas del 3 de marzo ha pedido su cese por la carga policial en Vitoria contra manifestantes que portaban fotos de presos. ¿Piensa que este colectivo ha sido instrumentalizado por la izquierda abertzale?

-Esa causa obrera tiene todo mi apoyo y respeto. Otra cosa es que algunos han intentado manipularla para convertirla en homenaje a dos miembros de ETA.

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